Capitulo XVI: Una Vez Inconsciente
La experiencia de Sarah, Allyson y Jake en eventos de alta sociedad se limitaba a colarse a las bodas a comer y hacer brindis a expensas de otros, y dado que los mejores trapos de esos chicos eran camisas de un concierto de Foo Fighters, solo había una cosa por hacer.
—¡Montaje de compras! —Sarah gritó mientras caminaba por un centro comercial contiguo al hotel.
—Sarah, ¿de qué rayos estás hablando?—Allyson preguntó, agitada tras el impulsivo acto de su amiga
—Lo siento, por un momento pensé que sería como en esas películas de chicas donde ya sabes lo que sucede: suena música alegre, quizás de Cindy Lauper, nos probamos ropa cara, reímos como idiotas...
—¡No mientras siga teniendo testosterona en mi sangre! —Jake exclamó, tratando de abortar el "girly time" que Sarah sugirió
—Jake tiene razón —comentó Allye—. Yo de todas maneras no soy de esas que se arreglan para esas cosas.
—¡No se amarguen niños! ¿Les incomoda el hecho que ustedes no tengan que pagar?
Allyson y Jake miraron a Sarah con un perturbador silencio.
—En serio Sarah, ¿realmente nos necesitas ahí? —Allye preguntó
—No es como si los necesitara como el aire, el agua, o las píldoras para la esquizofrenia que nunca me tomo: es que...en verdad tengo algo de miedo.
No era broma: inclusive el tono burlón y vivaz de Sarah se escuchaba reemplazado por algo que más bien daba a entender autenticas dudas, inseguridades y todas esas cosas que se esperan de otras jóvenes de 16 años, pero no de ella.
—Bien Sarah, ¿qué sucede? —Allyson le cuestionó.
—Podría decir "nada" pero no me creerían, ¿me equivoco?
—Si terminamos con esta charla sin sentido, yo si te creería —Jake respondió —. ¿Dinosaurios? ¿Estrellas de rock de Marte? ¿Al menos estoy cerca?
—¿Podrías mostrar un poco de consideración? —Allyson reclamó.
—Allye, eso es justamente lo que hago: mostrar tan poca consideración como sea posible.
—Olvidemos al "amigo del año" presente por unos momentos —la pelirroja dirigió su atención hacia Sarah—. Dime que quieres decir con eso de "miedo".
—Es algo complicado...
—Sarah, de ti no podríamos esperar otra cosa.
—En fin —Sarah tomó aliento—. De acuerdo, aquí está: temo que mi abuela podría...sentirse algo avergonzada por mi.
—¿Avergonzada?—en coro Allye y Jake cuestionaron—. ¿En qué sentido?
—No lo sé, es diferente a todas las personas que he conocido: no me molesta drogarme, vomitar y tararear canciones de Ke$ha en frente de ustedes porque ya entre nosotros no hay misterios ni grandes secretos: creo que inclusive sabemos el color de ropa interior que usamos.
—Sólo para recordar: negra, púrpura y...negra —Jake comentó señalando a Sarah, Allyson y a si mismo respectivamente.
—Dios mio, necesito más amigos y pronto —Allye pensó avergonzada.
—Como sea: con mi abuela el asunto es completamente diferente. Ella me vio linda, pura e inocente...soy la primera todavía, ¡eso ni se cuestiona! Pero las últimas dos...pues...he visto mucho mundo.
—Mira, con el tiempo he aprendido un consejo que me dio mi padre, que recibió de su padre, que recibió de su padre y que recibió de un criador de ratas: si no le gustas a alguien tal como eres, mándalo al carajo —aconsejó "sabiamente" Jake.
—¿Criador de ratas? —Allyson preguntó levantando una de sus cejas en pose de duda—. ¿No será "exterminador de ratas"?
—Tiempos de hambre en Polonia...cualquier carne es carne...
—Un legado cultural muy rico el tuyo Jake, y si el criador de ratas se casó, el consejo debió haber funcionado.
—¡Sí, sé el punto! —exclamó Sarah—. ¡Sé tú misma! ¡Nunca cambies! ¡El embarazo adolescente puede arruinarte la vida! Pero esta es la vida real...más o menos.
—Entiendo tus miedos Sarah, créeme que si, pero es tu abuela; ella te querrá en toda situación y en todo momento.
—Allye, lo sé...lo sé, pero de momento, solo hay una cosa que me podría animar, si tan sólo...si tan sólo pudieras ayudarme en eso.
