02: ¡¿Algo más universo?!
Desperté felíz, aún recordando como aquél chico de anoche era él. Suspire como una boba enamorada, sin creer lo que había susedido─y en que situación─me costaba creer que anoche por fin lo conocí. Quería ir al parque, verlo nuevamente, pero lamentablemente estaba castigada.
No sabía si el destino había jugado con migo y puesto en mi camino a ése chico, pero lo que sea fue demasiada casualidad.
Creó que leer me está afectando.
Yo no soñaba con un príncipe azul, él chico perfecto, porque nadie es perfecto. Todos tenemos algo que nos hace especiales, ya sea bueno o malo. No tenía pensado a mi chico ideal porque las ilusiones jamás son buenas, siempre hay algo que cambia tu perspectiva. Recordarlo con esos jeans azules ajustados y una camisa roja me hacia suspirar cada vez más, sin mencionar sus ojos.
Era extraño creer que acabó en mi habitación por huir de una chica, y que yo logré que lo dejara. Su cabello pelirrojo y la irritante voz chillona traía malos y buenos recuerdos. No pude verla bien pero juraría que es Kelly Jones. La conozco perfectamente al igual que ella a mi, pero es una larga historia.
Bajando las escaleras le pedí amablemente a Amelia que me preparará el desayuno. Busqué el reproductor de música y lo encendí para comenzar aún mejor está mañana.
─Oye Kathe, por qué tan feliz? Ayer estabas diciendo que tu casa era una cárcel y que te tirarías de la ventana hoy si no te dejaban salir. Habla.
─Qué no puedo levantarme feliz un lunes?.─Ella me sonrió y aveces creó que me conoce demasiado.─Bien, "conocí" a un chico en el parque y digamos que anoche...apareció en mi habitación.
─Qué?! Explicate mejor.
─Verás, todas las tardes lo veo en el parque y bueno, aún no le he hablado.
─Siempre tan lenta tu. Sigue.
─Bien, anoche desperté y lo encontré en mi habitación huyendo de una chica.─Entonces ella rompió a carcajadas y yo la miré seria.
Ven por qué aveces no cuento las cosas?
─H-huía de una chica?! JAJA segura qué no es gay?!─Volvió a reír y me crucé de brazos, ella al verme paro y con señas dijo que proseguiera aún riendo.
─Huía de Kelly.─Mis palabras la hicieron parar y dejarla en completa seriedad.
─Kelly? Ésa Kelly?─Asenti a lo que ella se que quedó muda.─Eso lo explica, sigue con esa voz chillona?─Reí ante su comentario y asenti.
─Luego de que hice que Kelly se fuera él se despidió de mi con un beso en la mejilla.─Al escuchar lo último gritó dejándome completamente sorda.
─Entonces?! Le dijiste tu nombre?! Sigue!.
─En realidad...
─No lo hiciste.
─Tal vez...no. Pero aquí viene la parte graciosa, es mi vecino.─Allí volvió a romper en carcajadas pero lo diferente es que esta vez yo la acompañe.
Si no puedes con ella, unetele.
~•••~
Eran las dos de la tarde, y yo estaba mirando series porque me había quedado sin libros. Leer demasiado rápido es malo. Aún faltaban dos meses y medio para comenzar las clases y de seguro como siempre, pasarían rápido.
Ojalá el castigo pasará rápido.
Michelle tenía todo empacado porque mañana por la mañana iría rumbo a Europa. Conociendo a mis padres de seguro iría para despedirme de ella. El tiempo parecía eterno, los minutos pasaban más lento que nunca. Ahora sé porque leer es mejor. Apagué la televisión y me levanté de la cama aburrida. Sin libros, sin buena televisión, moriria aquí dentro de aburrimiento.
Abrí las cortinas antes de que mamá llegará─si es que era así─porque odiaba la oscuridad de mi cuarto, decía que debía iluminar mi vida y debía comenzar iluminando mi entorno. Aún sigo sin entender sus conceptos de vida. Bajé las escaleras rumbo a la sala de estar y al no ver a nadie asumí que Amelia se había ido a la universidad. Busqué algo para beber y caí rendida al sillón.
Por qué mis padres me conocían tan bien?!
Puede que no estén en casa, pero todo el tiempo estuvieron ahí para mi, aunque ahora ya no tanto. De niña en las vacaciones nos íbamos a alguna playa o tal vez a algún lugar donde pudiéramos estar traquilos. Al llegar Michelle todo cambio, los viajes eran casi imposibles y además a sus terribles dos años era toda una caprichosa.
Error, aún es caprichosa.
Siempre deseé una hermana pero Michelle y yo no nos llevábamos muy bien. Jamás lo hemos hecho. En todo esté tiempo no he hablado con Clary, de seguro estaría de vacaciones, como todos los años. Pensaba enviarle un mensaje pero no estaba segura, ni siquiera se molestó en llamar. Llevábamos dos años de amistad, dos maravillosos años con mi mejor amiga, claro que antes éramos amigas pero debido a algunas cosas acabamos como mejores amigas. Su padre era un importante empresario y su madre se quedaba en casa, tiene dos hermanos menores de nueve y diez años. Su personalidad es única, un gusto por la moda impresionante─ aunque no lo demuestra mucho─ y por supuesto se defiende por si sola.
