El viernes llegó más rápido de lo que Jeongin se hubiera imaginado.

Chan le dijo que pasaría por él a las 4:00 pm, el menor le preguntó qué harían, pero Chan no le quiso decir.

Ya eran las 3:00 pm, Jeongin recién había regresado de la escuela. Pensó en comer algo ligero por si acaso y después se dio una ducha para estar listo a tiempo.

Si alguien le preguntaba, estaba demasiado nervioso. En el pasado, había tenido pocas relaciones, lo cual implicaba pocas citas; lo peor era que parecía como si tuviese una maldición porque siempre pasaba algo malo en ellas. No quería que eso pasara en esta ocasión. Chan era especial y no quería arruinar las cosas.

Cuando por fin dieron las 4:00 Chan apareció puntualmente frente a la puerta de Jeongin.

Se veía muy guapo en la opinión de Yang. Y claramente, a los ojos de Chan, Jeongin era el ser más hermoso de todo el universo.

—¿Vamos? —preguntó el mayor con una sonrisa.

—Sí, claro —contestó el otro de igual manera.

Fueron a comer a un restaurante, después al cine y luego a un parque de diversiones. Según Chan, todo había sido muy cliché, pero para su joven vecino había sido la mejor cita de su vida.