58. Tenemos que hablar

Antes de regresar a Phanadul, Gun logró convencerme de llegar con mi familia para hablar con ellos. En un principio, he de confesar que tenía miedo de lo que fuera a encontrarme, pero... Tampoco quería irme sin haber aclarado lo sucedido la noche anterior. Mi pequeño me hizo entender que no había que dejarlos con un mal sabor de boca pensando que nuestra visita fue en vano.

Al llegar, me tranquilizó darme cuenta que Dararat estaba bien y más tranquila de lo que imaginé. Todo es totalmente diferente a la última vez que estuve aquí.

Ahora entiendo lo que se refería el tío Pae al decirme que ella ha estado cambiando. No puedo evitar sentirme orgulloso al ver como los grupos de apoyo en verdad le han estado ayudando.

Lo cierto, es que es una mujer fuerte y valiente. Ahora sé que su vida no ha sido para nada fácil y joder, sólo con verla se me forma un nudo en la garganta.

Toda la noche no dejé de pensar en lo mismo, Gun tiene toda la puta razón. Si ella hizo lo que hizo, fue sólo para protegernos, aunque está de más decir que no fue la mejor decisión, pero yo no soy quién para juzgarla.

Por una parte me siento aliviado al saber que el cerdo ese no es mi padre como lo creí durante toda mi puta vida. Aunque bueno... Sompob Thitiwat es una mierda de persona, y definitivamente... No merece tener a Ohm como hijo.

Lo que realmente me da el bajón anímico, es que nuestro viaje no resultó cómo yo esperaba. La idea de quedarnos más días tuvo que ser pospuesta. No podíamos quedarnos, no después que Ohm me llamara para avisarme que la policía por fin había atrapado a Pod y a Sing.

La noticia me cayó como un balde de agua helada. Seré muy honesto, no me entusiasma la idea de tener que ir a ratificar mi declaración, tampoco puedo fingir demencia para que salgan libres e impunes, no después de todo lo que han hecho.

En un principio, Pae, pero en especial mi madre no pudieron ocultar su tristeza y desconcierto con nuestra repentina despedida. Obvio no podía decirles cual era el motivo de nuestro regreso. La cara que puso Dararat me dolió, no quería dejarla así, después haberme confesado algo tan importante. Pero tener que ir a Phanadul para apoyar a Ohm, es igual o más importante.

Con mayor razón ahora que sé qué somos hermanos.

»Estaba tan sumergido en mis pensamientos cuando de pronto escucho a Gun hablando con mi madre y con mi tío, expresando nuestro deseo de regresar en las próximas vacaciones y así poder quedarnos un par de semanas en Otapol.

Juro por lo más sagrado que en ese momento quise besarlo al escucharle decir eso. Fue hasta que mi pequeño Sol habló con ellos, que finalmente relajaron sus rostros. Sólo así, pudimos salir de casa tranquilos.

Una vez más... Gun me ha sorprendido gratamente.

El viaje de regreso es entre tranquilo y tenso. Imagino que es normal que me sienta de ésta manera, porque sé que tendré que atestiguar en contra de dos hombres que de una forma u otra, marcaron mi pasado para bien o para mal.

No obstante, lo que realmente me preocupa es hablar con Ohm y confesarle lo que he descubierto. Tengo que admitir que tal vez, en el fondo, temo su rechazo y que tome mal la noticia.

Pero sobre todo me preocupa que haga una idiotez.

—Todo saldrá bien, Ya lo verás. —Gun acaricia con ternura mi mano derecha como si estuviera leyéndome el pensamiento.

—Eso espero, Solecito.

—Ohm es un buen hombre, sabrá tomar la noticia con madurez —suelta acompañado de una bonita sonrisa que hace sentir mi pecho cálido.

No le respondo, sólo me limitó a esbozar una sonrisa, tomando su pequeña mano para llevarla a mis labios y depositar un beso en ella.

»Me sorprende que hayamos llegado a Phanadul en tiempo récord. La carretera prácticamente estaba despejada, es como si todo estuviera confabulándose para apresurar lo que es inevitable.

—¿A dónde vamos? —pregunta confundido al ver el camino que he tomado.

—Te dejaré en tu casa para que descanses.

