🚌 Capítulo Único 🚌
El sol se ocultaba una vez más, otro día llegaba a su fin. Para Starlight Glimmer los minutos pasaban lentamente mientras esperaba al bus que habría de recogerla. Según su reloj, llevaba apenas tres minutos en el paradero, aunque a ella le parecían tres horas. Supuso que era por su ansiedad de llegar a casa para poner fin al ordinario y aburrido día que estaba teniendo. No veía la hora de descansar un poco.
Pero con lo que no contaba es que aún podía ocurrir algo interesante e inesperado para alegrarle el día. Como por ejemplo, no sé, ¿un nuevo amor adolescente?
Un bus que se acercaba disminuyendo su velocidad poco a poco llamó la atención de Starlight. Para su buena suerte, era precisamente el que debía tomar, el que la dejaría bastante cerca de su hogar. Así que en cuanto paró y hubieron bajado algunas personas, se subió a él. Estando dentro, observó que quedaban un par de asientos vacíos, justo para ella. Escogió sentarse en el que estaba junto a la ventana, como siempre hacía cada vez que podía. Mientras el bus reiniciaba la marcha se dirigió a los asientos sujetándose con firmeza de los pasamanos, para mantener el equilibrio y no terminar cayendo sobre alguien.
En el paradero siguiente un buen número de personas subieron al vehículo. Starlight no les prestó atención alguna, salvo a cierto chico que captó su atención desde el primer instante.
Era alto, delgado y usaba unos grandes lentes. Tras éstos, se encontraban unos ojos azules de tímido mirar. Su cabello anaranjado y algo despeinado cubría ligeramente su rostro. Starlight no pudo evitar morderse el labio mientras lo observaba. Sí que era atractivo. De tan solo verlo sintió todo su rostro arder, como si de fuego se tratase.
« ¿Qué te pasa, Starlight? Es sólo un chico. No es la primera vez que te topas con uno en el bus. Solo es un chico. » trató de recuperar la compostura y desvió la mirada hacia la calle.
Mas de inmediato otro pensamiento vino a su mente:
« Pero sí es la primera vez que me topo con un chico así de... apuesto. »
Se arrepintió de haber dejado de mirarlo, y se volvió para ver en dónde estaba.
Lo que no se esperaba ni en sueños, es que lo encontraría muy cerca a ella. Sentado a su izquierda, para ser exactos.
El susto que se dio fue tal que casi se disloca el cuello al girar su cabeza con brusquedad, para no cruzar la mirada con él. Aunque no podía evitar seguir mirándolo de reojo.
¿Cuál sería su nombre? ¿Qué edad tendría? Eran algunas de las preguntas que rondaban la mente de Starlight. Si algo no debía preguntarse es de dónde venía, pues bajo la especie de capa de mago que traía puesta, podía verse el uniforme de Crystal Prep, una escuela de alto nivel académico, y también de altas mensualidades. El joven habría de ser muy adinerado, o muy inteligente para estudiar ahí. O, tal vez era adinerado e inteligente al mismo tiempo. Lo cual junto a su atractivo físico, lo convertiría en el chico perfecto, según Starlight. Sintió su rostro arder nuevamente. Mientras que por otro lado, el joven no parecía darse cuenta de ello. Toda su atención estaba centrada en el libro que acababa de abrir en frente suyo. Sus pupilas recorrían poco a poco cada párrafo, no lo incomodaban los baches ni las repentinas frenadas, tampoco el bullicio que se filtraba de la calle. Se le veía tan apacible concentrado de tal forma, e incluso algo tierno.
Un poco de brisa entró a través de la ventanilla abierta despeinando a ambos y amenazando con voltear las páginas del libro, y distraer al chico de su lectura. Eso no era algo que Starlight estuviera dispuesta a permitir.
« La amistad se trata de preocuparse por los demás, ¿verdad? Twilight dijo así en la mañana. Y como buena persona que ahora eres, vas a cerrarle la ventana... Vamos Starlight, tú puedes, solo cierra la ventana... »
Hizo tal como se lo propuso. Sujetó la manija, y empujó hacia adelante. Mas la ventana no se movió ni un milímetro. A lo mejor hacía falta más fuerza. Intentó otra vez, y fue en vano como al inicio. Fue aumentando su fuerza gradualmente, ¡pero no se podía! ¡La ventana estaba totalmente trancada! Fue entonces cuando el chico se percató de sus esfuerzos y decidió ayudarla.
Starlight vio cómo el joven estiraba el brazo y tomó la manija, tal como ella lo había hecho. Empujó con una mano, y después con las dos, pero la bendita ventana no quería cerrarse. El chico, muriendo de la vergüenza, ya no sabía qué más hacer. A Starlight se le hizo cómico ver esto y dejó escapar una risita, detalle que no pasó desapercibido.
—No te rías.
Starlight, enternecida por su actitud, pero también sorprendida por su agradable tono de voz, dejó de reírse.
—Perdón.
Entonces unió sus fuerzas a las del chico, y juntos, dieron un último empujón que cerró la ventana de golpe.
