41. Dejar ir

—Por el amor de Dios, ¿Acaso no me estás escuchando? —mi tono de voz casi sale en un ladrido cómo perro rabioso y eso hace que mi tonto e incondicional amigo se ría vilmente en mi cara, ¡en mis propias narices!

Después de que eché a Jumpol de la casa, sentía que si me quedaba ahí, haría una revolución por lo sucedido, así que sin pensarlo llamé a mi mejor amigo y ahora aquí estoy caminando de lado a lado en el enorme salón de su casa cómo si fuese un maldito león enjaulado.

—Por supuesto que te escucho, pero vamos a ver Leo... —habla con voz pausada tratando de llamar mi atención y con eso deje de comportarme cómo un animal— Dices que los sorprendiste en la cocina...

—... Y ése mocoso idiota lo estaba cargando por el culo mientras le tragaba completamente la boca y mi hijo parecía un jodido koala que colgaban de él... ¿Puedes creerlo?¡se estaban comiendo la boca y en mi propia casa! —sólo con recordar la escena se me revuelve el estómago y juro que si éste mugroso vuelve a reírse le tirare un maldito puñetazo.

—Vamos amigo, por mucho que te duela debes reconocer que tu Gun ya es un adulto y en algún momento tendrá que dejar el nido y volar.

—No me jodas con eso Mike, apenas tiene dieciocho, además ésta es su "primera relación" —digo entre comillas con molestia— además no me vas a negar que en ese sentido Jumpol está bastante vividito, digo no hay que ser muy inteligentes para saber que le lleva muchísima ventaja...

—Eso es un poco injusto de tu parte ¿no crees?¿o ya olvidaste que tú a su edad andaba de cama en cama? —me jode reconocer que tiene razón.

—Lo lamento... No quise decirlo de esa manera.

—No olvides que Gun es un buen chico que nunca te ha dado ningún problema y dudo mucho que vaya a empezar a dártelos ahora. —enfatiza las últimas palabras como si fuera incapaz de poder entenderlas.

—Si lo es...

—No es por nada, pero Off te ha demostrado con hechos que va muy en serio con tu hijo y no es por defenderlo, pero los dos hemos sido testigos de cómo ha madurado ese chico y ambos sabemos que en parte ha sido por la cercanía que ha tenido con tu hijo.

—Lo sé...

—Entonces, si lo sabes ¿A que le tienes miedo?

—A que le rompan el corazón —confieso finalmente sintiéndome el hombre más patético del mundo, mientras él procesa en silencio mi ridícula confesión.

—Bueno... —se toma el tiempo para formular sigilosamente sus palabras— Si algún día eso llegase a suceder... Ahí estarás tú para él, —suelta encogiéndose de hombros tranquilamente— esa es la ley de la vida hermano, y Gun tiene que aprender de alguna manera que la vida real no sólo está llena de palabras bonitas y felices para siempre, nos guste o no, eso es algo que solamente él puede descubrir y que mejor que lo haga con tu apoyo a que lo haga a escondidas... ¿No lo crees?

Joder... Odio cuándo asume el papel de hombre sabio.

—Vamos Leo... Durante todo este tiempo te has dedicado a poner colchonetas alrededor de tu hijo desde que ella se marchó, y no te juzgo... Al contrario... Te admiro por ello, porque has tenido la fuerza y las agallas para guardarte el dolor de su partida y usarlo para sacar a tu hijo adelante y cada vez que lo veo me convenzo de que has hecho un extraordinario trabajo con él... Y te admiro por ello cabrón, porque lo que tú has hecho no ha sido nada fácil y es digno de admirar, cualquier otro en tu lugar ya se hubiera no sé... casado o conseguido a alguien más para que le ayudara, pero tú no... —Sus palabras me llegan de golpe de una manera abrupta porque están llenas de verdad, mientras que una ola de recuerdos, con tanto dolor reprimido me hacen tambalear por completo. La mirada que me dio mi niño cuándo le dije que su madre se había marchado y que nunca más regresaría, me ha perseguido todos estos años, y si en mi está evitar que me vuelva a ver con aquellos ojos llenos de dolor, juro que haré hasta lo imposible—. Lo único que no apruebo y es algo que te he dicho siempre... —las palabras de Mike me traen de vuelta— es que quieras convertir su mundo en un lugar de fantasía, sin dolor, y sin ningún tipo de fracasos, dónde sólo caguen mariposas, arcoíris, bombones y todas esas madres, cuándo la vida real es todo lo contrario... —dice con ese gesto exagerado y una frágil sonrisa aparece de pronto.

—¡Eso no es cierto! —refutó en mi patética defensa, cuándo sé que es así.

—A otro tonto con ese cuento... Te conozco lo suficiente como para que me quieras ver la cara de idiota... —dice en un tono más enérgico de lo normal— Si de algo he sido testigo, es que cómo has dado todo por tu hijo y eso es válido, pero no lo quieras hacer pasar por un chico débil e indefenso, porque Gun podrá tener una apariencia frágil, pero ese muchacho es más fuerte que tú y yo juntos y lo sabes.

Por mucho que quiera refutar a eso... Sé que Mike tiene toda la razón del mundo.

—Hay veces que no me agradas en lo más mínimo.

—Repite eso hasta que te lo creas... —maldito engreído.

—No entiendo en qué momento creció tanto y tan rápido...

—Dímelo a mí... Gulf a veces le da por quedarse a dormir en la casa del novio ese que tiene, —abro la boca incrédulo— Ya sé lo que estarás pensando, y te doy la razón... pero prefiero que lo haga con mi consentimiento a que se escape en las noches y se ponga en riesgo.

