Ultimo

"¡Viva la France! ¡Croissant, baguette, champignon oui oui!"

"Milo, basta, la gente nos mira..."Camus iba caminando con la cabeza gacha, apenado por la infantil actitud de su novio, quien se encontraba muy emocionado por visitar por fin París.

"Perdona Camus..." se giró para quedar de frente al acuario, estorbándole el paso mientras le sonreía ampliamente "Pero estar aquí contigo es como un sueño hecho realidad" dijo con un tinte de pena. Camus se le quedó viendo con los ojos entre cerrados y estaba a punto de decirle que era un cursi sin remedio cuando miró por sobre el hombro del griego a un grupo de chiquillas que los observaban. Al notar Milo que Camus se había quedado viendo a otro punto que no eran sus ojos se giró, encontrándose con la mirada curiosa de unas jovencitas que no debían pasar de los 16 años.

"Es muy lindo ¿verdad...?"

"Me pregunto si tendrá novia..."

"Me gustan los chicos de cabello azul como él *suspiro* se ve tan misterioso y varonil..."

Gracias a su agudizado sentido del oído, por su condición de caballeros de Athena, (y también a que Milo había aprendido a lo largo de los años francés) ambos pudieron escuchar la "interesantísima" conversación que tenían las jóvenes, en la cual concluyeron estaban hablando de Milo. Cuando ellas notaron que las veían soltaron unas cuantas risillas mientras una, cabe mencionar que la más osada, le lanzó un beso al peli azul.

Milo arqueó una ceja y sonrió entre apenado y divertido por el gesto, a lo que Camus volteó a verlo fulminantemente, pues a veces el griego no era consciente de que su travieso y desenvuelto carácter se podía tomar como coquetería. Lo que el francés no había tomado en cuenta, hasta ese momento, es que el hecho de que tan solo caminara al lado de Milo sin siquiera mirarlo ocasionalmente daba la impresión de que era tan solo su amigo.

Las muchachas comenzaron a murmurar entre ellas, emocionadas por que habían logrado captar la atención del griego, pero pronto esa emoción se turnó en asombro cuando Camus tomó la mano de su novio, les regaló una mirada más fría que el cero absoluto y después lo jaló por la nuca besándolo.

Milo tenía los ojos abiertos como platos mientras el francés le daba un beso un tanto telenovelesco y exagerado, pretendiendo que con él no quedara lugar a dudas de quien era dueño de aquel "peli azul misterioso y varonil". Cuando Camus rompió el beso las vio con desdén, puso la mano de Milo en su cintura y caminó pasándolas de largo con la cabeza en alto, ellas los siguieron con la mirada bastante confundidas al igual que el griego, quien sonrió para después afianzar su agarre al francés.

A medida que se alejaban Milo no podía despegar los ojos del rostro de Camus, esperando que al sentir su mirada le diera alguna explicación a su comportamiento anterior, pero el peli aguamarina permanecía impávido viendo hacia enfrente, mas alejándose a toda prisa de ahí.

"¿Qué ha sido todo aquello?" se animó a preguntar el oji verde, al ver que Camus no pensaba hablar del tema "Tu jamás me habías besado en público, ni siquiera un beso de piquito...es más, no recuerdo que alguna vez me hayas tomado la mano..."

"...Debe haber una mejor manera" le interrumpió Camus, ignorando olímpicamente las observaciones del menor. Milo arqueó una ceja, pues eso para nada respondía su pregunta, así que presionó un poco más "¿Estas...celoso?" le sonrió de lado, mientras lo veía con picardía.

Camus volteó encontrándose con los bellos ojos verdes "No" respondió tajantemente "Es solo que me molesta que seas tan estúpido..."le volteó la cara.

Las palabras de Camus lejos de enfadar a Milo le divertían, pues lo conocía más de lo que él lo hacía y su pregunta era más bien retorica. Al tenerlo de la cintura no le costó trabajo girarlo hacia él para que lo viera de frente, tomándole la cabeza con ambas manos por las mejillas a la vez que le sonreía tiernamente "Primero me arrancaría los ojos antes de fijarme en alguien más..." le dijo sin pena "...Me mordería los labios hasta sangrar antes de pronunciar con amor algún otro nombre..."

"Milo..." susurró el francés, conmovido por sus palabras. El griego le pellizcó una mejilla, volviendo a su usual semblante que distaba mucho de ser romántico, a lo que Camus volteó los ojos hacia la mano "atacante".

"...por los Dioses, debe ser Paris" sonrió el griego "Vámonos de aquí antes de que te pida matrimonio sobre un globo..."

Camus le rodó los ojos esbozando una leve sonrisa "Deberíamos volver al santuario, ya ha pasado demasiado tiempo..."le dijo. El escorpio asintió con la cabeza "Comienzo a extrañar la privacidad de nuestros templos..." mencionó mientras bajaba peligrosamente su mano desde la cintura del acuario hasta su espalda baja.

"Milo..."le dijo tomándole la mano y colocándosela de nuevo en la cintura.

"¿Qué? ¿Demasiado rápido?..." preguntó, obteniendo un prolongado silencio como respuesta.

...O...

"¡Mu-sama! ¡Mu-sama!"

Los niños se amontonaron alrededor del lemuriano a penas lo vieron entrar, este les sonrió cálidamente, abrumándose un poco por la atención.

