Bill Lebster
William "Bill" Lebster, quería ser Kurt Cobain.
Cada día que pasaba, el joven Bill no dejaba de frustrarse, deprimirse y llorar por no haber conocido a su ídolo y no llegar a ser ni una cuarta parte de lo grandioso que era Cobain.
Bill lo endiosaba, no veía a otro ídolo más que al "Rey del Grunge", escuchaba su música cada hora y momento del día hasta que quedaba completamente dormido. Se levantaba temprano para repetir la rutina durante mucho más tiempo y eso era su inspiración completa.
Pero ¿Por qué su obsesión al gran Kurt Donald Cobain?
Fueron muchas las cosas, la primera podía ser que se sentía muy identificado con él, demasiado. Tenían muchas similitudes, eran rubios, ojos azules, apariencia matadora, devotos de la guitarra y problemas existenciales, pero todo empezó cuando Bill tenía una pequeña y tierna edad.
Bill creció con los conceptos de que todas las familias son buenas y todos los padres siempre están ahí para cuidar y preservarte, de que si no tienes a tu padre y a tu madre en casa no puedes ser feliz y por lo tanto eres inservible, de lo maravilloso que es jugar con tu padre y que tu madre te haga de comer. Pero, si la vida era tan normal y feliz a esa edad, ¿Por qué Bill no tenía esa vida?
No veía a su padre desde hace varios meses y su madre no era la más amorosa del mundo. Se sentía deprimido porque su familia no era como la de sus amigos ni compañeros, creía ser la única persona solitaria en el mundo. Pero, en el año 1995, cuando él tenía 6 años, leyó que este famoso ídolo había crecido igual. Sus padres se separaron a una edad muy temprana y él no supo con cuál de los dos irse. Pero no se deprimió, al contrario, el pequeño Bill pareció sorprendido y maravillado por conocer al gran Kurt Cobain, escuchó un par de canciones a los 10... y así se constituyó su más grande obsesión por el líder de Nirvana.
Principalmente, esto se debía a que Kurt salió adelante, era normal, era una persona como cualquier otra, y había sufrido por algo similar. ¡Impresionante! ¿No? Bastante, en pocas palabras, el mensaje de Kurt que Bill aprendió fue "ser diferente no es malo".
Bill se daría cuenta que su mentalidad y la del joven Cobain eran muy similares, se parecían mucho más de lo que él creyó. Odiaban la escuela, el sistema, las reglas, tenían una percepción muy diferente de la vida. Así que, decidió llevarle el más grande tributo en su salida de preparatoria. Bill preparó una canción, su voz, y se aprendió la letra de la famosa canción "All Apologies".
La versión de él fue muy buena, tocó excelentemente la canción y su voz fue mucho mejor pero... ¿Lo malo? Sus intolerantes compañeros se burlaban y lo miraban con odio al cantar está famosa canción, solían reírse mucho de Bill por diferentes motivos. Una bolita de hombres decían que su ídolo era un "muerto drogadicto" y no valía la pena, otros por su situación familiar... y unos más porque Bill era amigo de un chico gay.
Total, las burlas y abucheos que surgieron después de la interpretación de "All Apologies" fueron demasiadas de las que Bill pudo soportar. Bajó del escenario tras una lluvia de basura y jitomates que recibió y no volvió a pisar la escuela jamás.
Cuando Wendy Lebster le cuestionó sobre esta decisión, Bill le dijo:
—Nada más, no me gusta ir a la escuela.
—Perfecto, ahora de que eres un baquetón inútil... ¿¿No quieres ir a la escuela??
—No, no quiero. ¡Déjame en paz!
La verdad, Bill no le quería decir a su madre que fue víctima de ese nuevo fenómeno llamado "Bullyng" por sus compañeros, no quería notarse como cobarde, además, tuvo que practicar y ensayar "All Apologies" casi a escondidas y de contrabando. Su madre no era fanática a la música de Nirvana, y le hubiera regañado peor si fue por esa canción.
Durante todo ese tiempo, Bill intentó absurdamente buscar trabajo, aunque aquello no le serviría de nada, solo quería seguirse comprando artículos de Nirvana, prefería gastar en eso que en ropa o comida, por eso, solo usaba un suéter rojo de rayas que ya estaba a punto de caerse. Sus vecinas que eran malas lenguas siempre susurraban y lo culpaban directamente de ser un drogadicto, pero él no les hacía caso.
