9. El dilema

Estoy adolorido, tirado en la lona y aún tengo los ojos cerrados, me duele todo el puto cuerpo, y por primera vez en mucho tiempo, siento que no soy capaz de moverme ni siquiera un poco, suena ridículo pero es como si hubiera sido aplastado por una gran locomotora humana.

De pronto siento una pequeña mano dándome una suave caricia en mi jodido y mallugado rostro y ese simple contacto me produce un delicioso cosquilleo y me transmite una especie de corriente eléctrica que recorre mi cuerpo y va a parar directamente a mi entrepierna.

Jodida traidora...

Es ilógico pensar que aún en mi estado la única que está feliz con esta situación de mierda es mi maldita y traicionera polla... en estos momentos tengo un enorme bulto en mis pantalones.

Sólo eso me faltaba, tener una puta erección a la vista de todos.

—¿Baby?¿eres tú? —se oye una voz rota entre quejidos.

—Si Ohm... Aquí estoy, a tu lado —escucho la dulce voz entre sollozos de la pequeña Zanahoria mientas se sorbe la Nariz.

Adiós puta erección... Bienvenida de nuevo la flacidez.

—¿Baby?... ¿Quién ganó?... —pregunta en voz baja y no es por nada porque aunque no puedo moverme, mi puta curiosidad me está matando y ahora muero por escuchar esa respuesta.

—Empate... —dice con su delicada voz.

¿Empate?
¿Acaso están jodiéndome?

¿No puedo mover ni una puta pestaña y ha sido un jodido empate?

Si tan sólo pudiera moverme no dudaría en levantarme y darle su merecido a quien decretó el empate.

Pero lo cierto es que realmente no puedo moverme... Para nada... Ni un poco. Estoy completamente hecho mierda, me siento sumamente jodido, estoy exhausto, me siento ansioso porque no sé qué mierda quería demostrar con esto el entrenador Atthaphan.

De pronto escucho algunos quejidos y aunque mi maldita curiosidad me está matando y estoy seguro de que son del Novato, muero por saber porque rayos se está quejando de esa manera y por más que me esfuerzo ni siquiera puedo girar la cabeza, menos abrir un maldito párpado para ver que rayos está pasando.

Así que me rindo ante mi curiosidad de mierda, y dejo de hacer el esfuerzo. Espero a que la divina Providencia o un ser celestial aparezcan, se apiaden y me lleven al puto infierno.

Siento que ha pasado un maldito siglo desde que fui a dar de culo a la lona y aquí siglo desplomado sin poderme mover.

Una vez más he subestimado al Novato, mi único consuelo es que al parecer, está en la misma situación que yo.

—Vamos Off, necesito que hagas el esfuerzo por levantarte —escucho que me llaman de manera insistente por mi nombre y no me da tiempo de procesar nada, cuando escucho de nuevo su delicada voz— eso es, con cuidado, trata de apoyarte en mí, anda que necesito curarte esas heridas —dice la pequeña zanahoria mientras su diminuta mano me toma por la nuca haciendo el esfuerzo por levantarme de la lona.

Escuchar mi nombre salir de sus labios me ha producido de nuevo un deliciosos hormigueo, y ahora que lo pienso con detenimiento, no me ha llamado por mi apellido o por mi ya conocido apodo, me ha llamado por mi nombre, y ese insignificante acto ha hecho que mi corazón empiece a latir de una manera increíblemente acelerada.

Nunca nadie me ha llamado por mi nombre, todos simplemente me dicen Fury o Jumpol. Nunca por mi nombre, es más, ni siquiera creo que tengan la puta idea de cómo me llamo en realidad.

Como puedo, y sacando fuerzas de donde no tengo, por fin logró sentarme, vamos, no soy un maldito hijo de puta inconsciente, sé que peso lo doble que él como mínimo y sería absurdo que la debilucha zanahoria intente levantarme por sí sólo.

Apenas y si puedo abrir un poco el ojo derecho, veo borroso, pero aún así con mi pésima vista, hago uso de todo mi esfuerzo para ver su sonrojado y hermoso rostro con detenimiento y de pronto siento el fuerte latido de mi maldito corazón en la garganta.

