CAPÍTULO 8: ADMIRACIÓN

N/A: Muchas gracias a todos por leer y comentar... Serán unos 15 capítulos, más o menos...

CAPÍTULO 8: ADMIRACIÓN

Sebastian sabía que estaba olvidando en parte la misión que le había llevado a Dalton pero la curiosidad había conseguido que se obsesionara con Blaine Anderson. Su relación con Hunter seguía siendo un misterio para él y había decidido que lo mejor sería investigarla mejor. Sin embargo, parecía que no obtendría información por parte del moreno, por lo que decidió cambiar de estrategia y abordar al castaño.

Le costó mucho encontrar una oportunidad para hablar a solas con él, pero las horas de estudio de la biblioteca fueron de gran ayuda. Esperó a que acabara porque no quería interrumpir y fingió que el también había acabado de estudiar por lo que se levantó para volver a los dormitorios con él.

Lo mejor fue empezar con temas más ligeros para que no sospecharan nada sobre lo ocurrido. Sin él planearlo, la conversación acabó siendo sobre Blaine.

– Sois muy buenos amigos a pesar del poco tiempo que llevas en Dalton. – Sebastian exclamó para intentar que hablaran del motivo.

– Le debo mucho. – Hunter explicó.

– ¿Por qué? – El policía quiso saber.

– Bueno... Mi hermano pequeño se llama Ben. Tiene doce años y todavía no puede venir a Dalton. En su escuela lo están tratando mal porque es gay. No nos lo había contado ni a mis padres ni a mí y... Bueno, no sabíamos que estaban agrediéndolo sus compañeros de clase. Sus antiguos amigos estaban metiéndole en la cabeza ideas absurdas como que era un monstruo, que no tenía derecho a vivir, que era un enfermo... Lo peor es que una de las personas que le insultaba era la persona a la que más cercano se sentía en el instituto, el que parecía que sería su mejor amigo con el tiempo. Sin embargo, cuando ese chico se enteró que mi hermano estaba enamorado de él no lo llevó muy bien. La presión sobre Ben fue tal que intentó suicidarse. Apenas llevábamos dos meses aquí y ya lo habían llevado al límite... Entonces, Blaine fue al hospital y nos pidió que los dejáramos solos... No sé lo que le dijo, ninguno de los dos nos lo ha contado, pero sí sé que, fuera lo que fuera, consiguió que cambiara su forma de entender su homosexualidad. Lo cambiamos de colegio y ahora es más feliz. No hemos encontrado uno como Dalton donde haya una política de cero tolerancia al abuso pero al menos está mejor y no hay tanta presión sobre él. – Clarington le contó. Era conocido por todo Dalton porque había sido una noticia que había conmovido a todos, tanto alumnos como profesores. Hunter no había tenido otra opción que reconocer que era su hermano y aceptar todo el apoyo que le habían dado. Por eso no le importaba hablarlo con Sebastian puesto que podía enterarse de cualquier manera, había salido en el periódico de la academia porque era el tipo de noticias que publican. Aun así, guardaba un secreto, algo que nadie más sabía. Su hermano pequeño tiene un crush por el chico que le había salvado la vida.

– Por suerte, ya sabéis dónde puede ir cuando llegue el momento... Seguro que Dalton y los Warblers le dan el apoyo que necesita. – Smythe estaba triste porque odiaba cuando alguien sufría algún tipo de discriminación por ser gay.

– Espero que esta historia no cambie nuestra relación... No quiero que sientas pena por mí o por mi hermano. – El menor comentó serio.

– No te preocupes, nada va a cambiar entre nosotros... Nos vemos mañana. – El policía se despidió porque estaban frente a la puerta de la habitación del otro.

– Nos vemos mañana.

