Feliz cumpleaños,Tae (I)


~Viernes~

Esa mañana amaneció nublosa y cargada de humedad.
Jimin se dirigía a casa de Hobi un poco nervioso porque no habían hablado desde lo sucedido.
Entre el trabajo y organizar el cumpleaños de Tae, no había tenido tiempo.
Hobi lo recibió de mala gana, con su cara de enfadado lo dejó pasar a su casa.

-La tarta está en la nevera, cogela.

Jimin miró a Hobi con cara de no haber roto un plato

-Hobiiiiii, desenfadate, por favor....

Jimin le hizo un puchero con sus gruesos labios.

-Te pasaste, Jimin, sólo quería ayudar.

-¡Estaba nervioso! Entiéndelo, fue un momento de tensión...

Hobi chasqueó la lengua mirando para otro lado.
La noche que salió del Club si que estaba enfadado de verdad, pero al pasar los días cada vez que lo recordaba empatizaba un poco más con la difícil posición que tuvo su amigo esa noche.

Aún así esperó a que fuese Jimin el que diera el primer paso.

-Menudos cabrones...- dijo recordando las mofas

Jimin se acercó a él con una sonrisa pícara.

-¿Me perdonas, entonces?

Hobi lo miró de reojo aún con gesto de hielo.

-Sólo por no aguantarte, Park Jimin.

La sonrisa de Jimin se hizo más grande.
El rubio fue hasta la cocina para coger la tarta de Tae mientras cantaba una alegre canción.
Cuando volvió a la sala sonreía tembloroso sumido en sus recuerdos entonces se topó con Hobi con los brazos en jarra, inspeccionandolo.

-¿Qué te pasa?

Jimin seguía sonriendo a pesar de la cara de su amigo.

-¿A mi?

-Si. A ti. ¿Qué es esa sonrisa?

Jimin suspiró dejando en aquel gesto todas las emociones que estaba sintiendo por dentro mientras Hobi le cerraba el paso.

-¿Me lo vas a contar?

-Ay Hobi, no sé...

- Cuéntamelo.

Jimin dejó la tarta sobre la mesa.

-Siéntate.

Hobi se sentó en el sillón orejero preferido de su abuela.

-No quiero que me juzgues, Hobi. Te lo cuento porque eres mi mejor amigo.

Hobi se cruzó de brazos, impaciente.
Jimin se sentó cerca de él y
cogió aire por la nariz.

-Me besé con uno de los herederos del otro día.-dijo soltando el aire de golpe.

Hobi se levantó de golpe estupefacto.

-¿Qué?

-Sientante Hobi, por favor.

-¿Qué me estás contando, Jimin?

Jimin lo miraba desde abajo miedoso.

-Fueron un par de besos sólo. - mintió a verse acorralado por la reacción de su amigo.

No es que Jimin esperara que Hobi se lo tomara de otra forma pero es que necesitaba contarlo porque realmente se sentía como en una nube y cuando somos felices lo único que queremos es que el mundo se entere.

-Jimin...¿Dónde coño tienes la cabeza? ¿Piensas en las consecuencias antes de hacer las cosas?

El rubio hizo una mueca dolorosa.

-Fue sólo un pasatiempo....- se excusó

-Un pasatiempo no te deja esa sonrisa bobalicona que has tenido desde que entraste aquí.

Y así es como Hobi lo pilló.

-No me pude resistir...es tan guapo y dulce...

Hobi se echó las manos a la cabeza.

-No me lo puedo creer, de verdad.- levantó la cabeza para volver a mirar a su amigo. - Doy por hecho que no sabe que eres un desheredado...

Jimin agachó la mirada.

-Claro, cómo lo va a saber si ESTÁ PROHIBIDO JIMIN.

-Ay, ya Hobi por favor...deja de gritar.

-No repitas. No caigas otra vez Jiminshi.

Su amigo le pedía algo que era muy difícil pues ahora mismo no deseaba otra cosa que los tiernos besos de Eun Woo.
Hobi enseguida entendió la cara de su amigo.

-¿Ni siquiera puedes reprimir el instinto? Te vas a meter en un lío,Jimin.

Jimin suspiró cansado.

-No te prometo nada pero te prometo ser cuidadoso.

-No me lo tenías que haber contado. Otra preocupación más.

Jimin se arrepintió también.

-¿Quién es? - preguntó de pronto Hobi

Jimin lo miró y sonrió nervioso de nuevo.

-Cha Eun Woo

Con sólo pronunciar su nombre Jimin sintió un cosquilleo en el estómago.

-¿El callado?

-Si...

Hobi respiró tranquilo.

-Menos mal...Desde luego parecía el más decente...

-....y el más guapo.

-Aishhh, Jimin ¿Qué voy a hacer contigo?

