Capitulo único: La rueda vuelve a girar
Notas iniciales: Pequeña presentación.
Bien, no tengo idea si alguien va a leer esto, pero hay que hacer las cosas correctamente.
Muy buenos días, tardes, o noches dependiendo del momento del día en el que te encuentres leyendo esto querido lector del fandom, ¿Cómo estás? Espero que te encuentres muy bien.
Bienvenido a este fic, mi primer fic, el primero tanto escrito como publicado, lo escribí hace ya bastante tiempo, y pese a que lo remasterice (¿esa es la palabra adecuada para este caso?) por completo, puede que aún encuentren algún que otro error ortográfico o que ocupe mal, o algún signo de puntuación (como el punto y coma, realmente se me dificulta mucho el usarlo), pido disculpas por eso.
Sigo siendo bastante nuevo en esto de escribir fics, así que si encuentras errores ortográficos o de puntuación házmelo saber en los comentarios de dicha parte.
Tengo algunas cosas más que decir sobre este fic, pero las diré al final de todo.
Explicado todo eso, comencemos. Ah, y ya saben, The Loud House es de Nickelodeon y sus personajes no me pertenecen y todo eso y etcétera, etcétera, etcétera, etcétera, bla, bla, bla. Nega es un OC perteneciente a BANGHG, el cual aparece en sus obras "Llamadas" y "Ellos", aunque también aparece en varios otros fics, ya sea a modo de referencia o como cameo. El dibujo usando para la portada lo encontré por ahí, me gusto y, como no se dibujar, decidí usarlo para eso mismo; no encontré nada en relación con su autor, pero si alguien encuentra algo, denle las gracias por mí, y que me avise si quiere que deje de usar su dibujo.
Yo soy AndyElDino, este es mi primer fic; espero que les guste. Disfruten de este fic de un novato.
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CAPÍTULO ÚNICO: LA RUEDA VUELVE A GIRAR
Oscuridad... infinita, sólida e inquebrantable oscuridad. Sus pupilas se movieron al interior de sus párpados cerrados del mismo modo en que ocurre cuando uno comienza a despertar de un sueño profundo, provocando el movimiento de estos a la par que emergía de la inconsciencia. Una vez salió por completo los abrió con lentitud, y al hacerlo eso fue todo lo sus ojos llegaron a ver; o más bien, todo lo que sus ojos llegaron a comprender, todo lo que su cerebro llegó a procesar.
Oscuridad...
Espero unos segundos y nada cambio, por lo que pensó que realmente no los había abierto, es más, pensó que ni siquiera había despertado, al menos no del todo, si no que se encontraba en un estado semiconsciente; sin embargo, desechó esas ideas casi al instante después de pensarlas, pues se dio cuenta que si había sido capaz de pensar en ellas con tal rapidez, significaba que se encontraba totalmente consciente, tal vez un poco adormilado por acabar de despertar, pero consiente a final de cuentas.
Estaba acostado en el duro y frió suelo del lugar, rodeado de un manto de oscuridad que no le permitía ver nada. Se quedó allí tumbado, estático, sin hacer el más mínimo movimiento, durante un tiempo se le antojó tan largo como si hubiesen transcurrido varias horas. En algún momento comenzó a mover los ojos de un lado a otro, tratando de ver algo entre las sombras que construían el mundo que lo rodeaba; pero no logró ver nada.
Finalmente, harto y cansado de estar tirado en el suelo (y con una sensación de entumecimiento en la espalda por lo mismo), trató de levantarse, pero apenas empezó a moverse un enorme rayo de dolor impacto en su cuerpo, haciéndole dar un grito agónico antes de detenerse. Tras un corto periodo de tiempo el dolor se fue y volvió a intentarlo, más el resultado fue el mismo. Siguió intentándolo durante varios minutos, pero cada intento, cada esfuerzo, cada movimiento de su cuerpo, desde el más significativo hasta el más mínimo, generaba grandes descargas de dolor que recorrían todo su cuerpo, haciendo desistir rápidamente a cada intento de incorporarse.
Lo intentó varias veces a lo largo de 20 agonizantes minutos, unas 8 veces en total, antes de que el dolor y el cansancio lo obligaran a rendirse por completo.
Quedó en la misma posición que cuando despertó: Tirado en el piso, boca arriba, con los brazos tendidos hacia los lados, y con la cabeza mirando hacia el techo. Todo era exactamente lo mismo que antes... o bueno, casi lo mismo. Antes no respiraba como lo hacía ahora, inhalando y exhalando con pesadez por el cansancio; tampoco se encontraba bañado de sudor, provocando que aquella ropas que llevaba puestas y no podía ver se adhirieran incómodamente a su cuerpo; las lágrimas en sus ojos, las cuales habían comenzado a salir con fluidez desde el tercer intento, también eran algo que no estaba antes; finalmente, su cuerpo no daba los ligeros espasmos que daba en esos momentos como respuesta al enorme dolor que sentía.
Continúo sufriendo en silencio, haciendo muecas y gestos de dolor en la oscuridad durante un largo tiempo antes de tranquilizarse.
Una vez calmado respiró hondo, contó hasta 3, y nuevamente intentó levantarse.
Las descargas de dolor llegaron al instante, recorriendo su cuerpo cual corriente eléctrica, tentándolo a rendirse una vez más. Sin embargo, esta vez no se rindió, no cedió. Siguió luchando contra el dolor que lo azotaba, haciendo esfuerzos sobrehumanos para resistir lo suficiente para lograr sentarse.
Las lágrimas comenzaron a salir nuevamente, y podía sentir como se le remarcaban todas las venas de su cuerpo, clara señal del enorme esfuerzo que hacía. Le faltaba poco, muy poco, ya casi lo lograba. Así que soportando el dolor, dando un fuerte y potente grito de sobreesfuerzo, aplicó toda la fuerza que le quedaba en un último gran impulso, y tras ello fue que finalmente, después de tanto sufrimiento, lo logró.
Una vez se sentó pudo sentir cómo las gotas de sudor en su frente comenzaron a escurrirse rápidamente por su rostro, llegando a su barbilla en cuestión de segundos. Se relamió los labios y su lengua lamió una salada combinación de sudor y lágrimas. Los espasmos habían aumentado de intensidad de manera considerable. No podía dejar de temblar. El dolor era extremadamente insoportable.
