60. Recuento
Han pasado dos semanas desde que hablamos Ohm y yo. Dos semanas en las cuales ambos fuimos capaces de abrir el puto corazón tratando de sacar toda la mierda que no nos dejaba avanzar.
Confieso que en un principio estuve aterrado. Tenía miedo que su reacción fuera negativa con algún rencor de su parte. Pero lo cierto, es que fue todo lo contrario.
Recuerdo ese día dónde los dos dijimos todo lo que pasaba por nuestra cabeza. Todo con tal de poder dejar atrás este puto dolor que llevamos cargando mucho antes de nacer.
Una vez más, Gun tuvo toda la razón. Ohm me escuchó con detenimiento, para después ser yo quien le escuchara atento mientras sacaba todo eso que le hizo sentir miserable por tanto tiempo.
Escucharlo fue lo más difícil, no es lo mismo oír por otros lo que él había sufrido, a tener que escucharlo de viva voz logrando que se me formará un puto nudo en la garganta con cada palabra que decía. Pude sentir su dolor, así como él pudo sentir el mío.
Ninguno de los supo por cuánto tiempo estuvimos así. Al final del día, ambos terminamos llorando como dos bebés inconsolables.
Lo mejor de todo...
Su aceptación. Sé que no será para nada fácil, pero tanto él como yo, estamos en la mejor disposición de forjar esos lazos entre nosotros.
No puedo describir lo que sentí cuando me invitó a formar parte de su vida. Así sin más rencores, sin ningún tipo de resentimiento y donde definitivamente él será parte de mi vida. Haré el intento por dar lo mejor de mí para que él se sienta orgulloso de tenerme como hermano, así como estoy seguro que estaré orgulloso de él.
Haremos todo, sólo nosotros dos, sin ningún puto Sompob Thitiwat, ni los Thitiwat o menos los Jumpol de por medio. Sólo nosotros dos cómo lo que somos... Hermanos.
Si bien así hubiéramos podido terminar con nuestro jodido día, todo se fue a la mierda cuando las insistentes llamadas del señor Kanawut y el entrenador Atthaphan empezaron a llegar.
Estábamos tan sumergidos en la conversación sobre nuestras patéticas vidas, que tengo que admitir, habíamos olvidado por completo ir a la estación de policía.
Cuando por fin llegamos, después de mil horas, tanto el entrenador así como toda la gente a nuestro alrededor nos miraban llenos de confusión. Digo, no es como si la relación entre Ohm y yo hubiera cambiado por arte de magia en un parpadeo. Pero estoy seguro que sí se podía palpar un tipo de conexión especial, fluir entre nosotros.
Esa sensación me llenó el corazón de calidez.
Aunque bueno...
Las cosas no siempre resultan como deseamos. Ese día terminó yéndose a la mierda. No fue tan fácil tener que presentarme para ratificar mi declaración inicial en contra de Supakorn.
Pude ver brevemente a Pod y a Sing. El primero conservaba la actitud de siempre, la verdad, hasta sentí pena por él. En cambio, cuando vi a Sing fue impresionante, verlo así... tan acabado... tan jodido, tras las rejas. Puede que esté mal que lo diga, creo que hasta sentí lástima por él.
Independiente que ese cabrón no fuera el mejor boxeador, no puedo negar que tenía todo para triunfar en esta carrera. Pero se dejó influenciar por los malos consejos de Supakorn.
Aunque sólo me bastó recordar a mi Gun usando collarín y a Ohm postrado en esa jodida cama de hospital, para que la sensación de buen samaritano se esfumara de mi mente.
Después de meditarlo, llegué a la conclusión que ese par merecía pagar por todo el daño que han ocasionado.
Tan sólo de pensar que durante mucho tiempo estuve en la misma situación que Sing, juro que se me revuelve el estómago. Vaya, a fin de cuentas, si me di a conocer en el bajo mundo de las peleas clandestinas, en parte fue gracias a Pod.