"¿Dónde estaba? Lo extrañamos mucho" dijo con timidez una pequeña niña, quedando a una distancia respetuosa de él, que el muviano acortó revolviendo juguetonamente sus cabellos.

"Tuve que ausentarme un par de días, pero ya estoy de vuelta, espero y me perdonen" la mirada brillosa y la dulce sonrisa de algún modo le parecieron diferentes a los niños, algo había pasado en esos dos días, algo muy bueno sin duda...

"¿A dónde fue?" insistieron los pequeños, movidos por la curiosidad propia de su edad.

El ariano negó con la cabeza "No fui a ninguna parte, tuve un visitante que viajo de muy lejos para acá y no podía dejarlo solo" sonrió, no podía mentirle a los niños, por lo que una verdad a medias bastaría para saciar su curiosidad, o eso creía él.

"¿Un visitante? ¿De dónde?"

"¿Cómo es?"

"¿Es un chico o una chica?"

La pequeña niña de un inicio se aferró a la túnica del lemuriano de una manera un tanto laxa, pero lo suficientemente notoria para que Mu volteara hacia abajo a verla, ella mantenía la mirada en el suelo y el mencionado la vio con curiosidad "Lo quiere más que a nosotros ¿Verdad? Por eso nos dejó..."

El ariano se hincó para quedar a la altura de la pequeña y buscó su mirada "No es así, ustedes son muy importantes para mí también, existen diferentes tipos de amor..."

"Y... ¿Qué tipo de amor le tiene a esa persona?"lo interrumpió la niña, a lo que Mu abrió grandes los ojos por la pregunta, mas inmediatamente su mirada se suavizó, cargó a la niña en brazos incorporándose después y volteando a ver al resto de los niños "Bueno, ha sido suficiente charla por hoy, vayamos al patio a jugar a la pelota..."

Y con ese enunciado logró que los pequeños se olvidaran de todo el asunto, sin duda el haber criado al curioso y travieso Kiki lo convirtió en un experto para evadir preguntas infantiles.

...O...

En la sala del patriarca, la cual desde hacía un par de días estaba vacía, Saori se encontraba con Saga tomando el té.

"¿Cuando fue que te percataste de ello?" preguntó la joven, para después darle un sorbo a su taza, sin retirar la vista del géminis.

"A decir verdad, a penas ayer, en realidad no veíamos mucho a Shion, pero cuando Milo y Camus llegaron al santuario y fueron a reportarse con él, encontraron la sala vacía, además de que tampoco hemos visto al caballero de libra desde hace un buen tiempo...suponemos que están juntos" soltó con sinceridad, sin ningún afán de perjudicar a los mencionados.

"Ya veo..." la diosa colocó su taza sobre el delicado platito de una vajilla que había pasado por generaciones de santos, se le quedó viendo largamente y esbozó una sonrisa "Esta vajilla Saga, ha pertenecido a este santuario desde antes de que cualquiera de nosotros pusiera un pie en él, es tan antigua que estoy casi segura que ha pasado por lo menos dos guerras santas, sin embargo..." Saga volteó a ver su taza, a pesar de que aun podía beber el té en ella, se veía anticuada y frágil, y de pronto temió que por su antigüedad en un movimiento natural la fuese a dañar, pero su miedo se rompió junto con la taza de Saori, quien la tiró a propósito al suelo "...no porque haya durado todo este tiempo aquí, quiere decir que debemos aferrarnos a ella como si fuese la única opción que tenemos..."la joven notó la mirada de desconcierto de Saga, quien aun veía los fragmentos regados en el piso confundido.

"...hay que estar abierto a la posibilidad de que quizá, alguien llegue y la rompa..."la griega miró al peli azul con aquella mirada cargada de amor que la caracterizaba por un par de segundos, y Saga comprendió inmediatamente a que se refería.

"Athena..." murmuró conmovido.

La joven lo vio con infinita ternura y le dijo suavemente "Debo volver a Japón, pues tengo unos asuntos urgentes que arreglar, sin embargo volveré en un par de días. Cuando lo haga quiero que convoques a todos los santos de oro, que tengo algo importante que decirles..."

...O...

"Shaka-sensei" se inclinó respetuosamente Shun al ver entrar al templo de virgo a su maestro, quien le pasó de largo haciendo tan solo un movimiento de cabeza a manera de saludo, el japonés estaba perfectamente acostumbrado a las maneras tan impersonales de ser del rubio, aun que él mismo no había conseguido desarrollar algo similar, había aprendido con el paso de los meses a tratarlo con algo que rayaba entre la indiferencia y el respeto, esto de manera simulada ya que en realidad le tenía un especial cariño a Shaka por todo aquello que le había enseñado.

"Espero que hayas continuado con tus meditaciones a pesar de mi ausencia, caballero"

"No me atrevería a desobedecerlo, mi señor"dijo solemnemente"Sin embargo, debo admitir que debido a las situaciones que se han venido suscitando en el santuario, me resultó un tanto difícil..."

El aún caballero de virgo arqueó una ceja "¿Qué situaciones?"

Shun de pronto volvió a ser él mismo, poniéndose un dedo en la barbilla y volteando los ojos al cielo, recordando "Veamos... el día de ayer Milo y Camus volvieron de Francia..."