Pasaron varios minutos antes de que el dolor volviera a pasar, y una vez calmado comenzó a mover la cabeza para mirar a su alrededor, primero muy lento y con mucho cuidado, después un poco más rápido y seguro, y al no sentir dolor, lo hizo con normalidad. En frente solo había oscuridad. A su izquierda la respuesta era la misma. A su derecha también. A sus espaldas igual. Para él, la oscuridad lo era todo, era su mundo y su realidad.
Sabía que quedarse sentado en medio de las sombras no iba a servirle de nada. Tenía que empezar a moverse.
Inhalo despacio y profundo, mantuvo el aire unos segundos y luego lo soltó. Se preparó mentalmente para el dolor que estaba seguro que iba a sentir al tratar de ponerse de pie, y una vez listo comenzó a levantarse.
Aunque para su sorpresa, levantarse no dolió en lo absoluto.
Se incorporó rápido y sin dolor, pero una vez de pie sus piernas tambalearon y estuvo a punto de caer, de milagro consiguió mantenerse en pie. Luego comenzó a temblar bastante. Los escalofríos recorrían su cuerpo de arriba a abajo y de regreso. No podía mantenerme firme. Comenzó a sentirse mareado. Bastante, demasiado mareado. Comenzó a respirar con pesadez. Después comenzó a sentir unas náuseas horribles, las cuales le hicieron doblarse hacia enfrente y dar unas cuantas arcadas. No podía recordar absolutamente nada, su mente estaba vacía, totalmente en blanco, pero creía con seguridad que nunca se había sentido tan mal en su vida.
(Claro que sí me he sentido así antes, así me sentí al tener mi primera resaca después de pasar mi primera noche de juerga en el Krakatoa).
Se sintió bastante confuso al oír lo que dijo aquella voz dentro de su cabeza, una voz que, por simple lógica, reconoció como suya, pues ¿De quién más podía ser? Al parecer se había equivocado, ya se había sentido así antes... Pero ¿Cómo...? ¿Qué era una resaca? ¿Qué era el Krakatoa?
"¿Dónde estoy?". Se preguntó a sí mismo.
"¿Qué hago aquí?". No tenía la más mínima idea.
"¿Q-Quién soy?". Esa era la pregunta más importante, y tampoco le encontró respuesta.
El tiempo había pasado nuevamente. Su cuerpo ya no estaba doblado hacia enfrente, había dejado de temblar, su respiración volvió a tomar un ritmo normal, y las náuseas y arcadas ahora eran solo un recuerdo desagradable. Se sentía listo para empezar a moverse, y así lo hizo. Levantó las manos al frente suyo y comenzó a caminar a tientas, tambaleándose con frecuencia mientras recorría la oscuridad. Estaba cansado, y mucho, no solo por todo el esfuerzo que hizo en sus intentos de sentarse, sino que también se sentía sediento y hambriento a niveles considerables.
(Maldición. Me siento tan jodidamente hambriento que creo podría comerme una montaña de comida del tamaño del maldito Monte Everest con la misma rapidez y energía que un cerdo yendo a revolcarse en la mierda, o que un político yendo a robar el dinero del pueblo... aunque, ahora que lo pienso, no es que haya mucha diferencia entre una cosa y la otra).
Caminaba con lentitud y delicadeza entre las sombras, prestando suma atención y cuidado en cada movimiento que hacía. Buscaba algún muro del cual apoyarse y guiarse para encontrar una salida. Cada paso que daba, sin importar que no viera absolutamente nada, era un gran avance, por lo que debía memorizarlos bien si no quería terminar dando vueltas en la oscuridad.
No tuvo que memorizar mucho, pues apenas avanzó unos cuantos pasos las luces se encendieron de golpe. Sus ojos ya se habían acostumbrado a la oscuridad del lugar, por lo que en el mismo instante que las luces se encendieron sus pupilas se contrajeron a más no poder. Cerró los ojos con fuerza y se los cubrió con un brazo, tratando de protegerlos de la luz.
Empezó a parpadear, y más pronto que tarde, tras un agudo dolor en sus ojos y en su cabeza, estos se acostumbraron a la luz y su visión volvió. Comenzó a observar lentamente a su alrededor, tratando de identificar en donde se encontraba.
El lugar parecía estar en completo abandono, y por el estado parecía estarlo desde hacía bastante tiempo.
Estaba en medio de un cuarto sucio y vacío, no muy grande ni muy pequeño, sin ventanas, con las paredes mugrientas y descoloridas, y con algo de moho en las esquinas. Enfrente suyo había una puerta de madera en mal estado entreabierta, y en la pared a sus espaldas, cerca de una de las esquinas, había un enorme agujero en donde se supone que debía haber una puerta, a través del cual se podía ver un lavamanos, un espejo y un inodoro.
Eso era todo. No había nada más.
Era un simple cuarto sucio y vacío sin mucho que destacar. Y era "sin mucho", porque si había un par de cosas que de haber prestado más atención podría haberse dado cuenta, como de la extraña mancha negra rojiza en una de las paredes, y el olor a putrefacción saliente de una las maderas del piso cerca de la esquina; sin embargo no lo hizo, pues algo se había llevado toda su atención. Su mirada se quedó clavada en una pequeña criatura que apareció de un segundo a otro frente a él, a un par de metros de distancia.
El ser frente a él era bastante extraño, y tenía un aspecto repulsivo e inquietante: No tenía orejas, era delgado, y estaba algo jorobado, además, su piel era de un color blanco grisáceo, con algunas cuantas áreas escamosas. Sus manos tenían dedos gruesos como salchichas, y estos tenían uñas negras, puntiagudas y filosas. La criatura lo miraba con unos ojos grandes de un tono amarillo anaranjado, y con una sonrisa abierta, aparentemente sin dientes, la cual revelaba una oscuridad abismal dentro de sus fauces.
(No importa cuánto tiempo pase, cada vez que los veo no puedo evitar recordar a los monstruos de aquella película de los 80, ¿Cómo se llamaban? Ah, sí, gremlins, me recuerdan a los gremlins, son ridículamente parecidos a esos traviesos monstruos de piel verde. Salvo que estos son algo así como una versión más fea, horrible, enferma y perversa de esas criaturas... ¿Qué "algo así"? ¡Si son exactamente eso!).
