Patricia Bayes

"No te juntes con Pattie, ella está loca"

Patricia Bayes odiaba escuchar los susurros detrás de ella cada vez que pasaba a cualquier lado, pero eran las consecuencias de asistir a un colegio exclusivo de señoritas, donde todas creen ser mejor que la otra y las amistades hipócritas del diario fluyen y abundan todo el tiempo.

Pero afortunadamente, su día escolar terminó más rápido de lo que esperó, salió con su bolso de mano, corriendo con alegría, trotando, sintiendo como las flores y el paisaje denotan un bello y absoluto paisaje fantástico.

— ¡Pattie! — escuchó una voz detrás de ella.

¿Qué es lo que mis ojos ven? ¿Acaso es Jane Anderson? ¿Su amiga a la que no ha visto en meses?

— ¡Jane! — dijo y le dio un fuerte abrazo. — ¿Qué haces aquí?

— ¡Vine a visitarte! — pero, se ve sumamente diferente, en verdad, no la reconoció.

La miró detenidamente, tiene una falda muy... ¡Pero muy corta! Acompañada de una sudadera de manga larga y unos botines grises, su cara sigue bella y angelical como siempre. ¡No puede ser! ¡Sujeta un cigarrillo! ¿Qué es esto?

—J-Jane... ¿En verdad eres tú? — cuestionó al verla tan diferente.

—Sí Pattie ¿Por qué la pregunta?

—Es que, no sé, te ves...

— ¿Rara? ¿Puta? ¿Extraña? — bromeó irónicamente, hasta su voz suena distinta.

—N-no, fenomenal. — comparó sus prendas con las de ella, Pattie usaba un vestido largo hasta las rodillas, un abrigo y unos zapatos grises, bueno, es el uniforme del instituto. — Es solo que... te ves tan diferente que no puedo creerlo.

—Lo sé, todo el mundo dice eso. — siguió riéndose. — Pero descuida Pat, no muerdo.

— ¿Por qué tú cambio tan radical? No me digas que te has convertido en una...

— ¿Teddy Girl? — a completó mi oración mientras encendía su cigarro. — Jajaja, Pattie es que, estoy en una banda.

¿En una banda? ¿Es en serio? De las cosas que menos esperó Pattie en la vida, es que Jane estuviera en una banda ¿Acaso está bromeando? Aunque claro, ya la víp totalmente distinta a como la recordaba, puede ser verdad.

—Eso es bueno. — sonrió. — Pero no entiendo, nosotras las chicas no podemos estar en una banda.

—Claro que sí. — siguió fumando. — Es más, estoy en una banda de puras chicas.

— ¿Esto es cierto? — cuestionó con el ceño fruncido. — ¿Acaso estás bromeando?

—No, y por eso te he buscado.

—N-no en...tiendo Jane. — titubeó. — ¿Para eso me has buscado?

—Sí Pattie, ¿Sigues tocando la guitarra?

Guitarra, ah, el eterno amor de su vida, dejó de tocarla cuando le prometió a sus padres enfocarse únicamente a sus estudios si es que quería salir adelante, pero la guitarra... siempre ha sido su pasión y no toca tan mal, es más, según Jane, Pattie toca excelente.

—Eh...— pensó por instantes. — S-sí ¿Por qué?

—Verás. — caminaron por la banqueta con mucha tranquilidad, la gente y en especial los adultos miraban a Jane con mucha cautela, extrañeza y miedo. Mientras que para Pattie, el porte de dama que tenía no desaparecía, Jane prendió otro cigarro y siguió explicando. — Lo que pasa es que la banda es inestable, así que me di a la tarea de buscar a una buena guitarrista.

— ¿Inestable? ¿A qué te refieres? — cuestionó, alejando el humo de mi cabello y mi uniforme, si sus padres la olían, pensarían de lo peor.

—Sí, no estamos conformadas en casi nada, ni siquiera en los nombres, la bajista es una perdedora y creo que tú puedes ayudarnos. Vivimos cerca y tocas la guitarra como una diosa.

— ¿Lo crees así?

—Sí.

—Gracias pero no. — declinó la invitación. — Es que le prometí a mis papás que sería alguien importante y me enfocaría en mis estudios, además de que ellos ya no aprueban nuestra amistad.

—Vamos Pattie...— la miró de frente. — Esto es más importante que los estudios, esto es por una igualdad ¡Estamos hartas que crean que las mujeres no servimos para nada! Así que le daremos al mundo una lección y debes de estar ahí.

—P-pero, ya no me acuerdo como tocar.

