➳ Quincuagésimo octavo capítulo [Final PT.1]
— No pienso permitir que le hagas eso a nuestro hijo, NamJoon.
— SeokJin es la única opción que-
— No me digas que es la única opción que tenemos, porque ya te hablé sobre mi idea, que a decir verdad, sigue siendo mejor que la tuya. — el tono de voz de SeokJin era cada vez más fuerte y tal vez fue eso lo que terminó por despertar a TaeHyung, quien caminaba a pasos sigilosos hacia el comedor, en donde se encontraban "sus padres" discutiendo.
— Tu opción no es viable, SeokJin. Tanto JiMin como TaeHyung merecen saber la verdad y estar al lado del príncipe HoSeok.
— JiMin es un bebé, ni siquiera recordará todo lo que está pasando, mucho menos sabrá que tiene padre.
— ¡No le puedes negar la verdad a tu nieto! — el grito de NamJoon lo puso al corriente de todo lo que ocurría en aquel comedor.
Taehyung se había despertado aquella mañana por JiMin, su hijo había adaptado la mala costumbre de comer a las cinco de la mañana y siempre despertaba a esa hora en busca de su leche tibia; el doncel ya sabía prácticamente todo sobre su bebé, incluso los horarios en los que comía, dormía o hacia del baño, por lo que también se había acostumbrado a abrir sus ojos a esa hora de la mañana e ir a calentar la leche para JiMin. Tal fue la razón por la que se levantó y encaminó hacia la cocina. Sin embargo, al escuchar los murmullos/gritos que venían del comedor se desvió y caminó hacia la estancia. No quería parecer un entrometido, pero la curiosidad le ganaba, especialmente al darse cuenta que él era el centro de la conversación.
— No le estaré negando nada a JiMin. — susurró SeokJin, después de un largo silencio.
— Lo estarás haciendo al no permitir que JiMin conozca a su padre y sobre todo, también le estarás mintiendo a nuestro hijo.
Taehyung no sabía exactamente cuál era la razón por la que sus supuestos padres discutían, pero en cuanto mencionaron al padre de JiMin, es decir, a HoSeok, supo a qué se referían, así que llenándose de valor, se adentró al comedor, llamando la atención de los dos presentes.
— No le quiero mentir a mi hijo. JiMin merece saber quién es su padre. — aseguró el doncel ante la mirada atenta de sus padres, quienes parecían estar sorprendidos por su presencia.
— TaeHyung, sé que quieres lo-
— No, déjame terminar. — TaeHyung lo interrumpió, importándole muy poco que SeokJin sea su madre o una persona mayor que él. El doncel ya no se iba a quedar callado y tampoco iba a ser manipulado por nadie, ni siquiera por sus padres. Quería tomar sus propias decisiones y esas incluían, momentáneamente, las de su hijo también. — Mi idea original era buscar a HoSeok y decirle que teníamos un bebé, contarle todo lo que vivía en esa casa y finalmente pedirle ayuda para encontrar a nuestro hijo. Aunque ya haya encontrado a JiMin eso no quiere decir que mi idea no siga en pie... Quiero que mi hijo sepa la verdad de quien es su padre y viceversa. Hoseok tiene el derecho a conocer a JiMin y eso no cambiará aunque esté a punto de casarse.
NamJoon fue el más sorprendido al escuchar a su pequeño hablar sobre la boda del príncipe HoSeok, pues suponía que su hijo no estaba al tanto de lo que ocurría dentro del reino o del palacio.
— Pero TaeHyung, él te abandonó... — le contradijo SeokJin. — además con nosotros a tu lado es suficiente. Tú y JiMin solo necesitan apoyo y amor, algo que nosotros estamos dispuesto a brindarte.
Taehyung bajó la mirada, sin saber si el dolor en su pecho era ocasionado por las palabras de SeokJin, que aseguraban que HoSeok lo había abandonado, o porque muy en el fondo aún no se hacía la idea de que su amado se iba a casar.
— No seas duro con él, SeokJin. — lo defendió NamJoon al ver que efectivamente le había hecho daño a su hijo.
