11-Unirse a un club

Tn no terminaba de encontrar una actividad que le gustase, todas le parecían demasiado complicadas para sus habilidades. Esgrima era un peligro y se le daba fatal. Luego estaba el tema del tiro con arco donde por poco le impacta una flecha al pobre de Eugene que pasaba por allí para saludar. El chico abeja le dijo de unirse a su colmena ya que serían ellos dos, Enid y Miércoles. Aunque su chica no era de pasar mucho con las abejas ya que le daban cierta fobia.

—¿No me picarán no?—preguntó ya con el traje puesto y comprobando que no dejaba ningún hueco por el cual pudieran entrar dentro.

—Tranquilo, eres colega—contestó el chico—no te picarán.

—Perfecto, ¿qué debo hacer?.

Ambos se pusieron a trabajar en la mejora de la colmena pues se había incrementado el número de abejas. Entre Eugene y él miraron lo poco que habían construido con las maderas.

—No tiene pinta de que vaya a salir bien esto—comentó el chico—de hecho, tiene pinta de que...—la caseta se vino abajo—se caerá...

—Creo que necesitaremos que alguien lo haga por nosotros—dijo Eugene.

—Sois patéticos—dijo una voz haciendo que dieran un salto—y miedosos.

—¿Acaso quieres que me de un maldito infarto?—preguntó Tn agarrándose el pecho—joder, que susto me has dado.

—Sería bueno ver como mueres

—Y entonces Enid lloraría y la tendrías que aguantar

—Buena respuesta—dijo la pelinegra—deja que yo ayude a Eugene, tú ve con Enid, no paraba de buscarte.

—Ok.

Tn se quitó el traje y lo colocó en su sitio antes de ir a ver a Enid. Al abrir la puerta la vio tirada en la cama mientras veía reels graciosos en el teléfono.

—Hola—saludó.

—¡Hola!—fue corriendo y saltó a abrazarlo.

Al hacerlo pudo oler su perfume a fresas, él se sentía en una nube de la cual no quería bajar cuando estaba con ella. Al separarse la besó dulcemente, de manera lenta y abrazando un poco.

—¿Qué haces?—preguntó.

—Pues...veía vídeos y esperaba a Yoko y Divina, dicen que tienen que hablar rumores conmigo—respondió ella mientras lo llevaba para sentarlo en la cama.

—Ya veo, olvidaba que salgo con la reina de los chismes...y mi corazón...

—Uy, que tierno ha sido eso—le dio un beso.

—He estado con Miércoles y Eugene, casi me da un infarto, ha aparecido de la nada

—Si, mi roomie tiene esa...costumbre.

Ambos rieron un poco y hablaron, Enid estaba encima de él mientras le contaba todo los rumores que había escuchado durante esa misma mañana. Tn no dejaba de verla cuando le dio un beso en el cuello, estaba tan preciosa ese día que no aguantó las ganas. Enid soltó un leve suspiro y se mordía el labio inferior.

—Sabes que estoy en celo y tienes...la valentía de hacer esto—le empujó y cayó a la cama.

Los dos comenzaron a besarse de manera tierna, juguetona y amorosa. Tn notaba como la piel de su loba estaba ya caliente por la situación. La suya estaba igual, notaba un ardor en su cuerpo fruto del amor, las hormonas y el momento.

—Ejem—dijo una voz—lamento interrumpir pero habíamos quedado.

Yoko junto a Divina estaban mirando todo con una sonrisa. Ni se percataron de que la puerta se había abierto.

—Dadme diez minutos—comentó Enid algo acalorada y colocándose bien el pelo.

—Es igual, ve con ellas anda—dijo Tn levantándose—lo siento chicas por...la escena. Luego hablamos—le dio un beso a Enid y se marchó rojo como un tomate.

Al irse, la joven loba les miró.

—¿No podían haber avisado de que venían ya?—preguntó ajustándose el uniforme.

—Te he escrito pero tus labios estaban con la boca de Tn—respondió Divina.

Comprobó el teléfono y sí, estaban allí los mensajes.

—Perdón—dijo avergonzada y sonrojada—en fin...¡decidme de esos chismes!.

Así, las tres se pusieron a hablar de los rumores en la habitación donde nadie más que ellas sabrían de lo que se comentaba. Además, escribieron en la página de Enid. La página había crecido un montón e incluso ganaban dinero gracias a las visitas. Las ganancias se repartían entre las tres, a eso sumarle sus redes sociales y que patrocinaban cosas como ropa o lugares a los que debían ir de Jerichó. Mucha gente de fuera iba gracias a ellas tres.

Cuando terminaron, se marcharon a dar una vuelta e ir al patio cuando se cruzaron con Tn quien tenía la nariz con algodón.

—¿Qué te ha pasado osito?—preguntó acercándose preocupada y comprobando todo como si la vida le fuera en ello.

—Ah, he ido a karate y he luchado con Miércoles, más bien, me ha obligado y en una de las caídas me he dado fuertemente en la nariz—contestó tocándose la nariz—no es nada, pronto estaré bien.

—¡Ay, mi osito!—le dio un fuerte abrazo y muchos besos en la cara—iré a hablar con ella, ha hecho daño a mi osito y eso no puedo permitirlo.

—¡No!—le tomó del brazo—nada de peleas, ya está, fue un accidente. De verdad—ella tuvo que ser convencida.

—Está bien, lo dejaré estar por hoy.

En la noche, durante la cena, Enid estuvo todo el rato pegada al chico quien le iba contando todo lo que había hecho esa tarde y que tras mucho pensarlo, se decidió por el club de Eugene ya que le gustaba mucho la miel y era en principio, donde él tendría menos accidentes o golpes.

Después de la cena donde Miércoles llamó débil a Tn por perder tan rápido contra ella, las acompañó hasta la habitación.

—Aún quedan veinte minutos—dijo ella pasando el dedo por su pecho—¿podríamos...continuar dónde antes?—preguntó en un tono sensual y tierno al mismo tiempo.

—Yo...esto...—tragó saliva nervioso.

—No es...como si te fuera a hacer daño...—le miraba con esos ojos que tan débil volvía al chico—anda...solamente será un ratito.

—No te puedo decir que no a nada—dijo antes de ser besado.

—¡Vamos!—abrió la puerta, lo metió dentro del cuarto y cerró de golpe.

Lo tomó de la mano y lo empujó hacia la cama.

—Calma Enid—dijo algo asustado.

—De calma nada, llevo toda la tarde pensando en ti osito—replicó ella colocándose encima—ya he avisado a Miércoles y Cosa, estamos los dos solos.

Pasaron un buen rato juntos. Tn salió agotado y tan chupado como una pasa.

—Ah, pronto vendrán mis padres, así los conoces—le dio un beso—descansa mi osito—le dio un azote en el culo y cerró la puerta pues ya era casi la hora de dormir.

Vio a Miércoles llegar por una esquina y la saludó.

—Vas a morir en manos de la loba, aprovecha tus últimos días con vida—fue todo lo que dijo antes de entrar a su cuarto.

Tn se marchó y al llegar, se tumbó antes de quedarse dormido por agotamiento.

Continuará...

Espero que les haya gustado.

Un saludo  :D

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