Al parecer estaba totalmente sumida en mis pensamientos, miré hacia la ventana y noté que él chico patineta pasaba. Inmediatamente me levanté y intente disimular, pero obviamente era muy mala en eso. El miró hacia acá pero salí de allí y sentía como el corazón me latía a mil por hora.
Ése chico me volvería loca.
~•••~
─Katherine Collins! Abandona esa cama ahora mismo si no quieres que suba!─Exigió mi madre.
Es una maravillosa manera de comenzar el día. Eran las 7:00 a.m y debía levantarme para acompañar a mi hermana al aeropuerto. Pero por supuesto no pensaba hacerlo. Mi madre intenta levantarme hace media hora.
Como no quería provocar la furia de mi madre a pasos lentos me dirigí a darme una ducha. Por lo que sabía Michelle iría a un desfile de moda en París, donde por supuesto la esperaban sus amigas. Salí de la ducha y preparé mi ropa, unos simples shorts y una remera junto con unas converse, no me arreglaría sólo para despedirme, ni en sueños.
─Sé que tu hermana y tu no se llevan bien cariño pero en el fondo se quieren.
Muy en el fondo no se equivoca.
Y allí está esa perturbadora sonrisa de "debes ser buena persona".
─Mamá lo intentó, no es fácil y lo sabes. Puedo desayunar ahora?
─Kathe, cariño queremos que sus peleas paren, hablo en serio. No intentes cambiar de tema.─Por qué? Por qué tenía que empeorar está mañana?.
─Lo hablaremos luego, sabes que papá estará apurado, lo mejor será preparar todo.─La pena invadía su mirada, aunque sinceramente al estar tan acostumbrada sólo la ignore y tomé el café que Amelia dejó. Sus tacos resonaron en el abundante silencio y yo sólo seguí desayunando, de seguro iría a despertar a Michelle. Encendí el televisor y seguí comiendo, a los pocos minutos se escuchó un fuerte grito proveniente de arriba, para ser más exacta de la habitación de Michelle.
─¡¡Iré a París!!─Gritó ella con más intensidad dejándome complemente sorda.
Algo más universo?! Quieres demostrarme cuánto más puede empeorar éste día?!.
Ignore los regaños─mejor dicho gritos─ de mi madre hacia ella por gritar, aunque obviamente duró unos cinco minutos. Escuché una puerta cerrarse y los tacones de mi madre se escucharon bajando las escaleras.
─Y así quieres que nos llevemos bien.─Su silencio me obligó a callar, tenía razón y lo sabía.
Los minutos volvieron a correr, mis padres desayunaron junto con Michelle quien chillaba de emoción. Yo rodaba los ojos con cada uno de sus comentarios sobre la costosa y hermosa ropa que estaría en París. No me gustaba gastar en ropa, compraba la necesaria y cómoda. Prefería gastar ese dinero en libros, auriculares... porque créanme, soy muy despistada y he perdido más de uno.
Tomaron todas sus cosas y dejaron las maletas de Michelle en el auto. Luego subimos al auto y partimos hacia el aeropuerto. Todo el camino la pase escuchando música con mis auriculares porque Michelle no paraba de hablar, y me irritaba. Al llegar estaba aún más irritante, hablaba sin parar, es decir entendía su emoción pero, por qué hablar tanto?!. Llegó el momento mi madre era sensible, tanto que lloro mientras la abrazaba.
Se irá a Europa, derias ir tú ahora.
No es una mala idea, mi padre la abrazo y le sonrió pidiendo que se cuide y avisé si sucedía algo. Yo sólo la miré indiferente y la abrase por pocos segundos. Mamá me fulmino con la mirada y ella se fue, todos volvimos a casa y al pasar pocos minutos terminé sola como siempre. Sigo extrañando ir al parque, debía ir a comprar libros pero de seguro no me dejarían.
El día transcurrió normal, ver televisión, escuchar música y comer. Directamente la pasé en mi cuarto, era algo tarde casi las doce, escuché como las puertas de casa se abrían y decidí bajar. Antes logré escuchar como mis padres discutían, en especial mi padre. Decía que Michelle no debió haber ido allí, que podía ser peligroso y yo sólo me aclaré la garganta logrado un incómodo silencio.
─Kathe cariño, cómo estuvo tu día?─ Ella sonrió y mi padre sólo subió a su habitación.
─Normal...mamá, paso algo?─Su nerviosismo era notorio, además de fingir una sonrisa.
─Para nada cariño, sólo estamos preocupados por tu hermana eso es todo.
─Bien.
Hay algo raro aquí, es normal que discutan pero no sobre esos temas. La curiosidad me invadía por completo, habían más secretos de los que creía. Volví a mi habitación y pase algunos minutos más acompañada de la música para luego terminar completamente dormida.
