Curar las heridas del pasado puede ser difícil, pero según los relatos «E» comenzó a sanar aquella tristeza que lo mantuvo preso tras perder a su compañero de infancia y aventuras.

«E» lo seguía viendo con frecuencia a solas. Se hacían compañía mientras caminaban juntos en las tardes camino a casa, pero entonces, se cuenta que «E» quedó petrificado cuando tuvieron que avanzar por aquel lugar en el que fueron atacados.

Una enorme bestia similar a un enorme oso de pelaje marrón oscuro, pero que en ciertas partes del cuerpo, como el torso y las patas estaba cubierto por un barro, y que en la frente tenía una marca en forma de luna llena.

Su tambaleante cuerpo lo hizo incapaz de avanzar, hasta que de pronto, el fantasma de su Typhlosion se acercó a él, simulando acurrucarse sobre su cuerpo.

Se podría decir que «E» sintió la calidez de su viejo amigo, la cual, a pesar de que era un espectro, le brindó el coraje para seguir avanzando.