Nuevamente se sintió confundido por lo dicho por la voz en su cabeza... ¿Qué demonios era un gremlin?
Fue entonces cuando otras dos de esas criaturas, exactamente iguales a la primera, aparecieron en apenas un parpadeo, una a cada lado de la primera. Luego, cayendo del techo, aparecieron otras 3 más, y entonces eran 6, y siguieron apareciendo y saliendo de varias otras partes. Los seres seguían apareciendo, aumentando su número bastante rápido, así y comenzó a contarlos con la mirada, resultando ser poco más de 2 docenas de aquellos seres. La mayoría estaban en el piso, aunque algunos aquellos seres flotaban en el aire.
Fue entonces cuando sintió un enorme escalofrío recorrer su columna antes de comenzar a temblar, y se dio cuenta de que la temperatura de la habitación había descendido varios grados, demasiados, tantos que el lugar podía considerarse no frío, si no gélido.
Él los miró.
Las criaturas lo miraron a él.
Ver a aquellos seres fue algo extraño para él. No se sentía asustado, aterrado, horrorizado, o alguna emoción parecida. Sentía una extraña familiaridad al observarlos, como si los conociera desde hacía un largo tiempo. También sentía una combinación de sentimientos confusa, tan confusa que no pudo reconocer con claridad ninguna emoción que no fuese esa extraña familiaridad y un poco de alegría... ¿Cómo podía sentirse así? Su sentido común le decía que lo normal sería buscar la salida y salir corriendo en ese momento sin mirar atrás, entonces... ¿Por qué no estaba gritando mientras corría como alma que persigue el diablo, tratando de escapar de aquellos extraños seres? ¿Por qué sentía esa familiaridad?
La puerta detrás de aquellos seres se abrió con un chirrido molesto, y los que estaban en el piso comenzaron a apartarse, abriéndole el paso a uno de los suyos, el cual se aproximaba hacia él con una caja de regalo color verde por sobre su cabeza.
La criatura se detuvo frente a él, dejó la caja en el piso y volvió con los suyos.
Supuso que el regalo era para él, pero no lo tomó de inmediato. Se le quedó mirando unos segundos antes de sentarse en el piso y tomarlo. La caja era bastante pequeña y también muy liviana, no pesaba prácticamente nada, por lo que decidió agitarla un poco para tratar de adivinar su contenido. Logró escuchar débilmente un par de cosas chocando dentro de ella, pero no logro adivinar qué eran, solo que eran cosas pequeñas y muy poco pesadas.
Volvió a colocar la caja en el piso y se le quedó mirando unos momentos antes de abrirla. Cuando sus ojos vieron su contenido solo reflejaron confusión, pues las cosas dentro de la caja parecían no estar muy relacionadas las unas con las otras. Dentro de la caja había unas cuantas monedas, un teléfono, una llave con una etiqueta que decía en letras grandes "23-B", un encendedor, una cajetilla de cigarros y, lo que se llevó toda su atención, una bufanda roja.
"Estas cosas son... ¿para mí? Pero ¿Qué significan?". Se preguntó.
(No significa nada en especial, solo que el juego vuelve a empezar.)
Siguió mirando dentro de la caja, manteniendo su vista fija en aquella bufanda roja que llamaba tanto su atención. La bufanda se veía sencilla, posiblemente de algodón o algún otro material parecido e igual de común, y no parecía tener nada de especial, por lo que no entendía por qué no podía apartar su mirada de ella. Tomó la bufanda entre sus manos y apenas las demás de sus dedos entraron en contacto confirmó que era de algodón, y se quedó contemplandola durante un corto período de tiempo, tratando de entender o recordar su significado.
Un ruido frente a él lo obligó a apartar la vista, y al hacerlo sintió que salía de una especie de trance. Vio a las criaturas frente a él, las cuales lo miraban a su vez, haciendo una mueca curva en sus rostros, asemejándose a una sonrisa torcida, y tras unos segundos él también comenzó a sonreír.
En un inicio no supo el por qué sonreía, pero fue entonces cuando las cosas comenzaron a aclararse rápidamente, y un recuerdo, el primer recuerdo real, llegó a su mente. Un recuerdo el cual hizo que su sonrisa creciera aún más. Un recuerdo el cual le hizo reconocer a las criaturas frente a él. Los reconoció a... Ellos.
Ellos comenzaron a reírse, en un inicio con un sonido asmático y entrecortado, el cual subió y fue cambiando hasta terminar en un sonido horrible y escalofriante, similar al sonido del filó de dos cuchillos siendo frotados entre sí, llenando la habitación aquel sonido molesto y ensordecedor. Sin embargo, en vez de asustarse, él comenzó a reírse con Ellos. En un inicio los acompaño con una leve risilla, una que pronto cambió a una risa contenida, que después cambió a una abierta y calmada, la cual continúo escalando de intensidad poco a poco hasta llegar a una tromba salvaje de carcajadas.
Las cosas ya se habían aclarado.
Ahora todo tenía sentido.
Ahora recordaba todo. Recordaba absolutamente todo, desde el inicio hasta el final, el quién fue antes y el quien era ahora.
En un "Inicio" fue Lincoln Loud, el hijo de en medio de una gran familia: dos padres, diez hermanas; cinco mayores, y cinco menores. Después de un partido fueron cuatro mayores, el mes siguiente al partido fueron tres, luego fueron dos, y finalmente, aunque no lo recordaba y nunca supo cómo, llegó su turno. Recordó despertar empapado de sudor, pensando que todo había sido un sueño, una horrible pesadilla la cual olvidaría con el tiempo. Pero tristemente esa pesadilla se transformó en una realidad: la suya. Una realidad la cual se repitió muchas veces durante mucho tiempo.
A veces parecía que nada iba a cambiar, pero pronto se dio cuenta que las cosas si cambiaban, un poco, casi nada, pero cambiaban. El primer cambio fue comenzar a ver, en un inicio borroso, y después con total claridad, a las criaturas frente a él, a Ellos, a los causantes de que su vida se redujera a 6 meses de vida antes de morir y volver a empezar.
En algún momento aceptó la realidad, se dio cuenta de que sus acciones no cambiaban en absoluto su destino, obteniendo así una actitud fatalista de las cosas.