— No soy duro con él, Nam, soy realista y creo que tú también deberías comenzar a serlo, porque el único que le va a hacer daño a nuestro hijo al llevarlo a esa boda serás tú. — estaba más que claro que el doncel pelicastaño estaba enojado, por lo que NamJoon prefirió ignorarlo y dirigirse esta vez a su hijo.
— TaeHyung, sé que esto será muy vergonzoso para ti, pero es lo mejor para JiMin. — SeokJin rodó los ojos al instante, para luego ver con odio a su esposo. NamJoon era demasiado terco. — Tienes que ir conmigo a la boda de HoSeok y decirle toda la verdad delante del rey y de todos los presentes. Llevaremos a JiMin y solo de esa manera él no podrá desentenderse.
— ¡Ya basta, Nam! Lo estás agobiando, él no quie-
— Lo haré. — y la afirmación de TaeHyung interrumpió a SeokJin, quien había quedado atónito ante la respuesta de su hijo.
NamJoon sonrió e importándole poco, abrazó a su hijo, quien no reaccionó al principio, pero que terminó correspondiendo poco después.
HoSeok veía a todos los invitados sin poder creer que tanta gente decidiera perder parte de su tiempo al asistir a una boda de la que ni siquiera conocían a los novios. Estuvo a punto de reír sino fuera por la mirada que le dedicaron sus padres, esa mirada que decía más que mil palabras y entre ellas, la que más resaltaba era: compórtate como el príncipe que eres. Odiaba ser príncipe, odiaba tener reglas que seguir y deberes que cumplir, al igual que odiaba estar de pie en el altar, esperando por SeolHyun. Odiaba ese día, pero sabía que lo iba a recordar por el resto de sus días, pues no cualquiera olvidaría el día que le arruinaron la vida.
Soltando un suspiro y tratando de mantener esa seriedad, que caracterizaba a un príncipe y futuro gobernador, dirigió su vista hacia la entrada del salón, en donde se encontraba SeolHyun. ¡Por fin había llegado!
La jovencita caminó lentamente por el largo pasillo, siendo admirada por todos los presentes, que con una sonrisa, parecían decirle que ella se veía perfecta. Sin embargo, SeolHyun sabía que todas esas sonrisas eran falsas, al igual que toda esa boda.
Al llegar delante del príncipe, este le extendió su mano, esperando pacientemente a que la joven la tomara, pues ese era el inicio de un tonto rito de matrimonio que seguían en el reino. Una vez que SeolHyun aceptara tomar la mano del príncipe daría inicio oficialmente a la boda y luego de escuchar al rey, y recibir su bendición, tomarían las copas de vino y sellarían el matrimonio agradeciendo al rey por aceptarlos como pareja. Los matrimonios no eran tan extensos, pero la coronación sí que lo sería y eso agobiaba aún más a HoSeok, quien seguía esperando a que SeolHyun tomara su mano.
La joven miró a todos lados, como esperando a que alguien se opusiera y tras ver que todos estaban expectantes a lo que hiciera, tomó finalmente la mano del príncipe. Hoseok le sonrió, pero sabía que esa sonrisa solo era por amabilidad y no por gusto.
Una vez que se posicionaron delante del rey e hicieron una reverencia, dieron pase a la ceremonia. El rey sonrió, orgulloso de lo bien que se estaba comportando su hijo, y estuvo a punto de proseguir, cuando un grito, ya conocido para él, se hizo escuchar por el gran salón.
Todo el pueblo estaba invitado a la boda, pues todo el reino tenía que estar presente durante la coronación, por lo que el pase al palacio era libre en aquel día en particular. El rey estaba bien con eso, pues era una tradición muy respetada, sin embargo, jamás imaginó que eso ocasionaría un escándalo.
En la puerta del salón se encontraba NamJoon junto a SeokJin, este con pocas ganas y ansias de estar ahí, y justo detrás de ellos estaba TaeHyung con JiMin en brazos.
— ¡No voy a permitir que su hijo se case después de haber deshonrado al mío! — no solo el grito llamó la atención de todos los presentes, también sus palabras. Absolutamente todos voltearon a verlos y comenzaron a cuchichear entre ellos.