—Lo que sea, ¿de qué se trata?
Y en instantes, Allyson se vio en la posición de tener que cumplir con su ofrecimiento de ayuda y animos.
—¡Te ves hermosa Allye!—Sarah exclamó mientras ella salía del vestidor de una boutique con un vestido de noche en un tono dorado.
—Sarah...te odio—Allyson respondió
—No es tan malo, ademas, no es como si tu pagaras.
—Si, si, me alegraré cuando me paguen unos boletos para Interpol...en serio, no sé como podría ser peor...
Y al fondo se escuchó la voz del DJ del centro comercial:
—...eso fue Lady Gaga con "G.A.P. (Gay and Proud)". Ahora por sugerencia de un chico que vino en cabina y NO me amenazo con abrirme el vientre con un pica-hielos, y con especial dedicatoria a sus dos amigas, aquí esta un pequeño recordatorio ochentero que al final del día las chicas sólo quieren divertirse.
Y las primeras notas de ése gran éxito de Cindy Lauper comenzaron a sonar...
—Jake...te odio a ti también—pensó Allyson.
Mientras que Sarah y Allye pasaban su buena dosis de "girl time" con Jake haciendo burlas desde la comoda distancia de la cabina de un DJ de centro comercial, en la habitación del hotel desde donde Ruth revisaba con lujo de detalle un importante trámite, alguien llamó a su puerta.
—¿Quién es? —Ruth preguntó tras oir un puño tocar
—Señora Greenberg, ¡su plomera esta aquí!
—Yo no llamé a un plomero.
—Eh...no, quise decir...soy...¡la reparadora del cable!
—¿Cable dice? Pero me dijeron que la televisión aquí era de satélite.
—Oh...sí, no, quien realmente soy es...¿su pizza?
—¿Mi pizza eh? ¿Es una de peperoni o de anchoas?
—Ah pues... ¡Peperoni!
—No, lo siento, no es mía.
—¡Al carajo! ¡Mamá, abre la puta puerta!
Ruth ya sabía a quien pertenecía la voz al otro lado de la puerta, pero deseaba hacerla sufrir un poco en parte por hacerla batallar un poco y en parte por una pizca de schaudenfreude, pero finalmente le abrió la entrada.
—Hija...hace tiempo que no te veía—Ruth saludó al ver a Jordan, sin expresión ni emotividad en su voz, como si cumpliera con un mero requisito—. ¿Cómo me encontraste?
—Estaba buscando al que me vende los porros, pero ya que estoy aquí mataré dos pájaros de un tiro, ¿qué haces aquí?
—Soy una mujer de mundo Jordy, y sabes que me gusta viajar a lugares extraños, exóticos e inhóspitos...
—¿Cómo Toronto?
—Perfecto, iré al grano: sólo quería visitar la ciudad, quizás a mi nieta si hay algo de tiempo; las abuelas hacen eso, no es una cosa fuera de lo ordinario.
—Puedo aceptar eso, madre...pero estoy segura que hay algo que no me quieres decir.
—Hija, hay MUCHO que no te quiero decir: para empezar, mis números de las cuentas bancarias.
—¿Entonces...no tengo esperanzas que me las quieras dar, no es así?
—¿Tú qué crees, Jordy? —De brazos cruzados, Ruth respondió.
—¡Vale! ¡No me moriré por eso! ¡Pero aún no me respondes! No venías en años, ¿qué quieres?
—¿Qué quiero? De ti nada, no solo porque no quiero sino porque no tienes nada que me pudieras dar.
—Mamá, te conozco: no estarías aquí sino fuera por un propósito.
—Quizás tienes razón, pero te quitaré las esperanzas de una vez: NO, no estás en el testamento.
—¡Demonios!—lamentó Jordan—, pero no te creo que no quieras nada de mi de todo.
—¿"Nada de mi de todo"? ¿Tendré que enseñarte a hablar otra vez?
—¡No evadas el tema! ¿Qué es lo que sucede? Para empezar, ¿No quierías tener nada que ver conmigo pero fuiste por Sarah? ¿Extraño no?
—Pues...una abuela tiene derecho de visitar a su nieta, ¿es eso un crimen ahora?
—¿Quieres un riñón acaso?
—No, y si lo necesitara, para eso esta el bruto de mi asistente...
—¡Ya la oí...! jefa... —Dimitri gritó desde el sanitario
—¿Entonces que planeas madre?—Jordan prosiguió con sus cuestionamientos
—No es de tu incumbencia.