Justo aquí es dónde no dejo de preguntarme:
¿Qué mierda habría sido de mí si no hubiera conocido a Gun?
¿Cómo mierda habría terminado si no hubiera tenido la oportunidad de pertenecer al CARP?
Recuerdo a mi yo del pasado, y joder...
¿Qué clase de vida llevaba?
En su momento creí que vivía en la puta gloria. Tuve todo cuanto quise a mi disposición. Alcohol, culos, drogas para morir de una sobredosis si así me apetecía. Si no tenía lo que quería, tan fácil, Pod lo conseguía en cuestión de segundos, todo con tal de tenerme contento para hacerle ganar dinero.
¡En serio que iluso de mierda fui al pensar siquiera que lo tenía todo!, cuando en realidad... No tenía nada. Estaba solo y vacío como no tenía idea. Mientras me pudría lenta y dolorosamente al estar tocando fondo.
Ahora que lo pienso con calma, yo pude haber terminado preso o muerto en cualquier momento, y probablemente no me habría importado. Los motivos para no seguir viviendo no me faltaban. Pero mi perspectiva de mierda cambió de la noche a la mañana sin darme cuenta.
Porque sin lugar a dudas, y digan lo que digan, fui rescatado por mi pequeño y precioso ángel, mi Sol, mi Gun.
Sin quererlo, sin proponérmelo, inconscientemente fui dejando todo lo negativo atrás, tal vez mi subconsciente quería que fuera un mejor hombre para ser digno de él.
Tal vez, así debió ser desde un principio mi relación con Ohm y con Gun, para poder estar justo cómo me encuentro en estos momentos.
Tal vez tuve que tocar fondo para darme cuenta lo que estaba perdiendo, para descubrir que es lo que realmente quería hacer con mi vida.
No fue fácil hallarme merecedor de tanto amor por parte de un ser tan hermoso y maravilloso como él. Saber que alguien bueno podría llegar a amarme con tanta entrega y tanta pasión como lo hace Gun, me hizo sentir el hombre más afortunado de la galaxia.
¿Merezco tener a Gun en mi vida?
En un principio llegué a pensar que no, quise convencerme de ello. Porque definitivamente él es demasiado bueno para mí, y yo sentía no estar a su altura, pero él se encargó de hacerme saber que ambos nos merecíamos el uno al otro, y así, lentamente se fue metiendo bajo mi piel como si fuese tinta indeleble, para instalarse en lo más profundo de mi recién sanado corazón.
Lo único cierto, es que a pesar de ser totalmente opuestos en todos los sentidos, él y yo somos tan jodidamente perfectos juntos al lograr complementarnos a la perfección.
Lo que realmente deseo es poder ser ese hombre que mi sol se merece, si tuviera el poder en mis manos, sería capaz de entregarle todo con los ojos cerrados. Pero lo único que Gun desea es compartir su vida a mi lado creciendo juntos. Sólo por eso, él se merece todo.
Cada que lo veo me hace querer esforzarme y superarme para ser digno de él. Si me preguntan ¿cómo me veo en un futuro?, la respuesta es muy simple...
Me veo felizmente casado con el amor de mi vida y con un par de niños corriendo por toda la casa, tal vez trabajando en una tienda de tatuajes o dando clases de boxeo. No lo sé, mientras esté con él, no me importa trabajar en lo que sea.
—¿Se puede saber en qué tanto piensas? —pregunta tan curioso como siempre, al tiempo que sus delgados brazos me rodean el cuello desde la parte de atrás, depositando un tierno beso en mi incipiente barba de dos días.
—En nosotros —le respondo con honestidad, mientras lo tomó de sus pequeñas manos para atraerlo hacia mí.
Poder tenerlo así, sobre mi regazo, es la sensación más puta madre que pueda existir. Al grado que no imagino mi vida de otra forma.
