61. Decisiones

Llegamos hace poco más de dos horas, y aún me es imposible borrar la boba sonrisa de mi enrojecido y pecoso rostro, mientras seguimos esperando a que salgan del despacho.

—¿Y a ti que mosco te picó que estás tan sonriente? —la chillona voz de Gulf rompe mi bonita burbuja.

—Nada, no tengo nada. —sonrío y creo que mis mejillas se vuelven a sonrojar.

—Mmm... Y yo que pensaba que éramos amigos —dice a modo de reproche.

—Déjalo en paz, él nos contará cuándo quiera hacerlo. —esbozo una sonrisa con bastante timidez al escuchar las palabras de mi Flukie que sale en mi defensa.

Deseo poder contarles lo feliz que me siento, pero mi sonrisa desaparece en cuanto escucho un fuerte golpe en seco logrando sobresaltarnos, seguido de los gritos por parte de Papii.

—¿Qué rayos fue eso? —pregunta Fluke lleno de confusión al oír la voz exaltada de Ohm.

Los tres nos miramos entre sí, llenos de confusión.

—¿Sabían lo que iban a hablar? —pregunta Gulf, pero tanto Flukie como yo movemos la cabeza de lado a lado negando.

Miedo...

Eso es lo que estoy sintiendo en éste momento, una espantosa sensación de temor, pero no sé porque. Lo único que siento, es cómo mi corazón late con fuerza, al tiempo que mi respiración se vuelve pesada, mientras sigo sin poder apartar la vista del despacho.

Ante la primera ola de gritos, se anexa otra más, pero ahora es inentendible logrando que mis amigos y yo estemos en alerta por no saber que carajos sucede ahí dentro.

¿Pero a qué viene todo eso?, se supone que todo estaba bien.

Nos miramos mis amigos y yo con total confusión, ninguno de los tres tiene la menor idea que rayos está pasado. Cuando de pronto la puerta se abre de par en par y el primero en salir es mi Off. Mi pulso se acelera al ver cómo sale como alma que lleva el diablo dirigiéndose hacia el patio trasero, sin siquiera voltear a verme.

Pánico...

Intentó ponerme de pie para ir detrás de él, pero él siguiente en salir es Ohm quién me mira pidiéndome en silencio que no vaya. Muy a mi pesar, veo cómo es él quién va tras de Papii.

Angustia...

El incesante martilleo de mi corazón ahora se siente en mis orejas y mis manos han adquirido un ligero temblor al pensar lo peor.

—¿Pero qué mierda? —exclama Gulf.

Desesperación...

—Bien muchachos, aquí no ha pasado nada. Vayamos al jardín, andando —escucho la voz de mi padre. Alzó la mirada y la forma en cómo me mira sólo logra inquietarme más de lo que ya estaba.

¿Qué rayos está pasando?

—Ven Baby, estoy seguro que hay una explicación —Flukie me toma del brazo y ambos salimos al jardín.

En cuánto cruzamos la puerta, mi corazón rápido se contrae al ver a Off tan cabizbajo, me lastima no saber porque está así. Él sigue sin mirarme, y su reacción me duele, duele mucho.

Desafortunadamente, aunque me duela, si él quiere estar solo, aunque no quiera, debo respetar su decisión manteniéndome al margen.

Mi pecho arde al verlo así.

¿Es que nadie piensa decir nada?

Agradezco profundamente que Ohm esté con él hablando de sabrá qué. Mientras nosotros nos quedamos en otro extremo del jardín para no agobiarlo. Los tres nos quedamos con el alma en un hilo, tratando de adivinar que carajos pasó dentro para que todos estén así.

—¡Pues llegó la hora de brindar! —nos sorprende la voz del señor Natouch quién hace su aparición con dos botellas de ¿champaña?

Miró a Flukie con total confusión, pero descubro que él está igual o peor que yo, y ahora se gira para mirar a su padre y éste sólo se limita a sonreír de oreja a oreja.