—¿Te has vuelto loco?

—No... Recuerda lo que es tener su edad.

—Joder sí que me acuerdo y eso me da más miedo...

—Hermano... Nosotros sí que éramos un completo desastre a su edad, vaya que si nos metimos en un sinnúmero de peleas innecesarias, líos de amores y tomábamos al por mayor...

—Ni me lo recuerdes... —ambos reírnos débilmente al recordar aquellos tiempos.

—Pero lo cierto es que nuestros hijos no son cómo fuimos nosotros, están muy lejos de serlo... Porque ellos son más inteligentes de lo que tú, Natouch y yo fuimos a su edad.

—Tienes razón...

—¡Sí que la tengo! ¡Joder!

—Pff —bufo molesto— pero no tienes que restregármelo en la cara cada cinco minutos.

—Ese es el chiste...

—Entonces... ¿Qué sugieres?

Mike medita en silencio todos los pros y los contras antes de abrir la boca.

—Primero... Deberías llevarlo al torneo.

—Eso es una locura —respondo con rapidez— además Jumpol también está de acuerdo conmigo en que no vaya. —ahí está otra vez su clásico gesto fruncido en señal de que no está de acuerdo.

—A ver... ¿Desde cuándo tú y Off deciden por Gun?, o es que ¿Acaso él no tiene voz ni voto en lo que realmente quiere?

—¿Sigues con lo mismo?

—Eso mismo que te pregunto yo...

Estoy a punto de responderle a éste tonto cuándo de pronto me sorprende ver al otro mosquetero Lee Natouch con su enorme sonrisa, porque se imagina de lo que estamos hablando.

—¿Tú de qué te ríes? —preguntó con hostilidad.

—De lo idiota qué estás. —dice antes de tomar asiento en un sillón individual mientras observa a Mike y a mí como si estuviésemos en juego de ping pong.

—¿Pensé que no vendrías? —comenta Mike y yo lo miro sorprendido.

—¿Le dijiste que viniera?

—Sí, eso hizo en cuanto colgó contigo y obvio no me iba a perder el espectáculo, así que quita esa cara de mandril con estreñimiento. —dice tranquilamente cruzándose de piernas y automáticamente suelto una carcajada al escuchar sus ocurrentes palabras—. En que van...?

—¡Cómo los quiero, carajo! —digo sin ningún pudor, porque a pesar de que tenemos apariencia ruda, lo cierto es que los tres tenemos más, mucho más... tenemos una verdadera amistad de toda la vida, y saber que nuestros hijos también son los mejores amigos, nos hace felices.

—En qué Leo odia a su yerno, pero debe de aprender a dejar ir a Gun o ese pajarillo se irá por la ventana para no volver.

Mi risa automáticamente desaparece al escuchar aquellas palabras y tanto Lee cómo Mike se han dado cuenta de ello.

—Hermano, no quise decirlo de esa manera —las palabras de Mike son sinceras y puedo ver en su mirada lo arrepentido qué está al abrir la boca sin pensarlo.

—Gun no se irá cómo lo hizo ella, —Lee habla con la voz más tranquila posible.

—En algún momento tengo que dejarlo ir —admito aunque me duela reconocerlo.

—Si lo hará, cómo en algún momento también se irán Gulf o mi Flukie, es la ley de la vida... Y cuándo eso suceda ahí estaremos para ellos y les haremos saber que las puertas de su casa siempre estarán abiertas para ellos.

—¿Quién mejor que nosotros sabemos cuántos muchachos son echados de sus casas y andan vagando sin rumbo? —dice de pronto Mike.

—Tiene razón, no me gusta hablar de más pero ahí están los casos de los chicos del CARP... ¿Cuántos de ellos no han tenido problemas? y algunos de ellos en verdad serios y si no fuera por el centro y porque han buscado apoyo no hubieran logrado salir adelante, pero también a cuántos de ellos les han cerrado las puertas y no han tenido suerte. —de nuevo Lee tiene toda la razón.

Lo primero que se me viene a la mente son mis muchachos Jumpol y Thitiwat, cómo sus vidas han sido tan difíciles y tan complicadas, pero ahí están dando siempre lo mejor de sí y callándome la boca de vez en cuando.

—Tienen toda razón. —admito finalmente un poco avergonzado por mi conducta posesiva y controladora hacia mi único hijo.

—¿O acaso tú crees que me gusta ver a mi Flukie enamorado de Ohm y éste sólo lo vea cómo a un amigo más porque está enamorado de otra persona?, pero yo no puedo hacer nada, ni tomar decisiones por él, sólo me queda estar ahí para ayudarle a levantar los pedazos rotos de su corazón.

Escuchar aquello me oprime el pecho porque yo mejor que nadie sé de quién está enamorado Ohm y en parte me siento culpable por alentarlo cuándo era más que obvio que el corazón de mi hijo ya tenía un nombre y apellido.

—Brindemos —propone Mike mientras sirve en tres vasos un poco de whisky.

—¿Se puede saber el motivo? —preguntó algo confundido.

—Porque hay que aprender a dejar ir —dice alzando su vaso de vidrio.

—Por caer y levantarse —añade Lee— y los dos voltean a verme a la espera de que agregue algo más.

—Por nuestros hijos, para que siempre sean mejores que nosotros. —digo finalmente y al parecer eso es más que suficiente para que los tres vasos choquen entre sí.

—Aménpor eso, hermano —responde Mike con una enorme sonrisa llena de satisfacción,mientras que Lee me guiña el ojo al saber que mañana haré lo correcto.

𝕰𝖛𝖎𝖎 𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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Que lindos amigos. Que bellos papás!!

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