—Sí involucra a mi hija, creo que sí...
Y la expresión de Jordan cambió de "sedada" a "Oh Dios ahora todo tiene sentido y encaja como una buena jugada de Tetris" (aclaro como autor que esa analogía no es mía: es de la propia Jordan)
—¿Qué son esos papeles, mamá? —preguntó Jordan al ver varios documentos que parecían importantes (y familiares) en la mesa de café de la sala
—No te importa—Ruth contestó tomando los papeles y alejándolos de la vista de su hija, poniéndolos dentro de un mini-portafolio y poniendo a su vez esté objeto en el interior de un cajón de la mesita.
—No...no estarás pensando en eso de nuevo, ¿verdad?
—¡Dije que no te importa! —gritó con agresiva fuerza Ruth.
—No puedes saltarme de esto mamá, estás loca si lo crees así...quiero decir, más loca...casi, quizás más que yo.
—Pon atención, hippie: hace años tuve la oportunidad, y no lo hice, y mira lo que pasó: pensé que algo cambiaría en ti, y no sucedió nada, ya no puedo esperar más, y sobretodo...Sarah ya no puede esperar más.
—Dios...hablas en serio —Jordan, asustada, respondió.
—Como no tienes idea.
—Pues no he empezado a pelear todavía madre...ahora, si me disculpas—comentó dando media vuelta al pasillo—, tengo asuntos por resolver...¿dónde carajos esta el dealer?
Ruth ahora sabía que sus movimientos deberían de ser más rápidos.
—¡Dimitri! ¡Sal del baño y ven a ayudarme con todas estas letras pequeñas! —gritó.
La noche había llegado, y en una lujosa limusina rentada y vestidos en sus mejores telas, Ruth, Sarah y las dos sanguijuelas que había invitado estaban a punto de arribar al salón del baile.
—No sé como me convenciste—Allye murmuró al oído de Sarah, sentada a su dietra—. Me siento ridícula en esta ropa, y ese maldito perfume me esta causando dolor de cabeza.
Allyson usaba un vestido de fiesta largo y dorado, con una falda larga y ancha rematado con guantes hasta el antebrazo, con un escote discreto y con su cabellera recogida en una trenza; ella nunca usaría algo así, pero Sarah era muy buena para convencer...
—Malditos ojos de cachorra llorando —La pelirroja murmuró.
—Si Allye, ya entendimos: eres la chica asocial y medio marimacha—Jake comentó—. Esa caracterización fue novedosa hace años, pero ahora es cliché
—¿Quieres dejar al narrador hacer su trabajo?
—Sólo disfruta la fiesta, quizás pueda obtener un par de números telefónicos...y algunos teléfonos de paso.
—Dejala tranquila Jake—Sarah susurró—. Es una buena amiga, no le gustan estás cosas, y sin embargo, vino por mi—continuó mientras tomo con mucho cariño y agradecimiento la mano de Allyson.
El vestido de Sarah era negro, guantes negros en sus muñecas, y unos bordados en el torso que simulaban un corsé; y claro, su escote era mucho más revelador y atrevido qué el de su amiga.
—Gracias Sarah...en verdad eres una gran amiga...
—Es decir: sabemos lo mucho que Allye detesta cosas como sumir la panza, enderezar la postura, peinarse para que su pelo no se vea como nido de urracas, limpiarse las manos, es decir mira—Sarah acercó la mano de su amiga a la vista de Jake, tratando de mostrar el descuido higiénico de sus uñas.
—¿Por qué siempre que alguien empieza diciendo algo bueno sobre mí termina haciéndome sentir peor? —Allyson se lamentó en su cabeza
—Niños, tranquilos—dijo Ruth al detenerse el vehiculo frente al ballet que lo estacionaría—. Luego seguiremos criticando a Alice, pero ahora a bajar, a bailar y a tragar.
Y sin dudas parecía ser algo importante: el lujo era tal que Allye y Jake sentían que solo estar parados ahí valía más que sus casas, pero mientras las damas del contingente se veían finamente arregladas, acicaladas y (en el caso de Allyson), peinadas, Jake, aparte de llevar un traje de dos piezas barato (que para colmo tenía una playera de The Clash debajó del saco), tenía el mismo cabello despeinado y la misma barba mal rasurada.