Casi al mismo tiempo en que aceptó su realidad, se dio cuenta de que también se había acostumbrado al infinito ciclo en el que Ellos lo habían puesto. Se acostumbró a todas las muertes, tanto las de sus hermanas como las suyas, inclusive la de terceros desafortunados que no tenían nada que ver y que estuvieron en el lugar equivocado a la hora y momento equivocados.
Se acostumbró a esa vida, a ese ciclo en el que sus acciones, sin importar que hiciera o que no hiciera, no servían de nada. Realmente lo intento. Lucho, huyó, se escondió, y se defendió; pero al final, nada importó. Al final, Ellos siempre ganaban. Al final, siempre volvía al mismo punto, como una rueda, al final siempre volvía a girar.
Así siguió su vida, atrapado en aquel ciclo, en aquel juego cruel y despiadado que era una simple diversión, un mero entretenimiento para seres enfermos fuera de su entendimiento y el de cualquier persona.
Pasado un tiempo y una eterna cantidad de ciclos llegó el "Después". Para ese entonces ya se había acostumbrado desde hacía mucho a la marcha de la rueda que era su vida, y a decir verdad, ya no le parecía algo desagradable, sino todo lo contrario. Aun con todo y su visión fatalista del mundo comprendió que mientras siguiera despertando y muriendo, podía hacer lo que quisiera, pues tenía a su disposición unos seis meses en los que podía obrar según su voluntad y gusto sin sufrir ningún tipo de consecuencia o castigo.
Y si, así lo hizo, actuó según quiso y se le hincho la maldita y regalada gana.
Vivió cometiendo en su mayoría actos considerados poco éticos e inmorales para alguien de su edad (O al menos la edad que su cuerpo aparentaba). Fue iniciando con cosas pequeñas e inofensivas, cosas de las cuales se aburrió al poco tiempo. Una vez aburrido escaló de nivel con rapidez hasta llegar a cosas más serias, como beber alcohol, en un inicio poco a poco, luego con más confianza, y así hasta terminar con frecuencia en borracheras ocasionales. Comenzó a fumar (Cosa que se volvió su verdadero vicio), se drogo, robo, secuestro, mato, asesino, tuvo sexo (tanto consensual como no... principalmente no consensual), cometió cuánto crimen se le ocurrió, y nada le importo en absoluto. Hizo todo lo que hizo en su "Después" por aburrimiento. Estaba cansado de que su vida solo se redujera a ese ciclo de muertes y despertares, por lo que comenzó a hacer dichas cosas, no por interés genuino, sino porque cometer aquellos actos le agregaba sabor a su aburrida y patética existencia... o tal vez lo hacía para evitar volverse loco.., bueno, más de lo que ya se había vuelto... o tal vez por ambos motivos... realmente el motivo daba igual. Su vida siguió siendo el mismo ciclo de siempre, solo que con todas las libertades que decidió tomar en sus acciones el ciclo comenzó a ser más llevadero... más disfrutable... más divertido.
Hasta que un día, algo pasó... algo desconocido en ese momento... algo nuevo. Algo que lo llevó a su "Ahora".
"Ahora" ya no era Lincoln Loud, era evidente que ya no era el mismo que el del "Inicio" y nunca iba a volver a serlo. Tampoco era el mismo que el de su "después", era parecido a este último, pero mucho peor. Su cinismo era desmedido y su hipocresía había aumentado a niveles astronómicos, y tanto su nuevo ciclo como su nueva identidad eran prueba de ello.
Su "ahora" era un ciclo el cual era el mismo juego de antes, pero a la vez era totalmente distinto. Les hacía daño a las mismas personas: a su familia, a sus amigos, a sus conocidos, a todos, incluyéndose a él mismo, pero sin hacerlo realmente. Antes era tanto víctima como victimario, ahora solo era lo último. Ahora era como Ellos, y con su ayuda viajaba entre líneas dimensionales con el propósito de torturar a sus variables y las de su familia y conocidos, divirtiéndose y regocijándose con su miedo, su dolor y sufrimiento que sufrían después de llevar a cabo un complejo plan que orquestaba su ruina.
Su ciclo actual era magnífico, pues nunca se aburría. Cada línea dimensional a la que iba era todo un mundo de posibilidades, acciones y elecciones diferentes, y cada uno de esos mundos, ya sea mucho o poco, siempre eran distintos los unos a los otros. Podía fusionar e intercambiar posibilidades, jugar con sus elecciones, y todo daba como resultado distintas historias y finales para cada línea dimensional a la que iba.
Inclusive en algunas ocasiones, de tanto viajar entre dimensiones, llegó a descubrir y llegar a líneas completamente nuevas. Como aquella vez en la que llegó a una línea en la que el daño de su juego ya estaba hecho. Alguien había llamado a la policía y había comenzado a acosar a Lincoln, pero no había sido él. Tras investigar un poco descubrió que la causante de todo era Lisa, pero no la Lisa pequeña de 4 años que todos conocían, sino una Lisa adulta proveniente del futuro, la cual se había obsesionado con Lincoln y con salvarlo desde una llamada que tuvo con Lincoln tras la denuncia, aunque su punto de quiebre fue después de que ella y su familia encontraran el cadáver de su hermano en putrefacción dentro de una bolsa negra en la basura de su casa. Ese fue el punto de no retorno, y tras varios años Lisa viajó en el tiempo con la intención de salvar a su hermano llevándoselo al futuro con ella; sin embargo, su estabilidad mental se había perdido hacía mucho, por lo que cuando Lincoln se negó a acompañarla, ella, enloquecida por el rechazo y la destrucción de su fantasía de volver a ser una familia feliz, acabo secuestrándolo y abusando de él por varios días hasta que este murió y lo dejó abandonado en la basura de su casa del pasado, la familia encontró el cadáver de Lincoln en la basura, Lisa del pasado perdía la cordura y se obsesionaba, y el ciclo de esa línea se repetía.
Ese fue el primero de muchos universos alternos a los que llegó, y eso solo era un ejemplo de lo maravilloso que era su ciclo actual.