Flashback

"¡Camus! Cumpliste tu palabra y regresaste" un aliviado Afrodita entraba al templo de acuario solo para confirmar que su vecino había llegado "Sentí tu cosmos y el de Milo entrando al santuario..." sin que se le solicitara el piscis comenzó a ayudar a Camus a desempacar sus cosas.

"Afrodita, no es necesario..." dijo el galo a la par que sujetaba el otro extremo de la camisa que el piscis había tomado, este la soltó ofendido "No quería ayudarte, solo estaba asegurándome de que ese feo suéter estuviera vistiendo ahora a algún vagabundo en Francia..." mintió, y sintió repulsión al notar que Camus traía puesto dicho suéter.

"¿Hablas de este?"le dijo señalándolo con su dedo índice, sin embargo de pronto los ojos del piscis se abrieron como platos y el tema de la prenda pasó a la historia "¿¡QUE ES ESO QUE TIENES AHÍ?!" gritó sin poder contenerse el sueco, apuntándolo acusadoramente mientras sentía que los ojos se le iban a salir.

El francés lo vio extrañado e inspeccionó su suéter, no encontrando ninguna mancha, insecto o motivo por el cual Afrodita reaccionara de esa manera.

"¡En el suéter no bruto!" Camus arqueó una ceja "¡En tu mano!" el piscis la tomó abruptamente para confirmar lo que sus ojos habían visto, el caballero de acuario traía puesta una sortija.

"Ah, la sortija, si..."el mago de los hielos retiró su mano del agarre del piscis con gracia y elegancia, quien lo vio impaciente "¡¿Y bien?!"

"¿Es necesario explicar lo evidente?" le dijo con desdén, volteándose a su maleta continuando con el ritual de desempacar. Afrodita comenzó a darle pequeños (y molestos) golpecitos en el hombro "¡Dioses Camus!¡Dioses Camus!¡Felicidades!" le dijo alegremente, ignorando de manera monumental la frialdad del acuariano "¡Esto lo tiene que saber DM!"y antes de que Camus pudiera detenerlo el sueco fue informando a todos a su paso a cáncer de que el santuario ya contaba con un matrimonio.

Fin flashback

Shaka se quedó frío con ese relato, pero lo ocultó bastante bien detrás de su semblante sereno.

"Entonces Afrodita hizo una breve reunión para celebrar, por lo cual tuve que interrumpir mi meditación para asistir..."

"Vaya..." fue lo único que Shaka atinó a decir "Andrómeda, iré a informarle al patriarca de mi llegada..."

"Eso no será necesario, mi señor..." el indio volteó a ver a su aprendiz confundido, quien se apresuro a explicarse "Ya no tenemos patriarca..."

"¡¿Qué?!" Esta vez la serenidad de Shaka se fue muy lejos "Sh-Shion... ¿Dónde está? ¿Qué paso con él?" el virgo se preocupó, después de todo, el ariano era su "suegro", si le quería poner algún título a la relación extraña que sostenían su lemuriano y el ex patriarca y que por lo tanto rebotaba en él.

"Nadie lo sabe, Milo y Camus encontraron el recinto vacio, tampoco sabemos dónde se encuentra el señor Dohko..."

Para sorpresa del joven Shun, Shaka se sonrió y después sin poderlo evitar, se echó a reír, el primero lo volteó a ver más bien asustado, pues no recordaba haberlo visto reír (sin que fuera por sarcasmo) alguna vez, ahora que se detenía a pensarlo, parecía ser que su maestro se encontraba ese día de buen humor.

"Oh la ironía..." musitó el indio, pensando en él y Mu. A Dohko poco le había importado su puesto como caballero y había desertado, aun a sabiendas de que aquello se pagaba con la muerte (N/A: recordemos que Shaka no sabe que Dohko perdió la armadura) y Shion, aun peor todavía, había dejado al santuario sin un patriarca "Son unos valientes...o unos tontos" volvió a murmurar como producto de sus cavilaciones "Mas bien, son las dos cosas..."

Shun comprendió que el rubio-por enésima vez-estaba hablando consigo mismo, por lo que lo dejó ser sin preguntarle nada más.

En eso se escucharon pasos en la sexta casa, encontrándose con ellos Milo "Shaka"le dijo a manera de saludo "Ya estás aquí" le sonrió.

"En realidad no Milo, soy una ilusión" le dijo esbozando una sonrisa sarcástica, a la cual el griego rodó los ojos "Felicidades" agregó el rubio, haciendo referencia a lo que se le acababa de comunicar "¿Era eso necesario?"le preguntó con verdadero interés.

"Realmente no, sin embargo, cometí la estupidez de decirle que le propondría matrimonio en un globo y..."Milo se frenó en seco al ver a Shaka a los ojos, lo vio con sospecha y se acercó a su rostro para verlo más detenidamente, incomodando al rubio a sobre manera, pues sentía que lo estaba observando como quien ve a un alimento que le da desconfianza. El escorpio se echó de pronto para atrás, viendo primero a Shaka con los ojos como platos y después esbozó una sonrisa socarrona mientras lo veía con sospecha"Tuviste Sexo..."soltó así sin más, importándole poco que Shun aun se encontrara ahí y después se echo a reír a carcajada abierta.

"Ergh, yo, iré a meditar a la sala gemela, con permiso..." y con ello el peli verde salió a paso apresurado de ahí.

