Capitulo VII: La Buena, El Malo y la Loca
Siguiendo con su meditación recorriendo las calles de Hopewell tras salir de su castigo, aun discutían la posibilidad de entrarle o no al negocio...
—No me digas que de hecho lo estas considerando; es una locura sin sentido —Jake mencionó, al notar en los ojos de su amiga Allyson cierto interés
—Bueno, no perdemos nada con preguntar ¿no? —ella le respondió
—Me sorprende de ti Allye; generalmente espero estas cosas de Sarah, o incluso de mí si ando "volando alto" ¿pero de ti?
—¡OK, perdónenme por mostrar algo de curiosidad!
Jake, por una vez en su vida, se mostró como el ser pensante y racional, al menos para los estándares mostrados con anterioridad por su particular grupo de amigos, y en el fondo, Allyson sabía que él tenía la razón, y la última vez que confiaron en un hippie terminaron a un abogado del reformatorio juvenil.
Desechando esas historias sobre dinero y legendarios traficantes del pasado, al día siguiente, los muchachos siguieron su rutina diaria: asistir a clases, fingir que oían algo diciendo "aja" cuando les preguntaban si habían entendido, y burlarse de aquellos maestros que usaban precarios métodos para ocultar su calvicie.
La hora del receso llegó, pero en lugar de ir sobre la azotea a fumar o aventarle huevos al asilo de al lado, los tres llegaron con excusas para justificar su no presencia en su tradición escolar.
—Saben chicas, me gustaría ir con ustedes—Jake mencionó a sus amigas en el pasillo—pero recordé que debo pagarle algo a alguien...en alguna parte...algo así ¡Ciao!
Jake partió rápidamente, dejando a Allyson y a Sarah con ciertas dudas en sus cabezas por el nerviosismo con el que su amigo salió corriendo.
—No lo había visto salir tan rápido desde que la policía organizó esa redada en el club...—Allyson dijo
—Sí ¿Qué loco verdad? —Sarah respondió riéndose nerviosamente
—¿Pasa algo Sarah?
—¡No! Para nada, pero es que acabo de recordar que... ¡Olvidé alimentar a mis celacantos!
— ¿Cornelius y Constance? Nunca olvidas alimentarlos...
—Sí, bueno, debo hacer un par de llamadas y quizás me tarde en volver así que, como dicen por ahí: "Adios, farewell, Auf Wiedensehen, good bye"
Y Sarah también salió corriendo de ahí con una desesperación sorprendente inclusive en un ser como ella; y citar a "La Novicia Rebelde" levantaría más de una sospecha (o lo haría si no estuviera alguien acostumbrado al peculiar patrón de acción de la amiga de Allyson)
Sabiendo que algo estaba mal, Allyson siguió a sus dos amigos hasta la zona del segundo grado; tanto Jake como Sarah checaban discretamente cada aula buscando a aquel informante.
—¡¿Qué carajos están haciendo ustedes dos? —Allyson les gritó
—Oh...hola Allye—Jake contestó
—¿No me digan que están buscando a ese sujeto? ¿Qué paso con eso de "locura sin sentido"?
—La historia podrá ser una locura Allye, pero esto sin dudas es muy real—Jake respondió mostrando una moneda de oro.
—¿Espera, esa no es la moneda que el tipo nos mos..? ¿Te la robaste?
—¡Sí, sí, ya sé! ¡Oh por "Dios Jake, algún día te meterás en problemas"! —Jake respondió improvisando una muy mala imitación de la voz de Allyson
—¿La probaste con tus ácidos no?
—Sí, y sin importar si lo que haya dicho es mentira, cuento, imaginación o demás: esta cosa es autentica, y si ese greñudo mugroso tiene una, puede tener más...
Jake sabía verificar a través de ácidos la autenticidad de una pieza de oro; años de ver a su ahora ausente abuelo recibir pagos en este medio le dio cierta habilidad en las artes de los barrios bajos.
— ¿Y qué hay de ti Sarah? ¿También saliste a buscar el dinero de un traficante...sin decírmelo?