—No es justo —Allye murmuró tomada del brazo de Jake mientras caminaban al interior del edificio—. A mi me ponen como novia de pueblo y tú puedes entrar luciendo peor que Collin Farrell en año nuevo.
—La dura realidad de los sexos Allye: nosotros podemos lucir desalineados y feos y seremos "bohemios".
—¿Y lo dices con orgullo? ¡Qué cinismo!
—Adelante: suéltate el pelo y haz tu movida feminista.
Allyson se sintió tentada en de hecho hacerlo, pero al finalmente entrar y ver a tanta gente bonita, arreglada y bien parecida, su feminismo fue ahogado por una ola de presión social.
—Malditos dobles estándares... —Se lamentó y fingió una sonrisa al adentrarse en ese mundo tan ajeno a ella.
—Además, los tacones hacen que las piernas se te vean más largas, y el trasero más firme.
—¡Jake! —Allyson reclamó colorada de la cara—. ¿E-en serio? —preguntó, echando un vistazo a su figura.
—¡Oh Ruth!—Andrea, la mujer que los invitó, en un tono que solo se alcanza con el primer millón ganado exclamó a su vieja amiga entrar—¡Finalmente están aquí! ¡Y se ven muy bien! Hey chico...¿Jake no es así?
—Si señora—respondió él.
—¡Luces tan bohemio! Como un Collin Farrell cuando todavía era guapo.
—¡MALDITOS DOBLES ESTANDARÉS! —gritó en su mente Allyson
Y mientras Jake era adulado por lucir como un mugroso y Allye se ahogaba en su propia indignación moral, Sarah se quedó maravillada por el todo que se presentaba ante ella: la gente, el decorado, la arquitectura, la música de vals sonando...todo eso evocaba recuerdos...y una canción, una melodía que resonaba en su cabeza, pero más importante, en su corazón.
"Esta vez, puedo ver / los recuerdos me envuelven...
la canción, que escuché / una vez en noviembre
Me adoraban con fervor
como extraños sentir amor
quien gozaba al bailar
un vals inmemorial..."
—Sarah —comentó Allyson al ver a su amiga sobre una mesa cantando y bailando—, ¡¿QUÉ CHINGADOS ESTÁS HACIENDO?!
—Quinientos dólares a que esa es la nieta de Ruth—alguien dijo al ver tal escenita.
—Em...bueno, llevo meses pidiendo mi musical Broadwayesco, esto es lo más cercano —Sarah respondió al bajar de la mesa.
—Y por cierto—Allye le comentó al oído mientras le dió la mano para ayudarla a bajar—, la letra es "una vez en diciembre", no "una vez en noviembre"
—¡Si ella tiene su musical yo quiero mi Opera-Rock! —Jake exclamó, burlándose y tratando de no sucumbir a sus propias carcajadas
—¡Jake, CALLÁTE! —gritó Allyson para parar una peor escena, haciéndola en realidad un poco peor
—En, perdón abuela— Sarah se disculpó, con pena y cabizbaja.
—¿Por?
—Por hacer una escena...
—¿Eso fue una escena? Debiste ver aquella ocasión cuando representé la Guerra de Troya para las tropas en el 55.
—¿Eras parte de un grupo de actores?
—¡Yo era todo el grupo de actores! Y estar en una obra con más de 100 personajes...¿No es así, Hank? —preguntó a un hombre mayor pasando a un lado de la abuela y su nieta
—Aún no tengo idea cómo armaste un caballero de cuatro metros con cucharas de madera...
—¡Sencillo! Primero una, y luego las otras.
Sarah podía sentir un autentico apoyo por parte de Ruth. Ella misma ahora reconocía que quizás fue demasiado desconfiada, que le había ganado el cinismo, y que Allyson por una vez para variar, tenía razón: su abuela la quiere con toda sinceridad y honestidad.
Fuera de ese escándalo inicial, la velada prosiguió de modo agradable, y en realidad tanto Sarah como sus amigos se estaban mezclando con naturalidad, como si siempre hubieran pertenecido ahí, más la señorita Greenberg que los otros, pero dejando eso de lado, ¿había algo que pudiera arruinar la ocasión?
Continuará...
...sólo bromeo, aquí sigue:
—Oye Sarah—Allye susurró a su amiga, ambas desde la mesa de bocadillos—; ese chico de ahí no ha dejado de verte en toda la noche.
—¿Sí, y?
—¿Cómo que "y"? es lindo, ¿no quieres darle una oportunidad?