El rubio se levantó y cogió la tarta.

-¿Vendrás esta tarde,no?.- pregunto Jimin

-Por supuesto, aunque iré un poco más tarde y me quedaré un poquito. Tengo que ayudar a mis abuelos y después a trabajar al Club.

-Vaya...bueno...nosotros te guardaremos un poco de tarta.

Le guiño un ojo y salió de casa de su amigo sintiéndose un poquito más libre.

🎈🎈

Mientras caminaba por el pasillo que llevaba al patio Jungkook podía sentir las miradas de la gente.
Los murmullos de la gente hablando del tema estrella del momento: la ruptura pública de Park Taehyung y Jeon Jungkook.

Si nuestro protagonista era de por sí tímido ahora mismo sólo quería que la tierra se lo tragara.

Se puso la capucha negra tapándole así los ojos y siguió adelante ignorando aquellos que no tenían una vida propia de la que hablar.

Jungkook salió y, como siempre, fue al centenario árbol a refugiarse.
No le apetecía entrar en la próxima clase pues allí se encontraría con Tae.

Aquella noche la pasó pensando en cómo podría felicitarlo por su cumpleaños sin tener que violentarlo.

Sacó el cuaderno y se dispuso a terminar el dibujo que había comenzado días atrás y en el que ya se reflejaba la cara hermosa de Tae.

Jungkook pasó un dedo por los labios dibujados. Los conocía tan bien que no le costó plasmarlos en el papel. Le hubiera encantado besarlos.

Después pensó que quizá esos labios ya estaban siendo besados y se puso triste.

Tan triste que al terminar el dibujo su inspiración estaba todavía rebosante así que, pasó la página y empezó a escribir:

《¿Cuándo será?
Si tengo la oportunidad de verte cara a cara de nuevo voy a decir, mirándote a los ojos, que te eché de menos》*

Jungkook hizo una pausa para aspirar aire por su nariz mientras recordaba momentos con Tae.

*Flashback*

Aquella noche de luna roja Jungkook y Tae observaban el hermoso cielo desde el cerro.
Estaban reclinados en el suelo.
Las manos se apoyaban en la fría hierba.
Tocándose.
Tae movía sus dedos acariciando en cada movimiento el dedo meñique de su amigo que sentía algo raro en el estómago.
Lo cierto es que desde hacía meses cada caricia se sentía diferente, especial...Mágica.

-Cierra los ojos, Kookie.- le ordenó Tae

Jungkook cambio de posición y Tae lo imitó.
Se sentaron con las piernas cruzadas.
Ahora sus brazos se relajaban delante de ellos

-¿Para qué?

-¿Cómo que para qué? Tenemos que pedir un deseo.

Jungkook no creía en esas cosas pero quería hacer feliz a su amigo así que cerró los ojos bajo una exceptica sonrisa.

-A la de tres...-Tae también había cerrado los ojos. - concéntrate ¿Vale?

-Siiii...- contestó cansino

-Uno, dos....y tres.

Tae le agarró de la mano con fuerza como si fueran a saltar juntos por un acantilado y la soltó cuando terminó de pensar su deseo pero Jungkook seguía con los ojos cerrados.

Se quedó mirando el perfil de Jungkook.
La línea de su mandíbula ,su pequeña boca, sus labios color carmesí, su prominente nariz, sus ojos...los más redondos que había visto nunca.

El viento despeinaba su pelo negro azabache.
Jungkook seguía con la cabeza alta hacia el cielo.
Tae se mojó los labios de manera inconsciente.

No quería dejar de ver esa imagen.
Podría pasarse toda la vida mirando a Jungkook.

Entonces el pelinegro abrió los ojos, lo miró y sonrió enseñando únicamente sus dos dientes incisivos, la sonrisa de conejo que tanto le gustaba a Tae apareció ante él para terminar de derribar todos los muros mentales que el castaño se había puesto.

Tae creía que, su propio anhelo porque su amigo sintiera lo mismo que él sentía, era el que le hacía ver cosas que en realidad no había.

《Querida luna, deseo que Jungkook me quiera de la misma forma que yo lo quiero a él 》

-Has tardado mucho en pedir un deseo.- dijo Tae

-Es que lo he pedido muchas veces ¿se puede,no?

Tae se encogió de hombros.

-Supongo...

Jungkook miró a su amigo de reojo deseando preguntarle por su deseo pero decidió no hacerlo.

Los deseos que se contaban no se cumplían.

《Deseo...Ser feliz al lado de Taehyung》


Se quedaron mirando la luna hasta que esta se hizo pequeña.

-Volvamos a casa.

Jungkook se levantó sacudiendo su pantalón con las manos.

