➳ Décimo cuarto capítulo

— Joven príncipe, no puede permanecer en estos jardines por el resto de sus días y mañanas. Recuerde que tiene que buscar a una doncella o doncel según el trato que tiene con su padre. — Por más que JiHong intentó animar al príncipe de miles formas este no respondía y solo pedía un tiempo en completa soledad durante su mañana. Sin embargo, el consejero ya estaba cansado de aquella actitud e importándole muy poco la orden de su príncipe se acercó a este y le habló directamente.

— JiHong, di una orden clara. — HoSeok ni siquiera se atrevió a ver su consejero, al hombre que lo había visto crecer y lo había acompañado en todo ese proceso y que por tanto, era el que más se asemejaba a una figura paterna. — Necesito estar solo, JiHong y quiero que mis órdenes sean obedecidas.

— Joven príncipe, lamento mucho haber pasado por alto su orden, pero lamento decirle que no podemos continuar de esta manera, el tiempo se le acaba y usted no puede seguir lamentándose porque el doncel de su agrado es un sirvien-

— ¡Cállate! — HoSeok gritó, interrumpiéndolo en el proceso y logrando causar algo de temor el pobre hombre que solo quería ayudarlo. — No te atrevas a mencionar nunca más esa palabra dentro del palacio, mucho menos a hablar de esa manera de TaeHyung.

— Lo siento joven príncipe. — JiHong bajó la mirada, pero se mantuvo ahí, al lado del príncipe.

Por más que HoSeok había intentado olvidar a TaeHyung y meterse en la cabeza que sus padres nunca lo aceptarían, aunque sus intenciones de cortejarlo siguieran en pie, no podía. Su cabeza le insistía que estaba actuando bien, que su deber como príncipe era tener a alguien de su mismo nivel a su lado, gobernando con él, pero su corazón parecía negarse a olvidarlo, a dejarlo ir.

— JiHong... — susurró, llamando la atención del consejero.

— Dígame joven príncipe. — contestó de inmediato.

— ¿Alguna vez te has sentido atraído por alguien a tal punto de no poder vivir sin dejar de pensar en esta persona o sin dejar de verlo?

JiHong sonrió algo cohibido.

— Mi príncipe, con mi trabajo me es imposible tener algún tipo de contacto con alguna jovencita.

— ¿Entonces jamás lo has sentido? — HoSeok realmente esperaba escuchar un buen consejo, no importa de quien viniera, solo quería escuchar algo diferente a lo que le había dicho su madre.

— Cuando era mucho más joven y trabajaba para un bar de mala muerte, me llegué a sentir atraído por la hija del dueño. Ella era muy preciosa, ante mis ojos, y una buena persona, pero cuando su padre descubrió mis sentimientos por ella me corrió y entonces jamás la volví a ver, pues en un acto desesperado, sus padres la mandaron a vivir muy lejos del pueblo.

— ¿Y cómo te sentías cuando estabas con ella? — Ahora lo único que sentía HoSeok era interés por la historia de amor de su consejero.

— Es muy díficil de explicar, joven príncipe, pero lo único que le puedo decir es que cada uno experimenta el amor de una manera diferente, cada uno tiene una diferente perspectiva del cielo como del infierno, pues es prácticamente lo mismo al sentir el amor. Solo usted puede descubrirlo.

— No eres de mucha ayuda, JiHong. — susurró HoSeok, riendo al final.

— Joven príncipe, si lo que realmente quiere es ir detrás de aquel doncel... hágalo. Soy su consejero y confidente, por lo que le aseguro que si usted no descubre lo que siente por su propia cuenta vivirá con esa incertidumbre hasta el último de sus días.

— ¿Acaso me estás animando a ir detrás de TaeHyung? — HoSeok no esperaba que su consejero lo incentivara a continuar con su cortejo, especialmente al ser quien escuchó que el doncel era un sirviente y no un príncipe.

— Es hora de que conozca el amor por su propia cuenta, joven príncipe y si usted cree que aquel doncel es la persona indicada para hacerlo, no importa nada más ni la opinión de terceras personas, mucho menos que sea un sirviente.

HoSeok le sonrió y sin pensarlo dos veces abrazó a su consejero, quien se sorprendió, pero correspondió su gesto... un gesto que no duró mucho, pues JiHong se vio en la obligación de separarse al recordar que no era bien visto que la realeza tuviera mucho contacto con la servidumbre

— Prepara todo lo necesario, JiHong, mañana mismo retomamos nuestras salidas diarias.

Y por primera vez en muchos días, HoSeok tomó la iniciativa de retirarse por cuenta propia de los jardines del palacio y no porque tenía que ir a comer o cenar.

Es algo increíble que tenga inspiración para seguir escribiendo, pero también es algo bueno, porque así la historia va avanzando con más rapidez.

Espacio en donde pueden felicitar a JiHong por abrirle los ojos a HoSeok.

Y espacio en el que pueden dejar todo su amor hacia muah, okno.

Nos vemos, bebitxs, espero que la inspiración no se me vaya.

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