Shaka se sonrojó intensamente, arrojando levemente la cabeza hacia atrás, sorprendido e incrédulo ¿Acaso tenía un letrero? ¿Acaso existía tal cosa como un indicador de virginidad? ¿O sino como rayos Milo se había dado cuenta?

"No eres ni tan iluminado ni tan santo después de todo ¿eh?" le guiño el ojo, a lo que Shaka cerró los propios y se encorvó, notablemente irritado.

"No pruebes mi paciencia, Milo..."el mencionado lo rodeó con un brazo por los hombros sin poder borrar de su rostro la sonrisa burlesca, importándole poco que el rubio era capaz de quitarle el sentido del gusto si lo incomodaba demasiado.

"Y dime, Shaka, ¿estuvo bueno...?"

"¡PRIVACION DEL PRIMER SENTIDO!"

"¡Ok Ok! ¡Por Athena! Yo que pensaba que por eso tenias mal carácter pero me equivoqué..."siguió con las burlas el escorpio, tentando su suerte y recibiendo un infantil golpe en el hombro por parte de Shaka, acompañado de una cara de enojo y vergüenza.

"Vete ahora que te he perdonado la vida..."le dijo dándole la espalda, Milo se estaba sobando el hombro aún y le sonrió, pero esta vez era una sonrisa fraterna "Extrañaba pelear contigo"le dijo con franqueza, Shaka arqueó una ceja y se volvió para verle, pues Milo normalmente ponía barreras a sus sentimientos con comentarios sarcásticos, pero ahora eso que había dicho era totalmente sincero. Como única respuesta le devolvió la mirada y la sonrisa, y el griego sabía que esa era la más grande muestra de cariño que obtendría de Shaka, sintiéndose complacido dirigió entonces sus pasos a Acuario.

...O...

"Dime ¿Qué caso tiene permanecer aquí?"

Un silencio, el caballero de la cuarta casa se había quedado sin argumentos al intentar convencer a Afrodita de que no se marchara a Suecia. La huida de Dohko y Shion había abierto sus ojos a otras posibilidades, por lo que impulsivo como era, ya había hecho maletas y pensaba irse sin despedirse de nadie, pero esa misma impulsividad lo hizo ignorar que al cruzar por el cuarto templo encontraría ahí a DM, quien lo conocía como la palma de su mano y al verlo inmediatamente supo que se traía algo entre manos, además, no era como que Dita fuera cargando un enorme bolso todos los días...

"¿Lo ves? Tan solo has reiterado mi decisión" dicho esto se dio la media vuelta, pero tuvo que detenerse al sentir su muñeca presionada firmemente, giró el rostro hacia la mano que lo sujetaba y después al dueño de ella, quien permanecía con los ojos cerrados sin disminuir el agarre.

"No lo permitiré, así tenga que sujetarte de esta muñeca por siempre, no te iras del santuario..."

El peli celeste comenzó a forcejear, por lo que ahora el italiano lo tomó por ambas muñecas, haciendo que Afrodita lo viera primero asombrado y después molesto.

"¡SUELTAME YA ANGELO!"

Oh no, le había gritado por su verdadero nombre, sin duda estaba furioso, pero aun así, no lo soltaría.

"Te he dicho que no pienso hacerlo, no hasta que me prometas que te quedaras aquí..."

El piscis suspiró con enfado "Una sola razón Ángelo, ¡UNA SOLA! Para no irme de este lugar, una que sea más importante que el hecho de que todos se están yendo, de que pronto el santuario se verá ocupado por un puño de desconocidos, de que mis conocidos, por los cuales me preocupo, parecieran no preocuparse por mi..." dicho esto su voz dejo de ser estruendosa y se tornó más bien apagada "...de que al parecer todos hacen su vida y encuentran su felicidad, excepto yo...aquí no tengo lugar, no tengo vida, no tengo nada..."

DM continuaba sujetando las muñecas del piscis, pero este había dejado a la larga que hablaba de forcejear, relajando su cuerpo más por la melancolía que sentía que por la resignación.

"¡No digas estupideces!" le dijo algo alto el peli azul, a lo que Afrodita levantó la mirada por el tono, viéndolo sorprendido "¿Quieres una razón? ¡Te daré una razón!" y con ello lo jaló por las muñecas besándolo en los labios, a lo que el caballero del doceavo templo se quedó en shock, manteniéndose rígido mientras su boca era profanada por un apasionado cáncer, sin embargo, a medida que el beso avanzaba se fue relajando y terminó por cerrar sus ojos y poner ambas manos a los costados del moreno, quien aun sujetaba sus muñecas de manera laxa.

Cuando DM rompió el beso por falta de aire, ambos se quedaron viéndose a los ojos a una distancia corta, y Afrodita murmuró ".... ¿Por qué?"

"Quiero que te quedes conmigo..." confesó en un murmulló el peli azul, agachando la mirada.

"DM, pero yo creí..."

"¿Qué amaba a Helena?" rió, mientras el piscis lo veía descolocado.

"Si, eso asumieron todos, pero nadie jamás se puso a pensar que yo nunca les dije que eso fuera cierto, tan solo no los desmentí, ya todo lo demás fue cosa suya..." el caballero de cáncer se puso un dedo en la nariz, volviendo a su expresión burlesca de siempre "Incluso Shaka se tragó el cuento cuando cruzó las doce casas, yo tan solo le dije que la quería y que había sido alguien importante para mí, no que estuviera enamorado de ella..."