Semanas después de haber dejado la escuela, Bill se re-encontró con Rory, su amigo gay. Era normal encontrar a Rory solo, pero Bill se sorprendió cuando detrás de él habían otros chicos diferentes, lucían amigables y un poco toscos.
— ¡Bill!—saludó Rory— ¡Me alegro verte, amigo!
—Hola Rory—se acercó Bill con sorpresa.
—Te presento a mis amigos, les comenté de tu perfecta actuación hace un par de semanas en la escuela.
— ¿Perfecta? Me abuchearon y tuve que huir corriendo.
—Fue perfecta, que ellos sean estúpidos para entenderlo, es otra cosa.
Bill sonrió.
—Como sea, ellos tienen una banda, es tributo a Nirvana—dijo Rory.
—Soy Dylan—dijo uno de ellos—el baterista.
—Kyle, bajista—dijo el otro—, nuestro vocalista dejó la banda y cuando escuchamos como Rory habló de ti... ¡Nos convenció!
—Gracias chicos, pero no estoy seguro—dijo Bill, al recordar el show que le haría su madre al saber.
—Vamos, inténtalo—Rory le dio una guitarra. — ¿Por qué no tocas "Come As You Are"?
Bill estaba nervioso, pero tomó la guitarra, la afinó, y empezó a cantar esa sencilla canción. Cerró los ojos ante toda su actuación, se había equivocado en dos notas y desentonó un poco, pero no esperó escuchar tan buenos comentarios.
—Excelente, sin duda, tú tienes que estar en la banda y ser el vocalista—dijo Dylan.
— ¿Q-qué? P-pero... ¿En serio? —preguntó Bill impactado.
—Eres perfecto para el papel—apoyó Kyle—, ¡Di que sí!
—Mierda, ¡Sí!—gritó Bill con euforia.
Los cuatro amigos se alegraron totalmente y dieron una palmada con sus manos, era prueba absoluta de que ellos estaban felices.
—Mañana en casa de Rory a las cinco—dijo Kyle—, ¡Te esperamos!
—Ahí estaré, sin duda—respondió Bill.
Todos se fueron a sus respectivas casas, Bill estaba irradiante de alegría, pero no sabía a quién decirle su inconmensurable felicidad, no podía creerlo. ¡Esa era la mejor manera de hacerle un tributo a Kurt! Estuvo como dos horas viendo la manera en como parecerse más a su ídolo, se sentía emocionado y entusiasmado.
Toda la mañana, tuvo que fingir sus ganas de que ya dieran las cinco. No temía, porque Wendy se iba a trabajar y lo dejaba solo, pero fue su sorpresa que justamente a esa hora, su madre no se iba a trabajar.
— ¿No irás a trabajar?—preguntó Bill con disimulo.
—Hoy descanso—respondió la madre.
¡Diablos! ¿Qué haría él? No le iba a pedir permiso, no le quería decir a donde iba, porque eso significaría dar argumentos y explicaciones, él nunca quería hacer eso con Wendy, porque su madre jamás entendía razones.
Así que decidió escabullirse solo, pero Wendy lo atrapó antes de que cruzara la puerta.
—William, si te vas a ir, que sea con tu ropa y no con esa mierda de guitarra.
—Volveré—dijo con presunción.
— ¿A dónde vas? Nunca obtendrás trabajo con esa cosa.
—Bien, madre—Bill se volteó y la miró con ojos petrificantes—. Voy con nuevos amigos, conseguí trabajo y fue gracias a "esa cosa".
— ¿En verdad? ¿De qué?
—Una banda tributo a Nirvana—dijo con valor.
Wendy quedó anonadada, abrió sus ojos con repulsión y caminó rumbo a su hijo con total odio. Lo sujetó del hombro y lo hizo caminar de regreso a la sala.
— ¿Qué mierda? ¿Vivirás tras la sombra del drogadicto de Cobain? No, no ¡Y mil veces no!
