—¡Ve a casa de inmediato! —fue lo primero que gritó mi padre en cuanto le llamé por teléfono.

Por más que mis amigos me decían que no me involucrará, no pude evitarlo, lo único que se me ocurrió hacer fue llamar a mi padre.
Sé que no debí haberle llamado, pero no tuve otra opción, en cuanto vi que había llegado la patrulla y se los llevaba detenidos, creo que sentí miedo por lo que pudiera pasarles.
Sabía que al llamarlo me estaba metiendo en serios problemas, y para ser honesto no sabía cómo iba a salir bien librado de éste embrollo.
Después de pensarlo bien...
Me di cuenta de que lo había estropeado todo, porque sin querer había metido en serios problemas a Ohm y de paso al otro chico de nombre Fury.
Ahora me siento fatal ¡Lo he jodido en grande!
Conozco a mi papá y no dudo que me hará mil preguntas para saber qué fue lo que realmente pasó y por qué diablos estoy involucrado en la pelea de este par.
En cuanto llegó, sentí su oscura aura, estaba sumamente molesto conmigo y con Ohm, solo lo vio y me dio una dura mirada, pero en ésta ocasión no me importó.
La verdad es que no podía moverme, es como si me hubieran puesto pegamento en los pies y adherido al pavimento, lo bueno es que Gulf y Flukie estuvieron ahí junto a mí, y en ningún momento me dejaron solo. 

Pasó por mi lado y antes de entrar a la estación de policía se detuvo y volteo a verme

—Quiero que te vayas y me esperes en casa —dijo en su ya clásico y serio tono, aparentando estar más calmado, pero sabía que sólo era una pantalla, porque aún podía sentir su gran molestia. 

Tras una larga espera por fin pude sentir un poco de alivio en cuanto los vi salir de aquel lugar, todos tenían una seria y dura expresión en sus rostros y no pude evitar sentir como mi corazón empezaba a galopar de manera acelerada.

Ver sus atractivos rostros con severas magulladuras fue un gran impacto, sólo se habían golpeado algunos minutos y al parecer eso bastó para que los dos se dieran con todo.

Es evidente de que estos dos tienen serios problemas en el manejo de ira, y aún no logro entender con claridad cuál es el problema entre ambos.

De pronto me siento pequeño en mi lugar, al sentir tres tipos de mirada diferente, ahora no sólo mi corazón está desbocado... Ahora siento que me voy a colapsar en cualquier momento.

Mi padre me vio ahí de pie y negó con la cabeza, sabía que estaba furioso, jamás en la vida desde que tengo memoria lo había desobedecido, y por alguna extraña razón esta vez no me importó.

—Andando Gun —gruñó, y ahí estaba, lo sabía, mi padre está muy enojado conmigo. El solo hecho de que me llame por mi nombre lo dice todo.

—Me voy con Gulf —tuve la grandísima idea de refutar, pero ¡ohh! grave error.

—Chicos váyanse a casa, Gun se viene conmigo —soltó más serio que de costumbre.

—Sí señor. —dijeron mis dos cobardes amigos, dejándome abandonado a mi suerte, pero nadie tuvo la culpa... Más que yo.

Por primera vez en mucho tiempo quise protestar por su actitud hacía mí, lo cierto es que mi nerviosismo estaba a flor de piel y no sabía cuánto tiempo más podía durar así.

—Gun sube al maldito auto... ¡AHORA!

Mi pequeña dosis de intento de rebelión se esfumó en cuestión de segundos. Ahora me siento terrible y sumamente apenado, más cuando miro de soslayo y veo los gestos de ambos chicos.

Veo como Ohm tiene las manos hechas puño a los costados y como el chico de los tatuajes tiene la mandíbula tan apretada que pienso que se hará daño.

Verlos en ese estado me hace pensar que a ninguno de los dos les ha gustado la forma en que mi padre me ha gritado frente a ellos. Y yo sólo quiero que la tierra me trague.

»Sin decir una sola palabra y sin poder levantar la mirada, subo a la parte delantera del carro, en este momento no me atrevo a desobedecer a mi padre, si me da otro grito, no creo que pueda soportarlo. 

No quiero verme más patético de lo que ya soy, quiero entenderlo, quiero poder justificar su conducta, pero simplemente no puedo.

Ahora solo quiero llegar a casa y meterme debajo de las cobijas, puedo entender que esté enojado conmigo; pero eso no le da ningún derecho de tratarme como a un niño de cinco años.

