❝Capitulo 14❞

Se podía sentir la tensión en oleadas pesadas. Jisung ardía de rabia no solo porque estuvieran a 37° sino porque odiaba el color rojo de su cabello y odiaba tener que fingir que quería que esa boda se llevara a cabo.

A una semana de la boda, el grupo se dispuso a ir a la cata del pastel. Se les dio casi dos docenas de diferentes pasteles para que decidieran uno y mientras Jisung enterraba el tenedor sobre uno de chocolate y vino tinto trataba de idear una manera de hacer que el pedido jamás llegara a su destino. Hyunjin le había dicho que sería mejor que el pastel sufriera un "accidente" justo el día de la boda, cayendo de su base y hasta ahora creía que era un plan cliché pero qué más daba.

—Me gusta el de vainilla y nuez ¿Qué hay de ustedes?– Felix sonreía alegre como si hubiera decidido ignorar la pelea del día anterior.

—Me comería el de dulce de leche en ésta vida y cien más– Seungmin parecía estar a punto de sufrir un orgasmo tan solo probando el pastel.

—Creo que el de chocolate de tres leches y crema batida es perfecto–Chan dio una probada a otra rebanada. —Aunque el de vainilla con salsa de arandano es suave y menos empalagoso.

—¡Tiene que ser el red velvet con trozos de chocolate y cubierta de crema chantilly SI o SI!– Jeongin alzaba el plato en donde solo quedaban migajas de pan rojo.

Minho observó el pastel de dos sabores con betún blanco y flores de azucar que esperaba frente a él para ser probado. La verdad era que no se consideraba realmente fan de las cosas dulces.

—La decisión es difícil– Felix esbozó una mueca —¿qué opinas, amor?– pidió la opinión de su prometido.

—El que tú quieras será perfecto, FeFi.

—No es justo, debí haber traído a Soojin noona–Felix dibujó un puchero en sus labios el cual Changbin besó rápidamente.

—¿Por qué nadie pide mi opinión de catador experto?– se quejó Hyunjin quien aún seguía comiendo de todas las muestras.

Luego de un gran debate se decidió que el de vainilla y nuez funcionaría pero solo porque obtuvo tres votos a favor, obviamente esos votos los dieron Felix , Changbin y naturalmente Minho quien se caracterizaba por ser complaciente.

Esa tarde el pelinegro decidió que era el momento indicado para disculparse pero Jisung lo estuvo evitando como era costumbre desde hace tiempo. Finalmente, logró atraparlo cuando se disponía a ir a dormir.

Minho siguió su ejemplo y antes de que Jisung entrara a su habitación lo sujeto del brazo y entró junto con él.

—¿Ahora qué?– preguntó desconfiado.

—Quería disculparme, actúe como tonto aunque no te quedas tras, de todos modos quisiera que...

—Dame una mamada– interrumpió Jisung.

Minho casi se atraganta con el aire que respiraba en ese momento.

—No aceptaré tus disculpas si no lo haces. 

Jisung estaba seguro de que se negaría. Analizó la mirada sería de Minho y sintió una punzada de puro estres. Necesitaba liberarlo todo o terminaría loco.

Fue así como terminó estampando al pelinegro contra la pared dando un beso hambriento como a los que Minho ya empezaba a acostumbrarse. Fue duro, sensual, lleno de una fuerza sexual tan intensa que por un momento ambos se sintieron mareados y confusos.

Cuando Minho menos se dio cuenta ya estaba siendo arrastrado hacia la cama. Trato de obligarse a si mismo a detener lo que sea que estuviera a punto de pasar pero se sorprendió al notar lo desesperadas que se encontraban sus manos, picando y ardiendo en busca de mas contacto con la piel de Jisung.

El ahora pelirrojo jadeaba sobre los labios del otro, tirando de la ropa en arañazos tratando de arrancarla lejos del camino. Empujó a Minho sobre la cama y se dejó caer sobre él volviendo a devorar sus labios, gimiendo ante el sabor extrañamente dulce y agradable. Su cuerpo se sentía caliente, jamás se había sentido así de necesitado en su vida.

—Si no me follas hoy te voy a matar– gruñó, separándose para lamer y besar la barbilla del pelinegro, siguiendo por la línea de la mandíbula hasta la oreja izquierda donde succionó y mordisqueó el lóbulo.

Minho sintió una sensación electrizante recorrer cada nervio de su cuerpo. Se arqueó sobre la cama, sus manos sujetaban la cadera de Jisung buscando rozar sus entre piernas inconscientemente.

—Preparame– pidió Jisung casi desesperadamente mientras seguía con la tarea de recorrer con sus labios el cuello de Minho hasta llegar al pecho.

La mente del pelinegro era una maraña de pensamientos confusos pero por suerte sus manos tenían razonamiento propio al parecer ya que de inmediato las hundió bajo la cinturilla del pantalón y la tela elástica del bóxer de Jisung.

