Capitulo 6
Como a ninguno de mis seguidores les gusta comentar en mis caps tuve que estrujar mi cerebro como a una esponja y crear yo solita el cap.
Walt:se supone que así tiene que ser! tu eres la escritora tu escribes los caps! deja de portarte como una niña de cuatro años y YA MADURA!
Madurar? Puff eso es para frutas.
Walt: *suspira* dame paciencia... porque si me das fuerza voy a terminar golpeándola.
0.o. Buena vasta de chachara que comience el cap^^
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Narra Hiro:
-¿Y bien? ¿ya lograste conquistarla? ¿ya la has besado?- me preguntó Takeru mientras se acercaba a la cámara del monitor.
-Aleja de la pantalla tu nariz llena de mocos y te digo- ordené. No iba a dejar que manchara la laptop. Primero: porque es muy costosa. Y segundo: ¡porque era mi laptop!. La olvide en Tokio cuando viajé con mamá y Takeru se apropio de ella.
-¡Por favor Takeru! Hiro apenas podría lograr que un perro lo bese. Ni siquiera colocándose mantequilla de maní en la cara- se burló Yumiko mientras se pasaba por enesima vez el cepillo por su larga cabellera. Yo insisto que una o dos pasadas es suficiente, pero NO tienen que ser mil veces.
-¿Celos?-Pregunto
-¡Ja! ¿de que?
-Ah no lo se- finjo pensar por un segundo y luego digo-: tal vez que mamá me eligió a mi para esta misión y no a ti- Yumiko dejo de cepillar su cabello. Tal vez se dio cuenta que peinarse mil veces el pelo es una exageración.
Takeru se quedo mirando la nada, como si estuviera pensando en algo. Luego frunció el entrecejo.
-¡Oigan!- exclamo-A mi mamá ni siquiera me consideró para esta misión- se quejo. Yumiko le dio un zapé en la cabeza.
-Zopenco, mamá no te eligió porque eres muy pequeño aún- Takeru le saco la lengua a mi hermana. Ella solo se limito a rodar los ojos.
-¿Y eso que tiene que ver?, soy mucho mas inteligente, que ustedes dos juntos. Y mamá sabe muy bien eso- dice, mientras hace un mohín, bastante gracioso.
Yumiko se remueve enfadada (¿o avergonzada?, tal vez ambos)
-Eso no es cierto- suelta, algo indignada.
-Si, es cierto- convengo.
Ella se pasa un mechón de pelo detrás e la oreja.
-Volviendo al caso, mamá te eligio a ti, Hiro...- dijo, mientras me dirigia una de esas miradas que siempre me incomodaron- Mamá te eligió a ti... ¡porque hiciste trampa en el desafío!- gritó, como siempre hace cuando esta enojada.
Aprieto los ojos. Estamos hablando por skipe y aún así siento sus gritos como si estuviéramos hablando en persona.
Takeru se metió un dedo en el oído fingiendo que se le ah tapado.
-¡No grites!- la reprende-Creo que me has dejado sordo.
-Como sea- Yumiko bufó- Tu hiciste trampa, es por eso que tu estas en New York y yo estoy aquí cuidando de un niñito de 12 años.
-¡Hey!
-Yumiko ya hablamos de esto, yo me gané esta misión limpia y justamente- supongo que quieren saber de que se trata esto, bueno sucedio en Tokio...
Mamá no sabia a quien de los dos elegir para llevarse consigo, así que nos dio un desfío: Teniamos que entrar en la casa de un viejo coleccionista de antiguas armas japonesas y robar una una daga.
Nuestra madre nos dijo que esa daga era una antiquisima reliquia familiar y que se perdio en una batalla entre clanes milenios atras. Dijo que estuvo años buscando su ubicación y cuando porfin la encontró, nos dejo el trabajo sucio de robarla, a Yumiko y a mi.
Flashback.
-Tendran que entrar con cuidado, hay trampas por todos lados- dijo nuestra madre.
-¿Trampas?-preguntó Yumiko-¿Por que un coleccionista tendria trampas en su estudio?- dijo, mientras sus labios se curvaban en una de sus tipicas sonrisas socarronas.
-Ah no se- me lleve la mano a la barbilla, mientras fingia razonarlo- ¡Tal vez para que personas como nosotros no traten de robar su colección!- exclamé. Odio cuando las personas hacen preguntas estupidas.