—Mmm... ¿Se puede saber por qué brindamos? —le pregunta Flukie con incertidumbre.

Pero el señor Natouch nos mira a los tres como si fuéramos un trío de idiotas, y bueno... Puedo jurar que así es justo como nos sentimos.

—¿Es que acaso no les han dicho la buena noticia? —cuestiona con total confusión.

Una vez más los tres ponemos la peor cara de idiotas al responder con una negativa. Él suspira pausado al descubrir que será el encargado de decirnos por fin que rayos sucede.

—¿Papá?

Suspira con pesadez...

—Pues... Estamos celebrando que durante el torneo, había varios promotores muy exitosos. —Nos mira fijamente— han visto el gran potencial de nuestros chicos —ahora los busca con la mirada— y bueno... quieren a Jumpol y a Thitiwat. Les han ofrecido un jugoso contrato.

Mi sonrisa aparece y mis ojos se agrandan al escuchar esa buena noticia, al tiempo que escucho el chillido gustoso de Fluke. Miró a Off pero no hay ninguna pizca de emoción en él, tiene la mirada perdida en algún punto, tampoco se le ve sonriente por la buena noticia.

¿Por qué?

—Pero... Eso es muy bueno, ¿No es así? —le pregunta un curioso Gulf a su padre.

Pero el señor Mike sólo exhala con pesadez.

—Es el contrato perfecto para cualquier boxeador, hijo.

La tensión es palpable...

—Entonces... ¿A que venían los gritos de hace rato? —vuelve a preguntar mi mejor amigo.

El Señor Natouch voltea a ver a mi padre y al señor Kanawut con rapidez, está desconcertado, al igual que nosotros, más por la reacción de Ohm y Off.

Mi papá se acerca a mí, a paso lento, lleva las manos dentro del pantalón dándome una extraña mirada, eso sólo incrementa más mi ansiedad.

—Porque el contrato que les consiguió Mike es por dos años, pero deben mudarse en menos de dos semanas a Estados Unidos.

Mi mundo se resquebraja.

Mi corazón duele.

Mis ojos se cristalizan...

Busco desesperadamente con la mirada a Papii, y por fin me mira. Ojalá que no lo hubiera hecho, porque conozco esa mirada y sé lo que dirá. Sé lo que hará y eso me duele en el alma.

Sollozos...

Escucho los débiles sollozos por parte de Fluke, al igual que mis sollozos ahogados que trato de ocultar a como dé lugar.

Inconscientemente, me sujeto con fuerza del brazo de Flukie, lo que menos deseo es caerme por la impresión.

Trato de regular mi respiración, pero siento asfixiarme.

Trato de mantener la calma, pero fallo en el intento.

Pero sobretodo, necesito tener la mente despejada para poder pensar con claridad tratando de asimilar que está pasando.

—Oh —es lo único que escucho por parte de mi mejor amigo— pero, entonces... ¿Cuál es el problema? —pregunta nervioso.

Estoy seguro de lo que voy a escuchar y no quiero... No quiero oírlo.

—Muchas felicidades, los dos, se merecen todos los éxitos que están por venir —les interrumpo evitando escuchar los motivos de la discusión logrando sorprender a todos— brindo por ustedes —me acerco al señor Natouch para tomar la botella y alzarla en su honor. Trató de esbozar una sonrisa, pero es inútil. Siento mis ojos picar, lo que menos quiero es ponerme a llorar delante de ellos. Off me mira sin poder dar crédito a mi reacción, sabe lo que estoy pensando. Así como yo sé lo que pasa por su mente. Creo que es lo malo de conocernos tan bien. Veo como se aleja de Ohm, da un paso al frente hacia donde estoy e intuitivamente retrocedo, su ceño se contrae, mi mirada está completamente fija en él, pero aún así, siento la intensa mirada de todos sobre mí. No puedo...—. Si me disculpan... Tengo tarea pendiente. —sé que es una excusa patética, pero más patético me veré si empiezo a llorar delante de todos.