Wendy le quitó la guitarra y lo aventó al suelo. Bill nunca perdió las ganas ni el interés de golpear a su madre, pero no podía hacerlo, por mucho que la odiara, no se sentía capaz. Pero Wendy no tenía ningún remordimiento al golpear a su hijo, lo hizo muchas y repetidas veces. Hasta que lo hizo arrastrar hasta el sótano. Ya ahí, Wendy azotó la puerta y lo encerró con llave.
—No te voy a dejar salir hasta que abandones esa absurda idea de "ser como Kurt".
— ¡Yo solo quiero hacerle tributo!—gritó Bill desesperado— ¡Déjame honrar a Kurt como se merece!
—Joder, ¿Por qué tú? No quiero que seas un drogadicto suicida, ¡No tú, Bill!—su madre respondió y se alejó del sótano.
Y así pasaron varios días, Bill se sentía deprimido porque no pudo llegar con sus nuevos amigos Kyle y Dylan, lloraba, porque su madre le daba la comida por debajo de la puerta, como si fuera un animal, pero a la vez, eso le recordaba a "Paper Cuts", Bill pasó días en el ático, comiendo como perro, durmiendo con las ratas, se supone que eso debería ser malo, pero él no lo vio de esa manera, porque tuvo suficiente tiempo para reflexionar, iba a ser Kurt, siendo el resultado que fuera, no le importaba nada.
Y vio la sorpresa, cuando su madre abrió la puerta.
—Decidí que ya puedes salir—dijo la cínica de Wendy Lebster.
Bill salió del ático, parecía arrastrarse y su apariencia era desgarradora. Su voz había cambiado y pudo amenazar:
—Si no me dejas estar en esa banda, voy y te acuso con derechos humanos.
Wendy tuvo que aceptar a la mala.
(...)
Bill pudo ir con Kyle y Dylan para ser aceptado nuevamente en la banda, no quiso decir nada del porque su inminente ausencia, pero ellos veían algo diferente en Bill, ya no estaba desconfiado, ya se parecía mucho más a Kurt, cantaba con sentimiento y desgarradoramente, fue una total sorpresa para los dos.
Su banda no tenía nombre, solo se presentaban como "Una banda tributo a Nirvana" y muchos deducían que ese era el título del volante, ellos querían conocer el nombre verdadero, pero se sorprendieron al ver que probablemente ese era el auténtico nombre. Igualmente, las actuaciones eran feroces y más de uno creía ver al mismísimo Kurt Cobain, era lo que más llamaba la atención. La audiencia enloquecía al verlo y algunos aseveraban que él no estaba muerto, la fama creció como espuma y Bill fue conocido como "el nuevo Kurt" en redes sociales, las personas no dejaban de hablar de él, se volvió un fenómeno viral. Kyle, Dylan y Rory lo felicitaban por su excelente actuación, pero fue el último quién determinó que este cambió no era por la banda.
Rory conocía desde mucho antes a Bill, sabía que era una persona feliz y completa, pero ahora su cambio fue radical, ya no era ver a Bill Lebster, era ver a Kurt Cobain, en cada aspecto y palabra. Y así pasaron 10 largos años, la fama para "Una banda tributo a Nirvana2 creció por los cielos.
Bill ya estaba próximo a cumplir los 27, su fama fue total cuando él tenía 24 años, donde lo invitaron a ser parte de la película "Smells Like Kurt Spirit" siendo el indudable protagonista, él aceptó sin duda. Hoy es 2016 y parece mucho más encantado por ese papel. Recuerda la película como algo bueno y a la vez malo.
En las grabaciones, Bill pedía que le llamaran "Kurt" para sentir más el papel. La película fue todo un éxito en taquilla y casi todas las personas ya lo conocían de esa manera, ya nadie conocía a Bill Lebster, ni siquiera el mismo Bill Lebster, para él y para la audiencia, ya era Kurt.
