Cómo un pájaro...
El teléfono sonó en la habitación de Suga mientras él escribía.
Pensó en no cogerlo pero ante la insistencia se acercó al aparato y descolgó.
Silencio
-¿Yoongi?
Sólo una persona se atrevía a llamarlo de esa forma.
-Yoongi ¿Estás ahí?
El pelinegro sintió su corazón latir fuerte y rápido.
-Hola Jimin
-Hola.- pudo notar la sonrisa del rubio desde el otro lado. - ¿Qué tal estás?
Suga arrugó el ceño, confundido.
-¿Pasa algo Jimin?
-Sólo quería saber si estabas bien, hace días que no te veo por casa...
-Estoy con mis asuntos, ya sabes
Silencio
-Jimin ¿Tú estás bien?
-¿Eh? Si, si...yo estoy bien.
-Vale.
Hacia mucho tiempo que no hablaban por teléfono y la voz grave de Suga volvió a impactar a Jimin.
-Pasate por casa el viernes cuándo tus asuntos te dejen...-Jimin calló un segundo.- Es el cumpleaños de Tae
Mierda. Se le había pasado por alto el cumpleaños de Tae. Lo cierto es que tenía ganas de ver a sus amigos y celebrar juntos pero por otro lado, cada día le costaba un poco más ver a Jimin.
No entendía como,después de tanto tiempo, la herida seguía sangrando.
-En cuánto tenga un hueco me paso ¿de acuerdo?
-Vale.
-Nos vemos.
-Si. Adiós.
Y Suga colgó.
🎈🎈
Jimin se quedó un momento con el teléfono en la mano.
Desde que lo dejaron Suga se mostraba más esquivo y pasivo-agresivo con él, pero por otro lado el rubio podía sentir que Suga seguía guardando sus espaldas como cuando se amaban.
Era complicado.
Jimin no había podido encontrar otra pareja. Ninguna de las personas que había conocido estaba a la altura de aquel chico de mirada gatuna que iba por el mundo con una máscara de indiferencia pero en realidad era una persona con una sensibilidad profunda e inusual para este mundo tan cruel.
Al rubio aún le daban escalofríos cuando recordaba las bonitas manos de Suga recorriendo su piel.
Esas caricias que lo dejaron marcado para siempre.
Aquella noche dónde los dos, por primera vez, probaron las mieles del sexo.
Para él, la mejor noche de su vida.
Jimin adoraba a Suga. Siempre lo había hecho y siempre lo haría.
Por eso, aquella electricidad que sintió al ver a Eun Woo, lo dejó trastocado.
Si bien cierto era, no conocía al chico pero parecia decente.
Por lo menos fue educado y respetuoso.
Solo había un problema: Era un heredero.
Y era un gran problema.
También, dejándose llevar por sus pensamientos más oscuros, pensó en sólo tener relaciones con él.
Necesitaba pasar página con Suga de una vez.
Tal vez ese chico le haría olvidar, aunque sea por un momento, al amor de su vida.
Sumido en sus pensamientos Jimin no vió entrar a Nam cargado con algunas bolsas.
-Jin lo ha vuelto a hacer ¿Cuando dejará de parecer nuestra madre? .- dijo dejando las bolsas sobre la mesa.- Ha traído comida para el cumpleaños de Tae.
Jimin se acercó divertido hasta la mesa e inspeccionó las bolsas.
-¡Y ha comprado velas!.- dijo Jimin sacando unas bonitas velas color morado.- Qué detallista.
Nam esbozó una sonrisa tímida. Adoraba cuando halagaban a Jin.
-Le ha comprado un regalo a Tae. Dice que es muy especial.
Jimin sacaba las cosas de la bolsa para ordenalas.
-Yo también tengo su regalo.
-¿Ah si? ¿Qué le has comprado?
-Tengo unos pases para el otro lado.
Nam se sentó.
-Vale Nam. - Jimin se sentó también.- No entres en cólera antes de tiempo.
-Explicate.
Jimin le explicó tal y como su jefe se lo había explicado a él.
-Le voy a regalar un aparato para que escuche música. Uno de esos que hay ahora que se pueden llevar a todos los sitios....¿cómo se llamaba?
-¿Walkman?
-Eso.
En ese lado del muro la tecnología llegaba a cuenta gotas. Aunque tampoco se la podían permitir.
-¿Y eso no es muy caro, Jimin?
-Bueno...digamos que este mes recibiré un extra.- Jimin comenzó a mover el dedo por la mesa haciendo un dibujo invisible.- Me lo puedo permitir.
-Mira, no voy a preguntar porque cuanto menos sepa mejor pero Jimin, espero que no sea nada ilegal ni sucio.
Jimin puso cara de ofendido.