— ¡Algo que se aprende de por vida, nunca se olvida! — Jane hacía ademanes como si estuviera en una asamblea. — Tienes que intentarlo, por favor.

—Bueno...— exhaló con duda. — Lo intentaré.

—Está bien. — se detuvo en la esquina. — Paso por ti a las 6.

—Muy bien, adiós. — Pattie se acercó a Jane para darle un beso, pero ella se negó, en vez de eso, se despidieron con un saludo "de hombres". ¿Qué le había pasado a la gran amiga de Pattie tan femenina que había conocido desde antes?

Se fue corriendo, para ella era fácil porque sus botas lucían muy cómodas, chocaba con todo el mundo y no le importaba, Pattie se fue caminando lo más rápido que pudo, pero esos tacones la iban a matar del cansancio, así que me los quitó y corrió hasta su casa.

—Pattie...—su madre llamó, pero era tanto su interés por subir a su cuarto, que no le hizo caso.

Subió y cerró la puerta al instante, aventó los tacones y su bolsa de estudios también, se quitó el saco y su cabello se soltó.

Buscó por todas partes, para especificar, detrás de su armario y ahí estaba.

Intacta como siempre, guardada en su estuche, la sacó y realmente no pudo evitar llorar, su "bebé" tumbada desde hace años, no quería dejarla ir.

Jane tenía razón, Pattie debía seguir sus sueños por primera vez, intentó ver si podía tocar y también tenía razón; lo que se aprende realmente, jamás se olvida. Para su fortuna, todavía aprendía bien los acordes sin dificultad.

Pero estaba desafinada, así que estuvo un par de horas intentándola afinar, hasta que así se logró.

—Patricia Anne Bayes. — su mamá entró molesta a su cuarto. — ¿Qué se supone que estás haciendo?

—Eh...— guardó rápido la guitarra. — N... nada mamá.

— ¿Con esa guitarra de nuevo, eh? — preguntó frunciendo el ceño. — Creí que teníamos un trato.

—Lo sé, pero es que... Jane quiere verme tocar.

— ¿QUÉ? — le iba a dar un patatús. — ¿Jane Anderson? ¿Una teddy Girl? ¿Una chica de esas que corre, fuma y se viste como mujer de la vida galante?

—Mamá, Jane siempre fue mi amiga.

—Claro, cuando era una mujer.

—Sigue siendo una mujer, además. — cargó la guitarra. — No debe de tardar en venir.

Observó su reloj, eran justo las 6 en punto, pensó que llegaría en media o una hora después, pero fue su sorpresa cuando la puerta sonó al instante y Pattie seguía con el uniforme del colegio.

— ¡No puede ser! Jane está aquí y...

—Patricia ¿Quién te dio permiso de salir?

—Mamá, por favor.

—No quiero que salgas con esa chica.

—Será solo una vez.

—Bueno...— aceptó a regañientes. — Pero, prométeme que no harás nada malo.

—Te lo prometo. — Pattie sonrió y se puso otro vestido.

Se tardó 30 minutos, pensó que su nueva y mejorada amiga se iría o algo así, pero no, Jane Anderson esperó con paciencia sentada frente a casa y Pattie bajó lo más rápido que pudo.

—Lo siento Jane. Pero estaba afinando mi guitarra.

—No hay problema, vamos. — dijo y se levantó.

—No pensé que llegarás exactamente a las 6.

—Ja, es típico de mujeres no estar listas a la hora. — sonrió y nos fuimos caminando.

¿Típico de mujeres? ¿Acaso Jane ya no es mujer? A Pattie le sorprendió su actitud, Jane usó una boina negra para contrarrestar su color rojo en su cabello. Las dos amigas caminaron durante largas horas, Pattie se sentía demasiado cansada y sentía que iba a desfallecer en cualquier momento.

—Donde... estamos...— suspiró, exhalando aire.

—En Hoylake, aquí es donde ensayamos siempre.

— ¡¿Vienes hasta acá?! — preguntó Pattie totalmente sorprendida.

—Sí, aquí veremos a Cynthia.

"No, no entiendo, no quiero, bueno si quiero, ¡No sé! ¡Estoy jodidamente aturdida y no sé qué pensar! Soy un poco menor que Jane, me lleva un año, y me siento nerviosa. Vienen unas chicas caminando, la principal es un poco baja de estatura, tiene el cabello rubio, todas tienen la misma característica de usar poca ropa de colores oscuros y siempre cargar un cigarro en sus manos." Pensó Pattie al borde del colapso.

—Hola Jane. — se saludaron chocando sus puños ¿Qué clase de saludo es ese?

—Cynthia, ella es Pattie.