-"Traten de robar su colección"- me imitó con voz pomposa.
-"Trampas en su estudio"- dije, tratando de imitar su chillona voz. Luego volvió a imitarme y yo a ella y ella a mi y de nuevo yo a ella. Estuvimos así varios minutos hasta que nuestra madre gritó:
-¡Suficiente!- Yumiko y yo nos pusimos rigidos-Es verdad que lo que estamos por hacer no es muy honorable, Hiro. Pero esa daga nos pertenece y vamos a recuperarla.
Yumiko hizo una mueca.
-¿"Estamos por hacer"? por lo que yo se, tu no vas hacer nada-mi madre la fulminó.
Le dí un codazo-Mas respeto- murmuré- Es nuestra madre- Yumiko me dedicó una cara rara.
-¡Vasta de charla!- ordenó mamá-El que me traiga la daga, podrá venir conmigo a New York-me mordí el labio.
Siempre habia querido ir a New York. Recorrer la quinta avenida, el Empire State Building, Central Park. etc. ( Yo: El Olimpo, la puerta de Orfeo, el cuartel general del titán, el campamento mestizo, la casa de Brooklyn... Ok no xD) Tenía que encontrar la daga antes que mi hermana.
-No pueden atacarse entre si-mi madre me miró a mi- Y tampoco pueden arrebatarselá a quien la halla encontrado-miró a Yumiko.
Ambos asentimos. Me le acerque a mi hermana
-Suerte- le extendí una mano. Ella la miró y la apartó.
-No nesecito suerte.
Nuestra madre dió la orden y salimos corriendo al estudio del viejo coleccionista.
Cuando entramos, estaba completamente obscuro y callado. Nuestros pasos resonaban en piso. El sitio estaba lleno de columnas y acaparadores, en donde se exhibían las armaduras de los guerreros samurais que daban un toque terrorifico al ambiente. Lo unico que iluminaba el lugar era la luna llena, que entraba por el traga luz.
Estaba repleto de viejas armas y equipamiento de guerra: Espadas, yelmos, escudos, naginatas, armaduras, tessens etc. Las cosas eran antiguas, pero estaban tan bien mantenidas que no me creerías si te dijera que tienen miles de años.
Yumiko silbo.
-Uau las cosas si que estan buenas ¿no?
-Si...
-Y...¿en donde se supone que vamos a buscar esa condenada daga?- preguntó mi hermana- Es decir, mira este lugar- Yumiko abrió los brazos y giro sobre sus pies- Esta repleto de chucherias de guerra. Sera como buscar una aguja en un pajar.
Aunque me cueste admitirlo, tenía razón. ¿Cómo ibamos a encontrar esa cosa, en medio de todo eso? iba a ser demasiado dificil.
-Pues- trate sonar alentador- Tendremos que comenzar a buscar- ella asintio- Tu por alla y yo por aca- asentimos y echamos a andar.
Para ser un estudio, el lugar era inmenso. Lleno de galerías y escaleras. Tal vez el dueño resivia visitas, porque habia un mapa al pie de unas de la escaleras señalando todas los lugares interesantes a donde ir. Osea que era eso, o el sitio era tan grande que el tipo se perdía en su propio lugar de trabajo.
Subí una de las mil escaleras que habia y me encontre en un pabellon blanco, en donde se exhibía un aparador de cristal con la daga que estabamos buscando.
Corrí hasta allí, pero me detuve al ver a Yumiko del otro lado, con la intención de llevársela.
-Valla, al parecer los dos encontramos la daga-dije. Ella me miró desafiante.
-Si, pero solo uno se la llevara a Azula.
-Pues creo que ninguno lo hara- me miró confusa. Yo señalé con la cabeza, hasta un costado de la habitación en donde se encontraba un pequeño dispositivo. Una alarma laser (Walt: Puff ¿enserio?)
-Uau, el hombre si que es un paranoico- comentó Yumiko.
- ¿Y como se supone que vamos atravesar la habitación sin que estalle la alarma?- Yumiko pareció meditarlo, hasta que al parecer se le prendió la lamparita. De su cinturón sacó una cosita que no llegue a identificar, hasta que lo abrió y supe que era. Polvo compacto. (Walt: Suficiente, ¡me voy!)
