Feliz Cumpleaños,Tae (II)
~Sábado~
Jimin despertó a Tae que dormía a pierna suelta.
La noche había sido larga.
Los cuatro se quedaron hablando y contando anécdotas hasta que Jin tuvo que marcharse.
-Vamos TaeTae, tenemos que aprovechar el día.- dijo Jimin mientras lo movía de un lado a otro.
El pequeño abrió los ojos lentamente y se desperezó estirandose todo lo largo que era.
Jimin ya se había duchado y vestido.
Estaba, como siempre, guapísimo y elegante.
Aunque hoy, quizás, más de lo normal pensó Tae.
Desayunaron rápido y andaron hasta el muro.
Había tres tipos de acceso: La de los herederos, la de los desheredados que trabajaban en el otro lado y la de los pases especiales como el que ellos tenían.
La que más seguridad tenía era el último acceso pues habían muchas falsificaciones.
Un guardia los separó y Jimin pudo ver la cara de terror de su hermano.
-Es protocolo, tranquilo.- le dijo el rubio en voz alta mientras lo apartaban de su lado
Pero el castaño no podía estar tranquilo, el guardia lo metió en una pequeñas sala, lo puso contra la pared y comenzó a cachear.
-¿Llevas algo ilegal?.- preguntó el guardia con rudeza.
-No.- contestó Tae miedoso de llevar algo
Cuando el cacheo terminó le indicaron que pasara a través de otra puerta.
Así lo hizo llegando a otra sala con una mujer sentada frente a una sencilla mesa sin nada más que un papel y un bolígrafo.
-Nombre y apellidos.- le dijo
-Pa-Park Taehyung
La mujer apuntó
Desde luego esto no era lo que nuestro protagonista esperaba.
La mujer no le miraba apenas.
-¿Edad?
-Dieciocho.
-¿Tipo de pase?
Tae no sabia el tipo de pase que era así que se lo enseñó acercándose un poco.
-Quédate donde estás.- ordenó y Tae reculó.- Es un pase negro.
La mujer apuntó en la hoja.
-Sólo puedes estar veinticuatro horas en el otro lado ¿Entendido?.- Tae asintió.- Es un pase por invitación, si infringes las normas tú y la persona que te haya invitado seréis detenidos.
Tae tragó saliva. Él no pensaba cometer ningún delito. Sólo quería ver cómo era el otro lado.
-Acercate para coger la hoja de normas.
Tae se acercó y cogió la hoja con la mano temblorosa.
-Continúa por esa puerta.
El castaño salió para encontrarse con otro hombre fuera que le pidió que le ensañara el pase de nuevo.
-Que esté siempre visible ¿vale?
El chico asintió.
-Bienvenido al otro lado.
Para sorpresa de Tae el hombre sonrió con amabilidad y él le devolvió la cálida sonrisa.
Jimin lo esperaba con los brazos abiertos y sonriente.
-Vamos, hay muchas cosas por ver.
🎈🎈
Suga no había podido aparecer en el cumpleaños de Tae por culpa del trabajo y se sentía mal, por eso se dirigió esa mañana temprano a casa de los Park.
Tenía ganas de ver al castaño y darle su regalo: unas gafas retro.
Nam abrió la puerta.
-Cuánto tiempo.- saludó Nam
-Ayer no pude venir...- contestó mientras entraba
-¿Trabajo?
-Si
Nam lo siguió hasta llegar a la cocina donde sirvió dos tazas de café americano y la estancias se llenó de aquel olor característico que a Suga le encantaba.
-¿Cuánto te queda para terminar ese trabajo?.- preguntó Nam sentándose
-Según mis cálculos, un año...
-Es mucho aún.
Suga removió su café que ahumaba.
-¿Dónde está Tae? ¿Durmiendo?
-No. No está.
-Ah...¿Se fue con Jungkook?
Nam se sintió incómodo, de repente. Demasiados secretos que ocultar a su mejor amigo.
-No. Está con Jimin.
-¿Con Jimin? Pero...Trabajó por la noche ¿No?
Nam bufó.
-Joder Suga, esto parece un interrogatorio.
Suga se sorprendió ante la reacción de su amigo.
-¿Qué te pasa Nam?
-Nada, estoy un poco nervioso. Ayer discutí con Jin.
-Pues vaya novedad.- dijo con ironía Suga.- ¿Qué pasó esta vez?