—Hola. — la saludó mientras muerde un chicle, pero... ¡Que falta de educación!

—Que tal...— susurró aterrada.

—Ella toca la guitarra, vamos Pattie, enséñale.

— ¿Q-qué? — estaba tan apresurada que no tuvo tiempo de practicar. — Es que... no sé.

— ¿Solo venimos para perder el tiempo? — Cynthia comenzó a enojarse. — Que estupidez.

—No, no ¡Ella es muy buena! ¡En verdad!

— ¿En serio? — preguntó con duda. — Bueno, entonces, dame lo mejor que tienes.

Pattie la miró con enojo, se estaba burlando de ella, odiaba cuando la subestiman, ella no había practicado, pero confiaba en que todo saldría bien. Tomó su plumilla, la cargó un poco mal y comenzó a tocar, pero le salió terriblemente espantoso, además de que se rompió una cuerda y las burlas no tardaron en sonar, Pattie se sintió muy decepcionada y humillada.

—Nos vemos Jane. — contuvo mis lágrimas y tomó su guitarra por la espalda.

—No Pattie ¡Espera! — la sujetó del brazo, le quitó la guitarra a Cynthia. — Toma, toca con esto.

—P-pero...

—Ella no tiene lo que se necesita. — otra chica del bando de Cynthia, con el cabello rubio hasta los hombros comenzó a hablar. — Es demasiado débil.

— ¡Cállate Astrid! — Jane la silenció. — Haz tu audición de nuevo.

Pattie sintió sus fuertes miradas sobre ella, pensó que si se iba en ese instante, sería la burla de todas, además, no quería pasar como una retrasada que no pudo tocar bien, así que respiró mucho, se armó de valor, tomó la guitarra y comenzó a tocar de nuevo.

Ella tenía razón otra vez, era la guitarra, no la afinó bien, pero con la nueva que le habían dado era simplemente maravilloso, se sintió libre después de tanto tiempo y tocó con una pasión sorprendente, cuando abrió los ojos, ellas la miraron con sorpresa y alegría, supongo que realmente no se esperaban que Pattie tocara tan bien.

— ¿Y bien? — preguntó Jane al concluir.

—Pues bueno...— Cynthia dudó. — Su edad...

—Tengo 14, los acabo de cumplir. — dijo cuando salió del shock en que se encontraba.

—Imposible. — dijo la principal chica. — No puedes estar en la banda, tienes 14 años.

— ¿Y eso que tiene que ver?— cuestionó Jane confundida.

—Mucho. — aclaró Cynthia mientras encendía otro cigarro. —Queremos ser una banda de rock no un jardín de niñas o bailarinas de ballet.

Todas sus amigas se rieron ante este comentario y no sé porque, Pattie era buena para tocar la guitarra y no tenían ningún derecho a recriminarme por mi edad, esto es injusto, además, sus risas la hicieron sentir terriblemente mal. Solo quería llorar y salir corriendo, pero eso sería peor.

—Cynthia...eres una exagerada, ella también quiere cumplir sus sueños.

—Jane por favor, abre los ojos. Una chica como "Pattie" solo sirve para ser modelo y tener hijos. No tienen un espacio en el mundo del rock.

Su comentario la hizo enfurecer, ¿Para ser rockera es necesario lucir como ella? Pattie odiaba ser una dama, en verdad, pero no es motivo como para que ella la esté juzgando. Solo la miró con enojo mientras sus piernas se movían con nerviosismo accidental.

—Ay por favor...— Jane seguía insistiendo. — ¿Lo dices por su apariencia? ¿Ya te miraste? Tu pareces muñeca de vitrina, solamente que te vistes así para desviar aquella atención.

—Ese es otro asunto, pero nunca me vestí como señorita, esa vez me obligó mi madre.

—El punto es que... ¡No seas tan prejuiciosa, por Dios! Mira Cyn ¿Qué te parece si la ponemos a prueba?

—Mmm...— lo está reconsiderando, esta tan cerca de decirlo, fumó un poco mientras piensa. —No. — respondió totalmente seca.

Con ese no como respuesta, Cynthia acabó de hacer añicos su corazón y esperanzas. Pattie no conocía a otras chicas en todo Liverpool que tuvieran su tenacidad y enfade. Ahora, una de ellas (exactamente la líder), acababa de mandarla por un caño.

— ¿Que estas esperando?— preguntó. — ¡Largo de aquí!

No le era suficiente hacer su esfuerzo añicos, sino que también la echaba de su vista, Pattie supo que fue mala idea todo esto...

