46. Punto muerto

Para ser el primer torneo de Jumpol ha estado bastante concentrado y definitivamente demuestra que se ha estado esforzando hasta romperse el culo en cada uno de los entrenamientos. Y por alguna extraña razón... me da gusto por él.

Pero de pronto recuerdo que ambos estamos compitiendo por lo mismo, y ambos queremos lo mismo... salir ganadores, y estoy seguro de que lo conseguiré.

Porque la sola idea de tener otro empate con él, la verdad para mí sería una completa mentada de madre.

Todavía me acuerdo cuando el entrenador nos hizo pelear hasta que los dos terminamos muertos y desplomados para que al final saliera con que fue un empate.

Aunque entiendo la postura que tuvo ese día el entrenador, sin ser conscientes nos estaba dando una lección más. Sólo que Jumpol ni yo lo vimos de esa manera.

Aquella vez me enfureció por ser absurdo, a pesar de que ya han pasado varios meses desde ese día, y la relación con Jumpol ya ha cambiado por completo... aún no puedo considerarlo un amigo, pero tampoco es mi enemigo y pienso que es recíproco.

Creo que los dos estamos en un extraño, pero... favorable punto muerto, en dónde ya no hay un tipo de enemistad o rivalidad, y si lo hubiera, sería sólo en lo deportivo, pero es una rivalidad sana, bueno... al menos así yo lo siento.

—¡Vamos Jumpol! ... ¡Acaba con él! —mi grito de apoyo ha salido casi sin pensarlo, es obvio que no puede responderme, pero el choque de sus puños me hace saber que me ha escuchado.

Cuando Sang intenta atacar a Jumpol, éste logra bloquear el ataque aplicando un precioso uppercut y de pronto veo cómo Jumpol está hecho una furia, por lo que la gente se vuelve loca y empieza a gritar su nombre de manera eufórica.

—¡Vamos Off!... ¡Tú puedes! —a pesar del gran tumulto soy capaz de reconocer esa voz en cualquier parte del mundo y bajo cualquier circunstancia.

De manera inmediata Jumpol se frena de pronto mostrándose un poco sorprendido y eso le da un descanso a su oponente, pero todo cambia cuando se escucha:

—¡Tú puedes amor! ¡Acaba con él! —ésas palabras que se vuelven energía pura para Jumpol... Para mí son un golpe que me trae a la realidad.

Gun está enamorado y no es de mí... Aunque ya me había hecho a la idea... Admito que muy en el fondo de mi ser aún tenía la esperanza de una oportunidad.

A pesar de que duré tantos años enamorado de Baby, me doy cuenta de que ya no duele cómo antes.

Tal vez... porque durante todos estos meses he podido darme la oportunidad de conocer a un chico lindo y maravilloso, Flukie, que sin importar nada siempre tiene una palabra de ánimo y una linda sonrisa que me hace sentir feliz, y el poder platicar con él, no sé... Me hace sentir en paz.

Cuándo la pelea por fin termina, Jumpol alza las manos victorioso y baja con otra actitud totalmente diferente de como inició y sin pensarlo digo.

—Felicidades... Has ganado limpiamente... —se lo digo con toda sinceridad y con ello estoy admitiendo definitivamente mi derrota, y decido hacerme a un lado para que él y Baby puedan ser felices.

La mirada que me da es de total desconcierto, no sabe si lo he dicho por la pelea o por Gun, tal vez pudiera decirle que es por ambos, pero prefiero que se quede con la duda.

—Hola Papii... —la voz de él se escucha a mis espaldas y en cuanto volteo me encuentro frente a mí una imagen que aunque no lo quiera me resulta dolorosa.

Jumpol lo tiene en brazos con una estúpida sonrisa de enamorado que no puede con ella, mientras que Gun sin importarle que su padre esté a unos cuantos pasos de aquí, le besa con demasiada ternura y el entrenador rápido empieza a lanzar maldiciones y bajos gruñidos.

Así duran unos cuantos minutos, ambos completamente perdidos en su mundo, por lo que prefiero evadir la mirada, porque una cosa es que me haya resignado y otra muy diferente es diga que no siento nada.

»Mientras el entrenador maldice libremente de lado a lado, vemos la pelea de Kang para dar por terminada con ésta ronda de eliminación.

—Te he extrañado Sol, —escucho a mis espaldas

—Y yo a ti, mi amor —le responde con demasiada ternura y creo que he tenido suficiente.

El hecho de que admita que he perdido a la buena no significa que soy inmune, a pesar de que ya no es lo mismo... Aún me cuesta un poco.

Me pregunto ¿si alguna vez yo tendré la oportunidad de estar así con alguien?... y si ese alguien es Flukie.

De nuevo miro hacia esa área especial dónde lo vi hace un rato, pero ahora no está ahí, por lo que empiezo a buscarlo con la mirada y lo veo a un lado de Mew y Tay, verlo sonreír hace que se me escape una débil sonrisa.

Cuando el parlante anuncia que Kang ha salido victorioso, todo el equipo vitorea, ahora tenemos un descanso de quince minutos, para dar inicio a una nueva ronda.

No me atrevo a mirar, pero las sonrisas tanto de Gun como de Jumpol están a punto de que me provoquen diabetes de lo cursis y empalagosos que son. Quisiera ir a saludar a mis amigos, pero recuerdo que no puedo salir ni menos desconcentrarme, así que en lugar de quedarme aquí y ver como éstos vomitan unicornios y cagan bombones, mejor voy rápido a los vestidores para estirar un poco las piernas.

—¿A dónde rayos crees que vas? —la dura voz del entrenador me frena.

Si le digo que a los vestidores, me hará regresar justo por donde salí, así que optó por decir una mentira piadosa.

