Registro V

Luego de un tiempo y el compartir la ayuda entre los tres, por que Osomatsu solo se escapo en un momento en que lo dejaron de ver. Lograron terminar la comida para mas de ocho personas por lo que lograron calcular. Y sin que ellos se dieran cuenta, alguien se adentro en la carpa y se acerco a la única chica.

—¡¿Estas cansada?!

La infante giro su rostro en busca de la voz que le había llamado, al verla frente suyo solo pudo presenciar como tirantes amarillos y negros tapaba todo el vestuario de quien sea que fuera el. Callo y espero cualquier acción sospechosa, era la primera vez que veía unos ojos tan brillantes como el sol, que juraría que su cara le empezaba a quemar al estar bajo la persistente mirada de esas cuencas irritantes de energía.

—Uhm... ¿Por que no hablas?— Tapo con una de sus mangas la gran sonrisa que parecía cocida a fuerza en el. —¡Ya se! Todavía no me presente ¿verdad? ¡Soy Jyushimatsu un gusto!— Extendió su mano tapado por completo por la fina tela amarillenta espero. Aun desbordando esa tan alegría que sacaba de la nada.

—Marie... Un gusto.

Algo le decía que algo no estaba bien con esa persona, le aterraba la idea de no saber nada de ojos iguales a faroles de luz capaces de iluminar la mas oscura noche. En especial cuando sonreía con tanta despreocupación, le recordaba a lo que antes vio en su antiguo cuidador, sonreír de oreja a oreja era una mala señal para ella.  

—Que extraño, los niños suelen amar a Jyushimatsu. Tiene un don indudable con ellos, pero tu eres una excepción—. Con una media sonrisa, el chico de ojos violetas se acerco a los dos. Le sorprendía lo que veía pero de alguna forma le causaba gracia ver como Marie rechazaba la alegría contagiosa de Jyushimatsu, hasta el punto que parecía que ella no quería enfermarse de esa felicidad. —Eres un hueso difícil de roer Marie—. La alarma en su mente, le dijo que algo iba a pasar si ambos seguían allí. Al revisar el rostro del quinto lo confirmo, se notaba los pequeños temblores de rabia que este estaba tratando de controlar y ocultar a la mirada ajena.

—Es que el da un poco de miedo... Sonreír tanto ¿no hace que te duela la mandíbula?¿Acaso tus ojos no te arden como el fuego del sol? Jyushimatsu-san es muy raro—. Su boca fue detenida por el cuarto y la saco de la cocina rápidamente, pero sin antes darle una señal a Karamatsu que asintió a un plan que ella desconocía. Ya afuera no pudo divisar mas el azul tranquilo del segundo.

—Mira, no me desagradan tus agallas de preguntar lo primero que se te venga a la cabeza. Pero debes tener limites, mis hermanos son mas complejos de lo que puedes llegar a imaginar en tus peores pesadillas ¡ellos!— Paro al ver la expresión nula de la peli naranja que ahora jugaba con un mechón de su cabello.

—¿Terminaste?— No le dio tiempo para pronunciar ni una sola silaba ,—tomare eso como un si. Ichimatsu ya se lo que me quieres decir, te pido mis sinceras disculpas pero no me callare. Hablare hasta que mis pulmones ya no deseen brindarme sus servicios, hasta que mi corazón deje de tocar una balada, hasta que mi cabeza deje de pensar y mandar a todo mi cuerpo y hasta que me otorguen la tan temida muerte. Es lo único que posee mi plano personaje, no tengo unos ojos tan hermosos y únicos de los que ustedes tienen, que dejan reflejar como espejos su verdadero ser dormido dentro suyo—. Señalo las iris anaranjadas de ella misma. —Solo tengo mis ojos al igual que una naranja podrida que cayo de un árbol seco. Puede que este loca, pero ustedes también, déjame morir al igual que el gato para obtener el placer de descubrir la verdad y llevármela conmigo. 

Solo podía sorprenderse cada vez de esa cría frente suyo. Cada vez parecía una adulta sabiendo lo que quería y siendo consiente de las consecuencias que podría traer. Tal vez debía aprender algo de ella, pero ahora no era el momento el protegerla era ahora su deber. —Entiendo, pero haz de periodista cuando yo o Kusomatsu estemos cerca, es lo único que te pido.

0x/xx/xxx9 a las 2:23

Ly, un chico con ojos semejante a linternas me hablo... No lo negare el da mucho miedo, no entiendo como decía Ichi-san que tenia un encanto con los niños. Es impensable.

De todas formas luego de que conversara con Ichimatsu, Karamatsu salio un hilo de sangre cayendo de sus labios, al decirle me miro como si quisiera arrancarme la garganta pero en menos de un pestañeo me hablo con gentileza y me aseguro que solamente se había mordido el labio. Yo se que no fue eso, mis ojos vieron como luces doradas nos observaban a lo lejos y que amenazaba con tan solo saber que estaba ahí, mirándome. Lo deje pasar para no causarle mas problemas y se marchara a limpiarse, sin ofender Karamatsu-san, huele a perro mojado.

Pero Ly ¿Tu crees que alguien como Jyushimatsu sea amado? Por mas que trate de hallarle algo bueno, sus ojos son iguales a los de el, cuando se reía de mi, de mi madre, mi padre, mis amigos. No quiero confiar pero debo hacerlo, después de todo estaremos viéndonos todos los días. Aunque siendo sincera creo que me costara demasiado acostumbrarme a esos ojos que quieren mi completa atención, después de todo los ojos iguales a las luces naturales son aquellos que desean ser alabados sin descanso alguno. Jyushimatsu de seguro estaba furioso cuando lo trate de forma tan fría.

Todavía no encuentro rastros de Choromatsu, pero estoy segura que estaba cerca cuando Osomatsu se escapo de ayudarnos.

Ichimatsu ahora me acompaña a todos lados, se que es egoísta pero con el me siento mas tranquila se que nunca me hará nada, o eso espero. 

Pd: Todavía me falta uno ¿Como crees que sea? Los ojos de todos ellos son diferentes extensiones de un arco-iris, el ultimo debe ser muy interesante ¿No? Ly. 

¿Como Marie sabe la hora al escribir?

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Espero que les haya gustado y disculpen las faltas ortográficas. 

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