*Flashback*
Nam subió a su habitación a coger una chaqueta. Abajo hacia frío.
Cuando se dio cuenta Jin estaba abrazandolo por detrás.
-Estás guapísimo.
La sudadera de color verde oliva le venía un poco pequeña y marcaba sus músculos.
Jin miró el cuerpo de su novio con adoración.
-Tienes que dejar las pesas.
Nam arqueó una ceja. Algo característico en él.
-No me dices lo mismo cuando me tienes debajo.- le contestó divertido.
Nam se dió la vuelta y agarró a Jin por la cintura. Sus pelvis chocaron.
Jin lo besó con suavidad.
-Hoy has llorado mucho.
Nam se sonrojó.
-El regalo ha sido increíble, Jin. Gracias.
Jin colocó su mano sobre la mejilla de Nam mientras la acariciaba con su dedo pulgar.
-¿Puedo quedarme a dormir esta noche? Te necesito.- dijo Jin
Nam cerró los ojos.
- Y yo a ti pero...
Jin quitó su mano y Nam abrió los ojos.
-¿Pero?
-Cuando te vas no puedo evitar sentirme mal.
Jin lo miró extrañado, no era eso lo que esperaba escuchar.
-¿Qué quieres decir, Nam?
-Que yo también te necesito Jin y no sólo para follar.- contestó Nam.- Te necesito para pasear cogidos de la mano,por ejemplo. Te necesito siempre. En las pequeñas cosas del día a día. Y ahí no puedes estar...
-Hago lo qué puedo Namjoon.- replicó Jin enfadado.- ¿Crees que a mí no me gustaría?
-Claro que si pero eso me hace replantearme hacia dónde nos dirigimos ¿vamos a estar toda la vida así? Vienes a mi casa, follamos y te vas y cuando desapareces me pregunto si es así cómo será el resto de nuestras vidas...
Jin suspiró resignado.
-No puedo hacer más, Namjoon. Lo siento
-Es que tú no eres el problema, Jin. Y eso es lo malo. Si fuésemos alguno de nosotros lo podríamos solucionar.
El silencio se apoderó de la estancia por un momento.
-Las cosas son así y hay que empezar a aceptarlas.- contestó Jin con dureza
-¿Y si no las acepto así?
La distancia entre ellos era cada vez mayor.
-¿Prefieres que no nos veamos?
-No sé lo que prefiero Jin. Desde que volviste a mi vida de esta forma no hay día que no me pregunte qué cojones estamos haciendo con nuestras vidas.-Nam había apoyado su espalda en el armario y se había cruzado de brazos. - Para mí no hay más salida que esto que ves y tú tienes un mundo que descubrir...
Jin dejó caer su barbilla, resignado ante el pesimismo de Nam.
-¿Y qué quieres hacer? Dime.
-No lo sé...la verdad, no lo sé...
Jin se quedó un momento mirando a los ojos Nam, perplejo.
-Ok...Llamame cuando lo sepas.-
Jin se dirigió hacia la puerta.
-Jinnie...
Pero el chico no se giró. Él también estaba harto de tener que lidiar con los fantasmas de Nam que le hacían sentirse culpable por su condición.
Jin se sentía en medio de dos mundos.
Y lo más duro, sin duda, era no ser aceptado del todo en ninguno de los lados de aquel esperpéntico muro.
*Fin del flashback*
🎈🎈
Jimin y Tae se encontraban en aquella tienda de música gigante.
Tae estaba emocionadisimo viendo y tocando todo ante la mirada orgullosa de su hermano.
-Esto es genial...¡mira!.- Señaló un tocadiscos.- Ojalá pudiera tener uno.
El pequeño arrastró a su hermano hasta aquel aparato y lo tocó para ponerlo en marcha.
-Escucha como suena, Chim.
-No lo puede tocar.
Tae se sobresaltó al escuchar la voz de la mujer detrás de él. Enseguida quitó las manos del tocadiscos y se giró.
La mujer que lo había reprendido lo miraba de arriba abajo.
Tae se se dió cuenta que paro su mirada en la tarjeta que le colgaba.
-Lo- lo siento.
Jimin observó como, a su lado, había otra persona que tocaba otro aparato similar.
-¿Y él sí que puede?.- preguntó desafiante el rubio
La mujer ni siquiera miró al que denunciaba el chico.
-Igual me he explicado mal: sois vosotros los que no podéis tocar.