Afrodita tenía los ojos como platos mientras analizaba que lo que DM decía era cierto, todo lo habían construido ellos en base a lo ocurrido"Pero entonces, ¿Por qué te afligió tanto? No lo entiendo..."

"Helena llegó a mi vida en un momento en el cual yo me encontraba muy desorientado, no entendía mi propósito ni como alguien tan despreciable como decían que yo era podía haber portado alguna vez la armadura de cáncer, sin embargo, ella me hizo recordar..."sonrió "...La satisfacción de hacer lo correcto, sin esperar nada a cambio, ni siquiera su reconocimiento, ni una sonrisa de gratitud, nada...solo con el simple afán de que ella y sus hermanos fueran felices"

"Ángelo..."murmuró el piscis, conmovido por ver algo que hacía mucho creía perdido en el italiano y que era una de las cualidades que el bien conocía de cuando eran niños: bondad.

"Has vuelto a todo..." le dijo con ternura el piscis mientras ponía una mano en la mejilla del cáncer "Al camino de la justicia, a tu devoción como caballero, y a mi..."le sonrió y después depositó un pequeño beso en sus labios "Y eso es razón más que suficiente para que no me vaya..."

...O...

"¡SEIS SAMSARA!"

La voz de Shun retumbó por la casa de virgo, el mencionado atacó a Shaka mandándolo a los infiernos como práctica, el rubio salió fácilmente de ahí, pues se había dejado llevar tan solo para probar si era capaz de realizar la técnica y una vez de nuevo en la sexta casa le sonrió a su aprendiz "Felicidades Shun, estas a un paso de convertirte en el nuevo caballero de virgo..." Shaka lo vio directo a los ojos y dijo algo que el japonés jamás pensó escuchar de su boca "Estoy orgulloso de ti"

"Shaka-sensei..." el joven sintió un nudo en la garganta y los ojos se le aguaron, a lo que Shaka hizo un gran esfuerzo por ocultar su gesto de terror.

"No Shun, un virgo no debe dejarse llevar por sus emociones, ¡harás que te repruebe!" le dijo con afán de detener el llanto, odiaría verlo llorar...maldijo ese pensamiento notando que se estaba comenzando a parecer un tanto a Mu, a quien por cierto debía ver lo antes posible.

Si bien acababa de llegar de nuevo al santuario, el hecho de que Andrómeda dominara esa técnica era el mayor augurio de que sería sustituido muy pronto y la euforia de la noticia lo invadió, decidiendo que no sería mala idea hacerle una breve visita a su lemuriano.

...O...

Era pasada la una de la tarde y un hambriento Mu se disponía a preparar el almuerzo, lavó cuidadosamente las verduras y colocó la olla al fuego con agua suficiente para preparar caldo para ese día y quizá el siguiente, comenzó entonces a picarla y mientras lo hacía soñaba despierto con que algún día estaría cocinando para dos, recordando que Shaka le había dicho que se iría a vivir con él.

De pronto el ruido de unos pasos lo hizo salir de sus abstracciones, volvió la mirada en dirección a la entrada de la cocina y pudo ver a Shaka recargado en el marco, Mu le sonrió incrédulo pues hacia tan poco que el virgo lo había visitado que no se esperaba para nada apareciera ahí, este último se acercó y lo tomó por la cintura, besándolo brevemente y la impaciencia que sentía por comunicarle lo sucedido hizo que se saltara hasta el saludo, diciéndole "Shun ya está muy cerca de aprenderlo todo, pronto me vendré contigo a vivir permanentemente..." apenas había dicho esto y palideció, Mu lo notó y lo vio intrigado.

"¿Shaka?"le preguntó con un tono de preocupación, mientras le ponía una mano en la mejilla, haciendo que el rubio recuperara el semblante.

El oji azul puso su mano sobre la de Mu y recargó levemente su cabeza en ella"Perdona, es solo que, recordé algo de pronto..."

La sonrisa, el beso, el guiso, la frase...eran las de la visión de Saga, la cual se hubiera cumplido al pie de la letra de no haber sido porque había interrumpido la reacción de Mu, quien al verlo más bien se preocupó por la del rubio.

"¿Y, qué cosa recordaste?" preguntó el tibetano buscando su mirada.

"Digamos que tuve un deja vù" le entre sonrió, confundiéndolo aun más, pero Mu rápidamente olvidó su confusión cuando el rubio lo tomó en brazos y se lo echó al hombro, cual costal de papas.

"¡Shaka! ¡Bájame!" le gritaba mientras le daba pequeños golpecitos en la espalda. El indio lo ignoró y comenzó a caminar con él alejándose de la cocina.

"¡Shaka! ¡Es enserio! ¡La estufa está encendida!" seguía luchando en vano el lemuriano, el virgo volteó a la estufa y la apagó con su psicoquinesis "Asunto arreglado" y con ello se llevó al peli lavanda a su habitación, quien cesó los golpes y los sustituyó por risas.

...O...

