Capítulo 1
El día había llegado y los dioses no se perderían el resultado de su maldición, estaban dispuestos a observar todo lo que sucedería desde este día en adelante y así ser testigos del castigo que habían impuesto sobre aquel chico.
Claro que habría una salida, en realidad dos salidas: una era amar de verdad y la otra era no volver a amar. Ambas tareas difíciles para este chico, según ellos.
Jimin se bajó del autobús que lo había transportado hacia aquella ciudad y su nueva vida, respiró profundo y sonrió. Estaba tan feliz de que las cosas resultaron así, quería estudiar, sí, pero sobre todo quería divertirse y vivir su vida universitaria al máximo. Llevó algunas maletas hacía afuera de la estación para tomar un taxi, el resto de sus cosas las había enviado previamente.
Cuando llegó al campus universitario se emocionó, aquello era tan diferente a un colegio. Para empezar, todo se miraba mas grande: los edificios, las canchas, las áreas comunes... Segundo, los estudiantes eran mayores y no usaban uniforme, se miraban tan maduros según Jimin; Y tercero: el ambiente universitario, ya nada sería lo mismo.
Entró siendo dirigido por un delegado de la universidad, habían muchos esperando a los estudiantes nuevos en la entrada, así es como llegó los edificios de los dormitorios.
Al estar de pie en la entrada el delegado se detuvo a platicar con un chico sentado al otro lado de una ventanilla, probablemente era el cuidador de los dormitorios de primer ingreso. Aunque se miraba joven, así que Jimin pensó que tal vez sólo era un empleado más, o tal vez hasta era un estudiante.
─ Jimin. ─ Lo llamó el delgado y él se acercó. ─ Mira, el es Kim Taehyung, es un estudiante de la universidad y es becado al igual que tú. ─ Le comentó.
El chico le sonrió y él sintió sus mejillas sonrojarse, era muy guapo y muy lindo.
─ Mucho gusto Jimin, yo estoy encargado aquí en este horario, si necesitas algo puedes buscarme. ─ Jimin asintió sintiéndose demasiado embobado como para hablar, y no quería parecer tonto frente al chico que se mantenía sonriéndole. ─ Entonces nos vemos por ahí.
El chico volvió a leer un libro que parecía tener para pasar el rato y Jimin, junto con el delegado, avanzaron hacia adentro del edificio.
Jimin estaba tan emocionado que hasta el olor de los dormitorios le gustaban, no es que fuera un olor desagradable, pero tampoco olían a rosas. El delegado se detuvo frente a una puerta y la señaló.
─ Ésta es tu habitación. ─ Indicó. ─ Cualquier pregunta habla con Taehyung y él podrá ayudarte.
El pelirrubio asintió mientras le entregaban la llave, el delegado se fue después de eso. Jimin no tendría que hacer más que buscar que almorzar y cenar ese día. Tal vez, si no le daba pereza, iría a recorrer el campus y ver a dónde quedaban las clases que había matriculado para este primer trimestre universitario.
─ Eres mi vecino. ─ Levantó la vista y se dió cuenta que un chico lo observaba de forma extraña, probablemente porque él estaba a medio pasillo sólo y simplemente pensando. ─ Soy Yoongi. ─ Le dijo el chico encogiéndose de brazos. ─ Si necesitas algo, recuerda: No me molestes. Tampoco hagas mucha buya. Esto ya lo conversé con los demás chicos. Mientras no hagas nada de eso no tendremos problemas...
Jimin observó al chico hablándole, pero después de un rato dejó de poner atención y se dedicó a morbosearlo, prácticamente. Su piel era blanca y se miraba tan suave que Jimin relamió sus labios, su labios delgados y de un color oscuro, tenía una mirada intensa y un cuerpo delgado pero atractivo.
─ ¿Entendiste? ─ Preguntó Yoongi y Jimin simplemente asintió.
Yoongi lo miró como si el gesto no lo había convencido, pero definitivamente no daría el discurso dos veces. Así que se limitaría a pelear con el chico si hacía algo que le molestara, aunque tan sólo pensarlo lo molestaba. Notó que el chico se le quedaba mirando y se sintió raro, así que decidió meterse a su habitación.
─ Em... entonces, supongo que adiós. ─ Jimin le dijo adiós con la mano y miró al chico desaparecer tras su puerta.
¿Acaso la universidad estaba plagada de chicos guapos?
Tampoco era como si él se estaba quejando, al contrario, cada vez se alegraba más de ser un chico joven y soltero. Él no se consideraba feo, incluso pensaba que hasta era un poco sexy, a pesar de tener algunas libritas de más.
Se metió a su habitación y dejó ahí la maleta. Después de lo que acababa de ver no planeaba quedarse encerrado en la habitación. No, él debía ir a explorar el campus e identificar a los chicos guapos, o al menos unos cuantos más.
Se cambió de ropa por algo menos cómodo y más atractivo, luego salió y se encontró a Yoongi de nuevo saliendo de su habitación.
Decidió comenzar su plan en ese instante, así que ahora que se sentía más seguro, le guiñó un ojo al chico pelinegro y luego mordió su labio. Vió claramente como el chico tragaba saliva.
─ Em... Jimin, lo que dije antes... No te preocupes. ─ Balbuceó Yoongi sonrojandose un poco, el chico resultaba ser muy lindo, y de su gusto.
─ No te preocupes, podemos volver a empezar, soy Park Jimin. ─ Le respondió observandolo coqueto.
─ ¿Saldrás? ─ Preguntó Yoongi.
─ Si, iré a buscar algo de comer y a explorar un poco, si quieres puedes acompañarme.
Yoongi asintió y caminó al lado del chico, aprovechó un poco para mirar mejor su cuerpo y luego decidió que era demasiado caliente. No sabía si era buena suerte o mala suerte que su vecino haya resultado ser tan sexy. No estaba seguro de querer averiguarlo tampoco, pero el coqueteo descarado de Jimin casi le aseguraba que no se salvaría y él no estaba para quejarse.
Cuando llegaron a la entrada de los dormitorios Taehyung los volteó a ver.
─ ¡Jimin! ─ Lo llamó. ─ Vaya cambio.
Tae le guiño un ojo haciendo que las mejillas del pelirrubio se sonrojaran.
─ Si, estaba usando ropa cómoda para el viaje. ─ Explicó Jimin sintiéndose algo nervioso.
─ Creo que te mirabas lindo con tu ropa cómoda también. ─ Jimin le sonrió, pero Yoongi lo mataba con la mirada.
─ No vamos, Tae. ─ Advirtió el pelinegro y Tae le sonrió.
Se dieron la vuelta para continuar su camino.
─ Es muy amable. ─ Le dijo Jimin a Yoongi.
─ En realidad sí lo es. ─ Agregó este, pero no quería seguir hablando del chico. ─ ¿Qué quieres comer? ─ Preguntó.
─ Lo que recomiendes.
Continuaron caminando juntos hacia la cafetería mientras los dioses observaban lo acontecido con Yoongi y Taehyung, pero aún faltaba mucho para que acabara el día, a la noche, la maldición se desataría.
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