Hunter entró en la habitación donde ya se encontraba Sam mientras Sebastian caminó hacia su habitación. No pudo evitar sonreír al abrir la puerta y encontrarse con Blaine, tumbado en la cama, iluminado por una lámpara que había en la mesita de noche, leyendo un libro. Podría acostumbrarse a eso, era algo que le gustaría vivir durante el resto de su vida.

Sebastian acudió a una cafetería en Columbia. Su jefe le había llamado para hablar sobre la misión pero no querían correr riesgos de ser vistos, por lo que decidieron ir a la capital. Él había alegado que tenía algo familiar y que pasaría la tarde con sus padres. No quería que nadie notara su ausencia y empezara a pensar cosas extrañas.

Cuando entró, vio a su jefe en una mesa, leyendo el periódico. Pidió su café y se sentó frente a él. Cuando el otro dobló y apartó el periódico, sacó una carpeta del maletín que había a su lado.

– Hemos localizado a todos los agresores de Blaine Anderson antes de que llegaran a Dalton y les hemos tomado declaración. Todos han reconocido lo que habían hecho, fueron condenados a trabajos sociales por eso, por lo que no tenía sentido que lo negaran. Todos estudian en otros estados y tienen coartadas para los asesinatos, ni siquiera han llegado a Westerville en los últimos meses. No hay llamadas ni rastro de que hayan hablado con nadie de Dalton y no hay nada que nos haga creer que Hunter haya hecho algo contra ellos. Además, Parker se ha dado cuenta de algo que nosotros no sabíamos. El asesino los está matando de más joven a mayor. No creo que sea casualidad, creo que es alguien que los conoce. – Johanson explicó.

– ¿Sigue un orden? ¿Cuál sería el siguiente? – Sebastian mostró su sorpresa.

– Blaine.

Esa información dejó a Smythe realmente preocupado. Tenían que encontrar al asesino cuanto antes. Por eso condujo con mucha prisa a su vuelta a Westerville, no iba a estar tranquilo hasta que supiera que estaba bien.

Cuando estuvo frente a la puerta de la sala del coro, vio a Blaine que estaba relajado, riendo de alguna de las imitaciones que Sam acababa de hacer. Suspiró aliviado porque era todo lo que necesitaba para sentirse mejor.

– ¿Alguien se ha enamorado? – Hunter preguntó divertido cuando llegó a su lado.

– ¿Qué? ¡No! Claro que no... – Sebastian respondió rápidamente.

– ¡Oh, sí! Claro que sí... – Clarington rió, provocaron que todos los mirasen.

– ¿Va todo bien? – Anderson preguntó y se levantó para acercarse a ellos.

– Sí, Sebastian y yo sólo estábamos bromeando... ¿Verdad? – Hunter informó.

– Sí, cierto. – Smythe odiaba sentirse tan indefenso... Esa no era la situación en la que él solía moverse. Comenzó a desear poder viajar a Lima para poder ver a Dave y eliminar toda la tensión que sentía en ese momento. Deseaba encontrar al asesino y alejarse de allí antes de que todo se complicase demasiado. No era que si al final acababa teniendo algo con Blaine fuera ilegal, el problema era que él no quería involucrarse tanto.

– ¿Ha pasado algo en tu visita a tus padres? – El moreno preguntó preocupado en cuanto Clarington los dejó solo.

– Mi padre y yo tenemos una relación complicada. – Era lo más cercano a la verdad que el policía podía decir.

– Yo tampoco tengo buena relación con el mío... ¿También es por tu sexualidad? – El ojimiel puso su mano en la espalda del otro para consolarlo.

– No realmente... No sé, cosas que nos separan... – Sebastian se dio cuenta de que no podía decirle que había sido una decepción para su padre que hubiera decidido ser policía en vez de seguir sus pasos como fiscal general del estado.

– Seguro que con el tiempo se soluciona todo.

Anderson besó la mejilla de su amigo y éste se quedó completamente paralizado, se dio cuenta de que estaba realmente enamorado del joven y eso era lo último que quería.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top