—¿Baby?

—¿Gun?

—¿Sol?

Escucho cómo me llaman al mismo tiempo en cuanto me doy vuelta para entrar a la casa. Me vuelven a llamar, pero a ninguna voz respondo. No puedo, tengo que mostrar el temple.

Al llegar a mi habitación, cierro la puerta sin preocuparme en ponerle seguro. Únicamente me dejó caer sobre la cama para cubrirme de pies a cabeza con el edredón. Entonces y sólo entonces, me permito llorar en silencio.

Los minutos parecen horas. Mi mente recrea una y otra vez todo lo sucedido desde la casa de Off, hasta hace un momento y me invade una inmensa tristeza.

¿Si estábamos tan felices hace tan solo unas horas, ahora mi corazón siente desmoronarse?

La cama se hunde justo detrás de mí y reconozco esos brazos que me jalan pegándome a un firme pecho. Escucho como su corazón late a todo galope en cuanto me quita de encima el edredón.

Ninguno de los dos es capaz de decir nada, sólo nos limitamos a estar abrazados por lo que parece una eternidad.

Siento su cálido aliento contra mi cuello y su boca empieza a repartir besos por toda mi piel.

—¿Quieres saber porque eran los gritos dentro del despacho de tu padre?

No...

No deseo escuchar, lo que intuyo a la perfección.

Él suspira con tristeza ante mi silencio.

—Tu padre y el señor Mike se enojaron conmigo al escuchar que no me iría a Estados Unidos.

Lo sabía...

Cierro los ojos con fuerza al escucharlo. Sabía que diría eso, pero escucharlo de sus labios me duele aún más.

—¿Me escuchaste, Sol?

No puedo responder, porque el nudo en mi garganta me prohíbe gesticular.

Hago un esfuerzo sobrehumano por liberarme de su agarre, para sentarme en la cama. Acción que él imita enseguida.

—Mírame, Gun —pide en hilo de voz.

No puedo hacerlo, porque si lo hago, estoy seguro que no podré evitarlo y me romperé en mil pedazos.

Off espera impaciente, su corazón late, veo las pulsaciones a través de su camisa. En vista de que no haré lo que me pide, me toma por sorpresa colocándome sobre su regazo.

—Mírame Sol, por favor —levanta con cautela mi mentón para que le mire.

Presionó con fuerza mis labios, no puedo dejar que él me vea en éste estado. Inútilmente trato de sonreír, pero no puedo, termino patéticamente llorando.

Desvío la mirada, esto no es lo que quería.

—Tranquilo, pequeño. —suspira y me gira con cuidado para que no deje de verlo.

—No es justo —susurro.

—Lo sé, amor —besa mis labios— es por eso que les dije que no iría a ningún lado, no importa si ese contrato es perfecto...

—¿Es que acaso no lo entiendes? —me mira lleno de confusión

—¿Gun..?

—¡Éste es tu sueño, Off! ¡Es tu jodido sueño y no puedes... No debes renunciar a él, así porque si!

Abre los ojos sorprendido por mi reacción, guarda silencio con sus preciosos ojos abiertos de par en par, tratando de asimilar que rayos está pasando,

—¿Es que acaso pensabas que estaba así porque ibas a irte? —espeto.

—Pues... ¿Si? —Bufo tratando de bajarme de su regazo—. No lo entiendo, dime Sol... ¿Tú quieres que me vaya? —pregunta totalmente descolocado.

—Quiero que cumplas tu sueño —eso es lo que quiero.

Mira hacia la ventana, pensativo. Aprovecho esa distracción para poner un poco de distancia entre nosotros.

—Ya no estoy tan seguro que el boxeo sea realmente mi sueño —confiesa haciendo que le mire con rapidez. ¿Qué ha dicho?

—¿Qué?

