De rodillas
Jungkook se despertó con la puerta de su habitación abriéndose.
Sólo había pasado un día y su padre parecía haber cambiado de opinión respecto a su encierro.
Aún no había amanecido pero él, después de saberse liberado no pudo volver a conciliar el sueño.
Aún tenía que pasar la prueba más dura: Verse cara a cara con Tae.
De nuevo estuvo un rato cavilando y al final, sabiendo cuál sería el resultado, decidió dejar de pensar porque ya le dolía la cabeza y otro dolor no le venía bien.
Sospesó el no acudir a clase pero le daba miedo que Tae se presentara ahí y se topara con su padre.
Ese era su mayor temor.
Al final durmió un poco más. El despertador le sonó, se levantó, se vistió de una manera informal. Peinó se flequillo hacia delante, dejando que tapara un poco sus ojos.
No sabía que iba a hacer con el morado que había en su cara. Le preocupaba que Tae se preocupara e insistiera.
Lo mejor sería que se dejara ver pero que lo evitara a toda costa.
Si.
Eso es lo que intentaría hacer.
Y con ese pensamiento salió de su casa.
🎈🎈
"Jungkook tiene un universo en sus ojos"
Así es como Tae lo pensó cuando Park Hyung Sik se acercó tanto a él que pudo ver la profundidad de aquellos ojos que simplemente eran negros.
Tae se apartó tan pronto vió las intenciones de su nuevo amigo.
No.
No era con él con el que quería darse su primer beso, desde luego.
Ayer Jungkook no asistió a clase y estaba un poco preocupado.
No era la primera vez que faltaba pero siempre era el mismo motivo y aunque su amigo no lo dijera las marcas en su cara lo delataban.
Por eso Tae estaba inquieto y con un profundo deseo de salir corriendo hacia la casa de Jungkook y verlo. Ver su estado. Corroborar que estaba bien y que el pelinegro también supiera que él seguía a su lado.
Pero Jungkook le tenía terminantemente prohibido acercarse a su casa y la manera constante en la que se lo repetía, la forma en la que lo decía, su mirada al prohibirlo le hacían cohibirse.
-¿Qué te pasa? Creía que...
Hyung Sik lo sacó de sus pensamientos.
-Lo siento...todo está yendo muy rápido.
Estaban en los baños donde se vieron por primera vez, el lugar olía mal y se veía peor.
Después de ir al baño se habían estado lavando las manos para a continuación empezar a jugar con el agua.
Hyung Sik le había agarrado de la cadera y, suavemente, lo había pegado a la pared.
Llevaban tonteando todo el día de ayer por eso es que a Hyung Sik le chocó tanto la cobra que le hizo el castaño aún así quitó sus manos que las tenía apoyadas en la pared y miró a Tae decepcionado.
-¿No te gusto?
Tae abrió mucho los ojos.
-¿Qué? Claro que si, pero te conozco de apenas unos días...
¿Por qué no le hablaba de Jungkook? Quizá porque no sentía seguridad en su relación con este. Porque aunque se hubieran dicho que se amaban después de la noche de la fiesta todo volvió al punto principal.
Bueno no, peor.
Porque Tae, desde su inseguridad e inexperiencia creía que era fácil que el amor hacia él se fuera de la noche a la mañana.
Porque Jungkook había sido capaz de estar sin hablar con él y de dejar que otra persona se sentara en su regazo...
-Me tengo que ir.- dijo Tae pasando por debajo de los brazos de Hyung Sik.
-Pe...Pero ¿por qué?
-Lo siento.
Y salió corriendo del baño sintiendo que todo lo había hecho mal.
🎈🎈
Tae andaba deprisa por el pasillo mientras movía su cabeza de un lado a otro y se asomaba por el cristal de las clases cuando se topaba con una puerta.
Estaba buscando a Jungkook.
Ya estaba pensando seriamente en ir a casa del pelinegro desoyendo las advertencias de este cuando lo vio sus andares perderse mientras giraba una esquina.
Corrió todo lo que sus pies le dieron y al fin vió su espalda.
-Jungkook.- gritó
El pelinegro se giró, lo miró y volvió a girarse, ignorandolo.
Tae tardó en reaccionar unos segundos y comenzó a andar deprisa.
La gente se iba dispersando y pudo ver la espalda de Jungkook sin interferencias de por medio.
Corrió un poco más hasta que lo cogió de un hombro.
-Jungkook.-lo llamó casi sin aliento.
Jungkook se giró, estaban en medio del pasillo. Solos.
-¿Podemos hablar?
Tae no pudo dejar pasar por alto el hematoma que presentaba su amigo y el pelinegro se dio cuenta de ello. Aún así subió su cabeza, orgulloso.
-Tengo clase.- dijo
El corazón de Tae se encogió.
-Por favor, habla conmigo, Kookie...
El rostro de Jungkook se oscureció.
-No me llames así.
Tae sintió sus lágrimas. Dolía como su le hubiera dado una bofetada.
-¿Qu-que te pasa? ¿Qué ocurre?
