29. Esto es lo que soy

Puta Mierda...

Esto es más difícil de lo que pensé.

Ahora que creo que es el momento de hablar sobre mis mierdas con él, y estamos sentados frente a frente mi sol y yo, no tengo ni puta idea de por dónde comenzar.

Jodido fraude.

No puedo dejar de mirar su pecoso y hermoso rostro y como sin decir una sola palabra sus hermosos ojos de cervatillo asustado esperan paciente a que empiece a hablar.

El problema es que las palabras no salen... Como ya es mi costumbre.

Y una vez más me pongo a pensar si es buena idea contaminarlo con todas mis mierdas, y cuando estoy por desistir, de pronto sus palabras dichas hace un momento llegan a mi mente de golpe.

"Off, antes de que empieces a hablar... Debes de saber que pase lo que pase te voy apoyar siempre y que esto que estoy sintiendo por ti no va a cambiar".

¿Qué mierda estás haciendo conmigo solecito?

No puedo dejar de preguntarme una y otra vez, mientras miro su precioso rostro y en el fondo creo saber la respuesta... Sólo que me aterra un poco, y no miento cuando le digo que sólo con él podría hablar sobre mi patética vida, pero de momento el problema es que no sé por dónde empezar.

—Todo estará bien, Off... —dice al mismo tiempo que se acerca un poco más quedando sólo a unos centímetros de mi cuerpo.

—Es que no sé por dónde empezar... —confieso sintiéndome el tipo más patético, y para mí sorpresa él no se burla, sólo me mira con sus hermosos ojos color miel y está pensativo.

—Mmm... Puedes empezar por decirme cuando es tu cumpleaños —comenta mientras juega con sus diminutos dedos.

—El veinte de enero —respondo con facilidad.

—Yo soy del cuatro de octubre, y ¿Naciste en Phanadul?

—Sí, pero cuándo era muy pequeño me fui a vivir a la casa de la familia de mi mamá... Ellos son de Otapol. —vuelvo a responder sin problemas.

—Nunca he conocido Otapol, sería agradable poder un día conocerla... Qué tal si un día vamos de fin de semana y sirve que ves a tu familia. —Gun tiene una manía de que cuando está nervioso habla tan rápido que apenas y le entiendo.

—Hace mucho que no veo a mi familia... —suelto de pronto y me sorprende con qué facilidad este pequeño curioso está sacándome información y por la sagrada mierda, sólo espero que siga preguntándome cosas, porque así me será más fácil responder.

—Ohhh... Pues más a mi favor, ¿te gustaría ver a tu familia? —deja caer una bomba de tiempo y por la gran mierda, no sé cómo responder a eso.

—La verdad es que no lo sé... —Gun me mira curioso y me da ternura ver como su mente está maquinando la siguiente pregunta.

—¿Quieres hablar sobre eso? —y ahí está, la pregunta que no quería que llegara, y creo que hasta he empezado a sudar, al parecer Gun se ha dado cuenta de mi inquietud y se pega aún más a mí.

—Yo... —me aclaró la garganta, nervioso.

—Si no quieres hacerlo no lo hagas —dice acariciando mi incipiente barba porque ni siquiera tuve el tiempo de afeitarme.

—Ven aquí pequeño curioso... —me recargo en la cabecera de la cama porque si voy a hablar de esta mierda es obvio que lo necesito junto a mí lo más cerca posible, tanto como si fuera mi tabla personal de salvación.

Gun no se queja, y no protesta, sino todo lo contrario, su cálida sonrisa me alienta y me sorprendo al ver como su pequeño y delgado cuerpo encaja a la perfección con el mío mientras lo subo a mi regazo y él me mira atento a todo lo que tenga que decirle.

—Ahora que lo pienso no sé si tenerte así sobre mí sea una buena idea... —le digo con un poco de diversión tratando de romper la tensión que tengo y cómo si él me leyera la mente se acerca para darme un pequeño beso.

Mierda... No hay nada que no me guste de él y definitivamente me encanta cuando inconscientemente hace esos pequeños sonidos al besar, ya que me provoca querer besarlo aún más... pero si lo hago toda mi dosis de valentía se irá a la mierda en un abrir y cerrar de ojos.

Pero parece que Gun me vuelve a leer el pensamiento y se recarga sobre mis rodillas y empieza a jugar con mi cabello y su cálida mirada me dice que en efecto puedo confiar en él.

—En Otapol viví hasta los quince años en la casa de mi abuelo junto a mi madre y mi tío —doy un largo suspiro— Nunca conocí a mi padre, mi mamá nunca quiso decirme quien era, ni le gustaba hablarme de él, por lo que con el tiempo, sólo deje de preguntar... pero tengo la sospecha de quien pueda ser.

—¿Por qué te fuiste de casa a esa edad? Dios Off... Si eras prácticamente un niño.