Lo sopló y los rayos comenzaron a verse mejor.
-Eso lo sacaste de las peliculas de espías de Takeru.
Ella frunció el seño- Que importa de donde lo saqué. ¡Camina!
Avanzamos con cuidado, para que las alarmas no salten y nos delaten.
Yumiko se movía con desenvoltura, ella siempre fue la mas flexible de la familía.Mientras que yo era un chicle viejo. Cada vez que me estiraba o algo parecido ¡crack! algo me sonaba.
Yumiko río
-Te falta practica hermanito- se burló.
-Soy... un ninja- dije. Mi voz sonaba entre cortada y seca, como si me estuviera quedando si aire- Los ninjas estamos...- jalee- Entrenados para el campo de batalla. Tu eres una kunoichi..., ustedes estan especializadas para las misiones de reconocimiento, es p-por eso que estos escenarios te sientan mas... es-estas entrenada para salir... de ellos- concluí, sintiendo como mis costillas se encogían, quedandome sin aire.
Yumiko suspiró.
-Excusas, excusas- se estiró de una forma inhumana para alcanzar el escaparate. Pero cuando apolló uno de sus pies para levantarse, este se resbalo activando la alarma.
Me miro con una expresión de panico en el rostro, como preguntandome que tenía que hacer. La miré y dije:
-¡Corre!- ella asintió y se dirigió al escaparate para tomar la daga.
-¡Apresuraté!- grité. Ya podía oir las sirenas de la policía en mi cabeza.
Corrimos como alma que se llevo el diablo, y logramos salir del lugar antes de que llegasen las patrullas.
Llegamos hasta un tejado en donde nos paramos a descansar. Miré a mi hermana. Tenía la daga en la mano, ella la había conseguido, así que la misión era de ella.
Por dentro me lamente. Enserio que quería ir con mi madre a New York, demostrarle que solo puedo manejarme igual de bien que como cuando estoy con Yumiko.
No se que paso, de veras que no se. Solo le arrebaté el arma de las manos y eche a correr asia la mansión Beifong.
Mi hermana me gritaba que me detuviera, pero yo hacía caso omiso. Llegue con Yumiko detras mío y le entregue el arma a mi madre, ella me felicitó, mientras consolaba a Yumiko, diciendole que no era importante y que si fallaba, ella la llamaría para utilizarla como su plan B.
Fin Flashback.
-Bueno- resoplé- Tu tampoco dijiste que hice trampa.
Ella chasqueó la lengua.
-Eso ahora no importa- dijo mientras terminaba de atarse el cabello en una cola de caballo con un moño blanco.
-¿No? ¿por?
-Porque cuando falles, yo voy a ir a New York y te restregaré en la cara tu fracaso- terminó de acomodarse el moño mientras murmuraba un "Perfecto".
-¡Ja! En tus sueños hermanita- miré la hora y ví que eran las 07: 15- Losiento chicos es hora de mi cita-note que Yumiko sonreía divertida.
-Uau que emocionante ¡La primera cita que has tenido en toda tu vida! si mejor vete, no quieres llegar tarde a tu primera cita- se burló.
-¡Ja ja!
-No la escuches Hiro-dijo Takeru- ¡Apresuraté! no quieres hacerla esperar.
Me despedí y apague la computadora. Abrí el armarió y me coloque una camiseta azul, una camisa negra arriba, mis jeans y mis botas militares. Me arregle y me despeine un poco el cabello, para dar esa apariencia de chico rebelde y chico bueno. Salí a buscar mi moto.
Mientras salía me encontré con Xever y Bradford. Me miraron y al instante comenzaron a burlarse de mi.
-Uau chico- dijo Xever mientras trataba de tragarse la risa- Vas a ir a ver a tu novia ¿no?
Me pase la lengua por los dientes.
-No es mi novia.
Ellos dos se miraron en plan "este chico cree que nos esta viendo la cara de idiotas". Lo cual, eso podía hacerlo sin tener que mentirles.
Bradford agitó la mano en un gesto despreocupado.
-Claro, claro. Oye hijo ¿encerio piensas que todo este plan va a funcionar?- preguntó
-a): No soy tu hijo, y no tienes ninguna conexión conmigo para llamarme así -ambos rodaron los ojos- Y b): Claro que va a funcionar, todo esta friamente calculado.