"Es toda tuya, muchacho" sonrió Dohko mientras le entregaba la dorada caja de pandora a un confundido (y alagado) Shiryu, quien aun que no se esperaba la visita de su maestro (ni del patriarca) se alegró demasiado por verle nuevamente, el dragón hizo una reverencia en agradecimiento por la confianza de poner la armadura de libra bajo su cuidado y les ofreció se quedasen a comer, a lo que los mayores aceptaron gustosos.

Shunrei preparó un delicioso almuerzo y Dohko vio complacido como finalmente su alumno había correspondido los sentimiento de la joven que tan devotamente se había mantenido a su lado y lo había esperado pacientemente, finalmente la paz y la felicidad habían alcanzado a esos dos que eran como sus hijos, sonrió complacido por el rumbo que sus vidas estaban tomando y pensó que bien merecido se lo tenían después de todo lo que a su corta edad habían tenido que vivir, después volteó a ver por el rabillo del ojo a su lemuriano, quien estaba soplando la cucharada de sopa para no quemarse, lo hacía con tal gracia y elegancia que sentía que podía verlo hacer eso todo el día, bueno, siendo justos, Dohko encontraba fascinación hasta en la manera de respirar de Shion. Aún con el pasar de los años el amor que sentía por él no había menguado ni un poco.

Después de comer ambos agradecieron las atenciones brindadas y siguieron su camino, habían decidido ocultarse temiendo algún tipo de repercusión por parte del santuario. Anularon su cosmos, por lo que tanto el viaje como los obstáculos los atravesaron como humanos comunes y corrientes, haciendo el recorrido más interesante y enriquecedor, por lo menos para Dohko ya que Shion estaba demasiado acostumbrado a utilizar sus poderes hasta para pasarse un vaso de agua y le estaba costando bastante trabajo mantener el ritmo del chino. Finalmente llegaron al pueblo natal de Dohko y ahí pasaron una de las tantas noches que tendrían como trota mundos, pues después de haber pasado toda su vida confinados a un solo sitio, habían decidido que esta nueva vida la usarían para conocer todo aquello que se perdieron, incluyendo en ello las caricias y el trato reservado para los enamorados.

...O...

"¿Ya ha vuelto Shaka?" le preguntó Saga a Aioros, este negó con la cabeza "Creo que aún sigue en Jamir..."

"Lo necesitamos aquí, Athena llegará en cualquier momento y es el único dorado que falta..."

"¿Sabes que nos dirá, Saga?" le preguntó quedamente Aioros, como suponiendo que su pregunta había sido un atrevimiento y el géminis no le respondería lo que la Diosa le confió.

"En realidad no lo sé, pero tengo una idea de que se podría tratar..." confesó, pero el sagitario no indagó más en el tema.

...O...

"Shun, Shun... ¿Dónde te encuentras?" el semidiós buscaba con insistencia a su discípulo por el templo de virgo, del cual no halló ni el polvo, de pronto recordó que había dicho que se iría a meditar a la sala gemela. Las meditaciones de Shun a estas alturas podían durar días completos, por lo cual supuso que aun se encontraba ahí, se acercó entonces a la puerta y lo que vio detrás de ella lo hizo sonreír complacido, Shun llevaba puesto aquel que alguna vez fue su ropaje de virgo. En el tiempo que Shaka estuvo con Mu en Jamir, la armadura lo había elegido a él.

...O...

Esa tarde-noche en la sala del patriarca, los caballeros de oro se dieron cita: Kiki de Aries, Aldebarán de Tauro, Saga de Géminis, Deathmask de Cáncer, Aioria de Leo, Shun de Virgo, Shiryu de Libra, Milo de escorpio, Aioros de Sagitario, Shura de Capricornio, Camus de Acuario y finalmente Afrodita de piscis.

Athena se paró solemnemente frente a ellos, sosteniendo a nike con su mano derecha mientras los veía con serenidad "Mis queridos Caballeros Dorados" les sonrió "Hace un par de días tuve el agrado de visitar el santuario y en una amena platica que sostuve con el actual caballero de géminis..."

Saga no pasó por alto el hecho de que ella había dicho "actual" quizá era una especie de sátira inconsciente de que habían caballeros de oro nuevos en el santuario, o quizá...

"...y gracias a los acontecimientos que se han estado suscitando entre ustedes, entendí una cosa sumamente importante: Los habitantes del santuario se han adaptado muchos años a sus reglas, pero es hora que por una vez en la historia, el santuario se adapte a sus habitantes..."

Los caballeros de oro abrieron los ojos como platos, Athena volteó a verlos un tanto divertida pero lo ocultó muy bien tras su máscara de bondad.

"Kiki, bienvenido al santuario, no te había visto portar la armadura de Aries" le sonrió a lo que el pequeño pelirrojo se sonrojó mientras se rascaba la cabeza "Lo mismo para ustedes, Shiryu y Shun, es un gusto tenerlos como parte de mi elite, no me puedo imaginar más dignos sucesores que ustedes...sin embargo" la mirada de la griega se tornó un tanto melancólica mientras se posaba en el antiguo caballero de dragón "Quiero que regreses a los cinco picos, Shiryu, allá se encuentra tu felicidad, tu esposa Shunrei..."

El japonés abrió los ojos tanto como pudo "Pero, señorita Saori, mi vida le pertenece antes que nada a este santuario y..."

