• 14. La propuesta •

—¿Te atropello un camión?—Pregunto Félix divertido mirando a Mara, Grace le dio un golpe en el hombro.

—Déjala en paz, Félix—, lo riño Grace mientras arreglaba en pelo desastroso de Mara.

Además de llegar tarde a clases el estado de Mara no era el mejor; su cabello estaba desaliñado, las ojeras se marcaban debajo de sus ojos marrones, su ropa estaba desacomodada y ni siquiera podía mantener los ojos abiertos por más de cinco minutos.

—Tuve que batallar pero aquí tienes un poco de café—, Erika dejo sobre nuestra mesa una taza hasta arriba de café—. Espero que esto te despierte del todo o que por lo menos lo intenté.

Mara tomo la taza entre sus manos y comenzó a beber de ella mientras Grace peinada su cabello.

—¿Mala noche de domingo?

—Ni te imaginas— Mara me miró—, un domingo familiar no es lo mejor que me pueda pasar.

Grace termino de peinar el cabello de Mara para luego tomar su bolso y sacar su maquillaje.

—Hoy es un día importante, no puedes lucir así—, Grace comenzó a poner correcto en las ojeras de Mara—. Necesito su apoyo, hoy harán la elección de la nueva capitana del equipo de porristas y quiero conseguir ese puesto para restregárselo en la cara a Mackenzie.

—Yo iré apoyarte—, dijo Félix apoyando la barbilla en las palmas de sus manos observando a Grace—. Se que lo lograrás.

—Todas estamos de acuerdo con Félix—, Mara dejo la taza el mesa—, conseguirás ese puesto, te he visto practicar las coreografías al igual que la dedicación que le pones.

—Gracias—Grace le puso rubor en las mejillas a Mara y le dio una sonrisa—, estás lista.

Grace hacia magia, Mara paso de parecer un cadáver andante a una persona que aún tenía alma en su cuerpo.

—Debe ser una broma—, le di una mirada a Erika quien miraba las puertas de la cafetería.

Gire la cabeza para ver la escena que pasaba a mis espaldas; las dos personas que habían declarado que harían vida imposible pasaron por el umbral de la puerta, Mackenzie sonriendo como sino hubiera ocurrido nada la semana pasada y Dominik a su lado con su rostro neutro caminando de la mano hasta una de las mesas. No había tomado en cuenta la posibilidad de que Dominik no regresará a Seattle pero viéndolo de otra perspectiva tendría mucho sentido que no lo hiciera, él había prometido que haría hasta lo imposible para que todos sientan alguna emoción negativa por mi , ambos posaron su mirada en nuestra mesa que se encontraba al final de la cafetería.

—Huele a problemas—, canturreo Félix a mis espaldas.

—Problemas de los cuales solo nos vamos a librar cuando nos graduamos—, regrese mi mirada hacia ellos, tome un sorbo mi jugo de naranja.

No era la única mirando a esta repentina pareja, muchos en la cafetería no les quitaban la vista de encima. Jack era uno de ellos y como si fuera poco ambos estaban sentados frente a él porque Mackenzie tuvo en atrevimiento de sentarse en la mesa junto a las porristas.

—Jack está lanzándole cuchillos por los ojos a ese amigo tuyo, Layla—, comento Erika igual de entretenida que yo viendo la mesa en dónde estaban.

—No somos amigos—, aclaré—, se podría decir que Dominik y Mackenzie son mis némesis.

—Cada villano puede ser derrotado—, mire a Grace por sobre mi hombro—; siempre habrá un punto débil el cual vas a poder atacar y con eso los destruirás.

Sonreí.

—Gracia por el apoyo.

—Para eso estamos los amigos—dijo Mara.

Seguimos con nuestro desayuno mientras dábamos nuestra opinión sobre las diferentes clases.

[…]

Las clases habían pasado de manera rápida pero eso no le quita el hecho de que me dejaran exhausta y con ganas de irme a mi casa a dormir.
Entre al salón del club para comenzar con mi parte del trabajo que era escribir el artículo, me deje caer en la silla frente a la computadora para comenzar a escribir. La puerta del club se abrió dejando a ver a al desgraciado; paso por la puerta y la cerró tras de sí dejando su bolso sobre la mesa, se sentó en la silla que estaba a mi lado recostándose en ella mientras cerraba los ojos.