—No, yo solo quería saber si mis celacantos están bien, y este estúpido móvil no tiene señal en los edificios de primer grado...—Sarah contestó mientras agitaba y golpeaba su celular
—Lo importante—Jake tomó la palabra—, es que ahora que todos estamos en esto, "rubia"...
—¿Rubia? —Allyson dijo
— Bueno, hace unas semanas atrás.
—Si, ¿por qué no? Si no los entregue cuando me ofrecieron menos condena en el reformatorio, no los entregare ahora
—Es un hecho, pero primero debemos hallar a "Shaggy" en cuestión...
—Lo han estado haciendo mal señores —Allyson les mencionó—, vengan conmigo, yo creo saber donde debe estar...
Allyson guió a Jake y Sarah a través de los pasillos hasta el baño de hombres más alejado del edificio.
—¡Aquí huela a miércoles! —Sarah exclamó tapándose la nariz
—Lo sé, pero si hay un lugar donde una persona como ese sujeto viene a fumar, es este...
— ¡Ah, como nosotros!
—Exacto Sarah...exacto...ahora Jake, entra ahí.
— ¿Y por qué yo?
—Porque es el baño de chicos genio; solo los chicos están biológicamente diseñados para aguantar esos olores...
Sin poder discutir esa lógica, Jake ingresó al baño, y sus ojos inmediatamente se comenzaron a poner llorosos, no porque oliera particularmente mal, sino por las gruesas fumarolas que salían del lugar, producto de tabaco, hierba, y hasish para los más exóticos.
—¡Hey, tu, el greñudo! —Jake exclamó al ver a aquel sujeto al fondo.
El resto de los jóvenes en el baño mostraron cierta duda ante las palabras de Jake, pues después de todo ¿a cuál de todos los greñudos se refería?
—El greñudo fumador flaco y de ropa sucia...
Los demás siguieron con la duda: volteándose a ver los unos a los otros y sin comprender de quien podría estar hablando.
—Al carajo...—Jake se dijo y simplemente tomó al chico con quien quería hablar y por la fuerza lo sacó de los sanitarios.
—Muy bien Allye, te doy crédito ¿Cómo supiste que estaría aquí? —Jake mencionó
—Bueno, para drogas más fuertes, la mejor manera de camuflajear el aroma es con algo más fuerte...como el olor de los peores baños de hombres de todo Hopewell High
— ¿Así que, aceptaron mi propuesta? —Preguntó aquel sujeto
—Tenemos cierto interés, eso que ni que —Allyson contestó—. Pero primero lo primero: ¿Cómo te llamas?
—Audrey...
— ¿Audrey? ¿No es ese nombre de mujer?
— No lo sé amiga ¿No suena "Allye" como nombre de hombre?
—¡Es un diminutivo! No es como si fuera Mohammed Ali ¡ES con acento en la "a", no en la "y-e"!
—No pierdas el enfoque Allye — Jake comentó—. Segundo: ¿de dónde oíste esa historia?
—Es una leyenda urbana, se ha mencionado de generación de alumnos en generación de alumnos.
— ¿Entonces, de donde sacaste el oro, Audrey?
—Bueno, lo intenté hace tiempo: la historia dice que el dinero está en el salón de maestros, y una noche de vacaciones, me infiltré; escarbé y quite el piso...no encontré el maletín, pero del piso brilló una pequeña pieza y me la llevé: esa moneda es la que les mostré...
—Eso me recuerda...aquí la tienes—Jake le dijo sacando de su bolsillo el doblón y devolviéndoselo a su "legitimo propietario"
— ¡Ahora yo, ahora yo!—exclamó entusiasmada Sarah— ¿Dónde está el microfilm?
— ¿El micro...qué?
—No le hagas caso—Allyson tomó la palabra empujando a Sarah—. Yo haré la última pregunta: ¿Qué tan cierto es que necesitas nuestra ayuda?
—¡Ya se los dije! Apenas el año comienza y ustedes ya son conocidos como...
— ¡Ya entendimos! ¡No tienes que repetir ese estúpido nombre!