Estoy furioso, y sumamente encabronado, la puta curiosidad me ha salido bastante cara, y más ahora que apareció este tipo del que no tengo ni la más mínima puta idea de quién demonios es.

Sólo llegó y nos dice al Novato y a mí que ha pagado nuestra fianza ¿y qué? ¿Cree que eso le da derecho de hablarnos como a unos malditos criminales?

Lo que más me jode es no poder contestar y decirle lo que realmente quisiera, quiero gritarle unas cuantas cosas, pero este tipo tiene toda la pinta de ser un matón profesional y aunque yo nunca me dejo intimidar por nada ni por nadie, este maldito tipo tiene ese efecto, no sólo en mí, también lo tiene sobre el Novato.

Somos un maldito par de culones...

Cuando por fin salimos de ese lugar, me doy cuenta de que afuera nos estaba esperando la pequeña zanahoria, visiblemente hecho un manojo de nervios, pero al ver su pecoso y preocupado rostro, por primera vez no supe como sentirme.

—Gun sube al maldito auto... ¡AHORA! —escucho que el viejo le grita y la pequeña zanahoria palidece aún más.

—Maldito hijo de puta —escucho que escupe el Novato casi en un susurro y de nuevo la puta curiosidad me invade por completo.

No puedo evitar mirar los puños del Novato y por primera vez creo que está a punto de lanzarse sobre aquel tipo, confieso que no me ha gustado la forma en que le ha hablado y de pronto soy consciente de que he apretado tan fuerte la mandíbula que creo que me he hecho daño.
¿Quién mierda es este tipo y porque le habla así al pobre chico?
La pequeña zanahoria asiente y camina sin decir una sola palabra, ni siquiera voltea a vernos, es como si de pronto hubiéramos dejado de existir.
Quiero preguntar qué mierda le pasa al Novato, pero parece que me lee el pensamiento y solo niega con la cabeza.

!Puta curiosidad de mierda!

—¿Qué esperan para subir sus culos al carro? —grita el hombre mayor del que por cierto no tengo ni idea de cuál es su nombre.

—¿Por qué he de hacerlo? —suelto sin pensarlo.

—Nunca sabes cuándo cerrar la puta boca ¿Verdad? —me suelta el Novato en un susurro casi inaudible.

Levantó la vista hacia el hombre y sólo sonríe, miró hacia al frente del auto y es como si no hubiera rastro de la pequeña zanahoria, sé que está ahí sentado, pero no emite ni hace un solo sonido, sólo veo que juega con sus pequeños dedos.

—Me gusta tu actitud. Ya veremos de qué estás hecho, así que no te lo volveré a repetir. —el viejo cabrón se mofa y yo sólo puedo soltar varias maldiciones en mi mente hacia aquel maldito engreído.

Con actitud desafiante me subo al maldito carro y confieso que jamás había experimentado que el ambiente se sintiera tan denso que fuera casi imposible respirar.

Pero de pronto me doy cuenta de algo.

¡Pod! ¡Mierda! Debí haberme reunido con él hace un par de horas, ahora estoy a punto de entrar en combustión, no puedo perder más el tiempo con distracciones.

Durante el viaje nadie habla, no han encendido la radio... Es más puedo jurar que escucho el aleteo de una mosca al pasar y siento el puto latir de mi corazón en los oídos.

Me siento sumamente extraño, no sé a dónde vamos, ni cuál sea la intención de este maldito viejo de mierda, pero mis preguntas se despejan cuando vemos que llegamos al CARP.

¿Qué puta mierda hacemos aquí?

El Novato voltea a verme y sé que quiere decirme algo, quiero preguntar qué hacemos aquí pero o soy muy transparente o todo el mundo puede leerme el pensamiento el día de hoy.

—¿Qué esperan para mover sus culos? no tengo todo el maldito día —dice el viejo mientras nos asesina con la mirada.

La pequeña zanahoria baja del auto y está cabizbajo, no dice una sola palabra y al pasar por mi lado, su pequeña mano hace un leve contacto con mi antebrazo y de inmediato se produce una corriente eléctrica, tal como sucedió en el restaurante al momento de tocar su mano, y creo que él también lo ha sentido porque levanta asustado la mirada y en ese pequeño instante puedo ver con claridad sus hermosos ojos color miel opacados por el semblante asustadizo.

Trató de reponerme al segundo, no puedo dejar que nada ni nadie me afecte y menos este chico o el jodido viejo.