—¿Tampoco eres fan de los domingos familiares?—Pregunte recordando lo que Mara había dicho en el desayuno.

—No, los detesto—admitió con los ojos cerrados—; son lo peor de este mundo.

—¿No deberías estar entrenando?

—¿Acaso tengo un buen aspecto?

Despegue mi vista de la computadora y la puse sobre él; estaba igual o incluso peor que Mara.

—¿Problemas familiares?—Comencé a escribir en la computadora.

—Demasiados—recosto su cabeza en mi hombro.

—¿Quieres hablar de eso? Tal vez así te sientas mejor.

No me aparte de él, me mantuve quieta en mi lugar solo moviendo mis dedos sobre el teclado podía sentir su cálido aliento por mi brazo.

—No quiero tener esa conversación ahora—, frotó su mejilla contra la tela de mi camisa—, solo estoy cansado, ayer no pude dormir mucho por culpa de una noticia que me dio mi madre.

—¿Quieres decirme que fue lo que te dijo?

Jack levantó su cabeza de mi hombro y abrió sus ojos para mirarme, no despegue mi vista de la suya muchas emociones pasaban frente a sus ojos no podía terminar de descifrar una cuando otra aparecía.

—No es algo que debamos hablar ahora—, apartó su mirada y se estiro entre una silla que estaba a su lado para luego apoyar su cabeza de mis muslos—. Así es más cómodo dormir.

—Levántate—le pedí—, alguien puede vernos.

—¿Y que? Somos parejas esto es normal.

—¿Siempre utilizarás esa excusa?

—Desafortunadamente no podré usarla por siempre, ya no falta mucho para que esto se acabe.

No respondí solo seguí escribiendo; no quería hablar sobre ese tema en particular ya me estaba acostumbrado a pasar mi tiempo con él pero solo nos queda una semana a partir de ahora para luego montar un “escandalo” y dar por terminada nuestra relación de tres semanas. Negué mentalmente para espantar aquellos pensamientos que se comenzaban alojar en mi cabeza.

«¿Después de las tres semanas seguiremos teniendo algún tipo de comunicación?»

«¿Querrá pasar tiempo conmigo a pesar de no tener que fingir ser algo?»

—¿Seremos amigos después de eso?— Pregunté temerosa a su respuesta, deje de escribir—, no es que no lo seamos ya pero quiero asegurarme de que no me harás la ley del hielo cada que me veas o que olvidaremos lo que pasó el sábado al igual que el beso, aunque yo admito que a veces trato de hacer que eso jamás paso.

Hablaba con tanta fluidez mientras miraba la pantalla porque no podía verlo a la cara, no quería que viera la pequeña inseguridad de que el algún momento volvamos hacer lo que éramos al principio: desconocidos.

—Espero me entiendas, desgraciado—, terminé de hablar para luego soltar un suspiro para esperar su respuesta pero nunca llegó, baje la mirada hasta mis muslos y lo vi; tan tranquilo con su respiración pausada y sus ojos cerrados—, de verdad estabas cansado.

La puerta del club se abrió pero ni siquiera eso logro despertar a cierto desgraciado, la figura delgada de Erika apareció al otro lado de la puerta completamente distraída observando su cámara, levantó la mirada al notar mi presencia. Vio la escena con una sonrisa de oreja a oreja y como era de esperarse tomo su cámara y la enfocó en nosotros tomándonos una foto.

—Espero que borres eso.

—No lo haré, lo pondré en la página del anuario escolar dedicada a Jayla—, dijo observando la foto desde su cámara.

—¿Jayla?—Mire a Erika confundida, ella solo asintió.

—Es la combinación de sus nombres—, se sentó frente a mi en silencio.

—Yo lo inventé—, mire a la puerta donde Mara estaba apoyada del marco—, ¿Cómo puede dormir así?
Me encogí de hombros.

—Pregúntaselo cuando despierte—, contestó Grace entrando al salón, ya no llevaba su ropa sino que cargaba con su uniforme de porristas—, aunque debe despertar ya, la elección es en unos minutos y Jack no puede faltar.

—Yo creo que si puede—, Mara estaba observando su hermano dormir.

—¿Creen que Mackenzie este en el gimnasio?—Le di una mirada a Grace.

—Claro que si—afirmo—; va a ver quien será su remplazo para añadirla a su lista de personas a las cuales arruinarles la vida.

Erika soltó una risa.