Lo escuchó gemir. Los labios del pelirrojo presionaron sobre sus clavículas, lamiendo y moviendo las caderas en círculos. Las manos de Minho apretaron los glúteos redondos y suaves, separandolos al mismo tiempo que la yema de sus pulgares rozaba la sensible entrada.

—Ah... Jodido infierno, me encanta... No pares–Jisung se empujó más contra las manos que lo acariciaban, sus propias manos tiraron de la camisa de Minho para abrirla de un jalón.

Su boca salivaba y sus ojos brillaban con hambre cuando tanto músculo apareció ante sus ojos. Se inclinó para lamer y besar aquellos ejercitados pectorales, bajando con su escurridiza lengua hasta los erectos pezones donde chupó.

Minho vio las estrellas por apenas segundos antes de mover uno de sus dedos alrededor de la contraída entrada. Sabía lo que debía hacer, es decir, era virgen no idiota. Aún así una parte de él le decía que estaba haciendo algo incorrecto. Jisung se desesperó y tomó la decisión por si solo.

El pelirrojo sacó una botella de lubricante y condones quien sabe de donde mientras Minho aún trataba de comprender. Con ojos entre cerrados lo vio desnudarse rápidamente y trepar de nuevo a la cama. La visión de la hermosa piel de Jisung hizo que la polla de Minho palpitara casi tanto como su acelerado corazón.

Jisung se puso a cuatro encima de Minho justo después de llenarse la mano entera con lubricante y llevarla hacia atrás donde masajeó antes de introducir uno de sus dedos. Llevaba un tiempo siendo el activo aunque eso no significaba que no le gustara tener cosas enterradas en el culo. A pesar de eso, su entrada ardió ligeramente cuando metió un segundo dedo casi de inmediato.

Se ajustó a la intrusión y empezó a retorcer ambos dígitos dentro y fuera, buscando su próstata mientras debajo de él, Minho quedaba en blanco con una gran erección en sus pantalones.

Luego de minutos eternos en los que Jisung simplemente cerró los ojos y se jodió a si mismo por fin decidió que era el momento.

—Condón– masculló entre dientes, abriendo uno de los envoltorios hasta ponerlo en la polla de Minho la cual sacó de su escondite a punta de tirones violentos.

Sus manos temblaban mientras se acomodaba a horcajadas, tomando el pene del pelinegro con una mano para colocarlo en el sitio correcto. Minho abrió mucho los ojos cuando sintió la presión sobre la punta hiper sensible de su miembro y de pronto esta misma se abrio paso al interior de la estrecha cavidad.

Jisung gimió de puro alivio al sentir la extensión que lo abría para tomarlo. Sus ojos rodaron hacia atrás cuando se arqueó en el aire y se dejó caer por completo sobre todo el falo hasta la empuñadura.

Minho veía atónito como el cuerpo sudoroso del pelirrojo se movía en círculos para acostumbrarse antes de alzar las caderas y dejarse caer de nuevo hasta el fondo, chocando sus nalgas contra aquellos benditos muslos, creando un chasquido jodidamente placentero.

Lo que le siguió fue la follada más hambrienta del mundo con Jisung moliéndose sin descanso sobre Minho mientras articulaba palabras sin sentido, luciendo medio ido cuando arañaba el ambdomen del pelinegro buscando su propio placer.

El cuerpo de Minho estaba tenso, sufriendo descargas de placer que lo dejaban jadeando cuando enfocaba la mirada y observaba el rostro y cuerpo de Jisung. La escena era demasiado erotica pues sus ojos no podían creer lo que veían. Jisung sudaba y lloraba de placer, su propia polla agitándose de arriba abajo con cada movimiento, salpicando de líquido preseminal su vientre y el de Minho.

—No puedo... No puedo...– sollozaba entre dientes, su gesto era de desesperación —follame... Por favor, por favor...

Minho ni siquiera era completamente consciente cuando rodó hasta dejar a Jisung abajo, alzó las piernas del pelirrojo y empezó a moverse con desesperación entrando y saliendo de él como un demente.

Jisung se aferró de lo que pudo mientras gemía casi gritando y se dejaba joder con las piernas bien abiertas encima de los hombros de Minho. La cabecera de la cama chocaba contra la pared y los ruidos que hacían eran tan escandalosos que seguro la mayoría podía escucharlos pero ninguno de los dos pudo obligarse a que les importara.

No hubo mas besos, caricias o siquiera sonidos entendibles. Simplemente hubo sexo duro y del bueno que dejó a ambos aturdidos y sin respiración cuando el orgasmo los alcanzó.

Para cuando Minho terminó, su vista quedó en negro por un instante antes de caer agotado encima del pecho agitado y sudoroso de Jisung con las piernas del pelirrojo a su alrededor flojas por el cansancio y su pene aún enterrado en el cálido interior.

Y entonces se dio cuenta. Ya no era virgen.

🌼🌼
➜᎒minsungpapas.

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