Capítulo 27: Confusión

El primer capítulo de mi manual para arruinar posibles relaciones se titularía: intenta besarla. En él explicaría las desventajas de ser un impaciente. Un resumen de quinientas hojas bastarían.

Si antes estaba a diez kilómetros de ganarme el corazón de Miriam ahora podía darme por descalificado de la competencia.

Después de la llegada de nuestro jefe Miriam me dirigió la palabra apenas lo necesario, buscó excusas para reducir todos nuestros posibles encuentros y comió fuera de la empresa con tal de verme. Dulce me preguntó qué sucedía, me hice el desentendido y ella asumió algo malo había pasado con Sebastián.

Ojalá pudiera culparlo de mi estúpido impulso. Había firmado mi propia sentencia, dejándome llevar por lo que sentía. No medité si era lo correcto, si tendría consecuencias. Pensé llegaría un buen final. La única manera en que imaginé podía acabar mal sería que Miriam me rechazara, pero no vi un indicio para que me detuviera. Cuando me acerqué ella siguió mirándome y no podía resistirme. Era un deseo que no quise olvidar en el tintero de hubieras. Perdí la oportunidad por un efímero gusto.

Una notificación a mi celular interrumpió mi juicio. El club de los cobardes hace un rato había comenzado una charla que ignoré. Por mera costumbre revisé los últimos mensajes. Me arrepentí de haberlo hecho al descubrir en torno a quién giraba la conversación.

Sebastián había regresado con la firme idea de conquistar a Miriam. Él no perdería el tiempo. Él no lo arruinaría. Él sí sabía cómo hacer las cosas. 

Estuve a punto de silenciar el aparato porque no quería seguir leyendo sus aciertos cuando mi nombre apareció en la pantalla.

Mimi
Y ahora tengo un problema más grande. ¿Recuerdan a Arturo?

Pao
¿Tu amigo?

Alba
Se acostaron. Te lo dije. 

Mimi
Claro que no. No me acosté con él.  Pero casi nos besamos. No sé. Todo pasó muy rápido. Ni siquiera sé cómo terminamos así. Yo creo que casi nos besamos. Quizás fue mi imaginación.

Pao
Si dices que casi se besaron es porque casi se besaron.

Tía Rosy
Que suertuda. Cuando llegaste aquí nadie te pelaba y ahora tienes a dos. ¿No deberían descalificarle por eso?

Mimi
No tengo a dos.

Alba
Sí, haces bien no ilusionándote. La mayoría de los hombres besan por mera diversión.

Venado
Pero también hay algunos que lo hacen porque sienten algo por ti.

El_Extranjero
Hablas de nosotros como si fuéramos unos monstruos.

Rayo_McQueen
Ah, ¿no lo somos? Avisen.

Pao
También hay hombres que se fijan en los sentimientos.

Tía Rosy
Ándale sí 😂😂.

Alba
Uno entre un millón.

Mimi
Yo creo que sí los hay. Simplemente depende de la manera en que ven el amor, su crianza y experiencias.

Tía Rosy
En resumen no.
Pero no te preocupes, Mimi, tú tienes hasta para escoger.

Mimi
No tengo para escoger. Algo deben traerse entre manos. No sé, quizás solo juegan.

Venado
Puede que uno esté jugando y el otro va en serio.

Mimi
Sí. Tienes razón. Tal vez Arturo solo estaba retándome porque le dije que no podía ponerme nerviosa. Quizás quería demostrarle lo contrario.

Venado
O pensándolo bien tal vez los dos van en serio.

Tía Rosy
Avienta uno para acá.

El_Extranjero

Las personas no son donaciones, señora.

Tía Rosy
Uy, que amargado.

Pao
¿Y tú qué sientes?

Miriam
No sé.

Venado

¿No sé?

Miriam
Es decir, he estado enamorada de Sebastián desde hace años. Es solo que Arturo me confunde.

Venado

¿Te confunde? ¿En qué sentido?

Miriam
Me gustaría tener una respuesta definitiva.

Yo también. Confundía a Miriam, ese era una buena noticia. El problema era desconocer hasta qué punto.

Tía Rosy
Este chisme está bien bueno, como para hablarlo con una cerveza.

El_Extranjero
Oh, no, no. Ya sé a dónde va esto. No nos veremos en persona.

Tía Rosy
¿Por qué no? ¿Tienes miedo descubramos que eres una chica de quince años?

El_Extranjero
Claro que no. Soy un hombre. El problema es que no soy de la ciudad.

Alba
Tu ubicación dice Monterrey.

El_Extranjero
Monterrey en Europa.

Tía Rosy
La mejor que se ha avanzado este compa 😂😂😂😂.
Como líder del grupo yo pondré las cartas sobre la mesa.

¿Conocen La Morenaza del Norte?

El_Extranjero
No.

Alba
Suena a un bar de mala muerte.

Tía Rosy
Pues búsquenle en Google que para eso está.
Bien. Es un centro para jugar boliche. Con un montón de gente, muchas familias, para que no piensen que los quiero secuestrar. ¿Cuánto me darían por ustedes? Me saldría más caro alimentarlos.  

Una amiga trabaja ahí. Le diré que me separe para esta noche la mesa dos. Lean bien.

Dos. Dos. Dos.

Esa es la manera en que vamos a saber quiénes somos. Si ven a alguien que no es del club lo empujan o algo porque yo voy a llegar con los que estén sentados en esa mesa. Los vería a las ocho. Hoy. ¿Jalan o son unas gallinas?

Nadie contestó el mensaje, pero por alguna extraña razón supe que esa mesa no estaría vacía. «¿Miriam se animaría a ir?». Si eso sucedía no podía aparecerme por allá o quedaría al descubierto. Sin embargo, también me perdería la oportunidad de conocer a esas personas, las novedades que nacieran en una charla. Pensé, pensé y repensé mis posibilidades. La plática se centraría en Miriam, ¿qué tanto cambiaría su visión esa noche?

Y en medio de mi análisis nació una idea. Una que debí ignorar, pero que no hice porque me había decidido, de manera inconsciente, a conocer al club de los cobardes.


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