Capítulo 14
Taehyung miró al chico frente a él, se miraba considerablemente más enfermó que los días anteriores, no entendía cómo podía verse tan enfermo de un día para otro.
─ Jimin... yo... no puedo, creo que debes descansar. ─ Le dijo.
Jimin cerró sus ojos sintiendo su garganta picar demasiado, no pudo contenerse y comenzó a toser, los pétalos que salieron de su boca cayeron al piso frente a Tae que miraba la escena completamente desconcertado.
─ Taehyung... ─ Susurró Jimin sintiendo la enorme necesidad de ser correspondido, el deseo de que Tae lo amara a él y sólo a él.
Un deseo que se miraba destruido por todo lo que habían hablado sobre Tae y Hoseok.
El contrario estaba estático viendo los pétalos rosados en el piso aún sin poder creer lo que había visto.
Jimin no soportó más y, levantándose con dificultad, corrió hacia el interior de los dormitorios, adentrándose hasta llegar a su habitación y encerrarse. Corrió al servicio y vomitó flores con sangre mientras pensaba en el doloroso rechazo de Taehyung.
Se sentó al lado del servicio al no poder contenerse más, mientras sentía que una ola helada recorría su cuerpo y su piel comenzaba a sudar.
Escuchó que tocaban la puerta de la habitación.
─ ¿Jimin? ─ La voz de Taehyung sonaba desde el exterior, y luego volvía a tocar un poco más desesperado por no recibir respuesta.
Jimin no podía más que repasar en su mente lo que había sentido desde la primera vez que vió a ese chico en la entrada de los dormitorios, es cierto, Tae le parecía adorable y tranquilo, era espontáneo y honesto, mientras que él era una mierda que por andar jugando ni siquiera notó cuando se enamoró de verdad.
Su mente lo llevó hasta la imagen de su ex novio con expresión rota cuando él lo dejó, solamente lo había utilizado, pensó para si mismo que merecía ésto, merecía sufrir por amor y si era necesario morir por ello.
Escuchó su puerta ser abierta y se maldijo por no recordar que Taehyung tenía acceso a las copias.
─ Por favor... no vengas... ─ Rogó desde el suelo del baño.
Taehyung entró a la habitación notando los pétalos regados por todos lados. Cubrió su boca asustado ante tal imagen y luego al ver a Jimin rodeado de pétalos llenos de sangre en el suelo del baño sintió que su corazón se detenía.
─ ¡Jimin! ─ Gritó corriendo hacia él y sentándose a su lado mientras llevaba su mano a la frente de éste.
Sintió el sudor helado y la piel hirviendo del menor. Lo tomó de la cintura ayudandolo hasta llegar a su cama.
─ ¿Qué es todo esto? ─ Le preguntó sosteniendo su mano y con la otra acariciando el cabello sudado de Jimin.
─ Estoy enfermo... ─ Le dijo Jimin con una pequeña sonrisa...
Taehyung asintió entendiendo que Jimin no quería decirle que sucedía.
El menor volvió a toser pétalos mientras repetía suavemente su nombre.
Taehyung, Taehyung...
Ta se quedó ahí escuchando su dulce voz llamar su nombre.
─ Aqui estoy. ─ Le dijo acariciando suavemente su cabello intentando calmarlo hasta que se durmiera.
Observó al chico comenzar a respirar con dificultad y lentamente mientras dormía, Taehyung sacó su celular entonces y buscó en internet lo que había visto dándose cuenta de todo en el instante.
Tapó su boca para contener los sollozos pero sus lágrimas comenzaron a caer descontroladas.
¿Por qué? Se preguntaba a sí mismo, ¿Por qué alguien cómo Jimin se tenía que haber enamorado de alguien como él?
Él no merecía enamorarse de nadie, después de cómo le falló a Hoseok, no lo merecía y lo peor es que aún estaba enamorado de Hoseok.
─ Lo lamento tanto Jimin. ─ Le dijo llorando a su lado.
Se quedó ahí contemplandolo hasta que se quedó dormido a su lado, aún en esa incómoda posición se negó a separarse del menor, que estaba muriendo lentamente por su maldita culpa.
Jimin soñaba con él todas las noches sin darse cuenta provocando que tosiera entre sueños, Taehyung despertaba cada vez que lo escuchaba toser y lo cuidaba por un tiempo hasta que volviera a quedarse dormido a su lado.
En sus sueños Jimin estaba junto a Taehyung, pero al ser un simple sueño, éste se convertía en un anhelo profundo que alimentaba su enfermedad. Los dioses le habían prohibido a su mente recordar sus sueños en todo ese tiempo, pero ahora que ya lo sabía no había motivo para ocultar lo que tanto anhelaba de él.
Dejando que Jimin se llenara de sus propios anhelos de ser amado por ese hermoso chico.
Los dioses observaron a los dos chicos sufriendo entre aquellos hermosos pétalos rosados preguntandose ahora cómo acabaría todo, pues lo que sucediera de ahora en adelante poco tenía que ver con ellos. De ahora en adelante todo sería decisión de aquellos dos chicos.
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