-¿Por quien?- preguntaron los dos idiotas
-¡Por mí, zopencos!- los dos me miraron y estallaron en carcajadas.
-¿Osea... que el plan... lo diseñaste... tu?- me preguntaron riendosé a mas no poder, mientras yo aguantaba las ganas de darles un buen puñetazo en la cara.
Si algo odio mas que a cualquier cosa en el mundo, es que crean que no pueda concretar "X" misión por mi edad. Es decir, ¡si! soy joven pero, ¿por que no habrian de funcionar mis planes? ¿acaso piensan que por mi joven edad, no soy lo suficiente capaz? pues el que piense eso esta muy equivocado.
-Okey ¡me voy!- dije mientras dejaba a los dos tarados riendosé solos. Seguro Destructor o mi madre los hiban a pescar y los hiban a sermonear por estar olgazanendó en vez de trabajando.
Entré al garage del pie y me fuí en mi moto.
Circule por varias calles de Manhattan, la ciudad estaba muy linda esa noche, ojala no hubiera tenido una cita, me hubiera encantado recorrer la ciudad. Y no hablo solo de Manhattan, también me hubiera gustado ir a Brooklyn, recorrer el museo, observar el East River.
Estaba tan sumido en mis pensamientos, que olvide que no sabía adonde debía ir a recojer a Karai.
Me detuve en un semáforo, y le envié un texto.
Re: Hey! En donde estas?. Digo, para recogerte.
Mando el mensaje, y enseguida ella me contesta:
Karai: En la casa de April. Sabes donde es?
Re: Si, estoy en camino.
El semáforo había cambiado hace rato y varias bocinas me obligaron a que guarde el teléfono y arranque.
(...)
Llegué a la casa de April, me atendió su padre. O eso creo que era.
-¿Vienes por April?- me preguntó con la puerta entre abierta y el ceño fruncido.
Tuve que ladear la cabeza
-Ehmmm- titubié - Algo así- el hombre me estudió de pies a cabeza. Abrió la puerta totalmente y me dejo pasar.
Estoy sentado en el sofá de su estancia durante varios minutos. El padre de April esta recostado a mi lado, con un cuenco de palomitas de maíz, mirando un partido de los Lakers (creo que se llamaban así), muy tranquilo. Hasta que nos puso alerta un ruido fuerte. Sonó como si un elefante hubiera estado practicando paracaidismo desde el piso de arriba, hasta aquí abajo.
-¡April!-le grita su padre-¿Esta todo bien?
La respuesta tarda unos segundos, pero llega.
-Si papá, tuvimos un pequeño problema técnico, pero ya esta todo bien.
Entonces sentimos el ruido de una puerta azotándose y algunas exclamaciones. Algo como: "No, no", "April suéltame", "no bajare, no". Supuse que era Karai.
¿Que le habrá hecho April? Pienso.
Entonces la veo.
Llevaba una blusa negra con transparencia, unos shorts con unas mallas y unas zapatillas negras. En conclusión: estaba completamente de negro.
Sus mejillas estaban de un tono rojizo, lo que la hacia verse mucho mas guapa. Mas de una vez me sorprendí contemplándola. Se veía tan linda... era una pena que fuéramos enemigos.
Ella enfocaba su vista en todas partes menos en mi, mientras que yo no dejaba de mirarla.
Se removió incomoda.
-Esto...- dijo mientras comenzaba a juguetear con sus dedos- Todo esto es obra de April. Si hubiera sido por mi, me ponía unos jeans, mis botas y alguna blusa mas cómoda- April hizo una mueca.
-Si... es por eso que te llame media hora antes de la cita- reprimí una carcajada. Karai se ruborizó.
Carraspee
-Bueno... ¿te agradan las motos?- ella parpadeo.
-¿Es enserio?- pregunto con aire escéptico...
"Odio las motos. Llámame cuando tengas cuatro puertas y dos ruedas mas, vago"
Tenía miedo que dijera eso.
Normalmente a las chicas no le gustaban las motos. Eso lo aprendí por las malas. Una vez, tuve que llevar a mi hermana al cine (deberes de hermano mayor) y estuvimos tres horas en la puerta de mi casa hasta que llegara mi madre en su Maseratti rojo, con GPS y calienta culos para poder irnos. Ya que la señorita no quería subirse a mi moto.