—Ya imaginé su cara al ver su remplazo—, Erika hizo una mueca de disgusto que podría caracterizar a Mackenzie a la perfección—, sería algo así.

La alarma del teléfono de Grace comenzó a sonar, ella apagó el sonido y nos miró.

—Debemos ir al gimnasio—, anunció Grace con emoción.

—¿Quién despierta al bello durmiente?—Me cruce se brazo mirándolas.

—Yo me encargo.

Mara se acercó a nosotros; se colocó en el espacio que dejaban ambas sillas y puso sus manos sobre el costado de el desgraciado moviéndolo un poco. Jack solo quitó las manos de su hermana y se acomodó más entre las sillas.

—Lo intente por las buenas—, Mara empujó a Jack haciéndolo caer al suelo—. ¡Despierta!

—¡Si ya te escuché!— Respondió Jack soñoliento.

Grace, Erika y yo soltamos una carcajada, guarde el archivo para poder levantarme de la silla y apague la computadora. Jack se levantó del piso frotándose los ojos para luego mirar a su hermana con resentimiento.

—Te levantaré mañana con un balde de agua fría—, advirtió mientras recogía su bolso.

—No serías capaz—respondió Mara saliendo del salón.

—Ustedes no cambian—, comento Grace negando con la cabeza.

—Por lo visto no—la apoyo Erika—, no importa cuántos años pasen ellos se comportan igual.

Todos salimos del salón hacía el gimnasio; Grace no paraba de retorcer sus manos a cada paso que dábamos por el pasillo, Mara y Erika le daban apoyo moral para que dejara de estar nerviosa mientras que Jack y yo estábamos detrás de ellas. Ambos caminamos en silencio escuchando los comentarios de las demás.

—¿Sabes que vine el primer juego cierto?—Pregunto pasando su brazo por mis hombros, asentí—. Quiero que esté ahí y me des apoyo, más apoyo que todo el público.

—¿No te basta con el de las porristas y el de toda la escuela?— Pregunté divertida ante su pedido.

—No, ellos no son tú, loca.

—¿Y que ganó yo con apoyarte, desgraciado?

—¿Además de verme ganar el partido? Cualquier cosa.

—Verte ganar un partido no es muy emocionante, eso lo puede hacer cualquiera.

—Pero yo no soy cualquiera—, me dio una mirada ofendida—; Yo soy Jack Anders, alías el desgraciado, capitán del equipo de básquet y tu novio por tres semanas.

Dijo lo último en un susurró.

—Te propongo algo, desgraciado.

—Soy todo oídos, loca pervertida.

—Si logras hacer algo que me sorprenda el día del juego además de ganar yo haré cualquier cosa por ti y para ti—propuse mientras cruzábamos las puertas del gimnasio— pero si no logras sorpréndeme tu harás lo que yo te pida, ¿tenemos un trato, desgraciado?

Extendí mi mano y el la aceptó de inmediato.

—Trato hecho loca.

Nos sentamos en las gradas más cercanas a las pista del gimnasio, muchas de las integrantes del equipo estaban ahí para participar en la elección pero no había—gracias al Todopoderoso—rastro de Mackenzie por todo el lugar. Grace dejo sus cosas a nuestro lado y se pasó las manos por su falda.

—Lo harás muy bien, Grace— la apoyo alzando mis pulgares hacia ella.

—Gracias, Layla.

El silbato de la entrenadora suena llamando nuestra atención; Grace nos lanza una última mirada para luego ir a la fila con las demás porristas, la entrenadora tomo asiento frente a una pequeña mesa que estaba en la pista y comenzó a llamar a las diferentes participantes. Iban pasando una por una para comenzar a bailar al ritmo de la música bajo la supervisión de la entrenadora que observaba cada falla que cometían y las anotaba en su libreta, las puertas de gimnasio se abrieron mostrando a un Félix muy agitado pasar por ellas; acomodo sus camisa y se acercó a nosotros sentándose a mi lado.

—¿Ya pasó?—Pregunto en un susurró.

—Aun no—, respondí, seguí mirando como Grace jugaba con su perfecta cola de caballo pelirroja por culpa de los nervios—. ¿No hay ningún rastro de la bruja, cierto?

—Los pasillos están limpios, no hay rastro de ella.

—¿Crees que aparezca?—Lo mire.

—Lo dudo—, respondió Félix calmado—, deje su casillero hecho un desastre al igual que su bolso, tardará lo suficiente para no llegar a tiempo.