Lo admito...
Estoy hasta el culo por él, si en algún momento tuve mis dudas, esas quedaron esclarecidas en su totalidad desde que expresó su postura firme y decidida. Sentir que podía perderlo me hizo entrar en pánico. Sin pensarlo, fui yo el que tuvo que aprender a adaptarse a él en todas y cada una de sus necesidades, y no me arrepiento por ello.
Si de algo estoy completamente seguro, es que quiero tener a mi sol así, justo como está ahora, sobre mi regazo, por lo que me quede de vida, y eso no está a discusión.
—¿Me escuchaste? —me da un leve empujón en el hombro.
—¿Uhm? —respondo y él rápido frunce el entrecejo.
—¿Está todo bien?, te siento un poco distraído.
Joder, se ve tan adorable con su pequeña nariz arrugada y el ceño fruncido, no puedo dejar de mirar su preciosa boca abultada haciendo tremendos pucheros.
—¡Hey! ¿Qué pasa? —le pregunto al ver cómo hace el inútil intento por bajarse de mi regazo.
—Eso es lo que yo quisiera saber, ¿Qué pasa contigo?
Me mira sin dejar de estudiarme la cara tratando de hallar algo, si él supiera que no tengo nada, y sólo estoy fantaseando con un futuro juntos.
—Nada de qué preocuparse, Sol.
—Pff... Bien —bufa exasperado logrando bajarse de mi regazo— tengo que irme, no se te olvide ir más tarde a la casa, papá desea hablar contigo y Ohm.
Joder, lo había olvidado por completo.
—Entonces nos vemos más tarde Papii —toma su mochila dirigiéndose hacia la puerta.
—¿A dónde crees que vas? —me levanto para seguirlo.
—Te acabo de decir que tengo que irme a casa, pero al parecer no me escuchaste —protesta desviando la mirada.
Joder, me lo comería a besos.
—Yo te llevo...
—No —refuta molesto con los brazos cruzados sin mirarme.
Le miro en silencio, y eso lo hace enfadar más. Quisiera decirle lo adorable que se ve, pero solo me limito a apretar los labios, si le sonrió, muy probablemente necesite implantes dentales.
—Nos vemos más tarde —esboza una débil sonrisa que no ilumina sus ojos, haciendo el intento por abrir la puerta.
Mi pequeño así como puede ser un amor de persona. Cuándo se enoja realmente puede ser muy intimidante. Si cruza esa puerta se irá con un pensamiento negativo y es lo que menos quiero.
—¿Quieres saber por qué estaba tan pensativo? —susurro a sus espaldas, abrazando su diminuta cintura sin tener la intención de soltarlo.
Mi precioso y pecoso sol no responde, en su lugar afirma con movimientos lentos y pausados en señal de afirmación.
—Pensaba en lo afortunado que soy al tenerte, en lo privilegiado que soy al amarte —su cuerpo se relaja con mis palabras.
—Papii...
—Shhh... Pediste que dijera ¿cierto?
Afirma una vez más pero ahora con rapidez al igual que sus mejillas se tiñen de rojo a una velocidad increíble.
—Pues eso he estado haciendo. —logra girarse para quedar frente a frente— imagino cuando tú y yo nos lleguemos a casar —sonrió al ver cómo abre los ojos— imagino cuándo tengamos hijos y ellos vayan corriendo por toda la casa —tomó su mentón para ayudarle a cerrar la boca—. ¿Te lo imaginas...?
Mis palabras se quedan a medias al instante que unos sedosos y esponjosos labios me hacen callar.
—Sí, sí quiero todo eso contigo, mi amor —responde eufórico besándome con rapidez todo el rostro.
Una vez más sonrió al sentirme el mayor hijo de puta afortunado del mundo.
—Algúndía no muy lejano, Sol —le beso— ahora andando, vamos a ver con que va a salirtu padre.
𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ
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