Se ha resignado, dio media vuelta mientras pensaba que será una dama y ama de casa cualquiera, sus lágrimas comenzaron a salir, en definitiva, Jane no la defenderá, ¡Es tan diferente! No es aquella amiga que recordaba, aquella dulce y adorable Jane. Ahora se ha vuelto igual de malvada que sus otras amigas, en especial de esa despreciable Cynthia. Estaba a punto de irse, cuando...

— ¡Espera Pattie! — escuchó la voz de Jane y la tomó del hombro. Luego volteó y miró a Cynthia con furia. — Nunca te he dicho nada malo, pero está vez...

— ¿Está vez qué? — preguntó la inminente líder con rabia.

—Cynthia, si Pattie no está en la banda. — dio un largo suspiro. — Yo tampoco.

Las demás "Teddy girls" que las acompañaban solo hicieron pucheros y ruidos de burla, era terrible la manera en como ellas se burlaban así, no podía creerlo, y sus lágrimas cesaron en cuanto escuchó eso ¿En verdad Jane la defendió así?

—No te necesitamos. — escuchó un bramido de otra chica, la que tenía cabello corto.

—Jane Anderson...— el tono de Cynthia era perverso. — ¿En verdad vas a olvidar lo que hemos hecho? ¿Todo nuestro trabajo? ¡Pensé que éramos amigas!

—Soy amiga de Cynthia, no de una teddy Girl que siempre quiere parecer malvada. — dijo Jane, seguía defendiéndola. — Ni siquiera le darás una oportunidad, eso no es lo que hace MI VERDADERA AMIGA.

— ¡Está bien! — Cynthia sucumbió. — Tú... Pa... pa... Patricia ¡Puedes estar en la banda!

—No quiero ser una molestia. — dijo tragando en seco. — Pero... ¡Te juro que me esforzare hasta ser una gran guitarrista!

—Eso espero. — pisó su cigarro. — Ahora tenemos que irnos.

Jane la acompañó hasta su casa, Pattie retractó lo anteriormente dicho: Jane resultó ser una buena amiga, en cuanto entró a su hogar, subió a su cuarto lo más rápido que pudo y practicó con su guitarra durante horas, es más, se quedó hasta el amanecer, hasta por fin poder esforzarme más, esto no era lo único que practicará, seguirá hasta ser la mejor, se lo prometió a Jane, es una apuesta contra Cynthia, no podía fallar, en verdad, no se permitirá fallar en esto. ¡Quería ser una guitarrista profesional!

(...)

— ¿Quisieras dejar esa maldita guitarra? Por favor.

Mamá entro a su habitación, eran 10 de la mañana y ella seguía tocando, se quedó desde las 6 de la tarde. Estaba cansada, sus ojos tenían ojeras y ardían, inclusive, hasta olvidó a ir a la escuela por eso.

—Se supone que deberías estar en la escuela Patricia, tu padre se parte el alma para que puedas ir a un colegio de calidad y ser una dama. — estipuló mientras abrió las cortinas de su cuarto.

—No sé qué quiero estudiar. — dijo en tono bajo y se acostó en la cama.

— ¿Estudiar? Patricia Anne, tu única vocación es casarte y listo.

—No quiero casarme. — tragó en tono seco. — Todavía no.

—Ah... ya veo, ya veo...— su mamá miró sospechosamente su guitarra. — Supongo que tu amiguita Jane Anderson te hizo cambiar de parecer ¿No?

—Sí. — admitió sin problema alguno. — Creo que tengo otros planes para mi vida.

—Puedo suponer ¿Cuáles?

—Quiero ser guitarrista en una banda de rock. — dijo algo nerviosa, realmente tenía mucho miedo.

Pensó que su madre la mataría, pero fue su sorpresa cuando en vez de eso, comenzó a reír como nunca, sonaba tan irónica, tan sarcástica, sus burlas la hicieron sentir mal, como si fuera un maestro burlándose de lo que un niño de 5 años puede hacer, no quería llorar, estaba harta de llorar, se levantó súbitamente de la cama hasta que le gritó:

—NO ENTIENDO ¿QUÉ ES TAN GRACIOSO? Mamá, por favor CUENTAME EL CHISTE.

Ella dejo de reír, tenía lágrimas pero de risa, tocaba su estómago con dolor por tanto burlarse, se recargó sobre la ventana y explicó:

—Ay Patricia, pensé que ibas a salir con algo como que querías ser la primera presidenta mujer de los Estados Unidos o ser una astrónoma muy famosa, pero me dijiste algo imposible.

— ¿Imposible por qué?

—Pattie ¿En verdad piensas que una banda de puras mujercitas puede triunfar en el mundo? Por favor...

