Apodos

«Maldito enfermo» o paranoico se volvieron los apodos comunes para «A». Su viejo compañero estaba atrapado en la casa de una bruja que también consiguió verlo.

Los dos no se habían vuelto a ver en meses, y las faltas constantes de «A» en el trabajo, lo hicieron acreedor a ser despedido finalmente.

Nadie entendía aquella soledad que embargaba su alma. Ningún alma era capaz de entender que además de quedar huérfano años atrás, el Typhlosion fue lo más cercano a una familia que tuvo.

No había esperanza por ahora.

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