Esa voz, tan dulce pero a la vez varonil, grave pero por momentos aguda, era la voz más hermosa que Starlight jamás había oído.
« ¿En este chico todo es bonito o qué? La cara bonita, los ojos bonitos, el pelo bonito, la capa bonita, la voz bonita... Todo es hermoso en él. »
Decidió no pensar tanto y hablarle. Sonaba emocionante, pero también aterrador. Y sobre todo para Starlight. El hecho de conversar con alguien al azar, con intenciones de empezar una amistad, era algo complicado, pero también importante y necesario. No se podía aprender de amistad solo estudiando libros, ¿verdad? Tenía que hacer algunos amigos.
Y además, perder cobardemente la oportunidad de hablarle a este chico, sería algo de lo que se lamentaría toda la vida.
Se aclaró entonces la garganta, puso en su rostro la sonrisa más amigable que pudo y se atrevió...
—¿Qué lees?
Los dos segundos que el chico tardó en cerrar su libro, acomodarse los lentes y levantar la mirada fueron eternos para ella.
—La Vida y Obra de Starswirl el Barbado, volumen IV —respondió con una sonrisa.
—¡Vaya! —se sorprendió.
Sin duda la mención de un libro que ella deseaba leer hizo que superara los nervios. Se atrevió a hablarle otra vez.
—Si no te molesta mi curiosidad, ¿dónde fue que conseguiste un volumen IV de ese libro?
—Ah, es de la biblioteca personal de la directora. Ella sabe cuánto me gusta leer, y que ya me leí casi todos los libros de la biblioteca. Así que me lo prestó por algunos días.
—Vaya, eres muy afortunado. No es cosa fácil encontrar un volumen IV de La Vida de Starswirl —dijo Starlight haciendo memoria de todo lo que tuvo que hacer una vez para tener en sus manos ese dichoso libro.
—Lo sé. Es casi tan difícil como encontrar a alguien a quien le interese Starswirl.
—A pesar de que es un gran genio.
—El Mejor Genio de toda la historia, diría yo —añadió el chico con énfasis.
—¡Concuerdo! Nuestras vidas serían muy diferentes sin sus inventos. Hasta se cree que descubrió la forma de viajar en el tiempo.
—Sí —se inclinó un poco más hacia Starlight, como si fuera a decirle algo confidencial—. Sabes, esto puede sonar tonto, pero yo creo que es cierto.
La peli-morada sonrió, y sin pensarlo mucho respondió.
—Yo también.
El joven le sonrió de vuelta. ¿Acaso pensaba lo mismo que Starlight? ¿Que la persona que tenían al lado era con quien tenían más cosas en común en el mundo?
Ante tal sonrisa y tal mirada del joven, Starlight tuvo que desviar la mirada, de lo contrario terminaría sonrojándose. Y eso era lo último que quería, estaba conversando con él muy bien hasta ahora, bastante tranquila y sin decir alguna estupidez debido a los nervios.
Al girar la cabeza se encontró con la ventana. Vio la calle, y eso le hizo recordar muchas cosas. Recordó que regresaba a casa de la escuela. Recordó que estaba en el bus y que ese gran letrero que decía "Estación La Villa" le indicaba que había llegado a su destino. Estaría feliz de ver eso, si esta fuera una ocasión normal. Pero, por desgracia, esto no se trataba de una ocasión normal.
—Oh, creo que mi paradero es este —murmuró apenada— ¿Me das permiso?
El peli-naranja se puso de pie. También estaba apenado, o eso le pareció ver. Starlight inhaló profundamente al pasar cerca suyo, para capturar su olor como último recuerdo de él. Como último recuerdo de este maravilloso chico. Y, de paso notó un broche en su capa, elegante aunque también modesto, en cuyo fondo dorado resaltaban en azul el emblema de Crystal Prep, y un nombre, que era el nombre del chico sin lugar a dudas: Sunburst Flare.
Bajó del bus repitiéndose varias veces ese nombre, deseando que se grabe para siempre en su memoria. Estando ya en la acera a unos pocos metros de su casa, lo seguía repitiendo.
« Sunburst Flare... Hasta su nombre es lindo. » dijo para sí misma.
No pudo evitar hacer un repaso mental de lo que habían hablado. Se le hacía difícil creer que se había comportado de forma racional la mayor parte del tiempo, sin entrar en crisis o decir alguna tontería. Había sido una conversación normal, casual, pero muy especial al mismo tiempo. Una conversación que Starlight recordaría sin duda, y esperaba que él también.
—Bueno —empezó a decir en voz alta lo que su corazón anhelaba en esos momentos—, espero volverme a encontrar contigo, Sunburst.
Sonrió y continuó el camino hacia su hogar, mientras el sol daba su último resplandor del día.
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¡Hola! Si has terminado de leer este pequeño relato, te lo agradezco mucho <3 he puesto bastante esfuerzo para que este one-shot quede bien.
Quiero dedicar esto a mi amiga I_Am_Alien25Erosed porque prácticamente ella me dio la idea para este relato.
Bueno, eso es todo por ahora, nos vemos en otra oportunidad ^^
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