8-Un intento de asesinato
El estado de Tn preocupó esa mañana a Jenna pues todavía no había recibido noticias de lo que había podido suceder. Era consciente de lo peligroso que podían volverse los caminos y más cuando no eran de asfalto. Y como tampoco podía hablar con él y no quería ser pesada llamando a sus compañeras de trabajo, estaba hecha un mar de nervios. Era tanto que en los pequeños descansos donde tenían que mejorar alguna luz, decorado o parar a beber un poco de agua, revisaba su teléfono móvil. Cada vez que lo hacia y no veía un mensaje en la pantalla dejaba escapar un suspiro. Pero Emma notaba la preocupación pues en su forma de actuar era diferente, aunque mejoraba su personaje siendo tan fría porque parecía molesta.
—Jenna, tranquila, está fuera de peligro—comentó su amiga acercándose y dándole un abrazo por la espalda.
—Es que no he podido saber el motivo...no creo que haya sido un accidente...algo me dice que le han intentado hacer daño—respondió la pelinegra.
—No podemos lanzar hipótesis así...esperemos a ver que dicen, ¿vale?—Jenna asintió—muy bien, ahora vamos, tenemos faena, no creo que a Tn le guste verte así.
Las grabaciones continuaron su curso y pudo estar mucho más tranquila. Y cuando se quiso dar cuenta, habían terminado por ese día, pero seguía sin saber nada de Tn.
Mientras tanto, los médicos revisaron a Tn quien había podido despertar. No recordaba exactamente lo que había sucedido, solo un fuerte golpe que se había producido. El hombre le dijo que era normal ya que recién se estaba recuperando, que pronto regresarían los recuerdos si todo marchaba bien. De momento le dieron el alta pues tras usar las máquinas, pudieron comprobar de primera mano que no le pasaba nada.
—Gracias, seguiré sus indicaciones para ponerme mejor—Tn recibió los medicamentos y fue acompañado por Melisa hasta el refugio.
Al llegar, la otra chica abrazó con fuerza a Tn pues estaba muy preocupada por él. Le dio un pequeño beso en la mejilla y le agradeció que llegase por fin. La cosa era que los animales estaban un poco inquietos al no haber visto al joven.
Pero cuando éste los saludó captando la atención de estos, parecieron tranquilizarse. Tn había formado un vínculo con ellos, los trataba tan bien y les daba ese cariño que no habían tenido nunca que ahora le echaban de menos cuando no estaba.
—Bueno, me iré a tumbar un rato—dijo mientras tomaba el camino hasta las escaleras para subir al piso de arriba.
Cuando Melisa se quedó a solas con su compañera le comentó que iría a la zona a investigar a ver si encontraba evidencias. La policía había ya estado allí pero ella era muy buena rastreadora porque conocía mucho mejor la zona. En la isla nunca se solían producir casos como aquel, de hecho, en los poblados lo único era si había un accidente laboral y poco más. Por ese motivo los policías no estaban tan cualificados como ella.
—Vuelve pronto—dijo ella—si ha sido una trampa quizás intenten algo contra ti.
—Lo tendré—tomó el rifle.
Se subió al coche y marchó hasta la zona dejando este a unos cuantos metros. Bajó y enseguida examinó la escena. Vio las marcas de freno ya secas en el barro, algo le había hecho desviarse del camino. No había piedras cerca ni tampoco en los alrededores por lo cual era demasiado raro. Podría haberse tratado de un animal, pero la lluvia ya habría borrado las huellas.
Revisó por la hierba alta que había a una distancia prudente, tenía un pequeño presentimiento y fue mirando por la tierra hasta que encontró un casquillo de bala.
—Una prueba...no creo que a esas horas haya venido alguien a cazar y por accidente disparase a Tn—susurraba mientras seguía rebuscando—seguramente se habrán llevado el resto si dispararon más veces. Volveré al coche.
Estuvo un rato mirando hasta que encontró lo que buscaba, unos pequeños agujeros en un sitio oculto y apenas visible. No cabía duda, le habían intentado asesinar.
—¿Quién habrá podido hacer algo así?—pensaba—menuda policía...no miraron detenidamente. Panda de vagos.
Un sonido la alertó y cerca suyo vio una marca en el árbol. Se agachó, alguien le había intentado matar y se ocultó entre los matorrales. Ahora sentía el corazón en un puño y le escribió a su amiga que llamase a la policía y mandase una patrulla enseguida. Se fue escondiendo por los arbustos, lo bueno de su trabajo era que su ropa conjuntaba perfectamente con la naturaleza.
—¡Joder, joder...joder!—sentía que le iban a saltar las lágrimas.
Por uno de los huecos vio a una panda de hombres armados y acercándose hasta su posición. El rifle se lo había dejado en el vehículo, se arrepintió de no haberlo tomado. Se fue alejando de la zona de la escena ya que se iban aproximando y la encontrarían. Recordó algo que siempre veía en las películas y esperaba que funcionase, rezó en todos los idiomas posibles.
Agarró una de las piedras cercanas y la arrojó lo más lejos posibles a media altura haciendo que hiciese un ruido. Vio como estos llevaron su vista hasta la zona y empezaron a correr hasta ese mismo sitio. Ella se alejaría de la zona en dirección contraria.
—¿Veis rastro de ella?—preguntó una voz grave.
—¡Nada!—contestaron uno tras otro.
La sirena se escuchó desde lejos y estos enseguida se marcharon, les tocaba retirada ante las quejas de uno de ellos.
—¡Vamos, vamos, vamos!—se marcharon y vio que desde unos escondites detrás de unos árboles que estaban lejos, salieron con sus vehículos a toda velocidad.
La policía llegó tarde pero Melisa salió y agobiada, les relató todo lo sucedido. Ahora tendrían que estar alerta. No sabían porque habían intentado matar a Tn.
Cuando llegó al refugio le contó a ellos dos lo sucedido. El joven recordó un ruido de disparo y luego otros seguidos. Pero todavía no lo recordaba del todo bien.
En ese instante el chico vio una llamada de Jenna, y le contó todo ante la preocupación de la actriz. El joven dijo que era mejor que no intentase ir al refugio, por no hablar de que deberían redoblar la seguridad en el set. No sabía que planeaban, pero a lo mejor intentaban algo contra ella por ser famosa o intentar secuestrarla...o hacerle daño para hacerle daño a él también.
—En un rato te llamo, tengo que hacer unas cosas—dijo él.
—De acuerdo, ten cuidado...—colgó y no le quedó otra que esperar.
El joven andaba con un poco de dolor de cabeza por lo sucedido tanto a él como Melisa...alguien iba detrás de ellos. Sin duda habían cometido un intento de asesinato.
Continuará...
Espero que les haya gustado.
Un saludo.
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