Jungkook dió un paso hacia él con el rostro todavía ensombrecido y sus ojos negros como el carbón. Sin aquel brillo.
-Te vi.- dijo al fin el pelinegro
-¿Me viste? .-confundido
-Si. Te vi. Te vi con otro chico.Te vi, Taehyung.
Tae sintió como sus piernas fallaban.
-No es...
-...¿Lo que parece? ¿Eso es lo que me vas a decir? ¿Esa va a ser tu excusa?
El pelinegro se cruzó de brazos.
-Jungkook...
Tae ya no ocultaba sus lágrimas.
-¿Me vas a negar que no te cogió de la mano?
-No, pero...
Jungkook se dió la vuelta. Volviendo a caminar.
-¡Jungkook!.-gritó el castaño desesperado.
El pelinegro se giró de nuevo.
-¿Qué?.- preguntó enfadado.
-Perdóname....-Tae avanzó.- Perdóname
Tae cayó al suelo cogiendo las rodillas del pelinegro, que apretaba los puños tanto que los tenía blancos y miraba como el castaño se humillaba mojando sus rodillas.
-¡Tae!
Alguien gritó su nombre. El castaño se dio la vuelta aún lloroso cuando vió a Park Hyung Sik mirándo la escena atónito.
-Levante Tae- Le ordenó Jungkook.
Tae obedeció frotando sus ojos.
Park Hyung Sik se había acercado un poco más.
-Vete con él, Tae.
-No.- Negó varias veces con la cabeza.
Jungkook miró a Park Hyung Sik.
-Llévatelo.
Hyung Sik se acercó agarrando suavemente el brazo de Tae.
El castaño se deshizo del agarre con brusquedad.
-¡No, no quiero!
Jungkook exhaló aire por la nariz sonoramente.
-Tae, Mírame.- el castaño obedeció
Tae lo miró buscando un poco de calor en sus ojos pero no encontró nada. Ni un ápice de Jungkook.
-Ya no te quiero.- dijo con los ojos cristalizados.- No sigas haciendo ridículo, por favor.
El castaño sintió desvanecer cuando vió que Jungkook, después de decir aquello, se dio la vuelta como si nada.
-¡Mentira!.-grito Tae y Hyung Sik lo agarró para que no cayera al suelo.- ¡Es mentira! ¡Estás mintiendo!
Tae lloraba ya desconsolado. Su nuevo amigo lo abrazaba por detrás.
Jungkook se perdió por el pasillo con la cara desencajada.
Sólo el dolor que sintió el día que murió su madre pudo compararse con el que, ahora mismo, estaba sintiendo al escuchar a su amigo gritar desde lejos.
Y así salió a la calle.
Sintiéndose morir.
🎈🎈
Cuando Jin recibió la llamada de Nam aquella noche quiso correr hacia él pero el peligris le instó a que se vieran por la mañana para que en casa no hubiera nadie.
Jin se presentó a primera hora portando unas galletas de miel y almendras que sabía que eran las preferidas de Nam.
Cuando esté abrió la puerta la sonrisa de Jin se esfumó.
Namjoon lucia ojeroso.
-No has dormido nada.
Nam negó.
-No importa, tendré tiempo. Hoy es mi día de descanso. -se apartó un poco de la puerta.- Pasa.
Jin pasó y esperó a que Nam cerrara la puerta para abrazarlo.
-Te he echado mucho de menos. - susurró entre el cuello de Nam
Nam lo apretó con fuerza.
-Y yo a ti.
Cuando se separaron se cogieron de la mano para acompañarse hasta la mesa dónde Nam tenía preparado té.
-Tenemos que hablar sobre Jungkook.- dijo Nam para continuar contándole todo lo que había ocurrido.
La cara de Jin no cambió estando seria durante todo el relato aunque Nam juraría que en la última parte se tuvo que contener para no llorar.
-¿Qué podemos hacer? .- preguntó Nam con desesperación.- No podemos dejarlo a su suerte.
-Desde luego que no.- Jin agarró la mano de Nam que la tenía en un puño. Este se relajó enseguida.- Dejame hablar con él.
-¿Qué le dirás? .- preguntó preocupado. - No quiero que se asuste.
Jin sonrió.
-No te preocupes.-le dio unas palmaditas en la mano.- Principalmente quiero saber como se encuentra físicamente...Si su padre anoche lo maltrató necesito examinarlo y sobre todo creo que ya es hora de dejar constancia de las maneras de Señor Jeon....
Nam sintió un inmenso orgullo hacia Jin.
-...Creo que ya es hora de que le paremos los pies.
Nam asintió.
-Ojalá sirva para algo.
Entrelazaron sus manos.
Nam se levantó y levantó a Jin con él, guiandolo hacia las escaleras.
Se pararon a la mitad de ellas besándose con fuerza.
Nam se quitó la camisa para después quitársela a Jin.
Sus pieles chocaron, sus manos recorriendo el torso contrario queriendo fundirse.
No supieron como llegaron a la habitación pero allí acabaron, tumbados, desnudos y ardiendo en deseos de sentirse dentro.
🎈🎈
Lau🐘
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