—Cuando eres muy chico la mayoría de las veces no prestas atención a todo lo que pasa a tu alrededor, yo no lo hacía y había ocasiones cuándo yo era niño, que veía como mi mamá lloraba en su cuarto y tomaba hasta el grado de quedar inconsciente. —mierda mi voz está empezando a debilitarse— él que siempre me mantuvo a flote y quien se ha hecho cargo de mí ha sido mi tío y lo sigue haciendo hasta la fecha, ya que él es el que ha estado pagando mi departamento y la universidad aquí en Phanadul con la única condición de que termine la escuela.

—¿Qué hay de tu abuelo?, vi cómo se te oscureció la mirada al nombrarlo...

Mierda... Por un momento olvidé que mi sol además de ser el chico más hermoso, es el chico más listo.

—Es un pendejo de mierda que no merece seguir viviendo —escupo con odio.

—Si no quieres hablar de él está bien Papii...

¿Papii? Por la puta mierda ¿Cómo no querer a este chico si es la pura ternura andando?

Un momento... ¿Pero qué mierda acabó de pensar? ¿en serio? ¿Querer a Gun? ¿Pero si apenas lo conozco?

—¿Te molesta que te haya llamado así? —pregunta confundió al ver mi asombro.

—No, no me molesta... Tú puedes llamarme como desees. —mi respuesta es recompensada con dos hermosas medias lunas.

Es increíble como éste pequeño curioso ha logrado escalar mis muros a pasos agigantados y lo más gracioso de todo... es que él no tiene ni puta idea de todo lo que me provoca.

Así que intentó quitarme de la cabeza esos pensamientos, para seguir...

—Cómo te dije hace rato, quién se encargaba de todo, no sólo de mí, era mi tío, él es quién está al frente del negocio familiar, así que yo sólo tenía que avisarle a donde iría y a qué hora regresaría, y empecé a salir sin medida, quería estar fuera de casa la mayor parte del tiempo, porque para variar, no había día en que mi madre no estuviera completamente ebria y eso empezó a enfadarme al grado que salía con mis amigos y empecé a beber para desahogarme un poco-

—Lo lamento tanto... —me interrumpe y yo inconscientemente exhalo el aire que había retenido.

—Un día que salí, cuando el alcohol ya no fue suficiente, probé por primera vez la droga, pero no me sentí bien, así que preferí irme a casa y cuándo llegué escuché los gritos y el llanto más fuerte de mamá, no tienes idea de cómo me asusté, al grado de correr sin importar que tan mal me sentía, y al llegar a su habitación ni siquiera toqué, sólo entré y miré al cerdo de mi abuelo queriendo tocarla. —No puedo evitar sentirme patético y mis manos cubren mi rostro al recordar aquella puta y asquerosa escena, he de verme cómo la mierda pues de pronto Gun se me lanza encima y me abraza tan fuerte que su calor me reconforta, y de nuevo mi pequeño y precioso sol me motiva a seguir contando ésta mierda—. Te juro que cuando vi aquello olvidé quién mierda era él y lo golpeé tanto como pude, te juro que deseaba matarlo con mis propias manos, no sé por cuánto tiempo lo golpeé al grado que estuvo internado en terapia intensiva un par de semanas, cuándo mi tío supo lo que pasaba, no se tocó el corazón para mandar a la cárcel a ese cerdo de mierda ¿Te das cuenta? Mi mamá era violentada por su propio padre en nuestras narices, cuando empecé a atar cabos te juro que vomité del asco al imaginar que... —Dios bendito ni siquiera puedo terminar la frase.

—De qué él pueda ser tu... ¿Padre? —Gun termina la frase en un hilo de voz y yo sólo asiento avergonzado y asqueado de mi puto origen—¿nunca has hablando de esto con tu mamá?

—No, porque no imagino lo doloroso que ha de ser para ella todo esto, si mis sospechas son ciertas ¿te imaginas el adefesio que soy?

—No te digas así, porque no lo eres... Además tú no tienes la culpa de lo que pasó con tu mamá.

—Si lo es... la dejaba sola con ese cerdo de mierda.

—Eras sólo un niño, además tú lo has dicho tu tío se hacía cargo de todo... ¿Cómo iban a saber lo que pasaba? no debes ser tan duro contigo.

Dios... Esto es tan difícil de hablar que temo que en cualquier momento me ponga a llorar como un maldito niño asustado.

Pero una vez más Gun logra derribar todas mis putas barreras y sin decir una sola palabra, sólo me abraza tan fuerte que su cálido cuerpo me reconforta y me motiva a seguir.

—Ella ha estado asistiendo a un grupo de apoyo, y tengo miedo de que si hablo con ella vuelva a recaer por mi culpa. —confieso.

—¿Y qué hiciste al huir de casa?