Tae cogió del brazo a su hermano al que se le estaban poniendo rojas las orejas.
-¿Por qué? Mis manos están limpias, señora. Seguramente más que las suyas.
-Jimin...-susurro Tae alertado agarrando de la chaqueta de su hermano y tirando un poco de él.- Vámonos
El rubio no dejaba de mirar a la mujer.
-Haz caso a tu amigo e iros de aquí.
Jimin la quiso encarar pero Tae tiró con fuerza de él.
-Vámonos Jimin, por favor.
Con mucha reticiencia Jimin hizo caso a su hermano. No tenía ganas de hacerle pasar un mal rato.
Por supuesto salieron de la tienda con las manos vacías.
Después encontraron otra más pequeña y acogedora que regentaba una chica jóven.
Jimin, al fin, pudo comprar el regalo a su hermano que quedó maravillado.
Además la chica les obsequió con un par de casettes.
-Ojalá algún día derriben ese muro tan horrible.- les dijo al despedirse para su sorpresa.
Jimin y Tae le dieron muchas veces las gracias y salieron de la tienda con el corazón lleno.
Caminaban tranquilamente hasta la tienda de ropa dónde Jimin había visto el primer día que entró al otro lado aquella chaqueta tan bonita.
Sólo rezaba para que estuviera.
Comenzó a mirar los grandes edificios, las paredes y vallas publicitarias.
Eran grandes y publicitaban productos muy caros y bonitos.
Coches, viajes...
También comida rápida que a Jimin se le hizo muy apetecible
Y de pronto se paró al ver una de las vallas que adornaba la parte superior de un edificio.
Tenía el fondo color verde esmeralda. Y salía un señor con camisa blanca arremangada. El hombre miraba al infinito.
"PROTEGE TU LADO. VOTA A WANG"
Así que ese era...aquel era el Senador Wang...
Tristeza y temor se apoderaron de su pecho.
Si ese hombre ganaba las elecciones, las cosas se iban a poner crudas para ellos.
🎈🎈
La madre de Jackson Wang le estaba obligando a llevar a su hermano de compras.
-Nunca haces nada con tu hermano, Jackson.
Jackson que estaba tirado en la cama se levantó con mala gana.
Lo cierto es que a él le apetecía salir pero llevarse al inútil de su hermano pequeño no era el mejor plan.
Cuando terminó de arreglarse bajó, su hermano ya estaba preparado, esperándole.
-Buenos días, hermanito.- saludó el pequeño.
Jackson se bebió de un trago el café.
-Buenos días. Vamos.
El hermano salió detrás de él dando pequeños brincos. Le hacía mucha ilusión ir con su admirado hermano y sobre todo subir en aquel coche tan espectacular que conducía.
Compraron muchas cosas, sobre todo ropa. Ellos se lo podían permitir.
-Vamos a entrar en esa tienda.- pidió el pequeño
Jackson ya estaba cansado y quería decirle que no al hermano pero, de pronto, vió una cara familiar.
Un chico rubio acompañado de otro castaño venían andando hacia ellos.
No sabía dónde ubicar a esa persona pero la había visto antes en algún sitio...
-¿Qué miras, Jackson?
Wang Minyun miró hacia la misma dirección observando lo mismo que su hermano.
Aquel castaño...¿de qué le sonaban esos ojos?
La pareja cada vez se acercaba más sin ser conscientes de que estaban siendo analizados.
-Park Jimin....- susurró Jackson
¿Como iba a olvidar la cara tan peculiar del chico que les sirvió esa noche?
Era tan elegante, con esa apariencia frágil pero de porte poderoso.
Aquella noche que lo conoció Jackson se tocó sólo con imaginar como sometía a aquel chico y cuando terminó se sintió mal.
Muy mal.
Él siempre habia hecho todo lo posible por quitarse de la cabeza aquellos pensamientos desviados.
¡Qué pensaría su padre si supiera que se había fijado en un chico!
Le daba asco todo lo relacionado con la homosexualidad.
Por ello la rechazaba totalmente.
A su vez a su hermano pequeño se le heló la sonrisa.
-Es él...
Jackson reaccionó sorprendido a las palabras de Minyun.
-¿Quién?
-El que acompañaba al chico que me agredió.
El mayor tardó un momento en procesar lo que había dicho su hermano.
Lo apartó hacia la pared para que los chicos no los vieran.