Athena le hizo una gentil seña para indicarle que guardara silencio "Es una orden, Shiryu, toma tus cosas y vete, si llegara a necesitarte, créeme que te lo haré saber"

Confundido pero agradecido con ella el pelinegro hizo una reverencia y comenzó a caminar hacia la salida, cuando fue detenido por la misma Diosa "Espera Shiryu, antes de irte es importante que conozcas esto...todos deben saberlo" La peli morada captó con ello aun más la atención de sus santos "Ven aquí por favor..." murmuró y por detrás de la cortina de la silla del patriarca apareció una persona que todos ellos conocían muy bien.

"¡Kanon!" Saga fue el primero en gritar, las pupilas le temblaban y no estaba muy seguro de que papel jugaba su gemelo ahí, ni de por qué Athena lo había traído, él sabía que Kanon había sido revivido pero como escolta de Poseidón, por lo que su presencia en las doce casas le parecía aun más anormal. El géminis menor volteó a ver a su igual divertido al notar su cara de desconcierto y esbozó una sonrisa socarrona mientras lo saludaba con la mano, Saga arqueó una ceja y le devolvió el saludo, en un gesto totalmente atípico de ambos.

"Acércate Saga" le ordenó Athena, a lo que el mencionado obedeció, llegando hasta ella y arrodillándose respetuosamente "Dígame" dijo solemnemente agachando la mirada. Saori tomó el casco de patriarca, se puso a su altura y con su mano libre le tocó la mejilla, levantando su vista "Quiero que seas el nuevo patriarca del santuario, Saga..." y con ello le extendió dicho objeto, el cual Saga vio asombrado y confundido.

"¡¿Qué?!" Milo no se lo pudo callar, a lo que Camus le dio un pisotón "¿Es enserio?" le preguntó a su ahora esposo en voz baja, recibiendo un "Shhh" bastante cortante por parte del galo.

"Sé que mi decisión debe sorprender a más de uno" confesó la Diosa "Pero creo que todos estamos de acuerdo en que Saga ha demostrado sincero arrepentimiento por sus actos, además de una bondad y sabiduría digna de los Dioses" le sonrió "Confió en que harás un muy buen papel dirigiendo este santuario, ilustrísima" le dijo con un tinte juguetón, todo esto logró que inevitablemente el ex caballero de géminis soltara un par de lagrimas "Athena..." murmuró mientras intentaba en vano contener su llanto, en eso sintió la reconfortante mano de su gemelo posarse sobre su hombro "Siempre fuiste el más dramático de los dos, querido hermano" le dijo burlonamente.

"Kanon, entonces tu... ¿tu estas aquí para...?"

"Así es" asintió con la cabeza "Su i-lus-trí-sima" le sonrió "Kanon de Géminis a su servicio"

Saga volvió a llorar, no podía creerlo, su hermano y él después de tanta ira, tanto resentimiento, tantos horrores cometidos el uno contra del otro, se habían perdonado de corazón y no solo eso, sino que se verían frecuentemente, como cuando eran pequeños y lo único que tenían en el mundo ¿Volverían acaso aquellos tiempos? ¿Donde compartían alegría y complicidad? ¿Donde verdaderamente sentían que eran un solo ser que había decidido dividirse por algún capricho de los Dioses? Solo el tiempo lo diría, pero ahora por lo menos tenían la oportunidad de recuperar lo perdido.

Saga tomó el casco de patriarca e hizo una reverencia, para colocarlo después sobre la silla.

"Tu nombramiento será mañana" aseveró Saori, dando por terminado el asunto "Además, quiero agregar santos de Athena, que entre las normas que se modificarán en este santuario se encuentra la antigua norma de aquellos que desertan o no poseen ya una armadura, por lo que los antiguos caballeros podrán visitar las doce casa y de ninguna manera serán asesinados por haber desertado" Dicho esto sostuvo firmemente a nike y la contemplo un par de segundos, recordando con ese gesto todo aquello que se había tenido que sacrificar en nombre de la paz que ellos disfrutaban ahora.

"Yo lo único que deseo es que todos ustedes que han hecho tanto por mí y por esta tierra sean verdaderamente felices, es por ello que también los invito a retirarse del santuario si así lo desean hasta nuevo aviso, yo por mi parte regresaré a Japón a atender las labores propias de la familia Kido, mas no bajaré la guardia, al igual que ustedes..."

"Eso téngalo por seguro señorita Athena" le dijo Shura arrodillándose, siendo seguido por el resto de la orden dorada.

Dicho esto la diosa e marchó con la promesa de que al día siguiente a primera hora seria el nombramiento de Saga, quien acompaño después a Kanon al templo de géminis y le entregó su armadura, durmiendo por primera vez después de 2 años en la sala del patriarca nuevamente.

...O...

"Apresúrate Mu, de nada sirve madrugar si tardarás tanto en estar listo"

"¿Es acaso mi culpa que hayas tardado tanto duchándote?"

Los jóvenes asiáticos estaban teniendo a la antecesora de muchas discusiones en su primer día de vivir juntos oficialmente, a la par que se preparaban para asistir al nombramiento de Saga.