—Baby debes irte a casa —le dice el tipo a la zanahoria, pero éste frunce el ceño no muy convencido.

—No... Esta vez no me iré padre.

¿Pero qué puta mierda? ¿Acaso la Zanahoria le ha llamado padre?

—Cómo gustes. —sonríe de manera intimidante, pero algo me dice que la contestación de la zanahoria lo ha hecho enfadar aún más y no sé qué por qué estamos aquí.

Los cuatro caminamos hacia el interior del CARP. En mi vida había cruzado la puerta, jamás me había atrevido a entrar a éste imponente lugar y ahora siento que mi corazón se saldrá del pecho.

—Bien Gun... ya que insiste en quedarte... Ahora serás testigo de una pelea de verdad bajo mis reglas. —dice tranquilo mientras el Novato y yo nos volteamos a ver sorprendidos.

—¿Papá?...

—A ver ustedes dos. Ya que tienen tantas ganas de pelear, van a subir al maldito cuadrilátero y me van a demostrar de qué están hechos.

—¿Qué quiere decir entrenador? —se escucha la grave voz del Novato.

—¿Entrenador? —Pregunto en voz alta sonando patéticamente confundido.

—Es obvio que no me conoces. —Dice el hombre— Soy Leo Atthaphan, y soy el entrenador de este centro.

¡Me cago en la puta mierda!

Ahora que por fin sé quién es este tipo, creo que he empezado a sudar frío, había escuchado de él y de su duro entrenamiento, pero también sé de lo que es capaz de lograr con la gente que entrena con él.

He escuchado de sus miles de reglas y vaya que me he ido de culo al descubrir que el padre de la pequeña zanahoria no es nada más ni nada menos que el gran entrenador Atthaphan y para acabar de tocarme las pelotas también es el entrenador del Novato.

Puta suerte de mierda... ¡Estoy jodido!

Si ganaba la pelea del sábado, Pod haría el intento por conseguirme un lugar aquí, sé que el señor Kanawut estaría presente... Pero mejor me quito ese pensamiento de la cabeza, con esto que pasó, dudo que el entrenador me acepte en este lugar.

Ahora aquí estoy desconcertado y preocupado por no saber que mierda me pase por la mente al entrenador, veo que el Novato va inmediatamente a los casilleros y saca la pequeña maleta y se va a los vestidores. 

—Dile a Nicky que te preste algo de ropa para que puedas subir al cuadrilátero. —jodida mierda voy a pelear para el entrenador Atthaphan.

El tipo me toca las pelotas, pero esta es una buena oportunidad y no pienso desaprovecharla no me importa si tengo que patearle el culo al Novato o al mismo entrenador.

Pero de pronto veo el asustadizo y pálido rostro de la pequeña zanahoria y aquella extraña sensación vuelve con más ganas, cómo si él supiera lo que está por suceder.

»Cuando por fin logramos cambiarnos los dos estamos listos para iniciar la pelea de exhibición que imagino que quiere el entrenador.

—Bien. La primera regla es que están prohibidas las peleas afuera del cuadrilátero sin importar el motivo. Eso ya lo sabes de memoria Thitiwat. —suelta casi dando gritos.

—No volverá a suceder señor. —puedo ver el rostro del Novato y veo su gran debate mental y recuerdo cuando su mente hizo el click al darme el primer golpe.

—Otra pelea de este tipo y quedas fuera sin importarme tus años de entrenamiento.

El entrenador me da una dura mirada y siento que quiere darme un buen golpe, sospecha de que fui yo quien pudo haber iniciado la pelea.

—De momento no voy a preguntar el motivo de la pelea, así que ya que tienen tantas ganas de darse unos buenos golpes, subirán a ese cuadrilátero hasta que uno de los dos caiga inconsciente.

—¿Pero papá? —la pequeña zanahoria protesta y veo el terror en sus hermosos ojos color miel.

—¿Tienen algún problema? —el viejo nos mira a ambos. Algo me dice que es una maldita prueba, y siento como corre la adrenalina por todo mi organismo.

—Ninguna señor. —responde el Novato.

Aunque pienso que esto será una dura masacre, no puedo quedar como un maldito cobarde de mierda, no cuando me he esforzado buscando una oportunidad.

Talparece que mi puta curiosidad podría dejarme algo muy bueno después de todo. Eshora de demostrar de qué mierda estoy hecho.

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ 

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