—Esta noche no Allye, me siento...libre, no quiero complicar las cosas, todo por primera vez en mucho tiempo se encuetra...bien.
—¿Estás segura?
—Por supuesto. Más que "bien" en realidad, como si nada en el mundo pudiera arruiarme esta linda ocasion...
Pero como es tradicional en la estructura del conflicto en la ficción, quizás Sarah habló demasiado pronto.
—¡¿Qué fue eso?! —exclamaron varias personas al escuchar un fuerte sonido de cristal rompiendoce.
Todos en el recinto giraron su cabeza al centro y miraron vidrios rotos y una mujer boca abajo; pronto se dieron cuenta que ella vino de arriba, desde uno de los tragaluces del edificio y al parecer esté no aguanto su peso y la dejo caer.
—¡Todo o nada a que esa mujer es algo de Ruth!—alguien gritó
Lo peor de todo es que en realidad, el que gritó hablaba con razón.
—¿Mamá?—la joven gótica dijo al reconocer a esa mujer conforme se levantaba y se sacudía los pedazo de cristal del cuerpo
—Sí Sarah...soy yo: mami.
—¿Estás...drogada?
—¡Oh, gran novedad! ¡Todos en el maldito salón están drogados! Sólo que ellos usan esas suaves y elegantes drogas de ricos.
—Hija, ¿qué rayos haces aquí? —Ruth preguntó, anteponiéndose entre Sarah y Jordan.
—¿No estás un poco solemne para una ocasión de fiesta?—interrogó Jordan, acercándose a su madre, sacando a la vista un cuchillo...de mantequilla y ubicándolo cerca al rostro de su madre—es decir, ¿Por qué tan seria?
—Si vas a amenazarme y a infringir derechos de autor al menos ten la decencia de traer algo que de hecho tenga filo
—¿Sabes? —Allye comentó, todavía desde la mesa de bocadillos, con Jake ahora acompañandola—. Desde que somos amigos ya no tengo que ir al cine: todas nuestras aventuras me ponen al día.
—Lo sé, pero Jordan tiene un punto: nadie sobrio me hubiera dejado a su cuidado las llaves de su Bentley —el chico contestó.
—Mamá, ¿qué pasa?—Sarah preguntó
—¿Por qué no le preguntas a tu abuela? ¡La muy payasa quiere alejarte de mi!
—¿Payasa?—Ruth ofendida cuestionó—. ¿Eres tú la que hace de un Joker-Neo-Hippie y yo soy la payasa?
—¡No me quitarás a mi hija gran perra! Quizás me quitaste mi padre y me quitaste mi herencia, ¡Pero no mi hija Sora!
—Sarah—aclaró...Sarah.
—"Sora" suena mejor.
—Pero, abuela, ¿de qué habla mi mamá?
—Sí...creo que es hora que te diga la verdad...y la verdad es que...
Ruth entonces se dió cuenta de que ella y el resto de las mujeres Greenberg eran el centro de todas las miradas de los presentes.
—Sí, mejor te lo cuento cuando haya menos escándalo...
—¿Menos escándalo?
—Ya sé, ya sé...si tan solo hubiera algo que eclipsara esté embarazoso momento...
Las plegarias de Ruth fueron escuchadas, por lo menos eso se puede deducir por lo que ocurrió en ese mismo instante.
—¡Marianne! —gritó una mujer azotando con fuerza el portón del salón
—¡Desiré! ¡Creí que León te había matado!—respondió una mujer junto a su paraja, una mujer que en apariencia era idéntica a la invitada inesperada
—¡Espera! Amor, ¿quién es ella?
—¡No te dejes engañar Gastón! ¡Ella es mi...GEMELA MALVADA! —Desiré exclamó
—Dios, es demasiado por hoy—Allye comentó—. Mejor dejemos el resto para la próxima vez.
—Si...además, esa historia ya no nos incumbe—concordó Jake.
Y gracias a un drama improvisado, Ruth, Sarah y Jordan pudieron salir en silencio y (relativa) discreción, pero eso no volvería más calmas los momentos que ahora tendrían que pasar.
N/A: Mis lectores y lectoras, gracias por...leer.
Tiempo de comerciales: si pueden darle oportunidad a una historia de fantasía de mi autoria, chequen "El Ave de Fuego" (http://www.wattpad.com/story/1545014-el-ave-de-fuego), todos los...bueno, cuándo me da la regalada gana subir XD.
Gracias y nos vemos la siguiente entrega.
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