-¿Estás seguro?
-Si. Completamente. Esa cara...La tuve muy cerca..- dijo.- Vamos, vamos a por ese cabrón. Me tiene que decir qui...
-¡Para!.- Jackson sujetó a su hermano debía pensar en qué hacer con aquella información.- No sabemos qué hace aquí. No podemos agredirle así como así, imbécil. Piensa un poco con esta cabeza tan grande que tienes.
Vieron como los dos chicos entraron en la tienda y Jackson se fijó en las identificaciones que les colgaban.
No tenía ni idea de qué tipo eran. Algo no cuadraba en todo este asunto.
Y debía quitarse esas dudas enseguida.
🎈🎈
Jimin se veía esplendido con aquella chaqueta.
Fue una lástima no poder llevársela dado que el precio le pareció muy elevado.
Pero ya se sentía feliz sólo con haberse visto en el espejo con ella puesta.
Iba a ahorrar para poder comprarla un día de estos.
Sonrió mientras se hacía aquella promesa a sí mismo.
🎈🎈
Tae y Jimin salieron de la tienda.
El pequeño se había comprado una gorra que se puso al instante.
-Estás guapísimo, hermanito.
Caminaron unos metros más hasta que dos guardias los interceptaron si previo aviso haciendo que casi chocaran con ellos.
-Buenos días, caballeros. Guardias de seguridad ciudadana. - Enseñaron sus placas.- Saquen su identificación.
Jimin sacó de su bolsillo el carnet que lo identificaba como ciudadano del otro lado.
Tae lo imitó tembloroso.
Uno de los guardias cogió el pase a Tae de forma brusca y lo inspeccionó.
-Quítate la gorra. - Le ordenó a Tae y este se la quitó de inmediato. - ¿Cómo os llamáis?
- Park Ta-Taehyung.
-Park Jimin.
-¿Qué llevan en las bolsas?
Jimin se puso a la defensiva.
-¿Hay algún problema?.- preguntó de manera servil aunque se le estaba llevando los mismos demonios
El guardia se limitó a arrancar la bolsa de su mano y inspeccionar lo que había dentro.
-¿Dónde tienen la factura?
-¿Perdón?
Jimin no daba crédito a lo que estaba escuchando.
-Ya me has oído, desheredado. La factura.
-Está en la bolsa.
El guardia rebuscó y al fin la encontró.
Le devolvió la bolsa al rubio.
-No deis problemas ¿de acuerdo?
Y pasó por el lado de Jimin haciendo que sus hombros chocaran.
Jimin tuvo que agarrar a su hermano del brazo y tirar de él para que se moviera.
-Lo siento Tae. Esto ha sido una mierda. Volvamos a casa.
La vuelta no fue fácil. Jimin sentía mucha rabia e impotencia. Para él también había sido un gran golpe de realidad.
Entrar para trabajar y salir era más fácil que andar libremente por aquellas calles.
Sobre todo se sintió fatal por haber llevado a su hermano.
Realmente creía que lo pasarían bien.
Cuando llegaron a casa Nam los recibió aliviado.
-¿Y bien? Habéis vuelto pronto.
-No había mucho más que hacer. - contestó Jimin.- Me voy a descansar.
Cuando se disponía a subir las escaleras escuchó a Nam
-Ha estado aquí Suga, te ha traído esto Tae.
Jimin se giró y vio como su hermano abría el regalo deprisa.
Enseguida se probó las gafas que le quedaban realmente bien.
El rubio sonrió al pensar en Suga mientras subía a su habitación.
Siempre tan pendiente, siempre tan leal...
🎈🎈
-¿Y bien?
Jackson se encontraba frente a los dos guardias que registraron a los hermanos Park.
-Desheredados con pases negros. Son dos hermanos.
Minyun iba a decir algo pero Jackson le tapó la boca con la mano.
-Gracias señores agentes.
Los guardias hicieron una reverencia.
-Estamos aquí para servirles, señor.
Cuando estos se alejaron Jackson todavía tenía la mano puesta en la boca de su hermano.
Lo miró con ojos intimidantes y le dijo:
-Ni una palabra a papá ¿de acuerdo?.- Minyun asintió. - Quiero ser yo mismo quién solucione esto. Papá no debe mancharse las manos y menos ahora.
Destapó la boca de su hermano.
- Volvamos a casa.
🎈🎈
Lau🐘
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