—Qué no quiero irme. —confiesa poniéndose de pie— No creo que pueda pasar dos años lejos de ti y dejar todo lo que quiero vivir a tu lado, es por eso que rechacé el contrato.

Eso es justo lo que no deseaba escuchar.

—¿Entonces soy el motivo para que decidas quedarte renunciando a todo eso por lo que te has esforzado? —Guarda silencio...—. Respóndeme, por favor.

—Si. —se limita en contestar.

Me dejó caer lentamente en el frío suelo, mientras intento con todas mis fuerzas procesar lo que está pasando.

—Ven aquí, pequeño —Off me alza con una agilidad increíble sentándose en la orilla de la cama conmigo sobre sus piernas.

Pasamos otra eternidad en silencio. Hasta que soy capaz de mirarle.

—Deseo que vayas, —suspiro— deseo que vayas y cumplas todos tus sueños. Lo mereces.

Él niega con la cabeza para dejarla reposada sobre mi pecho

—No, lo haré. —Me besa el cuello una vez más— no te dejaré, ya lo decidí.

Trago en seco.

A como puedo lo separó hasta quedar frente a frente. Sus ojos grises me miran completamente con temor, sabe lo que diré. Y no se equivoca.

—Si yo soy el motivo para que decidas quedarte, y no ir detrás de tus sueños... Entonces quiero terminar con nuestra relación.

Su fuerte agarre me confirma que en efecto ese era su temor.

—No lo hagas Sol, por favor, no me dejes —verlo tan roto, me está destrozando, pero no puedo ser tan egoísta para retenerlo a mi lado.

—Mírame —ahora soy yo quién levanta su abatido rostro—. Te amo mucho Papii, te amo más que a mi vida. —Lo beso— lo que más deseo, es que cumplas todos y cada uno de tus sueños, quiero que te realices en todos los sentidos, y no puedes dejar de hacerlo sólo por mí.

Niega con la cabeza una y otra vez, abrazándome con más fuerza hasta que resulta doloroso.

—No puedes terminar lo que tú y yo tenemos, no puedes hacerlo Sol —susurra en un hilo de voz.

—Ya tomé mi decisión, también deberías hacer lo mismo.

Me mira incrédulo, no puede dar crédito a mis palabras.

—Entonces... ¿Eso es lo que realmente quieres? —Mis ojos se cristalizan— ¿Quieres terminar?

Trago en seco, sintiendo un leve temblor recorrerme el cuerpo. No es necesario que responda, porque él ya conoce la respuesta. Me mira con tristeza al tiempo que me sienta en la cama. Sé lo que va a decir y me siento morir.

—Iré a despedirte al aeropuerto.

Me siento estúpido por decirlo, él también piensa que lo soy en cuanto esboza esa sonrisa fría y vacía.

—Es muy amable de tu parte, pero... Preferiría que no lo hicieras.

—Oh... Está bien.

Pasa su enorme mano por su largo cabello, como si estuviera buscando las palabras idóneas.

—Conste que esto lo has decidido tú, no yo —le miro y me duele en el alma verlo tan abatido—. Yo... —se aclara la garganta— sólo me queda decirte gracias, —exhala y mi corazón no da para más.

—¿Gracias? ¿Por qué?

—Porque durante el tiempo que estuvimos juntos me hiciste el hombre más feliz —se muerde el labio— fuiste mi pequeña luz en un mundo de mierda.

Esboza una triste sonrisa y me mira con la mirada desolada, no lo puedo evitar y vuelvo a llorar frente a él.

—Off...

—Cuídate Sol, nunca olvides lo mucho que te amo. —toca con delicadeza mi mejilla antes de salir de la habitación.

Mi pecho duele, esta sensación es indescriptible. Siento como si me hubieran extirpado el corazón y mi alma al mismo tiempo.

Sóloespero haber tomado la decisión correcta.

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

----

Ay que dolo por la grandísima...

Continuemos...   

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top