Antes de irse el castaño volvió a mirar a la Luna Roja.

"No me falles" le dijo en pensamientos.

La Luna siguió alumbrandolos en el camino de vuelta pero el destino, tan cruel, tenía otros planes para ellos.

🎈🎈

-¡¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS TAE!!

Una tarta estaba en medio de aquella mesa redonda y ellos alrededor.

Las dieciocho velas moradas parpadeaban sobre aquel pastel de chocolate decorado con siete grandes fresas.

Jimin, Nam, Jin y el propio Tae que sonreía aunque no la sonrisa que sus hermanos esperaban.

El chico no tenía ganas de celebrar aunque estaba poniendo todo de su parte por mostrar ilusión.

Cuando terminaron de aplaudir Jimin le pidió a su hermano que apagara las velas y pidiera un deseo.

-No creo en los deseos. - dijo de pronto Tae

Nam se sorprendió.

-¿Desde cuándo?

Tae sólo se encogió de hombros y apagó las velas de un soplido.

-Supongo que ya no soy un niño.

El castaño repartió la tarta sin muchas ganas y mientras la comían Jin sacó su regalo.

-Esto es para ti, TaeTae.

Tae recibió aquel paquete mediano y cuadrado.
Lo abrió sonriente y cuando vió el contenido miró a Jin con los ojos como platos

-¿Cómo....?

Ante él, una foto de sus padres en un marco dorado.

Todos se quedaron asombrados al verla.
Jimin la cogió y empezó a llorar.

-No me lo puedo creer. ¿De dónde la has sacado? .- preguntó Nam mirando la foto por detrás del rubio.

-Tengo mis contactos.- dijo mientras Tae se colgaba de él, agradecido.

Después de dejar la foto de sus padres en un lugar privilegio de la casa
Nam le dió su regalo: Un reloj de muñeca antiguo.
De los que le gustaban a Tae.

-Es tradición que a los dieciocho un padre regale un reloj a su hijo.- dijo Nam visiblemente emocionado.- Papá no está para dartelo, pero yo estoy y estaré siempre para ti, pequeño.

Tae lo abrazó con fuerza no podía para de llorar.
Eran tantos los sentimientos aflorando bajo su piel que su llanto salía solo.

-Bueno, venga...ya. - Jimin se secó las lágrimas con la mano.- Es mi turno. -Sacó el pase negro.- Mañana vamos al otro lado.

-¿Qué?.- dijo Tae mirando la tarjeta

-Vas a conocer el otro lado y te voy a llevar dónde quieras.

Nam carraspeó.

-Bueno,si...dónde nos dejen entrar.

-Wow. Esto sí que no me lo esperaba...-volvio a mirar su pase.- Gracias Jimin.

Jimin sonrió.

-Podemos ir a esa tienda de discos antiguos que sale por la televisión...¿recuerdas Tae?

-Siiiii

Tae estaba realmente emocionado con sus regalos, tanto que olvidó por un segundo a Jungkook.

-Volved a leerlos el protocolo de entrada y salida. - Avisó Jin.- Hay cosas que no se pueden pasar y lo que se puede no es mucho.

Jimin volvió a la realidad mientras Tae se ilusionaba más y más.

Él no recordaba el otro lado. Era muy pequeño cuando lo arrancaron de allí así que le suponía una nueva aventura el pasar el muro.

No pudo dejar de pensar en Jungkook y en lo feliz que se hubiera puesto al saber de aquellos regalos.

Lo estaba echando tanto de menos que cuando se le pasó la emoción de los regalos quiso subir a su habitación a llorar.

Pero no lo hizo.
Por sus hermanos, por sus amigos y también por Park Hyung Sik al que le había prometido pasar página.

Y su nuevo amigo merecía que él cumpliera su promesa.

🎈🎈

Jungkook miró al cielo desde su ventana. Aspiró su aroma.

Tantas palabras no dichas, tantos días desperdiciados.

Si alguna vez volvía a hablar con Tae le diría todo lo que se calló, pensó, pero sin duda lo primero que le diría sería

-Feliz cumpleaños, Tae

El viento recogió su deseo llevándolo con él hasta la ventana dónde Tae estaba asomado preguntándose si Jungkook estaría bien.

🎈🎈

Nota de la autora:


*Lo que le empieza a escribir Jungkook a Tae es el estribillo de la canción "Still with you"

Empecemos con las fotitos ilustradoras:

El dibujo que hizo Jungkook de Tae:

La luna roja:

El perfil de Jungkook mientras pide el deseo a la luna roja:

Tae con su tarta:

El reloj que le regaló Nam:


Espero, como siempre, que hayáis disfrutado del capítulo.

Si os ha gustado darme una ☆ . Me hace mucha ilusión.

Lau🐘

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