Apreté los ojos, para esperar el rechazo de Karai. Pero este nunca llego, en su lugar dijo:
-Yo amo las motos- mentalmente suspire aliviado- ¿Qué modelo tienes?
Repito, era una pena que fuéramos enemigos, ¡esta chica es increíble!
Nos subimos a mi moto. Ella me sostenía con fuerza por atrás y me indicaba a donde tenía que ir para llegar a Murakami's, el lugar en donde pensábamos cenar.
Entramos en el restaurante. Era pequeño, pero acogedor. Tenía una gran barra con algunos bancos en lugar de mesas, que rodeaban la cocina. Supongo que era para que los comensales vean como trabaja el chef.
En las paredes estaban los carteles publicitarios de algunas películas japonesas, y algunas decoraciones asiáticas.
Pero lo que mas me sorprendió, fue el echo de que estaba completamente desierto. Karai había dicho que de seguro era uno de los mejores restaurantes de Manhattan. ¿Pero entonces porque no había nadie?, es decir, un viernes por la noche, y uno de los mejores restaurantes de Manhattan, ¿vacío?
Los Americanos son raros.
Murakami, el dueño de la tienda, nos atendió. Un amable hombre siego que nos sonreía y nos hacía reír. O al menos a mi. Noté que Karai actuaba extraña frente a Murakami. Se ruborizaba y se limitaba a asentir, como si la presencia de Murakami la pusiera incomoda. La descubrí enfocando su vista en un punto especifico de las paredes del sitio. Seguí su mirada intrigado y advertí lo que era.
-¿Esas son marcas de garras?-las palabras salieron a trompicones de mis labios. Murakami sonrió tristemente y asintió.
Karai dejó escapar un gemido.
(...)
Terminamos de comer y ahora caminamos por las transitadas calles de New York.
-Oye-llame la atención de Karai-Me quede pensando en las marcas de las paredes del restaurante. ¿Tu sabes de que se trata?- ella me miro de reojo y se quedo pensando. Como si en su cabeza estuviera debatiéndose si debía contarme o no.
Respiro hondo.
-Es una larga historia-decidió al final.
Estaba evadiendo la conversación. Como si fuera algo que le avergonzaba hablar. No puedo evitar pensar que tenía algo que ver con su antigua participación en el clan del pie.
-Bueno...- cambié de tema. Iba a preguntar algo seguramente estúpido, como cual era su comida favorita, o algo así. Cuando advertí que se había detenido frente a un callejón.
Me le acerqué. Tenía la mirada ausente, como si ahora ella estuviera procesando algo en su mente.(Yo:¡Ea! hice una rima) Le eche una mirada al callejón, y note que había una silueta, a penas visible, que se movía torpemente, como si mi presencia la pusiera incomoda. Bueno que puedo decir, suelo obtener esa reacción.
Di un paso para adentrarme en el callejón, pero Karai toma mi brazo y me detiene. La silueta se tropezó y callo al suelo.
-¿Que pasa?-pregunte. Karai se mordió el labio. Ladeo la cabeza hacía la silueta.
-Es que...-me soltó el brazo, al instante sentí que mi piel se sentía fría sin su tacto. Ella vacilo -Hiro... el es mi hermano- señaló la silueta que seguía en el suelo-Leonardo.
-Hola- saludó Leonardo. Le devolví el saludo con un gesto. Me volví hacia Karai.
-¿Tu hermano?-susurré. Ella se encogió de hombros y miró el callejón.
Leonardo se levanto torpemente del suelo, como si Karai lo pusiera nervioso. Me puse a analizarlo.
Es alto, no tanto como yo pero lo es. Al parecer hace ejercicio, porque es bastante musculoso. Debo admitir que tiene buena presencia. Se para recto y con la cabeza en alto, si fuera mas alto que yo... le tendría un poquito de miedo. ¡Pero solo un poco! ¿si?
-Eh...- dije. No quiero sonar mal, pero ¿¡por que diantres esta aquí!? Es decir, esta bien que sea sobre protector con Karai, yo lo soy con Yumiko toooodo el tiempo pero...
