➳ Quincuagésimo capítulo
Advertencia: Se narra un parto natural, así que si no quieres leerlo (para evitarte traumas), ve hasta el medio de la historia y luego al final. ♥
— ¿Crees que mamá nos castigará si escuchamos como insulta a TaeHyung? — preguntó Samantha, viendo a su melliza, quien estaba igual de curiosa por saber lo que ocurría entre su madre y el sirviente.
SeolHyun, quien hasta ese momento había permanecido de pie en el mismo lugar, comenzó a sentir temor por lo que su madre podría hacerle a TaeHyung. No tenía idea de lo que en verdad ocurría, pero sabía que nada bueno podría salir si es que intentaba averiguarlo.
— Yo iré. — se apresuró a decir SunMi, colocándose de pie con la intención de salir del salón y espiar a su madre. Sin embargo, SeolHyun la detuvo, sujetándola de la muñeca.
— Ni te atrevas a salir de esta habitación, porque te juro que soy capaz de decirle a nuestra madre que sus dos hijas favoritas andan escuchando conversaciones ajenas. — la firmeza y seriedad en la voz de SeolHyun fue algo que atemorizó a las mellizas, pues siempre habían catalogado a su hermana mayor como alguien muy pacífica y sin carácter... hasta ese momento.
SunMi frunció su ceño y a regañadientes se soltó del agarre de su hermana y regresó al mueble en donde estaba sentada su melliza.
Cuando los minutos comenzaron a pasar y no había rastro de su madre, SeolHyun decidió salir y dirigirse hacia la cocina. No quería pensar lo peor, pero al dar unos cuántos pasos y encontrar a su madre de pie, sin hacer nada más que mirar, delante de un TaeHyung totalmente adolorido y pidiendo ayuda, supo que la mujer que le había dado la vida no era nada más que una persona llena de maldad.
Apresurando su paso llegó al doncel, quien no hacía nada más que llorar y sujetar con fuerza su bajo vientre. SeolHyun lo supo de inmediato. Taehyung había entrado en labor de parto y su madre no hacía nada más que ser testigo de su sufrimiento.
— ¡Llama a la partera! — exigió la joven, arrodillándose al lado del doncel. — ¡Mamá, tienes que llamarla! — le gritó en esta ocasión, queriendo creer que tal vez su madre solo se encontraba algo sorprendida. — Mamá, ha entrado en l-labor, tienes que-
— ¡Sé lo que tengo que hacer! — gritó en respuesta su madre. — pero no pienso hacerlo. — SeolHyun abrió sus ojos en par, aunque no estuviera sorprendida por la respuesta de su madre. — ese niño no debe nacer y tampoco pienso pagar por los errores de un doncel estúpido, que se dejó engañar y embarazar.
— P-pero... necesita ayuda, mamá. N-no va a lograrlo solo. — susurró lo último, mirando al doncel, que cada vez parecía sentir más dolor.
— Ayúdame a llevarlo al ático. — fue la respuesta de la señora Shin. SeolHyun la miró con total enojo, negándose a la orden. — Si no me ayudas a llevarlo al ático lo obligaré a dar a luz en la calle, así que mejor levántate de una buena vez y ayúdame a alzarlo.
La señora Shin fue muy clara y fría al momento de hablar. SeolHyun la desconocía por completo, pues jamás imaginó que su madre llegara a ser tan cruel, incluso con un bebé que no tenía la culpa de nada.
Con mucho cuidado y lentitud levantaron a TaeHyung y subieron las escaleras, aunque el doncel se negara a hacerlo. SeolHyun no quería hacerle eso al doncel, sabía que nadie merecía ese trato, ni siquiera los animales. Sin embargo, ahí estaba, ayudando a su madre en su desalmado plan.
Al llegar al ático, la señora Shin empujó al pelirubio, quien apenas pudo apoyarse en SeolHyun antes de caer al frío y duro suelo.
— ¿Vas a llamar a la partera? — se atrevió a preguntar de nuevo la joven, recibiendo una negativa de su madre.
— Tú lo ayudarás. — dijo luego de un largo silencio.
— P-pero yo no sé nada de recibir bebés. — contestó de inmediato, negándose a hacerlo.
— Tú quieres que ese bebé nazca, ¿No es así? Pues tú tendrás que recibirlo.
Nunca antes había odiado y repudiado tanto a una persona, pero en esos momentos podía sentir un gran rencor crecer dentro de ella, que era dirigido hacia su madre. La señora Shin se marchó del ático una vez que no recibió respuesta de su hija, sabiendo muy en el fondo que la joven haría hasta lo imposible con tal de atender el parto de TaeHyung.
Una vez que su madre salió del ático, SeolHyun trató de enfocarse en el doncel, quien se retorcía del dolor. — Muy bien... — soltó un suspiro hondo y prosiguió a tomar entre sus manos el rostro del doncel. — Escúchame, TaeHyung, haré hasta lo imposible para que tu bebé nazca sano, pero necesito de tu ayuda, así que espero que confíes en mí. — Taehyung asintió, aunque no haya entendido del todo bien. SeolHyun al recibir la respuesta, sonrió y se colocó de pie. — Iré por agua y algunas toallas. Trata de resistir lo más que puedas. También traeré ropa limpia.