—A cagar —es lo primero que se me viene a la mente y hace un extraño gesto mientras mueve las manos como loco para que mejor guarde silencio, al tiempo que mis compañeros ríen ante mi atrevimiento.

—Tienes cinco minutos Thitiwat, no me importa si tienes diarrea... te quiero aquí en cinco minutos ¿te quedo claro?

Levantó el dedo pulgar, y afirmó con la cabeza, porque ni siquiera puedo responderle, a menos que quiera morir, porque si abro la boca voy a reírme como foca retrasada.

Mientras me alejo escucho todo tipo de murmullos a mis espaldas y a una peculiar pareja hacerse arrumacos, por lo que aceleró el paso.

Al llegar me paro frente al espejo y me pasó las manos por la greña pero un ruido me alerta de que no estoy solo.

Me asomo con discreción, pero no veo a nadie, por lo que supongo son alucinaciones mías, pero de nuevo escucho un ruido mucho más cerca, por lo que giro de manera abrupta y de pronto todo se vuelve negro...

Tras la insistencia del entrenador Atthaphan quién no ha parado de decir que estar acá no es sano y sólo está provocando distracciones, mi sol me mira con ojitos de cachorro, pero una vez más su padre le recuerda que prometió no hacer nada estúpido. Así que con un adorable puchero, se pone de pie y ante la mirada quisquillosa de curiosos me sujeta el rostro para darme un último beso antes de irse de vuelta con sus amigos hacia las gradas.

Ya han acomodado todos los resultados en la pizarra, y por fin ha llegado la pelea clave para mí, y una por la que estábamos esperando muchos, el encuentro de Ohm contra Sing.

Mientras que Sing ya está listo y esperando a su oponente en el cuadrilátero, su estúpido rostro engreído y fanfarrón tiene una extraña sonrisa. Juro que deseo borrársela de un puñetazo, pero de pronto me doy cuenta de algo...

—¿DONDE MIERDA ESTA OHM?, el grito del entrenador nos pone a todos en alerta.

Hago memoria y ahora que recuerdo... desde que apareció mi Sol no volví a ver a Ohm, miro de vuelta al cuadrilátero y ese gesto socarrón que hace Sing me da la corazonada de que él está detrás de todo.

Los parlantes han llamado a Thitiwat por tercera ocasión y si no se presenta de inmediato quedará automáticamente descalificado.

—Ve al baño y sácalo de ahí —el entrenador le grita histérico a Nicky, veo sus ojos pero eso que veo no es enojo... Es miedo.

Hago el intento de moverme para ir a buscarlo, pero su arrugado dedo me señala de forma intimidante.

—Ni se te ocurra mover el culo de tu lugar —y a pesar de que tengo un mal presentimiento no tengo más opción que hacerle caso.

Cuando se escucha el sonido del altavoz, sabemos lo que va a decir, al no haberse presentado Ohm ha sido eliminado de la competencia y con ello Sing ha ganado por default.

—¡PUTA MIERDA! —grito furioso sin poderlo evitar y el pendejo de Oh sigue mofándose, ahora ya no me queda la menor duda de que ese imbécil tuvo algo que ver. Ahora lo que en verdad importa es que Ohm aparezca y saber dónde jodidos ha estado.

—Tratemos de calmarnos un poco, Thitiwat tiene que aparecer y ya nos dará una explicación —la voz pacífica del señor Mike se oye a mis espaldas, pero la mirada del entrenador Atthaphan lo dice todo.

—¡Entrenador!¡Entrenador! —la voz histérica de Nicky hace que todo el equipo se ponga en pie.

El Coach sale corriendo hacía la dirección de Nicky sin importar que la gente le mire curiosa. Nos miramos entre todos y ninguno puede quedarse en su lugar, y menos cuándo el señor Mike es el primero en salir corriendo.

Sólo entonces le seguimos todos sin importarnos una mierda que el resto de los competidores así como los jueces nos miren sin saber que rayos está pasando.

Al llegar a una área aislada de los vestidores, todos frenamos en seco ante el impacto, es justo ahí dónde por fin vemos a Ohm, pero ojalá y no lo hubiera visto, porque en estos momentos tengo unas enormes ganas de matar a ese hijo de perra de Sing.

—¿Qué esperan para llamar a los paramédicos? —la ahora voz temblorosa de Mike saca al entrenador Atthaphan de su trance.

Vemos que se acerca al cuerpo desplomado de Ohm y sin importar el charco de sangre se acerca completamente afectado.

—Quién te haya hecho juro que lo pagará muy caro, hijo —susurra el entrenador.

El exceso de ruido en el exterior se escucha como zumbidos en mi oído, entre empujones nos sacan a todos para darle acceso rápido a los socorristas quienes entran con una camilla.

Todos miramos atentos desde afuera de los vestidores mientras vemos como se llevan a un inconsciente Ohm y mi alma cae al piso al ver su excesiva palidez, tal vez por la gran cantidad de sangre que perdió.

El entrenador nos mira bastante preocupado, está en completo shock por todo lo que está sucediendo.

—Ve con él, yo me quedaré con los chicos hasta que esto termine —manifiesta Mike y todos asentimos con la cabeza.

El entrenador nos mira y todos los empezamos a darle palabras de ánimo, para que vaya con él.

—Cuídense muchachos y por favor... No hagan nada estúpido, quién le haya hecho esto a Thitiwat lo pagará, eso se los prometo. —su voz decaída está muy lejos de ser la de ese altanero que nos pone a temblar con un chasquido.

Mientrasque el altavoz sigue anunciando a los siguientes oponentes, nosotros vemos comoel entrenador sale junto a un Ohm inconsciente con rumbo al hospital.

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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Maldito Sing... no quiero editar el siguiente Cap... temo por Gun... ayudaaaa

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