-Leo... ¿por que estas aquí?- Y Karai me quitó las palabras de la boca. Leo se removió... ¿ofendido?
La que debería estar ofendida, sin duda, es Karai, por haberla seguido a escondidas. Porqué es obvio que lo hizo porque no le tiene confianza.
-Bueno...- Leonardo titubeo buscando una buena excusa- No llegabas a casa... y Splinter estaba algo preocupado...
-Me fui solo una hora- lo interrumpió Karai mientras se ponía una mano en la sien y se la masajeaba irritada.
-Vale si, pero...
-Leo- ella llamó su atención- Lárgate- soltó, si rodeos, sin vacilaciones y sin titubeos. Eso es lo que me gusta de ella.
Al parecer a Leo no le gusto su reacción. Dijo que no se iría si Karai, no se iba con el. Ella se negó y Leo obviamente se enfureció con ella. Fue ahí, cuando me di cuenta de que tipo de hermano es: El controlador. O simplemente el hermano mayor. Es ese que siempre te dice que debes hacer y que no y que siempre anda controlándote, de ahí su nombre. ¡Agh!, esos tipos si que me molestan y lo peor de todo es que, yo soy unos de ellos.
-¡Eh!, amigo- interrumpí- Ella no se ira a ninguna parte, ¿Qué no ves que esta en una cita?- El controlador (así es como comenzaré a llamarle) arrugó la frente. O eso creo, no puedo verlo muy bien.
-a) No soy tu amigo- me dijo y al instante me sentí impotente ¿Quién se cree que es? YO puedo decirle como YO quiera -b) Si, ya veo que esta en una cita. Una cita que esta por terminar. Y c) ¿Quién eres para decir si se queda o no? ¿su hermano mayor?- se río sin ganas.
-Pues lo mismo-dijo Karai mientras me tomaba el brazo- ¿Quién eres tu, Leo? Por lo que a mi me consta, yo soy la hermana mayor- me carcajee. Leo se puso tenso.
-¡Suficiente! te vienes conmigo- gritó. Karai se aferro fuertemente a mi brazo.
-¡Claro que no!- espetó- Yo me quedo con Hiro a terminar nuestra cita.
-Karai, soy capaz de salir del callejón a buscarte- amenazó. Una amenaza muy tonta a mi parecer. saldrás del callejón, ¿y que?
Sentí como Karai se puso tensa.
-Pues adelante sal, si es que no te da miedo- desafíe. Sin vacilar, hizo ademan de salir de las sombras.
Karai gritó un "¡No!", me soltó del brazo rápidamente, y en un movimiento fugaz, empujó a Leo devuelta a las sombras. No lo veía pero sabía que una sonrisa triunfal, adornaba su rostro.
-Vámonos- dijo ella. Tomo del brazo a Leo y se adentró al callejón, no sin antes, voltear y despedirse de mi, con la mano.
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¡Hey guys!
Por fin eh actualizado. Me siento tan feliz por eso.
¿Vieron?, ¿vieron que yo les dije que pronto actualizaría? Que les puedo decir, lo jure por el río Estigio (el que sabe de Percy Jackson me entiende)
La verdad no se que decir, así que les voy a dejar una pequeña aclaración:
La historia transcurre en la temporada dos, solo que quite lo de que Karai mutaba. Pero ustedes, que me leen en sus casa, se preguntaran "pero si en el capitulo "¿un nuevo sentimiento?" aparece Bebop, Rokcsteady y Hun, ¿como puede transcurrir en la segunda temporada?". Bueno lo que pasa es que a eso se le llama; "Error de trama", que es cuando hay un error en la historia, que contradice a el concepto de esta o a uno de los capitulos.
Walt: India no te quieras hacer la inteligente.
Yo: 😅 jaja.
Bueno trate de hacer que este cap estuviera mas narrado ¿Qué les pareció?
La verdad es que escribir como pensaría Hiro es un reto. Nunca trate o tuve un personaje así 😅. Y la verdad trato de representarlo como a alguien encantador, porque no quiero que allá comentarios en plan "Hash, como odio a Hiro", el solamente esta haciendo su trabajo que es servir a su madre y si ella le dice que tiene que enamorar a Karai, el tiene que hacerlo.
Bueno eso es todo, Nos vemos en otro cap.
MUAAAAAAAAAAA 😘.
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