Su rostro en efecto es pequeño, sus pecas contrastan con su pálida piel, su nariz es pequeña, algo parecido a un botón... y sus labios, esos jodidos labios están tan carnosos, tan apetecibles, tan rosados... y cuando por fin levantó la vista, yo simplemente me pierdo en su mirada.

Sus hermosos ojos son de un intenso color miel, y a ésta distancia y a pesar de mi borrosa visión contemplo que en el centro del iris tiene un aro dorado rodeado de otro aro más oscuro que hacen que su mirada sea muy resplandeciente.

—Esto va a doler un poco —escucho que dice sacándome de mis estúpidos pensamientos.

No puedo decir palabra alguna, no es porque no quiera, es porque tengo un puto nudo atorado en la garganta que empieza a asfixiarme.

Nunca nadie había tenido el detalle de preocuparse por mí, después de una pelea, menos han tenido la gentileza de hacer el intento de curar mis heridas.

Siempre después de una pelea he sido yo quien se ha curado sin ayuda de nadie, lo único que siempre buscan es llamar un poco mi atención para terminar ebrio o entre las piernas de alguien.

Pero este no es el caso. Éste pequeño y peculiar chico está tan concentrado tratando de curar mis heridas, sin decir una sola palabra, y algo aprisiona mi maldito pecho y es algo que me aterra y sin pensarlo, sin saber porque lo hago, le doy un empujón para apartarlo de mí.

Apenas puedo ver como sus preciosos ojos se ensanchan como platos... ahora luce más asustado ante mi extraño arrebato.

Recupero la compostura. No puedo mostrar debilidad ante nada ni nadie, y menos ante este pequeño chico que me desconcierta con su tierna apariencia y su genuina inocencia.

Esa sensación no me gusta para nada.

—Lamento haberte lastimado —dice apenado.

En otras circunstancias me hubiera carcajeado hasta orinarme encima de los pantalones, ¿es en serio? ¿Acaso este niñato cree que puede hacerme daño?

Ay Bebé, se necesita más que eso para hacerme daño.

Creo que la pequeña zanahoria ha logrado descifrar mi actitud, y baja la mirada al tiempo que empieza a recoger el material de curación, y de pronto me siento como la peor mierda que soy en realidad.

—Yo, Hmm... —me aclaro la garganta intentando hablar, pero al parecer las putas palabras se niegan a salir.

—Lo entiendo... —dice tan rápido que apenas y puedo entenderle.

No voltea a verme, no me dice otra palabra, él solo toma sus cosas y se levanta de inmediato tratando de salir de lo más pronto posible y alejarse de mí.

Y no sé por qué su actitud me termina por enojar más.

"Maldito y patético cobarde", me digo mentalmente. Por primera vez en tu puta vida alguien intentaba hacer algo bueno por ti y tú simplemente terminas jodiéndolo.

—Ve a casa Baby, yo terminaré las curaciones —dice un hombre de cabello grisáceo, evito mirar de nuevo a la zanahoria, pero no puedo evitar escucharle hablar.
—Gracias Nicky... —su voz se escucha apagada y creo que ha sido mi culpa—. Cuídate Ohm, lo hiciste bien.

¿Lo hizo bien?

¿Es en serio?

¿Y qué?

¿Acaso yo estoy pintado?

¡Genial!

Ahora no sé cómo puta mierda me siento en este momento, sólo sé que esto es nuevo y no me gusta para nada.

—¿Cómo está Nicky? —esa maldita voz que tanto detesto en estos momentos.

—Está bien Coach, no hay nada de qué preocuparse. Ambos están un poco lastimados pero sobrevivirán —dice sonriendo y el entrenador le imita.

—Gracias, Doc. —¿Doc?

—Dejaré en su oficina algunos analgésicos y unos antiinflamatorios para los dos jóvenes y entonces mi trabajo con ellos estará terminado.

—Me parece bien. —Veo que el entrenador le da una pequeña palmada en la espalda al hombre y sale del cuadrilátero, quedándonos sólo el Novato, el entrenador y yo...

