Capítulo 11
Jimin regresó agotado a su habitación cuando el último estudiante fue reportado, no tenía idea de cómo le hacía Taehyung para poder hacer ese trabajo todas las noches. Se quitó la mascarilla, la lanzó contra la pared y se quedó dormido con todo y ropa. Esa noche las raíces de la flor en su interior creció, provocandole dolor al rubio.
Cuando despertó en la mañana un agudo dolor en su pecho lo acompañaba y ahora algunos pétalos venían acompañados de sangre. Lo primero que Jimin hizo fue buscar en internet que mierda estaba pasado. Pronto se dió cuenta que la enfermedad de Hanahaki es mortal, las raíces de la flor van creciendo en el interior hasta que penetran los órganos y terminan matándote. Por lo que no tenía tanto tiempo para estar jugando a quién era aquel chico que le provocaba esa enfermedad.
Recordó las palabras de Yoongi, tal vez realmente las cosas serían más sencillas si tan sólo él le dijera que tenía la enfermedad y que necesitaba ayuda. De todas formas ya sólo quedaban cuatro chicos en su lista: Jin, Hoseok, Namjoon y Taehyung.
Tomó su decisión y esperó el resto del día. Soportando los dolores, caminó hacía la cafetería e hizo la fila. Había pensado en escribirle al chico, pero rápidamente se dió cuenta que había perdido el papel con su número. Tal vez se habían ido en medio de los pétalos.
─ Hola. ─ Le saludó felizmente el chico al otro lado de la caja.
─ Hola. ─ Repitió Jimin, pero un poco más tímido. ─ ¿Crees que podemos hablar?
Jin se sorprendió al recibir tal propuesta, por lo que rápidamente pidió permiso para tomarse un pequeño descanso. Caminaron juntos hacia la salida de la cafetería y luego Jimin dirigió al chico hacía aquella área que le había mostrado Jungkook.
─ ¿Qué necesitas hablar? ─ Le preguntó Jin mientras tomaban asiento bajo uno de los árboles del lugar.
El solo apenas se estaba ocultando por lo que el ambiente se sentía aún algo cálido y el sol era un poco estorboso a los ojos. Provocando que aquel chico tuviera los ojos entrecerrados. Jimin pensó que se miraba demasiado lindo y rió un poco.
─ Eres lindo. ─ Le dijo, provocando que Jin se sonrojara.
No sabía por qué el pelirrubio tenía ese poder sobre él, ni siquiera se conocían tan bien, solamente habían compartido algunas miradas, sonrisas y saludos. ¿Acaso era eso suficiente para enamorarte de alguien?
Jimin suspiró, el dolor en su pecho no le permitía olvidar su enfermedad en ningún momento.
─ Necesito ser honesto contigo. ─ Le dijo Jimin y Jin le mostró una pequeña sonrisa. ─ Tengo una enfermedad.
La sonrisa se borró lentamente mientras el rubio explicaba sobre la enfermedad de Hanahaki. Jin lo miraba horrorizado, aquello que el chico le decía parecía una terrible maldición de esas que te encuentras en los libros de mitología griega.
─ ... la única cura es que la persona de la que estoy enamorado me corresponda. ─ Terminó de explicar.
Jin asintió.
─ Pero tu me gustas. ─ Le explicó Jin. ─ Estoy casi seguro de que estoy enamorado de tí, aún si no nos conocemos tan bien.
Jimin sintió sus mejillas sonrojarse, pero su tos regresó provocandole dolor en la garganta. Negó con la cabeza mientras se bajaba la mascarilla. Jin pudo observar cómo los pequeños pétalos caían y algunos que otros iban manchados de rojo.
Suspiró levantando el rostro del chico y acercándose lo besó suavemente. Jimin sintió el dolor disminuír pero no irse. Tal vez Jin le gustaba más de lo que esperaba, pero no era el chico del que estaba enamorado.
Sus labios se movieron suavemente y las manos de Jin acariciaron su cuello. Luego se deslizaron hacia su pecho, separándose lentamente. Ambos se miraron a los ojos.
─ Lamento no ser tu chico. ─ Le dijo Jin. ─ Realmente me hubiera gustado ser esa persona especial.
Jimin asintió, a él también le hubiera gustado. Los labios y caricias del chico se habían sentido tan bien que podía decir que hasta le dolía que no fuera Jin.