—No... Quiero estar ahí contigo —protesta de inmediato y soy tan débil a esos ojos y a sus abultados labios en forma de puchero, que quiero aceptar, pero no creo que sea buena idea que esté conmigo.

No respondo de inmediato, en cambio guardo silencio tratando de meditar la situación, por lo que decido orillarme en cuanto puedo.

—¿Qué? ¿Qué pasa? —pregunta confundido.

—Por más que desee que estés conmigo, no creo que sea buena idea, amor —quiere protestar, es obvio que no le ha gustado mi negativa.

—¿Por qué?

—Bueno... Tú y yo sabemos cómo podría reaccionar Ohm, además... Me gustaría hablar primero con él.

Gun me mira pensativo, no está muy convencido que digamos, desvía la vista hacía la ventana tratando de procesar lo que he dicho.

—Sé que ese será un momento muy especial y a la vez muy difícil para ustedes, —susurra con la mirada baja— entiendo que yo no tengo nada que ver, pero... —suspira— no puedo evitar preocuparme por ti Papii —por fin me mira con esos hermosos ojos color miel.

Alzó la ceja fascinado ante su sorpresivo y cariñoso apodo.

—Sólo por favor promete una cosa.

—Lo que sea.

—Me llamarás en cuánto hables con él.

—Lo haré.

Esboza una tímida sonrisa, al tiempo que se quita con rapidez el cinturón de seguridad para ponerse a horcajadas y besarme. Sin dudarlo respondo gustoso apretando su delegado cuerpo contra el mío, sonriendo cómo el puto bastardo más afortunado del mundo que soy por tenerlo así.

—Llévame a casa, o no me hago responsable —dice susurrando contra mis labios. Me separó un poco sólo para verlo, sonrío al ver su precioso rostro enrojecido haciendo que sus bonitas pecas resalten más. Automáticamente mi polla se endurece con la sexy imagen a una velocidad increíble haciendo que resulte doloroso.

—Gun...

Abre los ojos de par en par en cuánto elevo las caderas contra su culo para hacerle saber lo que me ha ocasionado haciéndolo tragar en seco.

—Lástima que tienes que irte pronto, porque casualmente tengo el remedio perfecto para eso —responde en un hilo de voz ante mi provocación, al tiempo que mueve sus caderas contra mi adolorida polla.

Me cago en la puta mierda...

Estoy a punto de ponerme a jadear cómo un loco, por lo que hago un esfuerzo sobrehumano para contenerme y lo único que sale de mi garganta es un ronco gruñido en cuanto veo cómo se lleva su dedito a la boca tratando de aparentar ingenuidad, pero lo hace sin dejar de moverse.

¿Desde cuándo se volvió tan atrevido?

—Gun... —mi voz suena ronca y cargada de deseo.

—Lo siento —expresa con timidez haciendo el intento de bajarse y pasar a su asiento.

Creo que aún sigo en shock por lo que acaba de suceder, porque no logro reaccionar, lo hago hasta que escucho el clic del cinturón de seguridad... y finalmente salgo de mi estado de idiotez.

Le miró con detenimiento y mi puto corazón late tan rápido y tan fuerte que va a explotar con sólo verlo, tiene sus labios rojos e hinchados, su cara roja como un tomate que hace juego con su alborotado cabello.

Joder... Gun me tiene hecho un lío con esa extraña y perfecta mezcla de timidez y sensualidad que emana por cada poro de su ser.

Sin decir una palabra, enciendo el auto para continuar nuestro camino, pero ahora tomo otra ruta, y un sonido de asombro se hace presente al darse cuenta del lugar a donde me dirijo.

—¿P-Papii?

—Si piensas que voy a ir con tu padre y con Ohm teniendo una dolorosa erección, estás muy equivocado, Solecito.

En cuánto llegamos a la que será nuestra casa, él me mira con ese brillo especial en sus ojos, gruño al ver que están llenos de deseo, estoy seguro que yo no me quedo atrás. No puedo evitar sonreír cómo un idiota al escuchar como suelta una escandalosa carcajada en cuanto le ayudó a bajar del Jeep y me lo llevó adentro cargándolo como un pequeño costal de papas.

