Nuevamente, por la tarde, Jeongin salió a caminar un rato al parque que estaba a unas dos cuadras del edificio en donde vivía.

Al regresar, mientras caminaba por el pasillo para llegar a su apartamento, escuchó que alguien mencionó su nombre. Sabía perfectamente quien era.

Han Jisung.

Siempre estaba coqueteando con Yang. Era alguien bastante irritante a su parecer.

—¿Qué tal, In? —saludó desde el marco de su puerta con esa irritante y horrible sonrisa para Jeongin.

—Muy bien, gracias —respondió para seguir su camino, más como siempre, el idiota de Han se acercó a él impidiéndolo.

—¿A dónde vas? Te estuve esperando.

—Tengo cosas que hacer, Jisung.

En ese momento las puertas del ascensor se abrieron, dejando ver la imagen de la persona más hermosa a los ojos de Jeongin.

Bang Chan.

El joven saludó a sus vecinos para entrar a su apartamento. El número 512.

Jeongin logró deshacerse de Jisung y entró a su hogar con el corazón agitado. Sabía que el causante era su lindo vecino. No podía evitar sentirse así cuando lo veía.

Nunca habían hablado, lo mucho que hacían era intercambiar sonrisas y tímidos "hola" cuando se encontraban.

Nuevamente, Jeongin tomaba una pluma y una hoja para escribir otra de sus cursis cartas para su amor platónico. Tenía un montón de cartas para su lindo vecino, pero nunca se había atrevido a entregárselas.

"Por cobarde."

Las palabras de Seungmin sonaban alrededor de su cabeza.

Como todas las noches, al dormir, se encontró con su encantador vecino en sus sueños donde podían ser algo más que simples vecinos que se saludaban al salir de sus casas.