—Está bien...— la confrontó. — Que a ti te hayan educado de esa manera, pero yo no seré así, yo quiero ser guitarrista además ¡Está es una nueva generación! Estoy segura que lo lograre.

—Voy a hablar con Margaret Anderson para decirle que meta a una clínica psiquiátrica a su hija Jane ¡Porque se volvió loca! — gritó y salió furiosa del cuarto.

"No puedo creerlo, se supone que tus padres y en especial tu mamá deberían apoyarte en tus sueños y todo aquello que quisieras lograr por más imposible que parezca pero ¡Al parecer en mi vida es todo lo contrario! ¡Mi madre me odia!" volvió a pensar Patricia cuándo miró a su madre salir.

Se fue y se bañó, luego, se puso el uniforme del colegio y fue a ese infierno otro día más, pero juraba que sería el último día. Y cuando fue la hora de la salida, corrió a su casa a prepararse, no dejaría que nadie la venciera tan fácilmente.

Pero su madre tenía otros planes para ella.

—No lo permitiré—dijo enojada— ¡No permitiré que arruines tu vida de esa manera!

—Mamá... no puedes evitarlo—aseveré— ¡Seré una gran estrella del rock!

—Jamás, no permitiré que salgas... ¡No irás a ningún lado! —la señora Bayes se puso frente a la puerta, imposibilitando toda manera de que Pattie pudiera salir.

Patricia la miró con mucho odio entre sus ojos, bufó peor que un toro. Su hija jamás sintió apoyo por parte de ella, al contrario, Pattie siempre creyó que su mamá la odiaba o algo por el estilo. Dio un largo bramido y la jaló del cabello. Tiró a la pobre señora al piso y empezó a golpearla tan fuerte como sus brazos le dieron permiso, la señora Bayes solamente pataleaba, y hacía absurdos intentos por detenerla, pero era imposible.

Pattie fue al baño y sacó una botella de cloro y una de limpiador de pisos. Ambos los tiró en el rostro de su mamá, mientras decía perturbadamente:

—. ¡Soy una buena mujer! Soy una buena mujer... una buena ama de casa, limpio y limpio—tomó su escoba y empezó a barrer encima de la cara de su mamá, esparciendo todo el líquido terrible por su rostro— ¡Soy una buena esposa! ¿Quién necesita una banda de Rock cuando puedes ser la mejor ama de casa del mundo!

Su voz cambió a algo realmente burlón y chulesco, reía y jugaba como niña pequeña con aires psicópatas. Mientras su madre se quitaba todo el ácido hogareño de su cara, Pattie fue por un sartén, aceite, huevos y una copa de vino.

—Ah... no, pero ¡También se cocinar! —le pegó en la cabeza con el sartén— ¡Mira! ¡Qué bien se cocinar! Le falta algo...—tiró el aceite por todo su cabello, la señora Bayes no dejaba de gritar llena de horror— ¡Aceite en todo el cabello! Sí, sí... muy bien, soy muy buena ama de casa.

La señora Bayes ya ni siquiera podía decir nada, se arrastraba rumbo a la salida, cuando toda su espalda recibió una lluvia de asquerosos huevos.

—Pero miren que hermoso gourmet me está saliendo—dijo Pattie jugando, como si hablara con alguien—, muy hermoso...—tiraba los huevos en todo el cuerpo de su débil madre— ¡Falta el toque final!

Pattie jaló el cabello de su madre, se había hecho todo un batido de cloro, limpiador de pisos, aceite y clara de huevo en todo el lugar, ni siquiera podía ni respirar. Así que Pattie la miró de frente y tiró la enorme copa con vino sobre los ojos de su madre. La señora Bayes dio un gran grito lleno de horror y sus ojos quedaron inyectados con los vidrios de la gran copa.

—Y este es el platillo principal—Pattie soltó la cabeza de su madre—, bonito e interesante platillo principal... ¿Ya puedo ser una madre?

Lentamente, el rostro de la señora Diana Frances-Bayes se iba deshaciendo lentamente entre todo ese ácido muriático que se le había impregnado, su cuerpo quedó entre todo esa combinación de distintas mezclas, y se fue alegremente.

Contrario de lo que ustedes pudieron haber creído, Pattie no fue a la primera reunión que tenía con el grupo de chicas que había conocido, lo que provocó la extrañeza de Jane Anderson, quién se presentó prontamente a la casa de su compañera. Fue su horror al ver a la señora Bayes así, pero corrió sin decir nada ni notificar a la policía, no quería que la culparan de asesina, cuando era claro... que ella no había hecho nada malo. La verdadera culpable ya estaba muy lejos de ahí. 

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