28
Moriré en algún momento. No he dormido nada así que parezco un zombie, no quiero ni imaginar cómo estará Ashton dándole clases a adolescente sin haber dormido.
Lo bueno de la noche es que se fue con una cara limpia de impurezas y suave, además de un cabello más brillante gracias a las mascarillas que hicimos. Lo malo es que no hicimos ni para bolsas y ojeras.
—Chica. —Me llaman.
—¿Qué quieres? —Pregunto brusca.
Recuerdo donde estoy así que sonrío intentado remediar mi brusco tono.
—¿Dónde está la otra chica? La que me atendía. —Pregunta. Miro para todos lados y en efecto mi compañera no está.
Busco a la chica y la encuentro.
—Busquense un cuarto. —Digo volteando apenas veo a las dos chicas besándose y tocándose en la bodega. —La clienta que atendías te espera.
Salgo de ahí rápidamente y vuelvo a mi cara aburrida.
Llego a mi departamento y lo primero que hago es tirarme en el sofá, tengo mucho sueño y estoy muy cansada.
Suena el timbre, miro hacia la puerta con pereza de levantarme.
—¡¿Quien eres?! —Pregunto en un grito.
—¡Ashton!
—¡Pasa!
La puerta se abre y el chico entra al igual que yo, con pereza y se tira encima de mi.
—Quita que pesas. —Pido moviéndome cual gusano para lado y lado para tirarlo.
—No hagas eso loca. —Dice y se levanta. —Estoy cansado, no me agradan los adolescentes.
—Tu querías el trabajo.
—Me gusta el trabajo, no me gustan esos chicos. —Se encoge de hombros y suelta un bufido.
—¿No tienes casa?
—Auch. —Pone su mano en su pecho y me mira con un tierno puchero. —¿Cuando dejaste de amarme?
—¿Te amaba? —Pregunto confundida y él ríe.
—Sabes que me quieres.
—Quizás un poquito si.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top