Posdata: Arthur
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Los días en Londres eran fríos y grises.
Su nariz estaba tan cerca del cristal del mirador, que el vaho lo comenzaba a empapar.
Pero a Arthur le gustaba volver a observar el lugar que lo vio nacer.
El crepúsculo pronto dio pie a la noche, permitiendo que el Palacio de Westminster pudiera ser iluminado con agradables luces anaranjadas. Una pequeña sonrisa se posó en sus labios, al recordar que la primera vez que había subido al "London Eye" fue a los once años junto con Scott.
Habían discutido durante todo el trayecto, así que tenía recuerdos borrosos y escasos de la vista.
Luego de eso, solo pospuso visitarlo una y otra vez. Cuando se fue a vivir con su novio lejos de la capital hace varios años, lamentablemente, permitió que ese plan quedara en el olvido.
Scott le permitió alojarse en su casa cuando regresó. Era demasiado grande para un hombre soltero, aunque su hermano se defendía diciendo que tenía más espacio para mantenerse alejado de la gente.
Porque lo primero que hizo Arthur al regresar a Londres, fue disculparse con su familia. Por las cartas no respondidas, por las llamadas ignoradas y por dar la sensación de que había muerto quien sabe dónde.
Y en cierto modo, si estuvo muerto.
Aunque eso era ya algo pasado. Lloró y se alegró junto a su familia. Llovieron abrazos y promesas. Mientras estos notaban que Arthur realmente había cambiado cuando fue a ese país que hasta el momento, ellos no conocían casi en lo absoluto.
Enseñándoles palabras que no tenían un sinónimo en el inglés.
Una vez bajó de la atracción, se dedicó a deambular un poco por las calles. Con la nariz hundida en la bufanda y las manos escondidas en los bolsillos.
Por un momento creyó ver una silueta familiar, con el cabello castaño y desordenado, que lo guío al Puente de Westminster.
Lo siguió por inercia, riéndose de sus acciones mientas se detenía y reclinaba contra la baranda.
Extrañaba tanto a Manuel, que comenzaba a verlo en cualquier joven que se topaba. Aunque claro, ninguno tenía esos hermosos y profundos ojos marrones. Ni esa sonrisa que le recordaba a Arthur lo hermoso que era vivir la vida para presenciar algo semejante.
Extrajo el papel de su bolsillo, dedicándole una última mirada. En el dorso podía leerse en una bonita caligrafía "El Club de Los Poetas Muertos".
Lo dejó descansar en el barandal, poco antes de que una fuerte ventisca lo arrebatara lejos. Perdiéndolo de su vista para siempre.
"¿Arthur?"
Una voz familiar lo llamó, obligándole a voltearse.
A escasos metros de él, un muchachito castaño y con un acento extraño lo observaba con una sonrisa que denotaba emoción pura.
Un abrazo ansiado.
Un beso que duro demasiado.
Y un encuentro del destino.
Así, mientras dos almas resucitadas se encontraban. El último mensaje del club de los poetas muertos se hundía en las turbias aguas del río Támesis.
"El amor no mira con los ojos, sino con el alma".
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—Oye, Arthur —la voz interrumpió sus sueños de manera abrupta.
El inglés abrió un poco los ojos, algo cansado. Su mirada dio de lleno con el chico sentado a su lado.
—Yes?~ — preguntó poco antes de bostear y reincorporarse en la cama. Talló sus ojos con fuerza, solo para distinguir que Manuel tenía un diario en las manos.
—Are you practicing your english? —comentó en un tono sarcástico, aunque claramente solo estaba bromeando.
—Muy chistoso... —Manuel suspiró, algo hastiado. Comprendía a la perfección el inglés, su único problema era su pronunciación. Esos tres años en Londres no le habían quitado el acento.
—So... What are you doing? —preguntó Arthur, ahora con sincera curiosidad. Al menos le daba el gusto de hablar en su idioma natal cuando estaban a solas en casa.
—¿Sabías que Tauro y Virgo con altamente compatibles? —le comentó mientras le enseñaba una sección en el diario.
Arthur estaba dispuesto a reírse. Cuando la mirada seria de Manuel le indicó que no estaba bromeando.
¿Desde cuándo Manuel creía en esas cosas?
—Menos mal... —agregó el chileno, antes de que Arthur pudiera siquiera pensar una respuesta—. O sino, esto sería un enorme desperdicio de dinero.
Manuel bromeaba, mientras su mano acariciaba la de Arthur, recorriendo su sortija con el dedo anular. En el cual, él también llevaba una a juego.
Arthur comprendió que todo fue un teatro de Manuel. Desde que le había hecho la proposición, todos los días buscaba una excusa para mencionar los anillos.
Conocía a Manuel a la perfección y sabía que era demasiado orgulloso para admitir abiertamente lo mucho que amaba las sortijas.
El rubio lo observaba con una pequeña sonrisa.
Cada mañana Manuel despertaba a su lado y terminaba de confirmarle que eso no era una fantasía.
Sino, el cielo en Tierra.
Fin.
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¡Dios mío! A poco más de un año de haber empezado este fanfic, por fin ha llegado a su fin. Y con 9K vista y 1.1k votos. Dios, es que en serio, nunca pensé que llegaría tan lejos este delirio de una ship que sabía que varias personas detestaban.
Pero, también habían muchas personas amándolas.
Gracias, realmente muchas gracias, a todos y todas quienes lo leyeron. Sin importar en donde empezaron, si votaron o no.
Cómo dicen, un escritor no es nada sin sus lectores y realmente tengo que repetirle lo muy importantes que fueron para mí. Este fic realmente dejó una huella en mí, ya que es el primero que termino y que realmente me gusta tanto.
Aunque cuando fue planeado, Manuel moría y Arthur se quedaba solo... pero recordé que no me gusta tanto el dolor(?).
Este, el último capítulo va dedicado a mis dos betas. Que siempre me apoyaron y que tanto adoro. Y a mi pequeña kohai, que sigue en el liceo. ¡Animo weh!
Y también para mis lectoras xD Pero como no se puede dedicar a todas, haré una trapilla y nombraré a las que reconozco. O sea, a quienes le veía la notificación y decía "Oh, es xxxx". E inclusive, que llegué a extrañar cuando actualizaba y no votaban. No es que quisiera votos, pero les agarré cariño.
cheshireOP
BabuNekoZombie1
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Lamonte-
neyar-san
PendejaRandom
Hetalia2p
E-V-E-R-O
ChiriLuv
1patataconM
invisible-unica
NavaTTe
3RR0R_N47H
Daughter_of-Athena
y hay más, pero me duele la cabeza recordando nombres. Os amo ;*
¡Gracias por acompañarme hasta el fin!
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