—Qué no hice, Solecito... —me separó un poco de él, avergonzado al recordar todas las mierdas que he hecho durante estos años.

—Está bien si no quieres decirme, lo que importa es que te sientas bien... —¿cómo diablos puedo luchar en contra de eso?

—La verdad es que no hice nada que me haga sentir orgulloso en estos momentos... tomaba, me drogaba, anduve de cama en cama buscando dónde pasar la noche, me metí en peleas para ganar dinero, hasta que mi tío me encontró y me pagó el departamento ¿Ves que tengo un pasado de mierda?

—Yo sólo veo a un hombre asustado que se está armando de valor para contar un pasado que le ha hecho daño, pero que también le ha hecho madurar y ser el hombre que es hoy. —Dice tan seguro de sí mismo, como si estuviera orgulloso del bastardo que está frente a él.

—No sabes lo que dices...

—Te lo dije hace rato, yo no soy quien para juzgarte por lo que hayas hecho en el pasado, ni voy a criticarte por tu origen... créeme que valoro como no tienes una idea el que confíes en mí y me cuentes esta parte de tu vida que tanto te lastima, —suspira— quiero que sepas que te admiro porque a pesar de lo difícil que ha sido tu vida... eres un buen hombre, lo sé por tu forma de ser, porque comprendo que temes que te hagan daño... y es por eso que te proteges debajo de este enorme escudo que te has instalado.

Mierda bendita...

Si... Definitivamente quiero a este chico, y por primera vez ya no me da miedo admitirlo y se lo hago saber dándole un tierno beso.

Desde que empecé a hablar, Gun ha estado atento a lo que tenía que decirle, y en efecto no me ve extraño, no me ha alejado, al contrario, se aferra a mí, tan fuerte como sus delgados brazos le permiten hacerlo, y se lo agradezco.

—¿Desde entonces no los visitas? —pregunta sin romper el abrazo y su dulce voz me trae de vuelta.

—Si... La verdad no creo que pueda poner un pie en esa casa sin que le prenda fuego.

—Pero puedes ir a Otapol y verlos en algún otro lado, así como aquí, creo que ahora que ella ha dejado atrás sus problemas con las adicciones también sería agradable que tuviera de vuelta a su hijo.

—No lo sé... no estoy tan seguro.

—Al menos puedes intentarlo ¿No crees? Si quieres y si estás de acuerdo... yo puedo acompañarte.

—¿Dónde diablos te habías metido todo este tiempo? —pregunto completamente idiotizado por él, y Gun sólo eleva los hombros sin saber que responder.

Pero de nuevo me abraza y me transmite esa paz y esa calidez que tanto necesitaba. La verdad, no sé de dónde mierda salió este chico, pero quiero seguir teniéndolo así, justo cómo está en estos momentos dándome su apoyo, sin juzgarme y sin criticarme.

—¿Ya te sientes mejor?

—¿Qué quieres que te diga?... Esto es lo que soy... —soy sincero y una vez más creo que él es mi pequeña luz en medio de mi oscura y podrida vida.

—Ven acá —dice imitando mi gesto y me besa con mucha ternura.

El beso poco a poco va aumentando de temperatura peligrosamente, y más ahora que me he dado cuenta de lo que siento por él, no dudo en besarlo con ansías y con esa hambre que siento por él.

Gun de inmediato responde a mi necesitado beso y lo hace sin protestar, y una vez más confirmó que jamás en mi patética vida me cansaré de escuchar esos deliciosos y sexis sonidos que hace al besar, que sólo aumentan mi deseo por él.

Cuándo el maldito aire empieza a faltar, Gun se separa un poco y ahora tiene sus deliciosos y adictivos labios rojos e hinchados y por las mil mierdas... Se ve tan jodidamente sexy con su cabello alborotado y mi polla se remueve dolorosamente debajo de su pequeño culo.

—¿Papii?

—No haremos nada que tú no quieras hacer.

—¿Y si te dijera que quiero hacerlo? —dice tímidamente y me cago en la puta mierda que temo correrme con solo escuchar esas palabras.

—¿Lo dices en serio?

—Sí, lo digo en serio. —su mirada se ha oscurecido y ahora está llena de deseo y lo único que en verdad quiero y deseo en este momento es fundirme en su pequeño y precioso cuerpo.

—No sé qué mierda estás haciendo conmigo, pequeño... Pero sea lo que sea que estés haciendo... Nunca dejes de hacerlo —mis palabras caen más en una súplica.

Gun sonríe y alza los brazos para que le quite la polera, y yo jodidamente encantado lo hago...

𝕰𝖛𝖎𝖎 𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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Bien mis corazones, están mas que servidos con 10 capítulos actualizados, prácticamente hemos llegado a la mitad de la historia, pero por ahora me voy a descansar y regresaré con nuevos caps en dos días.

Lo quiero mucho.

Gracias por leer

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