Manos frías

Jeon estaba en una silla.
Sus manos estaban llenas de sangre que aún no se había podido lavar.

Había huido de su casa al apuñalar al amigo de su hijo y ahora buscaba refugio en la única persona que le quedaba: Jung, el guardia.

Cuando lo llamó por teléfono este le dijo que no tardarían en buscarlo, que fuese al bar que había en una de las calles más conflictivas de ese lado del muro, un bar llamado 'La Casa Negra' y que le pidiera al dueño el reservado de los Guardias.

Así hizo y allí se encontraba, en aquel lúgubre sitio, con una cerveza negra, mirándose las manos y pensando en cómo iba a salir de esta sin acabar en las minas del Norte.

Ya se estaba acabando la cerveza cuando la cortina se abrió y apareció ante él Jung.

Y detrás de él una figura que hacía mucho que no veía.

-Jackson Wang...

-Cuánto tiempo...Tío Jeon

Jeon y el padre de Jackson batalleron juntos durante la guerra y cuando esta terminó siguieron siendo amigos, hasta el punto de que Jeon era un invitado especial en casa de los Wang.

Hasta que lo desterraron.

Jackson y Jung se sentaron frente a Jeon, que ahora temblaba un poco.

-Estoy en un lío, Jung.- dijo

-Eso parece. Hay una orden de arresto en tu contra recorriendo todas las comisarias.- dijo enseñándole un papel que había sacado del bolsillo de la chaqueta.- Esta vez no van a ser tan benévolos contigo,Jeon.

-El maldito crío...Me sacó de mis casillas.

Bebió lo que le quedaba de cerveza.

-Jeon, era cuestión de tiempo que pasara algo así...

Jeon lo miró sin entender nada.

-Ese chico entró en mi casa...-se quiso excusar

Jung lo miró con la ceja levantada.

-A mi no hace falta que me mientas, Jeon...

Jeon bajó la cabeza resignado.

-¿Qué va a pasar conmigo? ¿Me vas a detener?

-No. Te voy a esconder. - contestó .- pero antes necesito que me digas lo que, por teléfono, me dijiste que sabes.

Jeon suspiró.

-Fue mi hijo. - reveló Jeon mirando Wang.- Mi hijo Jeon Jungkook fue el que agredió al chico de Wang.

-¿Estás seguro?

Jeon asintió.

-Me lo reveló desesperado para que no le hiciera daño a su amigo.

-¿Cómo se llama el chico que agrediste?

-Park Taehyung

Wang miró a Jung

-Parece el círculo se está cerrando.

-¿Por qué lo dices?.- preguntó Jung

-Cosas mías.

Wang estaba atando cabos. El chico agredido por Jeon era el mismo que él que acompañaba a Jimin aquel día.

-Ahí tienes la información, ahora, haz lo que quieras con ella.

🎈🎈

Jackson se reunió con su padre y uno de los asesores de campaña en su señorial despacho.
Encima de la mesa, un periódico con la cara de Jeon junto a un titular: "Jeon, de héroe a villano".

-Hay que arrestar a ese chico de inmediato.- dijo el Senador.

Jackson se removió de la silla. Ese no era su plan.

-Padre, ese chico ahora es un mártir. ¿Qué pensará la gente si,al chico que acaba de salir de una situación en donde su padre lo maltrataba, lo acaban arrestando por tu culpa?.- pregunto Jackson dando en el clavo.- Todo el mundo se ha hecho eco de la noticia. Y todo el mundo sabe que Jeon y tú erais amigos.

El Senador miró a su asesor.

-Tu hijo tiene razón, señor. Igual habría que dejar pasar este asunto.- dijo el asesor.- Estamos en la recta final, cualquier movimiento puede hacer que perdamos.

Wang apretó con los dedos el puente de su nariz,estresado.

-Papá.- Wang miró a su hijo.- Déjame este tema a mi. Te prometo que haré un trabajo limpio, discreto y te traeré una prueba de mi venganza para el Círculo.

El padre suspiró.

-No espero menos de ti, hijo mío.

El orgullo de los Wang era algo que se pasaba de generación en generación. Era su fuerza y por él habían llegado hasta dónde estaban.
Pero Jackson tenía otra motivación distinta.
En su cabeza sólo tenía a Park Jimin por eso se alegró tanto de que todo estuviera relacionado con el rubio.