Hoseok volteó apenas escuchó todo el alboroto y al hacerlo se arrepintió, pues lo que menos imaginó que ocurriría en aquel día estaba ocurriendo: TaeHyung estaba ahí, a pocos pasos de él y a la vez tan lejos.
NamJoon se acercó con toda la confianza del mundo, siendo seguido por un temeroso TaeHyung y un enojado SeokJin, hasta que estuvo al frente de HoSeok y SeolHyun. La jovencita le sonrió al doncel, este apenas correspondió el gesto, pues la mirada que el príncipe le dedicaba no le inspiraba confianza, al contrario, lo atemorizaba aun más.
El corazón de HoSeok estaba divido, por una parte estaba feliz de ver, después de tanto tiempo, a TaeHyung, pero por otra parte estaba enojado, y lo demostraba al tener el ceño fruncido, pues el doncel no tenía ningún derecho a impedir su boda, menos después de haberlo engañado y tener el fruto, tal y como le aseguró su madre, de su traición en los brazos.
— ¿Qué hace aquí y por qué interrumpe de esa manera la boda de mi hijo? Entiendo que esté desesperado por hablar conmigo, pero no permitiré está osadía-
— El que no permitirá tal osadía de su hijo seré yo. — interrumpió NamJoon, importándole muy poco estar hablando con un rey.
— ¿De qué rayos está hablando? — y ahora el enojado también era el rey. No iba a permitir que irrumpieran en la boda de su hijo y además le faltaran el respeto.
— Su hijo mantuvo una relación con mi hijo y lo deshonró al embarazarlo antes del matrimonio. — NamJoon no dudó en ir de frente al grano, pues lo que menos quería era darle vueltas al asunto.
El rey no fue el único sorprendido, también todos los invitados e incluso el mismo HoSeok, quien de inmediato dirigió su vista hacia las mantas que cubrían al bebé que TaeHyung tenía en brazos. Todos quedaron atónitos, todos menos la reina y la señora Shin, quienes veían con odio al doncel.
La reina no dudó ni un segundo en mirar a la señora Shin, pidiéndole una explicación, pero esta en vez de darle la cara, la volteó y fingió estar concentrada en todo el asunto.
— ¿E-está tratándome de decir que ese bebé es mío? — preguntó un temeroso HoSeok, observando a TaeHyung, quien apartó la mirada al instante. — ¿Eso es cierto, TaeHyung? — preguntó, sin embargo el doncel no le dio una repsuesta. — ¡Contéstame! — exigió el príncipe, quien tenía toda la intención de ir hacia el pelirubio y obligarlo a darle la cara.
— ¡No permitiré que le hables de esa manera a mi hijo! — SeokJin no dudó en defender a su hijo y colocarse delante de este para que HoSeok no le hiciera nada.
— ¿Es eso cierto, HoSeok? — preguntó esta vez el rey, llamando la atención del príncipe.
Hoseok estaba a punto de decir que sí, que había mantenido una relación con TaeHyung, pero que no sabía sobre el bebé. Sin embargo, la reina fue más rápida.
— Está claro que no, su majestad. — aseguró la reina. — Tan solo mire al doncel, es obvio que quiere tenderle una trampa a nuestro hijo para quedarse con sus riquezas.
— ¡No voy a permitir que hable de esa manera de mi hijo! — SeokJin estuvo a punto de ir hacia la reina y callarla de un golpe, pero los guardias se lo impidieron. — ¡Mi hijo no es ningún interesado!
— Tan solo mire lo salvajes que son. — volvió a hablar la reina, señalando despectivamente a SeokJin.
— ¡Eres una maldita! — gritó el doncel pelicastaño apenas la reina terminó de hablar.
El rey negó ante la escena que estaban montando y esta vez mirando a su hijo le pidió explicaciones.
— Dime la verdad, HoSeok, ¿Es cierto que ese bebé es tuyo?
El príncipe miró a TaeHyung y aunque quiso decir que sí, terminó recordando todo lo dicho por su madre y negó.
— No, no lo es.
NamJoon se le fue encima.
Tardé mucho en subir este capítulo, pero es porque estaba terminando los otros dos.
Nos vemos ♥
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