Su ciclo actual, su juego actual, consistía en llegar y llamar a la policía por el asunto de la mala suerte, generar caos y sufrimiento con sus acciones posteriores, disfrutar del espectáculo, y, finalmente, vivir o morir. No importaba cuál de las dos ocurriese, pues al final, ambas significan su victoria. Si vivía después del final simplemente iría a una nueva línea y comenzaría el juego otra vez. Si llegaba a morir en alguna línea antes del final, no importaba, pues ya les había arruinado la vida a todas sus víctimas, haciéndoles daños de los que nunca podrían recuperarse. Además de que realmente no moría. Después de morir despertaba en otra línea dimensional, siempre en algún lugar abandonado de Royal Woods, aunque en la mayoría de ocasiones despertaba dentro del cuarto en el que estaba en esos precisos momentos. Un cuarto con el número 23-B, ubicado dentro del famoso "Motel carnívoro", el cual estaba al lado del club Krakatoa: El Motel Love.
Ahora esa era su nueva vida. Ahora ese era su nuevo ciclo. Un nuevo juego, y uno muy divertido. Ahora tenía un nuevo nombre... una nueva identidad. Ya no era Lincoln Loud. Él ahora era... Nega.
Las carcajadas de Nega, acompañadas por las de Ellos, eran desquiciadas y escalofriantes, y sonaban dentro de aquel cuarto vacío del mismo modo en que lo harían dentro de la celda acolchonada de un loco. Pasaron varios minutos hasta que estas finalmente cesaron.
Nega se colocó la bufanda y comenzó a ajustarla alrededor de su cuello, aflojando el nudo a su comodidad. Una vez hecho eso metió sus manos en la caja, tomó las monedas y las guardó en su bolsillo izquierdo. Después tomó el teléfono, y una vez confirmó que estuviese encendido y tuviese la suficiente batería, lo guardó en su bolsillo derecho. Luego tomó el encendedor y la cajetilla de cigarros, abriendo esta última para tomar uno de su interior antes de guardarla en el mismo bolsillo que las monedas. Rompió la cápsula mentolada del cigarro y lo colocó entre sus dedos índice y corazón de la mano izquierda, se le quedó viendo unos momentos antes de llevarlo a sus labios. Acercó el encendedor hasta el final del cigarro y lo encendió, dejando que las brasas quemaran la zona antes de darle una calada.
Nega se levantó mientras expulsaba el humo de sus pulmones, y vio que ellos seguían mirándolo con aquella sonrisa torcida. Él quitó el cigarro de su boca y les sonrió a la par que asentía con la cabeza.
Ellos comenzaron a desaparecer en frente suyo, desvaneciéndose lentamente. El no mostró reacción alguna ante esto, ni tampoco dijo nada, pues ya sabía que iba a pasar, y también sabía su significado. Así que solo se les quedó viendo desvanecerse hasta que dejó de verlos. Sintió la temperatura de la habitación volver a la normalidad, clara señal de que, efectivamente, Ellos se habían ido. Una vez Ellos se fueron dio otra calada a su cigarro antes de comenzar a caminar para salir del cuarto, y posteriormente del edificio.
Las piezas se estaban empezando a mover.
Durante los siguientes días Ellos se encargarían de recorrer todo Royal Woods, identificando todos sus cambios y variables. Cada línea dimensional a la que iba tenía cambios y diferencias, ya sean grandes o pequeños, que la diferenciaban de todas las anteriores. Por ejemplo, a veces la sobrina del Master del bar donde solía ir a contarle su historia a Royd estaba muerta, asesinada por su tío, o en algunas ocasiones por su propio padre, y en otras estaba vivita y coleando feliz como una lombriz. Los cambios eran importantes para el juego. La diferencia más mínima podía significar un gran cambio a sus planes.
Ellos ya estaban haciendo su primer movimiento, y él debía hacer el suyo también. Por lo que mientras Ellos recorrían cada centímetro de Royal Woods, el arreglaría y amueblaría el cuarto 23-B. Ese iba a ser su refugio, su cueva, su hotel de la soledad, siempre lo era, en todas y cada una de las líneas dimensionales a las que iba, era su lugar seguro.
Tenía algunas ideas de con qué y cómo experimentar en esta línea, pero eso podía esperar. Pero primero lo primero, las cosas necesitaban empezar, y para que eso ocurriera debía hacer una llamada. Una llamada que ocurriría en unos cuantos días, una semana para ser exactos.
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El día había llegado.
La habitación 23-B ya estaba lista.
El juego debía empezar. Ya era hora. Debía hacer una llamada.
Nega fumaba tranquilamente mientras caminaba por las calles de Royal Woods, deleitándose con los ruidos nocturnos que percibían sus oídos durante su recorrido al viejo y oxidado teléfono público que milagrosamente todavía estaba en servicio. Marchaba sin preocupación alguna, pues nadie lo iba a ver, de eso estaba seguro, pues conocía las calles a la perfección, conocía todos los caminos y todos los atajos que existían. Gracias a ello, desde hacía varias líneas, había logrado trazar un largo camino desde el motel Love hasta el teléfono público, el cual consistía de atajos y calles que por lo general estuviesen oscuras o poco iluminadas y muy, muy, muy poco transitadas a altas horas de la madrugada, reduciendo el riesgo de que lo vieran.
Avanzaba deprisa, pero sensible a la noche, también alerta en caso de que de casualidad alguien tuviese la desgracia de llegar a verle. Si eso llegaba a pasar no habría ningún problema, solo debía encargarse de la desafortunada persona, y eso era algo que lo traía sin cuidado, pues no es fuese algo que no hubiese hecho antes.
"¿Donde está el grandote, el origen de Ellos?" Se cuestionó. Era una pregunta que rondaba por su cabeza, pero que hasta ahora no se la había formulado a sus perversos compañeros de juegos. Había pasado una semana entera en la que se había movido por todo el pueblo, y en todo ese lapso de tiempo no había visto a aquel ser gigante que daba a luz por su espalda a aquellos gremlins psicópatas.
Eso era algo extraño, pero no nuevo. Por lo general, cuando eso pasaba, aquel ser se encontraba en algún punto lejano, como en algún punto de la carretera entre Royal Woods y Great Lake City, o a veces se encontraba directamente en la gran ciudad. Aunque, bueno, realmente no importaba, mientras esa cosa siguiese pariendo monstruos todo estaba bien, así que simplemente decidió ignorarlo, ya se lo toparía en algún momento.
Estaba cerca del teléfono, no le faltaba mucho.
