En un ciclo de tiempo
dentro de un espacio de dudosa
existencia que presiento
no fue Real;
arrodillado frente al
escatológico y descuidado
Rey Retrete,
le ofrecía la misma miserable
ofrenda de todos los
sacras mañanas:
orina somnolienta.

Mas allá de la ventana de
aquella estancia,
arriba en el profundo cielo
todo era blanco y negro,
¿Quien le ha robado su color?
¿Acaso fue este maldito gobierno que nos oprime sin un apice de piedad?
¿O fue el usurero avaricioso que nunca esta conforme con las infinitas bendiciones de Mamon?
¿O el "revolucionario" de izquierdas, predicador de la utópica igualdad de clases y el desgastado cuento del final de la historia?
¿O fue la plaga religiosa, plagando nuestras mentes de "mas alla", "pecado", "culpa" y "redención".

La respuesta a esta cuestión es
mas clara de lo que
aparenta ser.
La quimera negra que me
consume como un cancer
que se apodera de mi alma,
algunos prefieren llamarla "nostalgia"
para no malgastar su
repertorio de adjetivos.

Nostalgia es el mayor de
mis males;
El mayor destructor del "Yo" actual.
La gangrena de la felicidad que
me hacia entonar
sones que solo eran conocidos por los
angeles de niebla.
Los días se queman
irremediablemente en las
hogueras de aquel
siniestro mal.
El espacio, ahora, es
reducido y llena de cuchillas
deseosas de despedazar
mi ser.
¿Que es la esperanza, lector?
¿Otra palabra mas en un universo de palabras?
¡Cuanta fe le tenemos a una maldita palabra!
¡La esperanza esta muerto para mi!

La humanidad -especialmente los individuos- no pueden cargar
con el colosal peso de
la nostalgia;
dejenselo a nuestras cuadradas
y inflexibles almas postmodernas.