Ahora, todo un hombre de familia «V», cargaba a su hijo varón en sus brazos. Selene descansaba en casa, luego de tener un tiempo para descansar al lado de «V» y de alimentar al bebé.

Cyndaquil descansaba al lado de un sofá en el que aquel que lo encontró siendo un huevo tomaba un rato libre antes de volver a trabajar con el huerto.

Y entonces, «V» escuchó que alguien tocaba la puerta de entrada, así que decidió atender aquello.

Su sorpresa fue grande. Del otro lado estaba aquella mujer que lo abandonó cuando fueron atacados por aquel que «V» Selene llamaban Luna carmesí.

«Ella llegó, argumentando que quería entregarme algo. Era una fotografía mía al poco tiempo de aquel evento, y a mi lado se veía a mi querido Typhlosion, pero ya siendo un fantasma.

Dijo aquella chica que estaba arrepentida, y que deseaba que la perdonase por dejarme. Sinceramente, aquello ya había quedado atrás.

Pero lo demás, fue de mal gusto. Quería que volviéramos y tuviéramos una familia.

Respondí de manera negativa. Yo ya había creado una familia y estaba contento con mis logros. No iba a dejar a Selene ni a mi hijo por alguien que me dejó y me mintió sobre un embarazo.

Su rostro se puso rojo. Dijo que se iba a encargar de difamarme y que mi nombre fuera borrado de la historia de Noroteo.

En verdad, aquello era algo que no me importaba. Yo era feliz al lado de aquellas personas que ahora formaban parte de mi vida y que me ayudaron a superar el sentimiento de soledad y desprecio de parte de los habitantes de Villa Versui.

También estaba Cyndaquil, quien yo esperaba pudiera ser el fiel compañero para mí pequeño. El pasado allí estaba, el presente y el futuro para mí se volvieron lo más importante.

Si alguien lee esto, ya no escribiré nada más. Estoy seguro de que este diario debe concluir para centrarme en mi familia», relató «V» en sus últimas anécdotas.