Lo logró, era su sueño hecho realidad, pero su pesadilla siempre le atormentaba. Tenía un sueño constante, que era cuando su banda todavía seguía haciendo tributos en viejos locales. Visualmente, Bill se veía con su banda normal y empezaban a tocar esa canción que lo marcó tanto, "Paper Cuts", pero de pronto, él ya se convertía literalmente en Kurt. Ellos tenían varias diferencias como la corpulencia y el tamaño de las manos entre otras cosas, pero en ese sueño, se veía transformarse en él, Kyle y Dylan se convertían en Dave Grohl y Krist Novoselic respectivamente. Luego, aparecía una chica con la apariencia rara de una combinación de Courtney Love y Nancy Spungen, que sostenía a una niña en sus brazos, para que al final, toda la audiencia gritara sin césar: "¡Kurt, Kurt, Kurt!" ¡Le decían eso!
Bill no podía quejarse, ese siempre fue su sueño, quería ser Kurt y lo logró de manera significativa. Pero ¿Cuál era el costo? ¿Perder sus neuronas ante eso? Después de ese terrible sueño, ya no podía dormir en paz, ya no gustaba de ser Kurt, se sentía deprimido y frustrado. Ya era millonario, pero no había sacado ningún disco, ¿Para qué hacerlo? ¿Puros covers? Solo grabó el soundtrack utilizado para "Smells Like Kurt Spirit" y nada más, solo iba de lugar en lugar para hacer conciertos.
Bill no quería reconocerlo, porque a pesar de todo lo que él pensaba, su vida era un desastre, interna y exteriormente, no quería saber nada, no quería gozar de su dinero ni de sus millones. Solo se drogaba, pero ¿Por qué sentía esa situación tan terrible? ¿Por qué no podía disfrutar de todo su trabajo, si al final ¡Ya era lo que quería!? Ya era Kurt, ya todos lo conocían bajo ese nombre.
El 7 de julio, Bill cumplió 27 años, nadie estaba ahí para celebrar, pero no es porque no quisieran. Cientos de fans le habían enviado miles de regalos, Kyle y Dylan querían salir a celebrar, pero él no quería salir de su casa que tenía a fueras de la ciudad. Se había dedicado a escuchar "In Utero" casi todo el día, pensaba que aquel disco podría animarlo así como pasaban sus días antes. Pero no, de hecho, ya estaba harto de tanto Nirvana, de tanto Kurt, de todo eso.
—Mírate William Lebster—se decía frente a un espejo—, sí, porque ¿Recuerdas cómo te llamas, cierto? Eres William Lebster—repitió su nombre varias veces— No Kurt Donald Cobain, no eres Kurt, no eres Kurt... ¡¡NO ERES KURT!!
Pero aunque se dijera eso, su rostro simplemente decía otra cosa, además, como se había drogado, su rostro en el espejo se deformaba hasta convertirse en la del típico ídolo de Nirvana.
—No, no, joder ¡NO!—rompió el espejo— ¡NO! No quiero ser Kurt, ya no.
Pero era imposible, la depresión que estaba pasando, no lo dejaba dormir ni seguir adelante. Se sentía tan miserable. Incluso, escuchaba la voz del verdadero Kurt que le reclamaba y humillaba por haberle robado su identidad,
"¿Quién te crees tú, tío? ¿Crees que puedes robarme mi identidad, mis canciones y mi nombre? Joder, pendejo, consíguete una vida propia".
—Yo... yo no...—le respondía Bill.
"Qué tu vida sea tan miserable, no quiere decir que tengas que robarte la de otros".
—Lo siento...Kurt—decía lloroso y en pánico.
"Grítalo, grítalo y repítelo. ¡NO ERES YO!"
—No soy tú...—obedecía con amargura.
¡MÁS FUERTE!
—NO SOY KURT, NO SOY KURT—se acostó en el suelo y empezó a llorar, patalear y estremecerse— ¡PERDÓN! PERDONAME KURT... Eres tan único y tan bueno en el mundo, ¡Te necesito, rey del Grunge! ¡Perdón!
Y después de esto, ya no se escucharon las peticiones del alma en pena de Kurt Cobain.
Bill escuchó como alguien lo observaba, salió lentamente de su habitación y ahí hacían las dos personas que menos quería ver.
Wendy y Donald Lebster.
— ¿Qué hacen aquí, hijos de puta?—preguntó cuál ebrio.
—Veníamos a celebrar tu cumpleaños—dijo Wendy con temor.
—Jodanse—dijo Bill.
—Además, te escuchamos. ¿Te gusta pagar el precio por no tener personalidad?—preguntó Donald, estaba siendo malvado, y lo sabía.
