Narra Vegeta

-Mama. Mama porque tu panza está más grande?- pregunté.- Estás comiendo demasiado...?-

Ella se rió.

-No, hijo, es tu hermano.- dijo mientras sobaba su panza. - Él está creciendo aquí adentro-

-Hermano?-

Y con un gesto indico que me acercara. Lo hice. Acerqué mi oído, no escuché nada, pero al verla a ella sonreír me fue inevitable a mi también.

Casi nunca era así de dulce.

**

-Es hora de irnos.- dijo papá llevando en sus brazos lo que parecía una canasta de plástico, algo se movió en su interior.

-Tan pronto? Y mamá?-

-Calla te y camina!- ordenó.

-Pero..-

Lo seguí. Al llegar a casa me encargaron a Tarble, era pequeño, colorado y no hacia más que llorar.

Papá parecía enojado, pero fue unos días después cuando me di cuenta que estaba triste también. Y mamá? Esa pregunta lo ponía aun más enojado, casi parecía un tema prohibido, como aquellos secretos entre él y yo. Días después decidió llevarme a un pequeño restaurante, compró un helado para mí y me explicó todo, aún no podía aceptarlo, no quería.

Mamá había muerto.

Fue el helado más triste que he comido.

**

Desperté, de golpe. Mi respiración estaba un poco agitada, una pesadilla? No importa. Tenía demasiadas últimamente.

Sostenía su cuerpo entre mis brazos. Ella dormía tan tranquilamente, que casi me hacia olvidar lo impulsiva y gritona que podía llegar a ser.

Su cuerpo era cálido, pequeño e indefenso, un aroma indescriptible mente delicioso se desprendía de su piel. Inhale. Sonríe. De alguna forma eso me hizo sentir tranquilo. Volví a dormir.

Narra Bulma

-Yo no iré a ningún lado.- le dije.

-Ya lo sé. - sonrió. - Ésta es tú casa.-

-Idiota. -

Y ese fue como un paso difícil, como la primera vez, con paso nervioso, pero decidido. Porque ambos nos queríamos. Y aunque cualquiera que llegase a escuchar esa conversación no entendería porqué se le puede llamar "confesión", lo fue. Como dije antes, y para dejar de frasear: nos besamos. Nos besamos con nerviosismo, como si nunca lo hubiéramos hecho en nuestras vidas. Como si tuviéramos miedo de que alguno desapareciese. Porqué? No lo sé. Quizá el miedo de Vegeta también se transmitió a mí a través de su boca, o podría llamarse simplemente amor. Amor compartido. Porque ese momento era nuestro, y todo muy pronto lo sería.

Eso me producía alegría. Quizá un tanto soñadora, pero posible.

Sostuvo mi cabeza con sus manos. Y ya no era solo un juego de niños, eran más profundos, pero con esa sutileza característica de Vegeta. Enrolló sus dedos en mi cabello y al terminar permanecía con los ojos cerrados.

-En que piensas?- pregunté al observar que analizaba demasiado.

-De verdad quieres saber?-

-Si. - dije como un susurro, algo poco convencida.

-Es algo como: "Maldita sea, sus besos son perfectos".-

Me reí.

-Estás mintiendo.-

-Lo crees ?-

Besó mi cuello.

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Feliz feliz viernes!!
Ya están de vacaciones?

Yo si, y pasé TODO el día viendo Death Note .