Iba a hacerlo despacito y con calma.
Quería saborear aquel regalo que el destino le había puesto en bandeja.

🎈🎈

Los días pasaban lentos en el hospital. Los chicos hacían guardia para no dejar solos en ningún momento a Tae ni a Jungkook.

Tae se recuperaba rápido, ya podía comer comida sólida y el color le había vuelto a las mejillas.

Por su parte, Jungkook, seguía en aquella habitación dónde nunca estaba solo.
Médicos, enfermeros e incluso un psicólogo pasaron a visitarle y preguntar por su estado.
Por lo visto la historia de Jungkook había tocado el corazón a muchas personas.

Suga y Jimin se encontraban fuera de la habitación esperando a que el médico terminará de hablar con el pelinegro.
Suga estaba apoyado en la pared mientras Jimin daba vueltas en círculos con los brazos cruzados.

No se habían visto desde el día aquél donde, no se sabe cómo, acabaron cogidos de la mano.
Ahora la tensión se podía cortar con un cuchillo.

-¿Cómo estás? .- pregunto al fin Suga que cada vez estaba más incómodo

-Bien ¿Tú?

Suga asintió confirmando así que estaba bien.
Se quedaron un buen rato en silencio deseando que viniera alguien para aligerar el ambiente.

-¿Cómo te va el trabajo?

Jimin sintió como los músculos se tensaban un poco.

-Bien. Voy a estar una temporada sin ir, ya sabes, para cuidar de Tae...-contestó.- Nam no puede dejar el suyo y...

-Mejor

Jimin lo traspasó con la mirada. Le molestaba muchísimo que Suga siempre le metiera alguna pullita sobre su trabajo.

-¿Y tu trabajo? ¿Cómo va?

-Jimin...- dijo el pelinegro advirtiendo de que no fuese por ahí

El rubio bufó molesto pero a Suga no le importó. Ellos sabían que estaba prohibido hablar sobre a lo que se dedicaba el pelinegro

-El otro día me asustaste mucho.

Jimin se encogió de hombros.

-¿Te vuelve a pasar a menudo?.- continuó Suga

-¿El qué?

-Los ataques de ansiedad.

Jimin seguía andando en círculos pero ahora mirando al suelo.

-Desde que lo dejamos.- contestó el rubio con apabullante sinceridad.

Suga le agarró del brazo para que parara de andar, lo estaba poniendo nervioso.

-Deberías visitar al médico.

Jimin se soltó de su agarre, el rubio lo miró perplejo

-Deja de meterte en mi vida, Suga.

Los dos estaban frente a frente.

-Me importas. No quiero que estés mal.

Jimin pestañeó rápido, incrédulo.

-¿A qué viene eso ahora?

-Sólo me preocupo por ti...

Jimin se sintió mal. Muy mal. Y también emocionado por las palabras de su ex novio. Si realmente había llegado hasta exteriorizar aquellas palabras es porque lo sentía muy profundo.

Suga volvió a cogerle del brazo y esta vez Jimin no se separó.

-Dime que irás.

Los ojos de Suga lo miraban suplicante.

-No te lo prometo pero lo intentaré.

Se quedaron un momento mirándose a los ojos, como muchas veces les pasaba. Había un magnetismo en ellos, algo que hacía que, una vez sus miradas se unían, era muy difícil volver a separarlas.

Jimin dió un paso, acercándose a Suga .
Otro paso más.
Suga no se separó dejándose llevar por esa adictiva sensación que le abordaba cada vez que Jimin estaba cerca de él.
Y ahora estaba cerca, muy cerca.

Los ojos miel del rubio sonrieron mientras Jimin alzaba el brazo.

-Te sigo echando de menos, Yoongi.- la mano de Jimin tocó su cara.- Dime que tú a mi también, por favor.

La esperanza de Jimin se había disparado la tarde en la que creía que su hermano había muerto y el pelinegro lo mecía con ternura.

Sintió Suga tan cerca...

Aquel día, cuando se levantaron para reunirse con los demás Suga entrelazó la mano con la suya.
Jimin la sintió helada pero su corazón comenzó a templarse.

Una cálida sensación que había sido enterrada en lo más profundo de su ser y que cuando, a veces salía, era para enseñar su lado oscuro y hacer que el rubio se sintiera morir.