Finalmente llegó al viejo y oxidado teléfono público. Metió la mano en su bolsillo y sacó un par de monedas, las metió en la ranura y marcó al 911. Ahora solo debía esperar a que atendieran su llamada. Su cigarro estaba a punto de acabarse, así que le dio una última calada, una grande, antes de tirarlo y pisarlo mientras exhalaba el humo.
Justo en ese momento atendieron su llamada.
– ¿Hola? ¿Es la policía? Vaya pregunta, por supuesto que son ustedes. Bien, me gustaría reportar un caso de abuso de menores – Dijo Nega en el teléfono mientras comenzaba a hacer la denuncia, ocupando las mismas palabras de siempre, ya se las sabía de memoria. – Si, así es, y este es bastante severo. Supongo que reconoce el apellido Loud: dos padres, un chico, diez chicas. El caso que quiero reportar es el del chico Loud: Lincoln. El chico ha sufrido distintos abusos a lo largo de su vida, pero lo que le ocurrió hace poco se pasó de la raya...
Un escalofrío recorrió su cuerpo al sentir que la temperatura había bajado de golpe unos cuantos grados, y eso solo podía significar una cosa. Se separó del teléfono unos segundos y comenzó a buscarlos con la mirada. Y allí, justo al lado de él, unos cuantos metros a lo lejos, estaban 5 de Ellos, flotando a unos centímetros del suelo mientras cargaban una bolsa de basura de un tamaño considerable. Ellos estaban completamente quietos, hablándose con gruñidos y sonidos asmáticos. Uno de Ellos lo miró y le dio una de sus características sonrisas. Después de eso, se fueron.
Eso no era algo para sorprenderse, pues durante todos esos días ellos habían estado muy activos, haciendo algunos movimientos importantes para el juego, como dejar piezas clave en sus respectivos lugares. Por ejemplo el tercer tesoro de Lincoln: El cadáver en el baúl del ático de la casa Loud. Y si tuviera que apostar que había dentro de esa bolsa, apostaría que ahí estaba ese cadáver.
"Vaya... cada vez son más rápidos" pensó antes de volver a la llamada.
– Lo siento, una pequeña distracción. En fin ¿Por dónde iba? Oh sí. Vera...
Nega continuó haciendo la denuncia, explicando cómo desde hacía una semana Lincoln había sido forzado por su familia a dormir en la casa del perro que estaba en el patio de la casa y se le negó el acceso a la residencia durante dos días, y que cuando finalmente lo dejaron regresar, se le obligaba a utilizar el traje de ardilla todos los días.
La persona al otro lado de la línea se rió. Él ya sabía que iba a reírse, siempre lo hacía, era parte del guion, una de las pocas cosas que sin importar cuantos ciclos pasasen nunca cambiaba, y pese que eso le molestaba un poco, realmente no podía culparlo. El asunto sonaba bastante irreal para tratarse de algo serio, pero tristemente, por más ridículo y estúpido que sonase lo que estaba diciendo, era totalmente algo real.
"La realidad supera la ficción, supongo" Pensó, aunque una sensación rara recorrió su cuerpo al momento de hacerlo. Pero no le dio mucha importancia, simplemente la ignoró.
– No se ría, que es totalmente cierto. ¿No me cree? Puede averiguarlo fácilmente si pasa por su calle, o hable con los vecinos, o incluso en su escuela. El caso es que antes de poder regresar, sus padres vendieron todos sus muebles y algunas de sus cosas. Si echa un vistazo en Ebay seguramente podrá ver unas lindas fotos de todas las cosas que vendieron.
Nuevamente el ambiente se sentía frío. Se separó por segunda vez del teléfono y levantó la vista, vio a un par de ellos volando a su alrededor.
– Ya están todas las piezas clave en su sitio ¿No? – Murmuró Nega.
Ellos asintieron con la cabeza.
– ¿Han detectado más cambios en esta línea dimensional?
Nuevamente recibió un asentimiento como respuesta.
– Bien. Entonces, sin contar los cambios que acaban de descubrir, hay... 19 cambios en total en esta línea ¿No?
Ellos asintieron por tercera vez.
– Bien. El juego está a punto de empezar, por lo que no quiero correr riesgos que lleguen a errores como la última vez. Sepárense en dos grupos, que uno de un último recorrido a Royal Woods para verificar que no haya algún otro cambio que no hayan notado, no quiero que haya más incidentes que arruinen el juego, y si creen que soy un exagerado, solo recuerden que el ciclo anterior termine con los intestinos llenos de plomo por culpa de que decidieron que no era importarte el decirme que iba a haber un "pequeño" incidente en el Love. – Dijo eso último con notoria molesta, resaltando la palabra "pequeño".
Como odiaba recordar eso, literalmente había llegado y muerto casi al instante por que están ocurriendo un fuego cruzado por sepa dios porque, había sido tan patético. Dio un bufido antes de continuar.
– El resto de ustedes esperen en la habitación 23-B hasta que vuelva. Entonces hablaremos de los cambios que existan, que tan graves son, si se interponen en nuestro juego y, en caso de que si, que es lo que habrá que hacer al respecto. Ya tengo unas cuantas ideas en la cabeza de cómo podríamos jugar en esta ocasión. Y créanme cuando les digo que les va a encantar lo que tengo en mente. – No pudo evitar sonreír con eso último.
Ellos soltaron aquella risa suya mientras hacían un gesto afirmativo con las manos antes de irse.
Nega siguió con la denuncia con el día en que los Loud fueron a la playa. Día en el que al igual que antes obligaron a Lincoln a usar el maldito traje de mierda ese. Mencionando que como consecuencia Lincoln sufrió una severa deshidratación y uno que otro desmayo, pero que a los Loud eso no podía importarles menos.
La persona al otro lado de la línea seguía escéptica y le preguntó si tenía pruebas que confirmaran la acusación que estaba diciendo, cosa que tenía todo el sentido del mundo. Maldición, la situación sonaba como el final de un episodio de una serie infantil cuyo director original fue despedido por acoso sexual y cuyos fans agarraron para sacar mil y una historias en su mayoría con tramas sin sentido y edgys escritas con más errores ortográficos que los escritos de un niño de primaria.
