➳ Vigésimo octavo capítulo
[Dedicado a DiDi4C]
Un gemido de dolor salió de los labios del pelirubio, quien ya tenía algunas lágrimas recorriendo sus mejillas.
— Lo siento, TaeHyung. — susurró HoSeok, deteniéndose por un momento al sentir el temblor en el cuerpo del doncel. — S-si quieres, po-
— No. — dijo entre lágrimas. — continua por favor. — la firmeza en su voz era algo admirable, pues a pesar de que solo se tratara de agua, igualmente seguía ardiendo, especialmente porque las heridas aún se encontraban abiertas.
Hoseok suspiró hondo y lavando nuevamente el trozo de tela en las aguas del riachuelo continuó con su labor. Taehyung se estremeció al sentir nuevamente la humedad rozar sus heridas, pero trató de ser fuerte y permanecer en silencio, a pesar de que sus lágrimas cayeran por sus mejillas sin descanso.
— C-creo ya está listo. — susurró no muy convencido de sus palabras, pues a pesar de querer ayudar a TaeHyung, también sentía algo de pena por estar haciéndolo sufrir de una manera muy dolorosa.
Taehyung asintió, sintiendo posteriormente como la camisa, que HoSeok le había entregado el día anterior, era bajada por completo y cubría su espalda del frío de la mañana.
— Gracias. — susurró el doncel, sin tener muchas ganas de voltear y ver a HoSeok. Realmente no quería ver la expresión de tristeza del pelinegro, pues aunque el día anterior su encuentro tuvo un desenlace muy sorpresivo y alegre, eso no le quitaba el trágico inicio.
Hoseok no quiso presionar al doncel, como le había aconsejado JiHong, por lo que continuó lavando el trozo de tela, un tanto manchado de sangre, hasta que quedó medianamente limpio.
— T-Taehyung... — lo llamó después de unos largos minutos, en donde se debatió mentalmente si hablar o no. No quería parecer inoportuno, pero realmente quería hablar sobre el tema con el doncel. — Y-yo... yo quería saber si el beso que nos dimos ayer significó algo para ti. — trató de sonar muy firme en sus palabras y de no ponerse nervioso, aunque muy en el fondo sí lo estuviera. Temía que el pelirubio le dijera que solo fue un impulso o en el peor de los casos que fingiera que jamás ocurrió algo entre ellos.
Taehyung no se movió de la posición en la que se encontraba y en esta ocasión no fue porque no quisiera darle la cara a HoSeok, sino porque todo su rostro se calentó al recordar aquel suceso y la vergüenza lo embargó. Por un momento pensó que el pelinegro le reclamaría por el beso o que le diría que todo fue un error. Sin embargo, todos esos pensamientos negativos se fueron tan rápido como vinieron cuando HoSeok volvió a hablar.
— Porque para mí sí tuvieron mucho significado. Taehyung, t-tú me gustas y mucho. — aunque HoSeok haya hablado en un tono muy bajito, eso no impidió que el doncel lo escuchara perfectamente.
Taehyung realmente estaba sorprendido de oírlo y sobre todo, de sentir nuevamente como su corazón latía con fuerza.
— T-tal vez, solo confundí algunas cosas o posiblemente tú ni siquiera sientas lo mismo que yo siento y sentí al conocerte, pero... pero yo trataré de ganarme tu corazón, lo haré porque realmente me importas y estoy dispuesto a cualquier cosa con tal de tenerte a mi lado-
— No. — la voz del doncel se hizo escuchar fuerte y claro, deteniendo a su vez la confesión del príncipe. Hoseok de inmediato pensó lo peor, tomando en cuenta su idea anterior, en la que el doncel solo lo besó por impulso o tal vez, solo por agradecimiento. — No es necesario que te ganes mi corazón. — volvió a hablar el pelirubio.
El príncipe bajó la mirada, apretando con algo de fuerza el trozo de tela que tenía en manos y maldiciendo su tonta idea de declararse aquel día y sobre todo, de arruinar la bella amistad que había forjado al lado del doncel. Estuvo tan ensimismado en sus pensamientos y en insultarse, que al sentir unas manos, un tanto frías, en sus mejillas se asustó y alejó, recibiendo una risita en respuesta.