El doncel vio salir a la joven del ático, con el temor de que no regresara. Sin embargo, cuando menos lo esperó, SeolHyun ya se encontraba de regreso con un balde lleno de agua limpia y algunas toallas.
Las manos de la joven estaban temblando, por más que se haya preparado mentalmente para esto, aún seguía sintiendo temor, principalmente por hacer algo mal o hacerle algún daño al bebé.
— Quiero que abras las piernas, TaeHyung. — pidió, su voz sonando cada vez más baja.
El doncel apenas escuchó lo que estaba diciendo la joven, pero gracias a lo poco que pudo entender, abrió sus piernas, sintiendo al instante mucho frío, pues SeolHyun se había encargado de quitarle la prenda inferior.
— Está bien, vamos a empezar... — susurró la jovencita, no muy convencida de sus palabras.
Hoseok miró el techo de su habitación, aún recordando las palabras de su madre. Por más que trató de pensar en otra cosa, incluso en su inminente matrimonio, no pudo sacarse de la cabeza a TaeHyung y...
— No, no, no... — susurró, sentándose en su cama. — TaeHyung jamás te haría eso, HoSeok. Él te ama y tú también lo amas. — trató de convencerse, aunque nuevamente las palabras de su madre rondaban por su mente.
Se colocó de pie una vez más y comenzó a caminar de un lado a otro, temiendo que todo lo que se le fue dicho sea real. ¿Qué tal si en verdad TaeHyung estaba esperando un bebé que no era suyo? ¿Estaba casado con otro hombre? ¿Lo olvidó tan rápido? Esas entre otras preguntas lo estaban atormentando. Ni siquiera quería dormir o pensar en la manera de evitar ese matrimonio con SeolHyun.
Para cuando pasó una hora y media, HoSeok se dio cuenta que estaba dándole muchas vueltas al asunto. No tenía por qué estar pensando en TaeHyung, en primer lugar, y tampoco atormentando su pobre mente con lo que se le fue revelado. Él también se iba a casar y si el doncel había sido capaz de dejarlo, él también lo haría. Lo dejaría ir y trataría de ser feliz con SeolHyun... como siempre debió de hacerlo, pues a decir verdad, la joven no le parecía fea y tampoco tenía el típico carácter de todas las doncellas y donceles del reino, que al verlo ya querían lanzarse encima de él.
— T-tal vez esa es la solución... — susurró, no tan convencido de sus palabras.
Nuevamente cayó en un hoyo lleno en inseguridades y pensamientos que solo iban dedicados al doncel de ojos verdes y cabello claro.
— Solo una vez más, TaeHyung. — animó la joven.
El doncel, quien se encontraba exhausto, negó con la cabeza. Ya no podía hacerlo otra vez.
— Vamos, TaeHyung, solo una vez más y podrás tener a tu bebé en brazos. — volvió a hablar la joven.
Taehyung soltó más lágrimas, que se mezclaron con las gotas del sudor en su rostro y finalmente lo hizo. Pujó una vez más y pudo escucharlo.
SeolHyun sonrió al ver al bebé, era muy pequeño y tenía los pulmones muy bien desarrollados, pues el llanto que soltaba era muy fuerte.
— Es un niño, Tae... — susurró, al borde del llanto. SeolHyun no sabía de la magia de dar vida, pero definitivamente lo más cerca que pudo estar de ese momento fue cuando recibió al bebé de TaeHyung.
El doncel, quien se encontraba algo ido y sin fuerzas para reincorporarse y ver a su hijo, sonrió y cerró por un momento sus ojos. Jamás pensó que traer niños al mundo fuera tan doloroso y difícil, pero lo era y ni aún así se arrepentía de tener a su bebé.
SeolHyun cubrió al bebé con las toallas una vez que cortó el cordón umbilical y se lo acercó a TaeHyung, quien con una expresión llena de cansancio lo recibió en brazos.
— Tiene tu cabello, TaeHyung... — susurró la joven, viendo atentamente como el nene abría sus ojos. Lo más probable es que también tuviera los ojos de color verde, al igual que su madre, pero cuando los ojos del bebé se abrieron completamente, SeolHyun quedó totalmente sorprendida. — T-tiene ojos celestes. — susurró.
A TaeHyung no le importaba el físico de su bebé, lo único que en verdad le interesaba era que su hijo estuviera totalmente sano y tal parecía que sí lo estaba, por lo que guardó silencio, hasta que la puerta del ático fue abierta y por esta ingresó la señora Shin. SeolHyun se colocó de pie de inmediato, cubriendo a TaeHyung y a su bebé al colocarse delante de ellos.
Se nos viene el drama, pero también la parte bonita de la historia. Perdón de antemano por el siguiente capítulo. ♥
Lxs quiero y espero no haber causado ningún trauma con el parto natural, aunque evité en todo momento narrarlo a detalle.
Dejen un corazoncito aquí si creen que SeolHyun es un ángel que unirá al vhope. Yo empiezo: 💜
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