"¿Porque... siento como si me hubiese insultado a mi mismo?" Se cuestionó Nega mientras miraba fijamente hacia enfrente, al lector, como si esperara alguna respuesta de su parte. Tras unos segundos negó con la cabeza, deshaciéndose de esa idea tan ridícula y estúpida. "¿Cómo pude haber pensado semejante tontería?" Pensó con una sonrisa en el rostro. Sonrisa que se desvaneció al instante en que volvió a mirar enfrente, viendo durante unos breves segundos al lector nuevamente, con una mirada que emitía desconfianza y sospecha.
¿En dónde se había quedado? Ah, si, final de un episodio de una serie infantil cuyos fans agarraron y bla, bla, bla. Pero aun así, con todo el escepticismo del mundo, la voz sonaba más seria e interesada, como si en verdad estuviese considerando que podría ser real la estupidez que sus oídos oían.
Él ya sabía que iba a pasar. Al final, siempre tarde y nunca temprano, la voz al otro lado comenzaba a considerarlo.
Siguió explicando que podía preguntarle a todo el mundo y este confirmaría lo que decía, todos, absolutamente todos lo harían; todos menos Lincoln. El pobre idiota pensaba que eso era algo normal en las familias.
"Por Dios... ¿En serio era igual de idiota, lamentable, imbécil y patético que él? Maldición, solo faltaba que ejercieran violencia física contra el idiota y se podría decir que el trato que recibía era el mismo que el de las personas de color en los muy viejos tiempos ¿En serio de no ser por Ellos iba a terminar de la misma manera, humillado y denigrado a niveles tan vergonzosos por mi propia familia? ¿Realmente de no ser por ellos mi incidente hubiese terminado... así?". Pensó antes de dar un suspiro y soltar una risa corta. "Supongo que me hicieron un gran favor chicos. Aunque, supongo que tampoco puedo ser tan rudo con él... ¿O acaso lo correcto sería decir: "conmigo mismo"? Mierda, como odio esto".
Después prosiguió a decirle el motivo de tanto abuso: El rumor de la mala suerte. Que Lincoln quería algo de tiempo para él solo y que cuando su hermana lo culpo de ser de mala suerte cuando perdió un partido, él lo aprovechó para tener todo el tiempo que tanto quería y necesitaba. Le mencionó como esta simple acción fue la causante de todo el abuso en contra del albino. Si, en parte era su culpa, pero ese no era motivo para hacerle lo que le hicieron. Además, decidió contarle otros detalles, como que además de sus muebles vendieron sus cosas, si se quitaba tan siquiera la cabeza del disfraz para liberarse del calor o respirar aire fresco y ellos lo descubrían, le regañaba y castigaban seriamente.
Para este punto la persona al lado de la línea le creía lo suficiente como para mandar un reporte de la denuncia y que se hiciera una investigación al respecto. Después de todo ¿Cómo no creerle? En comparación a otros casos, como el del hombre que encerró a su familia en un enorme hotel durante el invierno para comenzar a intentar a matarlos por haberse vuelto loco y los creía poseidos, este caso sonaba totalmente real.
– ¿Eh? ¿Qué quién soy? – Repitió la pregunta de la voz al otro lado de la línea – Solo soy un ciudadano preocupado. – Contestó antes de cortar la llamada.
Después de cortar la llamada dejó el teléfono en su lugar y comenzó a caminar por las oscuras calles de Royal Woods, emprendiendo el camino de regreso hacia el Motel Love.
La llamada ya estaba hecha. Las piezas ya estaban en su sitio, y dentro de poco tiempo empezarían a moverse. El primer movimiento que pasaría sería que para el día de mañana, o pasado a más tardar, la policía iría a la escuela, y después de ver a Lincoln dentro de ese traje de mierda, romperían el candado del traje y luego lo llevarían a la comisaría. Después arrestarían a los Loud, a todos, y someterían a los mayores a un interrogatorio, y allí es donde él entraba. Pero antes tenía que hacer unos cuantos movimientos más.
Avanzaba al mismo ritmo que antes, a paso rápido y seguro, haciendo resonar ligeramente las suelas de sus zapatos al momento de chocar contra el asfalto, e igual que antes estaba sensible a la noche. Marchaba con gusto mientras escuchaba la sinfonía de la noche, formada por él murmuró del fresco viento nocturno, por el canto de los grillos, y por varios otros ruidos que surgían de las sombras .
Miró hacia el cielo y vio a la luna, con decenas de destellos titilantes acompañándola en el firmamento. La luna estaba menguante, dando la ilusión de estarle dando una sonrisa, y al verla, Nega comenzó a sonreír.
La temperatura bajó, y vio a varios de ellos cruzar el cielo nocturno, yendo en todas direcciones, preparándose para el próximo juego. La sonrisa de Nega creció aún más. Sus ojos resplandecían con gran alegría psicótica y demencial.
Algunos de ellos lo notaron y comenzaron a descender desde los cielos hacia su dirección, dando vueltas mientras se acercaban el de una manera bastante similar a los buitres descendiendo ante un cadáver en descomposición. Él los observó llegar a su nivel, dando vueltas a su alrededor. Uno de ellos se quedó flotando a su lado derecho, mirándolo con complicidad mientras le sonreía.
Nega comenzó a recordar todo nuevamente: Su "Antes", su "Después" y su "Ahora", y al terminar de hacerlo comenzó a reírse de la misma forma en que lo hizo en la habitación 23-B del Motel Love, una risa escalofriante y desquiciada que reflejaba su vida actual, su ciclo actual. Una risa que representaba en lo que se había transformado.
Su vida era una rueda que nada ni nadie, ni siquiera la muerte, podía detener. Siempre que lo intentaban volvía al mismo punto.
Al final, está rueda que era su vida siempre volvía al punto en que empezó.
Al final, la rueda siempre volvía a girar.
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Notas finales: Acerca de este fic.
Hola, querido lector. Si acaso has llegado hasta acá, déjame preguntarte: ¿Qué tal te ha parecido este fic? ¿Fue de tu agrado?
Como mencione, este es mi primer fic, no solo publicado, sino que también escrito. Fue por mediados/finales del 2020 que comencé a escribirlo, y lo tenía guardando polvo como borrador en la primera cuenta de Wattpad que hice, la cual tristemente fue eliminada un mes antes de haber creado esta cuenta (De verdad, no entiendo cuál es el algoritmo que Wattpad usa para eliminar cuentas e historias). Y con la eliminación de la cuenta perdí este pequeño fic, cosa que no sería un problema de no ser porque también lo perdí en mi laptop.