—Está bien, miren...vengan a mi casa esta tarde, organizaremos el golpe.
La hora señalada llegó, y los tres jóvenes se reunieron en el muladar que "Audrey" llamaba hogar, en la calle más pobre del barrio de Hopewell.
—Comparado con esto, mi casa es el Taj Mahal mezclado con la casa de Kanye West...—Jake mencionó al ver las precarias condiciones de vida de su informante.
—Sí, bueno, para empezar: tú tienes un techo. —Allyson le comentó
— ¿No será una molestia? Digo, es temporada de aves migratorias, y tenerlas volando sobre tu cuarto podría ser que, cuando menos te lo esperes, te despierten con un...
— ¡Sarah, eso es asqueroso!—Allyson y Jake reprendieron a su amiga ante el comentario de mal gusto que casi termina haciendo.
—¡Ah, así que ya están aquí! —mencionó Audrey al abrir la puerta de lo que gentilmente podríamos llamar "casa"
—Si...tú nos citaste, ¿qué tienes en mente? —Allyson le contestó y le preguntó respectivamente.
—Entren, les explicare como está la situación...
Audrey los llevó al sótano de su, ejem, "casa": el único lugar donde las paredes estaban completas; ahí, los chicos vieron en los muros distintos diagramas y mapas.
—¿Has estado trabajando en esto por algún tiempo no es así?—Allyson preguntó
—Desde mi golpe de suerte con esa moneda...lástima que tuve que volver antes de poder encontrar el resto.
— ¿Y qué quieres de nosotros?—Jake cuestionó
—Ustedes harán el trabajo físico, todo lo que tienen que hacer es seguir el plan que he organizado.
El plan que Audrey había organizado era el de continuar donde se quedó: remover el piso del salón de maestros y escarbar hasta llegar al maletín con el oro, dinero o lo que fuera que hubiera en él; claro está, dicho así parece un trabajo sencillo, pero necesitaban un poco mas de sofisticación para realmente encontrar el tiempo necesario para entrar y trabajar.
—Todo esto está muy bien, muy bien, pero debo preguntar —Jake comentó revisando la planificación de Audrey—. ¿Qué haremos? ¿Entraremos y ya? ¿Fingiremos ser los fontaneros?
—No, no, no: no sean ingenuos, entraremos el fin de semana, cuando no hay actividad.
—¿Y? ¿Sabes acaso desactivar alarmas?
— ¡Vamos! No es la primera vez que alguien se mete en Hopewell High.
—Sí, pero una cosa en una persona a la vez solo para salir rápidamente para cambiar un expediente o dos, y otra muy distinta son tres chicos con equipo para escarbar removiendo el piso de un cuarto...no será precisamente "discreto y silencioso"
—¿Y de todos modos, como llegó ahí? —Preguntó Allyson.
—No está muy claro de todo, pero antes, el salón de maestros estaba en otro edificio: el que conocemos se hizo apenas en los años de operación de Nightingale; cuando cayó, el escondió su maletín ahí a sabiendas que nadie lo hallaría, y desde entonces solo ha vivido como un mito de los jóvenes...claro, sabemos que es verdad...
Audrey también les explicó que él había ingeniado un método para apagar las alarmas de la escuela: ellos solo necesitarían entrar y cavar.
—Este domingo por la noche: para la mañana, tendremos miles de dólares y lo repartiremos por partes iguales ¿Qué dicen? —Audrey les mencionó.
—De acuerdo, pero si nos traicionas...haremos tu vida un infierno ¿Capicci? —Jake contestó.
Con el plan revisado, y la noche cayendo sobre el cielo de Toronto, Allyson y compañía abandonaron la..."casa" de Audrey con la tarea de repasar el plan por su parte hasta este fin de semana, cuando comenzarían en vivo y a todo color.
—¡Bye mamá! Iré al cine—Allyson se despidió de su hogar aquella tarde de domingo.
—Nos vemos viejo: llegare algo tarde: si quieres cigarros, tengo varios en el cajón—Jake mencionó a su padre a medio dormir echado en la sala de su cuarto apenas consciente por beber licor de dudosa procedencia mientras veía un partido de hockey.
