En la piel de la oscuridad,
los cadáveres incorruptos
juegan a lamerse los neones;
fragmentos de muerte abandonados
por el pudor puritano de un
sacerdote poseído de hilos de sal
sanguinaria.

Un suntuoso banquete de delicioso pecado, mordisqueado en exceso
por los negros serafines de Thule:
cubiertos con mantos,
asociados al subconsciente
de la bestia.

Vidas profanas ardiendo en la
locuaz verbosidad
de un demagogo universal, totalitario
Las estrellas derraman
las lagrimas que no pueden
derramar esos ojos resecos, rojizos.

Un fuego acuoso resplandece
en el averno plagado de aullidos;
las gotas de sangre danzan
en el aire y proceden
a golpearse contra girasoles
reversos, corrompiendo
su naturaleza pura y optimista.

Chorros de ardiente semen colman
las bocas de lascivas
doncellas ataviadas con sensuales
vestidos hechos con ojos
de bebes albinos, derrochando
su brillo carmesí;
Satán posee exaltado los
voluptuosos cuerpos llenos de lujuria,
los gemidos aquejan los muros
bañados en hollín y sudor rancio,
las lenguas-como serpientes
una vez el día irrumpe- salen
de su infecto refugio, agitandose
en el exterior con un sexy jadeo,
los anos se dilatan para
recibir el potente estoque de los
sables, las vaginas silban
canciones de The Neighbourhood
incitando al falo a atacar, y
este cual pendulo hipnotiza
sus ojos para introducirse malicioso
en el interior de sus aposentos
bacterianos

¡This is The Hell Brothers!...