"Ten" le dijo Mu a Shaka introduciéndole bruscamente por las prisas un pan tostado con mantequilla en la boca, a lo que el virgo abrió grandes los ojos mientras intentaba no atragantarse "Lo lamento pero si no lo hago así eres capaz de irte sin desayunar..." le sonrió Mu dulcemente, haciendo que Shaka olvidara por completo todo el alboroto de las prisas "Gracias por cuidar de mi" murmuró el rubio, tomando el pan con una mano y dándole a Mu un pequeño y rápido beso en los labios para después salir de la casa a toda prisa.

...O...

Aioros subió a la sala del patriarca esa mañana, al llegar se encontró al usualmente sereno y centrado Saga hecho un manojo de nervios, tenía puesta ya la indumentaria completa y al verlo el sagitario esbozó una media sonrisa "Te vez...imponente"

"¿Y eso es bueno?" le preguntó con nerviosismo "Por lo menos no es –te ves como el asesino de hace 15 años atrás-" agachó la mirada.

El castaño se puso a un lado de él y el géminis murmuró "¿Cómo pudiste perdonarme Aioros? ¿Qué cosa más atroz puede hacer un ser humano que arrebatarle la vida al otro?"

Aioros negó con la cabeza esbozando una sonrisa "¿De dónde viene todo esto? ¿No estaba olvidado ya? Basta de auto lamentarte Saga, eso no te va...tu eres un caballero orgulloso, un hombre de valor que siempre ha encarado de frente todos los retos que se le presentan ¿Por qué ahora abrías de actuar diferente..?."

El sagitario dudó al principio, pero pensando que quizá esta era la última oportunidad que tendría ya que al ser patriarca Saga se volvería –a sus ojos- inalcanzable, lo tomó de la mano viéndolo fijamente"Deja ya de ver hacia el pasado, pues al hacerlo, quizá estés pasando por alto el presente...y en el presente, no solo te he perdonado con sinceridad, sino que también me he enamorado de ti..."

Saga lo contempló largamente, a pesar de que él sabía que algún día el Sagitario le confesaría sus sentimientos, jamás pensó que el escucharlo fuera a provocar en él ese torrente de emociones que sentía ahora.

"Aioros..." murmuró, cambiando por completo su mirada por una igual a la del castaño "No lo he pasado por alto en ningún momento" le sonrió "y el sentimiento es mutuo..."

Ninguno de los era efusivo por lo cual no necesitaron de ningún despliegue de afecto para entenderse, el trato se cerró cuando ambos esbozaron una cálida sonrisa y Saga entrelazó sus dedos con los del que aun sostenía su mano con firmeza, a quien ya le importó poco si Saga era el patriarca, el caballero de géminis o la reencarnación del mal, como fuera y donde fuera, permanecería a su lado sin importar más nada.

...O...

Todos estaban ahí, viejos y nuevos caballeros de Athena con el permiso de la Diosa habían acudido al nombramiento de Saga, quien aceptó el titulo y juró honrarlo mas allá de lo que dictaba el deber, se ofreció una comida para celebrar anunciándose en ella el segundo compromiso del santuario: Aioria y Marín, quienes llevaban saliendo a escondidas ya bastante tiempo y por fin se habían animado a comunicar sus intenciones al resto de la orden.

"Vaya, me alegra escuchar eso" le susurró DM a Afrodita lo suficientemente alto para que solo él escuchara "Comenzaba a preocuparme que fuese requisito para ser caballero dorado gustar de los hombres..."

Dita rió con el comentario y le dio un codazo a su ahora pareja "Eres un pesado" le dijo divertido.

"¿Y, qué tal la vida en Jamir, Shaka?" le preguntó Milo al rubio, a quien había abordado mientras se servía algo de beber, el indio enfocó su vista en la cuchara con la cual se estaba vertiendo ponche en un vaso y dijo "Me estoy volviendo loco..." a lo que Milo arqueó una ceja y le dijo preocupado "¿Qué? ¿...Acaso, no eres feliz? "

El indio entre sonrió y negó con la cabeza "Todo lo contrario, eso es precisamente lo que esta enloqueciéndome..." el rubio dirigió su vista a donde se encontraba Mu, siendo imitado por Milo, el escorpio pudo ver que el lemuriano reía alegremente mientras platicaba a unos cuantos metros de donde se encontraban ellos con Aldebarán, Aioria y Marín, después volteó a ver a Shaka y su cara de idiota enamorado lo hizo soltar una risilla, la cual se convirtió en carcajada al notar que el virgo estaba derramando el segundo vaso de ponche por observar a Mu "¡Shaka! ¡Mira el desastre que hiciste!" gritó y todos voltearon para con ellos, haciendo que el indio se pusiera rojo como un tomate.

Shion veía la escena de reojo junto con Dohko a la distancia, pudo observar como su alumno se acercaba apresuradamente al rescate de su rubio limpiando el desorden en lo que Shaka zangoloteaba a Milo, mientras Camus intentaba arrebatárselo. Una gota de sudor resbaló por la frente del Libra.

"Estos nunca dejaron de ser niños ¿Verdad?"

Shion se sonrió afablemente sin despegar los ojos de aquella peculiar vista "¿Puedes culparlos Dohko? Es apenas ahora que han empezado a vivir..."

El castaño miró a su lemuriano por el rabillo del ojo y esbozó una sonrisa burlesca "Veo que ya no necesitarán de ningún club de lectura para entretenerse, ahora cada uno deberá escribir su propia historia, su propia aventura...

"Una muy ajena a la leyenda dorada..."

Fin

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