I

Ahí estaba de nuevo, su atractivo vecino de pie en su balcón, no sabía si quiera si llamarlo "vecino" estaba en lo correcto ya que vivían en edificios diferentes, pero si sabía algo, adoraba al chico del edificio de enfrente. Agradecía el día que Baji los convencio de mudarse a ese viejo y destartalado complejo de departamentos que estaba justamente frente a un moderno edificio en el que residía el azabache. ¿Qué si Manjirō Sano se consideraba un acosador por esperar el anochecer todas las noches para poder divisar al joven en su balcón? La respuesta era bastante variada, dependía de su estado de ánimo, si estaba en uno de esos días en los que nos despertamos morales púes si, si se sentía un acosador. Si estaba como normalmente por así decirlo, no sentía que estuviera haciendo nada malo, no era como si siguiera como un maldito psicópata al joven, solo le gustaba verlo, aveces.

Había días en los que él azabache estaba totalmente en su balcón observando la bulliciosa ciudad. Había otros en los que estaba acompañado, ya sea por un joven de cabellos negros igual que él pero con un aire y estiló totalmente diferentes. Muchas veces también estaba acompañado de un joven de mechas rubias y cabello largo. Aveces solamente jugaba con su teléfono celular y otras solo fumaba en soledad. 

¿Cómo es que el nunca notó el acoso del rubio? Simple, ese viejo edificio apenas y tenía aquello a lo que se le denominan "ventanas", Draken incluso las había descrito como un peligró por asfixia mas de una vez en las que se quejaba sobre mudarse a un mejor departamento, cosa a la que Baji y Mikey se negaron cientos de veces, claro que no por buenos motivos, Mikey deseaba seguir observando a su azabache y Baji por su lado estaba obsesionado con el dueño de la tienda de mascotas que no estaba lejos de ahí. Ambos ya se veían casados con sus crush's mientras criaban tres gatos; por su parte Draken solo los tachaba de locos.

Todo era platónico al menos hasta que un día Baji llego emocionado, dando saltitos de la felicidad.

— ¡Chifuyu me invitó a una fiesta! — Celebró.

— Bien por tí Baji. — Dijeron al unísono.

— Bueno, nos invitó, me dijo que trajera amigos, Draken puedes traer a Emma, en cuanto a Mikey solo vamos a divertirnos. — La sonrisa que adornaba no podía ser mayor, es decir ¿Quíen no se emocionaría si su amor platonico de un día para otro te invita a una fiesta?.

— ¿La fiesta es en su casa? — Cuestiono Draken, por obvias razones, había dos opciones, la primera que la fiesta fuera en la casa de ese tal "Chifuyu" y por ese motivó lo invitara, ó, la segunda que era para obligar a Baji a dejar el acoso el cual era demasiado.

— Es en su casa, mejor dicho departamento, me dijo que él y sus compañeros de cuarto hacen una fiesta cada cierto tiempo para aliviar el estrés, ¡Y esa no es la mejor parte! ¡Viven en el edificio de enfrente! — Señalo el complejo de departamentos donde por mera casualidad vivía el joven del balcón cosa que le dio la emocion y las ganas que le faltaban a Manjirō para ir a esa "fiesta".

— ¿Cuándo es? — Pregunto tratando de ocultar su emoción, cosa que fue inutil para las personas ahí presentes.

— El viernes.

Bueno, ahora el invencible Mikey tendría la pequeña posibilidad de ver al azabache de cerca, tal vez sería uno de los invitados, podrian hablar y hasta hacerse amigos. Dejó que su imaginacion volara como pocas veces lo hacía, estaba extremadamente emocionado por tener esta pequeña incluso casi inexistente posibilidad.

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