—Somos unos genios malvados.

—Eres una genia malvada—, aclaró con una sonrisa—. No sé me hubiera ocurrido algo así.

Me sentí satisfecha por el resultado de la pequeña misión que Félix y yo organizamos a espaldas de todos los demás para ayudar a Grace porque pese que no lo demostraba sabía que si Mackenzie estaba aquí la haría sentirse más nerviosa de lo que está y posiblemente esos mismo nervios arruinarían su oportunidad para ser capitana.

—Le toca a Grace—, anunció Erika con emoción.

Devolví mi mirada hacia la pista; Grace caminaba hasta el centro de la pista para quedarse quieta unos pasos atrás frente a la mesa, la ví soltar un suspiro y lanzarnos una mirada para luego mirar al frente tomando su posición. La música comenzó a sonar y Grace comenzó a bailar al ritmo de ella dejándose llevar en la pista, se movía como si su vida dependiera de eso, movía sus caderas y para darle un final digno a su coreografía realizó una pirueta y termino en su pose inicial con el mentón en alto.

—¡Esa es mi futura esposa!—Grito Félix levantándose de su lugar para aplaudir.

No nos quedamos atrás y también comenzamos aplaudir con él pero la mirada de la entrenadora nos hizo callar y volver a tomar asiento en nuestro lugar, Grace se colocó de nuevo en su lugar. La entrenadora comenzó revisar su cuaderno descartando a varias porristas de la lista hasta que por fin levantó su mirada y tomo la camisa que estaba sobre la mesa, se me cortó la respiración cuando la entrenadora se detuvo frente a todas las chicas de la final, le extendió la camisa Grace y le dio una sonrisa.

—Un aplauso para la nueva capitana.

Grito de emoción salió de mi garganta que fue apaciguado por los aplausos, nos levantamos de nuestros asientos y corrimos hasta Grace y nos abalanzamos sobre ella.

—Felicidades—, Mara abrazo a Grace.

—Tenemos a una nueva capitana, Grace Gómez—Erika simuló que su puño era un micrófono—. ¿Cómo se siente en este momento, señorita?

—Creo que voy a llorar de la felicidad—. Soltó Grace sin apartar la mirada de la camisa que le habían entregado.

—Sabia que lo lograrías—, comento Jack.

—Estuviste increíble—, dije con una sonrisa.

—Nunca dude de ti, Grace—Félix le extendió una rosa a Grace.

—Gracias, Félix—, Grace por fin levantó la mirada para verlo y tomo la rosa que le había ofrecido.

El timbre comenzó a sonar, todos caminamos hasta las gradas para tomar nuestras cosas y salir del gimnasio.

—Grace, ¿puedo hablar contigo un momento?— Pido Jack antes de salir.

—Claro— Grace se acercó a él y nos dio una mirada—.Después los alcanzamos.

Algo dudosa salí del gimnasio con Erika, Mara y Félix hacia la salida de la escuela.

—¿De que crees que están hablando esos dos?—Pregunto Félix a mi lado.

—No lo sé, pueden estar hablando de muchas cosas, Félix—.Cruzamos la puerta de la escuela.

—¿Tienes algo en mente?

—Tal vez estén hablando de como desaparecernos de la faz de la tierra—, dije divertida.

—Que graciosa, Layla—, me miró entrecerrado los ojos.

—Lo sé.

Baje los escalones hasta llegar a la calle, vi a mamá apoyada en la parte de afuera del auto esperándome para ir a casa. Me despedí con la mano de los demás y me acerque a ella para volver a casa, llegué hasta ella y nos subimos al auto.

[...]

Hola lindas personitas.

¿Cómo están? Yo estoy muy estresada.

Aquí les traje el primer capítulo de la doble actualización del día de hoy ya que cumplieron con la meta de comentarios del anterior cap.

Ahora sí, las preguntas:

¿Que les pareció el nombre de pareja de Jack y Layla (Jayla)?

¿Dominik y Mackenzie en una relación?

¿La noticia que le dió la madre de Jack lo afectó a él y a Mara?

¿Que crees que hará nuestro desgraciado para sorprender a Layla?

En un rato público el capítulo 15, lo voy a corregir para poder subirlo.

Espero que te haya gustado este cap.

Gracias por leer.

Deja tu voto si te gusto.

Besos Gea <3

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