»Su cabello está desparramado en mi cama, estoy completamente absorto en él, embriagado por su aroma, me siento absolutamente hechizado al escuchar los dulces sonidos que salen de su deliciosa boca. Todas esas sensaciones me invaden mientras me pierdo adorando cada centímetro de su perfecto cuerpo y le hago el amor como él se merece.

—Te amo, Papii —susurra y su cálido aliento contra mi cuello provoca muchas más sensaciones— Te amo demasiado.

—Te amo más Gunnie —respondo jadeante, a cambio él encaja sus uñas en mi espalda haciéndome gemir. Un nuevo gruñido se hace presente en el momento exacto que su orgasmo llega, y no duda en arrastrarme con él haciéndome estallar en mil pedazos.

Por unos instantes, nos quedamos así, unidos piel con piel, sin poder diferenciar donde empieza uno y termina el otro. No hay un principio o un final. Somos uno solo, jadeando y tratando desesperadamente de regular nuestras agitadas respiraciones después de nuestro potente orgasmo.

Le beso con ternura la nariz y la frente, mientras siento como su corazón late a mil por hora, pero el sonido de su risita me hace alejarme un poco para mirarlo.

—¿Qué? ¿Por qué sonríes?

—Me llamaste Gunnie —responde con ternura, y yo juro que muero de amor por él.

—¿Te molestó?

—No. Nunca me habían llamado así —sonríe y sus cansados ojos desaparecen.

Suspiro porque no quiero dejarlo así, pero debo buscar a Ohm para ir juntos a la estación de policía.

—Ve, te prometo que de aquí no me muevo. —ahora él besa mi nariz, leyéndome una vez más el pensamiento.

—¿Seguro?

—Uhum... —responde mientras sus ojos se cierran.

Aprovecho que está dormitando para dame una ducha rápida. Al terminar me cambió con rapidez y cuando estoy listo, salgo, y veo que está completamente dormido, automáticamente una sonrisa se me escapa al imaginar que así podrían ser todos nuestros días.

Gun... Gun... Gun ¿Qué estás haciendo conmigo?

Veo el reloj, he de apurarme para ir rápido por Ohm. Y al llegar a la dirección que me envió por mensaje, me sorprende ver dónde vive.

Es un departamento en una zona modesta, se ve que es tranquila, en cuanto llego le mando un mensaje, por lo que en menos de cinco minutos sale. Tengo los putos nervios hechos mierda, necesito calmarme, o él empezará a sospechar. Pero por más que lo intento, no puedo.

Lo veo caminar hacia el jeep a paso lento, es obvio que aún está adolorido y exhalo frustrado al ver como ese puto moretón le ha deformado prácticamente el rostro.

—¿No pudiste traer un auto más alto? —se queja entre maldiciones al subirse al Jeep.

—A la próxima te traigo no sé, un tipo de escalera —se escucha algo parecido a una carcajada.

—No me hagas reír Imbécil, que aún me duele —se queja y maldice dándome un leve golpe en el brazo.

—¿Listo? —le miró y él asiente levemente.

Apenas hemos avanzado unos cuántos metros y empieza a formarse una extraña tensión, pero sé que es de mi parte.

—¿Qué tal el viaje? —pregunta de la nada y no puedo evitar ponerme rígido.

Sé que me está mirando a la espera de una respuesta que no llega. Mierda, hasta creo que he empezado a transpirar.

—Tú y yo tenemos que hablar seriamente. Podemos hacerlo después de ir con la policía. —le miró de soslayo y su rostro es de pura confusión.

—¿Por qué no hablar de una vez?

Doy un largo suspiro, antes de mirarle.

—Porque ahora no es buen momento para hacerlo.

—Detén el auto —suelta con su voz gruesa.

—Thitiwat...

—No lo voy a pedir dos veces Jumpol, detén el jodido auto.

A pocos metros más adelante está un parque cerca del CARP, no es un lugar adecuado para hablar, pero en vista que Ohm no cederá. Simplemente me orillo y apago el motor.

—Ven, vamos a esa banca para hablar —abro la puerta para salir, pero él no coopera en lo absoluto y le escucho decir:

—No. —Refuta prácticamente gruñendo— vamos a hablar aquí, cierra la puerta —demanda.

Vuelvoa suspirar exasperado, si tenía y debía hablar con él, esta no era la formacómo lo tenía planeado.

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ   

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