—Ustedes tienen la culpa por ser tan miserables y malos conmigo—dijo Bill, expresando por primera vez su dolor verdadero—, ustedes nunca me enseñaron a ser yo mismo. Yo no admiraba a papá como los niños de mi infancia, yo admiraba a ese "drogadicto suicida" que escuchaba cada noche mientras lloraba. ¡No quería ser él! ¡No quería ser Kurt! Porque como él... nadie.
—Debiste haberlo pensado antes, William.
—Soy William, me arrepiento de serlo. Soy Kurt y me arrepiento también.
—Lo bueno es que ya bajaste de tu nube—dijo Wendy.
—Jodanse, váyanse, púdranse, yo que sé. Pero déjenme tranquilos. Oh, Wendy—volteó a ver a su madre—, siempre me preguntaste a quién de ustedes dos prefería. Entérense, odiaba, odio y odiaré a los dos por igual...
Subió a su cuarto, el piso estaba lleno de cervezas, cigarros y botellas. Pero en el armario, estaba una escopeta, una que utilizaban para cazar.
Su vida era miserable, ¿Por qué no acabar con ella de una vez?
Puso la escopeta sobre su boca, y acabaría igual que Kurt, a la misma edad, de la misma manera y en la misma ciudad. ¿Qué podía perder?
Pero luego se detuvo y pensó: ¿Por qué él tenía la culpa? ¿Por qué se sentía miserable? Él no tuvo nada de malo, él solo fue como debía ser, el mismo. Pero ¿Por qué debería morir él? No, no, al contrario, él debía seguir teniendo vida. Él no fue el culpable, sus padres lo fueron.
Así que, se esnifó dos líneas de cocaína y bajó a la sala. Ahí estaban sus padres, tomando un buen café y platicando, los miró, los apuntó con la escopeta y les disparó a ambos de un jalón, sin pensar, sin decir nada. E inexplicablemente, sintió una felicidad rara.
— ¿Ves, Kurt? Debiste haber hecho hace mucho... mucho tiempo.
Salió de su casa y escondió su arma, condujo en su coche hasta lo más lejos. Y de pronto, cada canción de Nirvana volvía a prenderlo con la misma pasión de hace diez años. Lo admiraba y de creer que era el Kurt de su generación, era algo que lo motivaba más.
"¿Feliz?" la voz de Kurt volvió a atormentarlo.
—Demasiado viejo, muy feliz.
"Oficialmente eres yo. Oficialmente has perdido la poca personalidad que tenías"
—Claro, eso era fácil de ver—le respondió Bill.
"¿Por qué no bajas y caminas? A ver si dejo de molestarte. Asesino, mataste a tus padres y tu poco sentido de la cordura"
—Gran idea, Kurt.
Y así, Bill dejo su automóvil y caminó varios kilómetros. Intentaba ignorar las voces ruines de Kurt que le reprochaban y enojado hacía expresar su inconformidad porque le habían robado su vida y nombre. Bill al principio le ignoró, pero pronto, eso se volvió una rabieta total.
"Mira, una cabaña. ¿Crees que haya gente?"
—Probablemente—respondió.
"Genial, pero dime. Si te presentas, ¿Cómo dirás tu nombre? ¿William Ronald Lebster o Kurt Donald Cobain?"
—La segunda—dijo con risas.
"Imbécil, eres una vergüenza. ¿Sabes por qué te abuchearon en "All Apologies"? Porque yo hice que lo hicieran, yo controlé a tus compañeros. Mira manera tan asquerosa de arruinar mi disculpa para Frances y Courtney"
—Si claro... como no.
"Es cierto, gracias por cagar mi nombre"
— ¡Ya, cállate Kurt!—gritó Bill desesperado— ¿No entiendes? ¡Guarda silencio, gran cabrón marica!
"La única manera en que puedes callarme, es si metes esa escopeta en tu boca y le aprietas el gatillo".
—Perfecto. Eso haré.
Bill estaba a menos de diez metros de pisar la cabaña que encontró, pero se detuvo, porque ya no aguantaba a Kurt, así que agarró la escopeta, la metió en su boca, apretó el gatillo y murió.
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