El mayor se levantó.
─ Igual, probablemente no te merezco. ─ Dijo tapando el sol que ya casi se ocultaba en el horizonte con su mano.
─ ¿Por qué dices eso? ─ Preguntó Jimin.
─ Hace tiempo que estoy haciendo algunas cosas mal, y creo que me estoy arrepintiendo de ello. ─ Jin suspiró girándose para ofrecerle una mano a Jimin.
Éste la tomó. Jin lo levantó.
─ Tienes que descubrir quién te provocó el Hanahaki pronto, y luego... no te olvides de mí. ─Le dijo Jin. ─ Tal vez podamos ser amigos, aunque admito que será difícil para mí olvidar ese beso.
Jimin se cubrió las mejillas al sentir que se calentaban.
El mayor le mostró una última sonrisa y luego se giró para irse.
─ ¡Jin! ─ Lo llamó.─ Perdí tu número.
Jin se giró y caminó de regreso hacia el chico que le extendía ahora su celular.
Tomó el celular y marcó su número.
─ Así yo también tendré el tuyo. ─ Le dijo sonriéndole.
Jimin asintió felizmente.
Van tres... faltan tres.
Entonces Jimin pensó en algo... si la enfermedad estaba presente es porque él no le gustaba a ese chico... ¿Y si ese chico nunca se enamoraba de él?
Intentó pensar en sus últimas tres opciones, tenía que aceptar que los tres parecían un poco indiferentes a él. Suspiró cuando llegando a la cafetería miró a los dos hermanos sentados con Namjoon. Jamás imaginó que las últimas tres opciones serían las más difíciles...
Caminó directo a la mesa y después de saludar felizmente, se sentó con ellos bajo la mirada de Jungkook. No pudo evitar morder su labio bajo la máscara al mirar al chico. No estaba seguro de cuál habría sido la decisión de Jungkook con respecto a él. No fue hasta que notó que los tres lo estaban mirando que se dió cuenta que algo estaba sucediendo.
─ Jimin... ─ Habló Jungkook. ─ Yo... les conté lo de tu enfermedad.
─ ¡¿Qué tu que?! ─ Preguntó algo alterado por la vergüenza.
No quería las miradas de lástima de los demás, debió ser él quien les dijera lo que sucedía.
─ No pude evitarlo, quería ayudar. ─ Explicó rápidamente el menor.
─ Tranquilo, Jimin. Jungkook sólo está preocupado por tí. ─ Le dijo Hoseok.
Los ojos del rubio se encontraron con Namjoon. El chico pasó su mano por su rostro como si pensara en algo y luego recordó que él ya le había robado un beso a Namjoon. Se levantó de la mesa, él no quería estar más allí.
─ ¡Espera! ─ Lo llamó Namjoon pero Jimin ya había atravesado las puertas de la cafetería.
Corrió hacia los dormitorios encontrándose con Taehyung en la entrada. El chico lo miró con confusión, pues aún era temprano.
─ Cuando te dije que no vinieras tarde no me refería a ésto. ─ Le dijo Taehyung con media sonrisa.
Jimin suspiró rendido y se sentó junto al chico.
Taehyung mordió su labio mientras se giraba a el pelirrubio.
─ Jimin... yo... hablé con Hoseok. ─ Le dijo Tae al rubio. ─ No sé qué estaba pensando pero quería saber cómo estaba.
Jimin se giró para ver al chico, su rostro estaba muy triste y se miraba frustrado.
─ ¿No salió bien?
Taehyung negó con la cabeza.
Jimin se lamentó internamente y al ver a Taehyung demasiado triste se acercó para darle un abrazo. Tae lo abrazó de regreso, no teniendo a dónde más refugiarse. El rubio tuvo que contener el dolor en su propio pecho y olvidarse un poco de sus propios problemas para pensar en ayudar al chico que temblaba levemente en sus brazos.
─ Todos podemos equivocarnos, Tae. ─ Le dijo. ─ Tú no eres el primero ni el último.
El chico asintió en sus brazos. Se mantuvieron abrazados tanto tiempo que ninguno de los dos supo cuánto y cuándo se separaron estaban ambos sonrojados. Taehyung sólo agradecía que ningún estudiante hubiera pasado por allí en ese momento; y Jimin sólo agradecía que había podido encontrar un poco de consuelo en los brazos del chico.
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