Intento ponerme en pie, y la dura voz del entrenador pidiéndome que me quede en donde estoy taladra por completo mis oídos.

—Espero que hayan aprendido la lección principal y se les hayan quitado las ganas de andar generar sus patéticas peleas en lugares donde no deben. —empieza a ladrar.

—Me ha quedado claro —gruño.

—No volverá a pasar —dice el Novato.

—Bien, parece que ya aprendieron. —Maldito hijo de puta engreído—Un buen amigo mío dice que eres bueno en las peleas Jumpol, de hecho mencionó que iría a verte el sábado. —Eso me desconcierta—ha dicho que ve potencial en ti y que debería darte una oportunidad y prepararte de manera profesional.

Mi puto corazón late fuertemente...

—Pero si soy honesto, yo no estoy convencido que merezcas esa oportunidad... —dice cruzándose de brazos— creo que no eres más que un mocoso engreído y arrogante, que estás acostumbrado a que besen tu patético culo —gruño— pero lo cierto es que estoy de acuerdo con mi buen amigo Kanawut y en efecto creo que tienes potencial.

¿Kanawut?... ¿Escuché bien? ¿Acaso será el mismo Mike Kanawut quien iría a verme pelear el sábado? ¡Perfecto lo que me faltaba! Ahora si ya todo está perdido.

—Lo importante aquí es... si te acepto en el CARP ¿Estás dispuesto a adquirir éste gran compromiso y dar todo de tu parte y entrenar hasta que no puedas más, no importa que tan cansado o jodido estés?

Volteo hacía el Novato y está igual o más sorprendido que yo, no da crédito a lo que está escuchando y para ser honestos yo menos.

—No necesito de su caridad... —suelto de pronto y no puedo creer que haya dicho semejante pendejada, tal vez los golpes que recibí terminaron por joder mi cerebro.

—¿Nunca piensas antes de hablar? —suelta el entrenador con una estúpida sonrisa, y el novato niega con la cabeza.

—Eso es un error entrenador, Jumpol no pertenece aquí. Es un desertor que ni siquiera tiene el valor de terminar la universidad.

Malditos amigos traidores...

—Ya veo... Así que ¿van en la misma universidad? Supongo y me imagino que a la misma de Baby. —Estoy sumamente furioso— bueno por desgracia yo no puedo influir en eso, cada quien tira su futuro a la mierda como mejor le plazca.

Por alguna extraña razón eso me dolió.

—Entiendo que estés aturdido y hasta desconcertado por mi forma de ser y por el ofrecimiento que te acabamos de hacer, quiero pensar que es porque tu cerebro está tan jodido en este momento que no puedes pensar con claridad. —Por primera vez desde que empezó a hablar estoy de acuerdo con él— sólo tienes dos días para pensarlo Jumpol. Si en dos días no cruzas por esa puerta, daré por sentado que no quieres pertenecer a este centro.

—Yo... —levanta la mano para interrumpirme.

—En caso de que aceptes entrar al CARP, debes saber que todos aquí en el centro somos una pequeña familia y rivales en el cuadrilátero, y sea cual sea el problema que hay entre ustedes, deberán dejarlo afuera de este centro o arriba del cuadrilátero tal como lo hicieron hace un momento... ¿Quedó claro?

—Si señor —decimos sorpresivamente al mismo tiempo el novato y yo.

—Bien. Ahora muevan sus patéticos culos, ya tuve suficiente de ustedes por el día de hoy, así que vayan a casa y mediten si esto es lo suyo y si están dispuestos a trabajar como debe ser. Ahora largo de aquí, que tengo otro asunto pendiente que resolver.

Escucho con claridad todo lo que el entrenador ha dicho y las palabras siguen taladrándome sin parar. ¿En verdad voy a tener una oportunidad?, y de ser así ¿a qué costo me será?

Por fin tengo la oportunidad que tanto había estado esperando. El señor Kanawut me vio pelear y confía en mis habilidades, pero eso significa que tendré que decirle adiós a las parrandas, a los excesos y a las peleas callejeras... ¿podré dejarlos?

Perfecto. Ahora estoy en un puto dilema.

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ   

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