~•••~
Desperté con más pereza de lo normal, era las diez de la mañana, preparé mi ropa y tomé una ducha, hacía demasiado calor. Al salir bajé y desayuné, mi madre al parecer seguía aquí ya que noté cuando bajo las escaleras dispuesta a irse a trabajar.
─Mamá te molesta si voy a comprar unos libros y un rato al parque? Te juro que ya ha sido demasiado castigo.─Mis ruegos parecían funcionar ya que sonrió y me dio una tarjeta de crédito.
─Esta bien, nos vemos en la noche cariño, cuidate.
La puerta se cerró y la sonrisa de felicidad que tenía en este momento nadie podría borrarla. Corrí por mi bolso para despedirme de Amelia y comprar libros, era lo primero que haría. Pasé un par de horas buscando algo interesante, compré unos cinco y además de un helado, ése helado estaba gritando mi nombre. Caminé rumbo al parque con una gran sonrisa, aún más al ver que los chicos estaban allí practicando con sus patinetas. Me senté en el árbol de siempre y respire ondo, extrañaba este lugar.
Extrañabas la vista dirías mejor.
Saqué uno de los libros y comencé a leerlo, como siempre desviaba la mirada de vez en cuando para verlo. Sonreía cada vez que cruzaba miradas y veía su sonrisa, no podía evitarlo. Al ver mejor noté que allí, junto a él, estaba Jayson él chico con el que me crucé. No podía evitar sacar conclusiones. Serían amigos? Mejores amigos? Tal vez sólo son conocidos. Odiaba mi curiosidad. Al parecer me reconoció ya que me brindó una amigable sonrisa, sólo sonreí y me escondi tras el libro.
Los minutos se convirtieron en horas, el atardecer era tan bello que como siempre decía merecía ser pintado, pero no quería saber de ello. Guardé mis cosas y miré por última ves atrás.
Algún día volveremos a vernos, pero creo que aún ni siquiera sabes mi nombre.
~•••~
─Cómo que iremos a París?! Se volvieron locos?!.─Había llegado y al pasar los minutos mis padres igual, estábamos cenando tranquilamente, hasta que me dieron la peor y a la vez mejor noticia.
─Estamos muy preocupados por tu hermana y lo mejor será cuidarla, decidimos ir con ella.
─Se fue un día!! Un día!!─Indignación era poco con lo que sentía, querían que fuéramos a París, para estar junto a Michelle y simular unas "vacaciones".
─Iremos y punto, empaquen sus cosas iré a reservar los boletos.─Nunca en toda mi vida había visto a mi padre tan serio, hasta daba miedo.
El silencio abundaba al igual que la incomodidad, con suma indignación y furia subí a preparar mis maletas. No podía creer que en sólo un día decidieran ir junto con ella. Es decir, estaba sumamente feliz de ir por fin a Europa, pero no en estas condiciones. Al terminar una pequeña maleta encendí la música a todo volumen e intenté calmarme, me senté frente al computador y revise algunas redes sociales, aunque no me interesaban mucho. Seguía a algunos artistas tenían unas hermosas pinturas y dibujos, sólo las ignoraba, lograban traer malos recuerdos.
Estas serían unas raras y muy incómodas "vacaciones".
~•••~
Era nuestro primer día en París, mis padres hablaron a sus trabajos y pidieron vacaciones, Michelle estaba muy disgustada con nuestra presencia. Pero no era la única, era mutuo. Decidí dejarlos en el hotel hablando con ella de no se que cosas y decidí ir al monumento de París más conocido, la torre eiffel. Pedí un taxi y me dirigí tranquila allí, al llegar quedé atónita, era hermosa y sumamente enorme. Su belleza era notaría de inmediato tomé algunas fotos con la cámara que había traído, agradecía haber tomado un corto curso de fotografía. Pasé las horas caminando por las calles de "la cuidad del amor", aunque me parecía la mayor cursilería. Sacaba fotos a cada lugar que me encantaba, la noche callo y cené en un restaurante por el cual pasaba, la comida era rica.
Nota mental: mudarnos a París y algún lugar de Europa.
Dejé el dinero junto con una propina y volví al hotel, noté que mi padre hablaba muy atento y furioso al parecer por teléfono. Estaba de más decir que no pude evitar acercarme a escuchar.
─Si ya estoy aquí, gracias por avisar y que se mantengan alejados.─Más preguntas se generaban y parecían no tener respuesta.─Es tu trabajo te pago para eso sólo hazlo!!─Me aleje al notar que parecía un tema muy delicado pero algo me decía que no era trabajo.
Subí a mi habitación sin emitir palabra alguna y intenté despejar las preguntas de mi mente pero era simplemente imposible. Ni siquiera la música lograba distraerme. Rendida ante la duda suspire.
Mis padres al parecer ocultaban más cosas de las que pensaba.
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Suspenso...
Aún más secretos oculta está misteriosa familia.
Estas dispuesto a descubrirlos?
Él chico patineta en multimedia ;).
Adiós!-Dai💜
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