—¡Adiós hermanito! Me voy a robar un maletín con dinero de drogas oculto debajo del aula de maestros de mi escuela ¡No olvides alimentar a mis celacantos! —Sarah dijo a su consanguíneo antes de partir para la operación "volar el maldito piso de Hopewell High"
Los cuatro arribaron a las cercanías de Hopewell High, listos para actuar y con algunas dudas en sus mentes sobre si esto era una buena ida después de todo.
— ¿Qué harán con su parte chicos...?—Sarah preguntó
—Comprarme un kit para robar autos BMV—Jake respondió
— Sabes, ¿por qué no simplemente podrías comprarte uno?
— ¿Comprar en vez de robar...? No sé, no sería lo mismo... ¿Qué tal tu Allye?
—Pagarme la Universidad, o si todo sale mal...a mi abogado...
—Que animada la muchacha...—Jake remarcó.
—Dejemos la plática y los sueños para después —interrumpió Audrey—. Ahora es cuestión de hacer el trabajo.
El grupo se posicionó en la parte trasera del colegio, conocida por una ventana particularmente proclive a abrirse con mucha facilidad y una reja con enormes agujeros en ella; ingresaron entonces a la escuela y llegaron al edificio B, donde se encuentra el salón de los maestros.
—Jake, ¿hiciste tu tarea como te dije? —Audrey le preguntó
—Fue cosa fácil —respondió mostrando las llaves del salón, que las robó del director chocando con el "accidentalmente" en el pasillo.
Abrieron la puerta y entraron al edificio después de colocarse las mascaras tipo pasamontañas y guantes de látex que Sarah había traído.
—Mis ancestros dejaron Noruega pensando que ningún Martin tendría que volver a hacer operaciones de comandos—Allyson murmuró.
—¡Silencio! —le respondió Audrey— . Ahora, hay que entrar en el salón de maestros.
Los jóvenes llegaron y abrieron la puerta del salón de maestros; comenzaron entonces, a sacar los picos y las palas de una enorme maleta que Allyson había ocultado en la ventana exterior del salón, debajo de unos arbustos: los subieron entre los cuatro hasta el interior del aula y comenzaron su labor.
Pero tras un par de horas de remover el piso y cavar debajo de la tierra hasta la tubería, no sentían que se encontraban más cerca de hallar el maletín.
—Esto ha sido inútil; mis brazos no pueden mas con esta labor—Allyson se quejó.
—Se que debe estar por aquí...—Audrey repetía una y otra vez pasando su mano sobre la tierra abierta tratando de sentir algo solido aparte del sistema de drenaje.
—Ha sido una gran pérdida de tiempo. —Sarah comentó dejando de lado su pala.
— ¡No! Les digo que debe estar por aquí...
—No sé en que pensábamos cuando aceptamos hacer esto... —Jake agregó, quien era conocido por aguantar menos la frustración que sus dos amigas, así que en lugar de dejarlo en una simple queja, tomó la cabeza de Audrey, y la chocó contra la tubería abierta— ¡Ahora podría estar robando un estéreo!
El fuerte golpe contra la instalación dio un resultado inesperado; Audrey, al levantarse, sintió algo incrustado en su frente.
—¿Eso es...una moneda...?—Allyson preguntó
Los tres chicos rápidamente empujaron a Audrey, algo atontado por el golpe, y con sus propias manos, dedos y uñas escarbaron hasta revelar un maletín...un grueso maletín que ni siquiera estaba cerrado de todo, debido a lo relleno que se encontraba de billetes, y monedas de varias denominaciones.
—No puedo creerlo —Jake comentó—eh...Audrey amigo, siento lo del golpe...
—Creo que solo te contestara hasta que vuelva en sí —Allyson le contestó—. Pero por lo pronto, hay que partir...
Cargando a Audrey en espaldas y con el maletín en sus manos, los chicos salieron rápidamente de Hopewell High, pensando que ya la labor más difícil había terminado, pero, y a pesar de lo gastado que suena esta frase: "lo peor estaba por venir..."
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