No como ahora, en ese momento, en el que Jimin se acercó otro poco más, cogiendo la nuca del pelinegro que se había quedado como una estatua.

Rígido.

Los ojos de Jimin se cerraron pero los de Suga se mantuvieron abiertos viendo con terror como los labios del rubio se acercaban a él.

Cuando no hubo más remedio, justo cuando la boca de Jimin iba a impactar sobre la suya, Suga giró la cara.

Jimin abrió los ojos mientras su rostro mostró una mezcla de enfado y resignación.
Suga lo miró pidiendo perdón.

-L- Lo siento...- sólo pudo acertar a decir

Jimin bajó la cabeza con resignación mientras negaba.

-No lo entenderé nunca ¿verdad?

Suga no contestó a ese pensamiento de Jimin pues parecía que se lo preguntara a sí mismo.

-Lo siento...

-Yo lo siento más, Suga, créeme.- dijo Jimin separándose de él. - A partir de hoy no vuelvas a meterte en mi vida, ni a pedirme explicaciones.- la fiereza salió en la mirada del rubio- Ni a preocuparte por mí.

Jimin se secó con el dorso de la mano la lágrima que le cayó.

- No necesito tu lastima ¿Sabes?.- le dijo mientras le temblaba la barbilla.- No necesito nada de ti.

-Jimin, ya hablamos de esto

El chico asintió dándole la razón sin más.

-Si,ya hablamos de esto. Me lo dejaste bien claro.- Jimin endureció su mirada .- Por eso te pido que no te vuelvas a acercar a mí. Nunca más.

Diciendo esto se dió la vuelta y casi corriendo se alejó del pelinegro.
Cuando se vió libre de la mirada de Suga se agachó apretando los puños por detrás de su nuca, pensando en lo que había intentado hacer.

Maldiciendose por ser tan débil.

Ahora más que nunca deseaba sentirse querido por Suga y él lo rechazó.

Como en la mañana que le dijo que todo había terminado.
Jimin volvió a experimentar la desagradable sensación de ser abandonado por la persona que amaba.

Le urgía desprenderse de aquel sentimiento.

Ahora mismo solamente una persona podía calmar su dolor.

Y no era otro que Cha Eun Woo

🎈🎈

El pasillo era largo pero ellos se
reconocieron enseguida.

Tae y Jungkook sonreían mientras se acercaban casi volando.
Como si montaran en una nube.

Namjoon seguía a Tae.
Suga seguía a Jungkook

Los cuerpos de los más pequeños chocaron con fuerza.
Daba igual el dolor, daba igual todo.

Se miraron sin soltarse ni un centímetro.

-Feliz cumpleaños Tae.

Le dijo al fin el pelinegro pues se lo había prometido.

Se volvieron a abrazar, esta vez sus mejillas quedaron pegadas y así estuvieron un buen rato, sintiéndose el uno al otro.

-Dejemoslos solos. - susurró Nam a Suga

Tae no sólo quería sentir el tacto de Jungkook también oler todo su ser. Su nariz se pegó al cuello del pelinegro.

-Te he echado tanto, tanto de menos...- Dijo Tae y al pelinegro le sobrevino un cosquilleo al sentir el aliento de su amigo tocando su piel- No te separes de mí nunca más.

Jungkook acarició el pelo del castaño.

-Nunca.- suspiró.- Te lo prometo.

Y allí, en medio del frío pasillo, vestidos con batas de hospital sus cuerpos creyeron que era el momento perfecto para demostrase todo lo que se querían.

Sus bocas se buscaron en tímidos y cortos besos.
Cuando estuvieron más seguros su beso se fue haciendo más largo.

Jungkook fue el primero en adentrar su lengua buscando con desespero la de Tae que tímidamente fue despertando.

Hasta que escucharon detrás de ellos una voz.

-Ejem...

Un enfermero que transportaba una camilla vacía los miró con desaprobación esperando que le abrieran paso.

Lejos de avergonzarse los chicos se miraron y se sonrieron.

Y sin dejar de soltarse la mano corrieron por aquel largo pasillo, huyendo de cualquier ser vivo que les pudiera molestar.

Porque ahora mismo su mundo era ellos y aquel amor que estaban por experimentar.

🎈

Nota de la autora:






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