Lo busqué por mucho tiempo, pero nunca lo encontré.
Y así pasó el tiempo, hasta que el año pasado, en septiembre de 2023 (si, un año entero amigos), lo encontré de pura casualidad y dije: " ¿Eh? ¿Será posible? Si, si es. Oh, qué recuerdos, voy a echar un vistazo". Así que lo abrí, comencé a leerlo... y me dio cáncer visual al ver todos los errores y faltas ortográficas que cometí en ese entonces (¡¡AHHHHHHHHH, MIS OJOOOOOOS, DIOOOOOS!! XD). Después de recuperarme de leer la peor pesadilla de un maestro de español y ortografía me dije: "No, voy a volver a hacer esta madre otra vez desde cero", y así lo hice.
A decir verdad, nunca tuve la más mínima intención de publicarlo, simplemente lo escribí para mí mismo, aunque de vez en cuando me entraban ganas de publicarlo. Fue gracias al usuario y escritor Luis Carlos que me decidí a hacerlo. Cosa algo curioso, ya que estuve a punto de renunciar, pues he escrito este fic más de 3 veces, y eso porque una vez lo borre por idiota, y las otras dos porque mi laptop lo eliminó sepa dios porque.
Bien, sé que se preguntaran: ¿Porque demonios escribiste un fic de "Llamadas", si tal fic está más muerto que periodista de LATAM tras investigar un caso de corrupción? Y la respuesta, querido lector, es: A ti, ¿Qué putas chingadas vergas te importa, Wey?
No, ya, en serio. Una de las primeras obras que leí del fandom de TLH fue esa misma "Llamadas". El fic era de mis favoritos, las cosas con el fic avanzaban bien. Pero todo lo que sube tiene que bajar, y eso ocurrió con "Llamadas", y ya todos sabemos cómo terminó y como se fue yendo al diablo lentamente, sobretodo con ese final que, dios, fue tan malo que olvide "Llamadas", en serio, olvide que lo había leído, mi mente lo borro, y cuando volví a encontrármelo pensé que nunca lo había leído, fue como empezar de cero, y me acordé ya justamente al leer el final (imagínenselo como Light al obtener la Death note sus recuerdos volvieron otra vez, no encuentro otra forma de decirlo)
Pero bueno, es solo mi opinión, no digo que yo hubiese hecho el fic mejor ni ninguna chingadera así. Tampoco es una crítica Hater a BANGHG, al contrario, soy fan del tipo y de sus otras obras, principalmente la saga de "La purga Loud" y su One-shot "Ellos".
El motivo por el que comencé a escribir este fic fue por el final de llamadas, el cual es... bueno... supongo que todos los que lo leyeron sabrán que, como tal, no hay palabras para describirlo.
Pero de ese final encontré algo interesante, y eso es cuando Nega explica que no importa si moría, ya que volverá a empezar en otro mundo, universo, dimensión, o lo que fuese que fuese. Claro, eso fue antes de revelarse que todo fue una simulación de Lisa.
Eso me pareció interesante, y como fue extremadamente obvio que el fic se canceló después de eso, esa fue la explicación más o menos canon de lo que pasa con Nega (En "Ellos" también se nos explica, pero muy vagamente). Así que me puse a buscar algún fic que se basara en eso, y si, encontré uno, el cual se llamaba del mismo modo que este fic, y era un One-shot bastante corto, como de 1500 a 2000 palabras, o de 2500 (la verdad no me acuerdo) y trataba de Nega despertando en una nueva dimensión/realidad.
Me gustó tanto que decidí comenzar a hacer mi propia versión, una versión más larga que el fic original, y que funcionase como una especie de epílogo para "Llamadas".
Pero no por estar inspirado en un One-shot del mismo título quiere decir que haya hecho un copiar y pegar del fic original y haya alargado las palabras para decir que es mío, ¡No!, nada de eso.
El fic original consistía en una escena de Nega despertando en un abismo oscuro, deambulando por el lugar antes de encontrarse con Ellos en aquel abismo, sonreír, y preguntar si estaban listos para comenzar a jugar otra vez antes de terminar. Y como habrán notado, mi versión es similar, pero a la vez diferente.
Como dije, nunca tuve la intención de publicarlo, pero aun así, cuando termine de escribirlo, decidí pedirle permiso al autor para publicar mi propia versión en caso de que cambiase de opinión y decidiese subirlo, pero al volver a buscar el fic ya no lo encontré, así que eso fue imposible. Actualmente sería algo así como un Lost media.
El resto ya lo conté, me borraron la cuenta, perdí el fic en mi laptop de gobierno, lo encontré 3 años después, Luis Carlos me motivó a subirlo, y henos aquí.
Como habrán notado, Nega ha viajado entre líneas durante tanto tiempo que incluso llegó a universos alternos, dando un ejemplo que de seguro a los más veteranos del fandom se les habrá hecho familiar. Déjame decirte, querido lector, que si reconociste ese universo alterno como el fic "Nega", del autor metal-drago gx, tienes una buena memoria (aunque bueno, tampoco es que fuese muy difícil reconocerlo si resumí prácticamente todo el fic XD). Esto lo hice ya que el fic AU de "Llamadas" creado por metal-drago gx (actualmente Rex 3003 si no me falla la memoria) es de mis favoritos, y quería incluirlo de una u otra forma en mi historia. ¿Qué opinan de eso? ¿Les gustó eso, la forma en que metí su historia en la mía, o lo consideran innecesario?
Bueno, ya no hay nada más que contar. Eso fue todo, lo único que tengo que agregar es: gracias por haber leído este fic, el cual tal vez sea el único que publique. Estoy trabajando en otros fics, pero conociéndome, los dejaré inconclusos. Me explico, yo siempre inicio fics y escritos personales, pero nunca los termino, sepa dios porque (no, olvídenlo, si lo se, y es porque me sobre exijo demasiado y al final terminó desistiendo).
Trataré de terminar mis otras obras, aunque les advierto que van a tardar, tengo más de 30 ideas para fics de distintos fandoms y 10 escritos independientes.
Bueno, eso es todo, ahora sí. Soy AndyElDino; gracias por leer este fic.
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