-No me estoy prostituyendo, Namjoomn,por Dios.
Nam no dijo nada, se levantó y volvió a retomar el trabajo de colocar la comida de Jin en los estantes.
-¿Habrá que comprar una tarta,no? .- preguntó Jimin queriendo cambiar de tema.
-Si.
-Le pediré a la abuela de Hobi que nos prepare una, entonces.
-Genial.
Jimin se levantó también y abrazó a su hermano por detrás poniendo su barbilla en el hombro de este.
-Venga Nam, relájate un poco...Intentemos que el cumple de Tae sea el más feliz que ha tenido ¿vale?
Nam sonrió al sentir el abrazo de su hermano
-Va a ser dificil.-suspiró pensando en la ausencia de Jungkook.- pero haremos todo lo posible.
Jimin apretó un poco más fuerte el abrazo y siguió ayudando a su hermano a recoger todo.
🎈🎈
Jungkook tenía un descanso antes de entrar en la siguiente clase así que fue a refugiarse en el árbol del patio.
Dónde tanto tiempo había pasado con Tae.
Se sentó, sacó su cuaderno y comenzó a dibujar.
Por supuesto pensó en Tae y los ojos de este comenzaron a aparecer en la hoja en blanco.
Aunque no se lo podía dar ese iba a ser el regalo de cumpleaños que él le haría a su amigo.
Pensó en ello y se puso triste. Este año iba a ser especial.
Recordaba cuando los dos hablaban sobre cumplir la mayoría de edad. Sobre su sueño de trabajar y vivir juntos.
Todo se esfumó ante el panorama actual.
¿Cuánto duraría aquello?
Mientras seguía dibujando los pensamientos instrusivos golpeaban su mente.
No iba a haber vuelta atrás en la relación con Tae.
El daño estaba hecho.
Aunque le contara la verdad Jungkook sentía que había sido cruel con su amigo.
Suspiró y echó la cabeza hacia atrás dándose con el tronco del árbol.
Miró sus ramas.
Observó a los pájaros que estaban sobre ellas, tan libres...
¿Se podía sentir envidia de unos simples pájaros?
Siguió dibujando entonces alguien abrió las ramas del árbol haciéndose paso a aquel escondite.
Jungkook cerró el cuaderno de golpe.
-¿Qué haces aquí?
El inesperado invitado sonrió poniéndose frente a él.
-Tranquilo amigo, sabia que te encontraría aquí...sólo vengo a advertirte.
Jungkook lo miró confuso.
-¿Advertirme de qué?
-De las intenciones de Park Hyung Sik.
Jungkook conocía a ese chico. Siempre se habían llevado bien con él.
El chico era bastante tranquilo y despistado y a veces Jungkook le había tenido que dejar los apuntes.
-No me suelo meter dónde no me llaman pero ese cerdo no trama nada bueno...
-¿Qué quieres decir?
-Lo escuché hablando con un amigo sobre Taehyung.-contestó.- Hyung-Sik se refería a él como 'la presa'....
Jungkook endureció la mirada.
-...Y a sí mismo como el cazador. Dijo que ya lo tenía atrapado en su trampa...
El pelinegro no daba crédito.
-En palabras textuales comentó que se lo quiere follar hasta hacerlo llorar. - Jungkook apretó los puños.- Qué el único impedimento que había eras tú pero que se lo estabas dejando en bandeja de plata.
-Hijo de puta...
-Sé lo que Taehyung y tú sois por eso creía que lo debías saber. Además siempre habéis sido buenos conmigo- dijo con cara compungida. - Asi que Jungkook,no sé que es lo que ha pasado entre vosotros pero...aleja a tu amigo de ese depredador.
Jungkook se levantó.
-Gracias por contármelo.
Le sonrió cómo pudo.
-De nada. -dijo devolviéndole la sonrisa.- Tengo que volver a clase.
Jungkook asintió y el chico se fue.
¿Qué debía hacer con ese malnacido?
No podía dejar a Tae a su suerte.
Pegó una patada al suelo.
¿Por qué la vida no les podía dar ni un respiró?
Cada segundo que Tae pasaba con Hyung-Sik lo alejaba más de él.
Jungkook tembló de rabia ante la posibilidad de que Hyung-Sik le hiciera daño sin que él lo pudiera remediar.
Tae era muy inocente, no veía maldad en las personas y ahora mismo estaba en una situación delicada.
Con él dándole largas sabía que su castaño amigo era más vulnerable que nunca.
Con el corazón en un puño cogió su mochila y salió de la protección de aquel árbol.
Debía volver a clase.
🎈🎈
Nota de la autora:
Nos salió rana el Park Hyung Sik 😭
Lau🐘
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