Taehyung rio por un momento, hasta que nuevamente se acercó a HoSeok y tomó sus mejillas entre sus manos. — No es necesario que te esfuerces para conquistarme, HoSeok, porque tú también me gustas. Yo te quiero y lo único que deseo es tenerte a mi lado. — y acercándose lentamente, unió sus labios a los del contrario.
Hoseok mantuvo los ojos abiertos por unos segundos, en los que aún procesaba la información que se le fue entregada, para luego cerrarlos y disfrutar del suave y tierno beso que se le fue entregado. Ambos movían sus labios torpemente, pero ninguno lo sabía, pues no solo estaban aprendiendo a amar, sino que también todo lo que esto implicaba, y no podían estar más felices de hacerlo al lado del otro.
Taehyung fue el que se separó, manteniendo una sonrisa en su rostro. Hoseok sonrió por igual y sin pensarlo dos veces volvió a juntar sus labios con los del doncel.
Los besos comenzaron a volverse más comunes entre ellos a medida que el tiempo transcurría, al igual que los te quiero y en algunas ocasiones y de parte de HoSeok, los te amo. Taehyung se sonrojaba al escuchar los apodos cariñosos y en muchas oportunidades, después de los besos. Estaban muy sumergidos en su mundo que ninguno quería darse cuenta de que el tiempo les estaba jugando en contra.
— Es la séptima camisa de caza del príncipe que se encuentra rota de la parte inferior, mi reina, sin contar que una de ellas ha desaparecido. — informó JiEun, viendo las camisas que había hurtado de la habitación del príncipe.
La reina miró todas las prendas y colocándose de pie, se dirigió hacia estas, tomando una de ellas e inspeccionándola hasta llegar a la zona rasgada.
— ¿Estás segura de que una de sus camisas de caza ha desaparecido? — preguntó la reina, arrojando la camisa al suelo.
— Sí, mi reina, las sirvientas encargadas del lavado de sus prendas me informaron que el príncipe tiene en total treinta camisas para salir de caza y ahora solo tiene veintinueve, tomando en cuenta las que están dañadas.
— ¿Lo han buscado por todo el reino? ¿No está entre las prendas del rey?
La doncella negó. — el rey hace mucho que no sale de caza, además el personal que se encarga del lavado de prendas del rey es un grupo diferente al personal encargado de la vestimenta del príncipe.
La reina asintió, confiando plenamente en las palabras de su doncella, pues ella, mejor que nadie, sabía cómo estaba dividida la servidumbre en el palacio.
— ¿Algo más que agregar, JiEun?
— Sí, mi reina. Esto lo escuché hace unas semanas atrás entre la servidumbre, pensé que no era cierto, hasta que me encontré con la sorpresiva desaparición de una de las prendas del príncipe.
— ¿De qué estás hablando? — preguntó la mujer, un poco más interesada en los palabras de su doncella. Jamás había hecho caso a los rumores de la servidumbre, la mayoría de veces era mentira, pero si su fiel doncella se lo decía era claramente porque algo sucedía y algo muy malo.
— Algunas mujeres de la servidumbre comentaron hace unas semanas atrás que el joven príncipe llegó medio desnudo de una de sus tantas salidas. El consejero Kang lo cubría con una capa, pero definitivamente estaba sin camisa y aunque trataron de pasar desapercibidos, no lo lograron. Lo que trato de decir, mi reina, es que el joven príncipe perdió su camisa en una de esas tantas salidas o posiblemente...
— ¡Cállate! — el grito de la reina silenció la supocision de su doncella. — Ni te atrevas a decirlo, porque te juro que te mandaré a cortar la lengua, JiEun.
La doncella asintió, haciendo varias reverencias a modo de disculpas.
— Ni pienses que me quitarás mi trono, pequeño mocoso, ni lo pienses. — susurró la reina, ignorando por completo las disculpas de su doncella.
El correr del tiempo les va a jugar en contra a HoSeok y a TaeHyung. Es lo único que diré, bebés.
Espero que les haya gustado el capítulo. ♥
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top