22. Te vi
Salgo del CARP como alma que lleva el diablo, sé perfectamente que Gun no tiene carro por lo que asumo que no ha de estar muy lejos, así que tomo mi Jeep y manejo con cautela por si lo veo en alguna parte.
Llevo manejando no más de cinco minutos y ¡Bingo!...
Puedo ver al otro extremo de la calle su inconfundible cabellera, mierda... Ahora tendré que darme una vuelta de manera ilegal si es que no quiero perderlo de vista.
Cuando por fin lo hago, mi pequeña zanahoria empieza caminar en otra dirección y veo que se dirige a lo que parece un parque.
No muy lejos de donde él está, hay un estacionamiento libre y de inmediato acomodo el jeep, ahora sólo debo esperar...
Veo que llega a una banca retirada y se deja caer, dejando que el sol le acaricie el rostro, tiene los ojos cerrados y así se queda por un buen rato, mientras yo estoy en mi carro mirando hacia su dirección, esperando a ver es lo que hace, como si fuera un maldito acosador.
Llevo diez minutos sentado en el puto auto, estoy ansioso por saber qué es lo que hará, pero ni siquiera ha sacado su celular o se ha encontrado con alguien.
Él sigue sin hacer nada...
Sólo está sentado con los ojos cerrados como si estuviera buscando algún tipo de respuesta divina, se ve más delgado que de costumbre y su rostro está inexpresivo, desde aquí puedo ver lo apagado que está, y verlo así me parte el puto corazón.
Cuando veo que sus pequeñas manos intentan cubrir su rostro, decido que ya he tenido suficiente castigo de verlo en ese estado, necesito hablar con él de una vez por todas.
Entre más me acerco a dónde él está, mi maldito corazón se empieza a acelerar, y siento que me sudan las manos al ponerme estúpidamente nervioso.
¿Por qué me siento así?¿Por qué siempre siento que me falta el maldito aire cuándo se trata de él?
Toda esta mierda es nueva para mí, y no sé porque siempre que se trata de Gun actúo de la peor manera, es cómo si todo lo que conozco dejará de existir para adentrarme a una puta dimensión desconocida.
Él con su maldita inocencia logra derribar todas mis putas barreras y al final acabó actuando cómo el imbécil bastardo que soy, y eso me desespera mucho, porque siento que estoy en un territorio peligroso y la sola idea me aterra.
Cuando estoy más cerca, puedo ver su hermoso, pecoso y demacrado rostro sonrojado y me doy cuenta de que es porque ha estado llorando... De nuevo esa maldita sensación llega de golpe a la boca del estómago.
—¿Puedo sentarme? —apenas y si soy capaz de hablar sintiéndome el peor hijo de puta más miserable cuando me mira con esos inexpresivos ojos.
—No... No puedes.
De entre todas las posibilidades que existían y llenaban mi lista imaginaria, el ser rechazo no estaba en esa lista...
—Gun... Nene, necesitamos hablar. —su fría mirada me congela la sangre mientras se limpia el rostro con el puño de su camisa.
—No, no necesitamos hablar. —dice de pronto y hace el intento por irse, pero lo vuelvo a sentar en la banca y ahora no le pido permiso, sólo me siento a su lado.
Ahora más que nunca necesito saber porque él está reaccionando de esa manera conmigo, cuándo él salió de mi casa habíamos quedado en que todo seguiría igual, y no volveríamos hacer nada.
—Háblame, Nene...
—Deja de llamarme así, no soy tu Nene. No quiero que vuelvas a llamarme de esa manera, además no tengo nada que hablar contigo. Creo que la última vez hablamos y dejamos todo claro.
No puedo evitar querer acariciar su pecoso rostro, pero cuando mi mano se acerca, el instantáneamente retrocede... No quiere mi contacto y una maldita punzada se instala en mi pecho.
—Gun.
—¿Qué es lo que quieres?
Su pregunta me desconcierta porque no sé exactamente qué es lo que quiero de él, sólo sé que él me gusta, y que disfruto estar así con él sintiendo el calor que su diminuto y delgado cuerpo emana.
—¿Acaso no te has cansado de jugar? o ¿Te divierte ser el maldito casanova conmigo? —suelta de pronto y siento su dolor al hablar.
—¿De qué mierda estás hablando? —cuestiono sin pensar y sus hermosos y tristes ojos me apuñalan.
—Te vi.
Porque esas dos putas palabras hacen que mi corazón se acelere como una maldita locomotora, porque esa puta frase hace que empiece a entrar en pánico.
—¿No te entiendo, Nene?
—Deja de llamarme así, maldita sea... —una puta lágrima recorre su rostro y me siento la peor mierda del mundo.
—Gun. Necesito que me hables, necesito saber porque estás así...
Su mirada me está matando y más cuando suelta esa estúpida sonrisa que me toca las pelotas, está actuando como si en verdad me odiara en estos momentos.
Nunca antes le había molestado que yo le dijera Nene, y ahora siento su rabia incrementar con solo decirla y el no saber que mierda está pasando me está alterando.
—Gun...
Él sólo voltea a verme y niega con la cabeza, cómo si el estar conmigo le quemara y fuera la peor de las torturas, ha dejado de llorar y veo el dolor y el coraje en sus hermosos ojos y un puto nudo se ha instalado en mi garganta.
—Aquel día cuando salí de tu casa, me puse a pensar en todo lo que pasamos, en cómo me habías hecho sentir y en cómo me había dolido que dijeras que no podíamos ni ser amigos en público, no entendía tu petición, sabía que no podíamos estar como a mí me hubiera gustado o como veo a mis amigos con sus parejas, y pensé que tal vez tenías la razón.
Mi puto corazón late más fuerte con cada palabra que sale de su boca y no sé porque está creciendo mi maldita ansiedad al grado de que me falta de nuevo el estúpido aire.
—Después de pensar todo el maldito día una y otra vez en lo que había pasado entre nosotros y en todo lo que habíamos hablado, pensé que tal vez... —da un largo y pausado suspiro— tal vez... valía la pena intentarlo, así que esa misma noche fui a tu casa para decirte que aceptaba estar contigo —Siento que empiezo a asfixiarme—. Y te vi... con ella... —por fin dice y otra maldita lágrima rueda por su bello rostro y no puedo evitar cerrar los ojos lleno de frustración por no poder con el dolor que refleja en estos momentos.
—Yo, puedo explicarlo... —su dura mirada lo dice todo.
—No hay nada que explicar... Vi cómo le abrías la puerta y prácticamente le devoraste la boca, yo había llevado algo para cenar pensando que tal vez no habías comido y fui tan torpe que todo se me cayó de las manos —eso explica el tiradero que había en el pasillo cuando salí— después hice la otra cosa más estúpida que pude haber hecho... me acerqué hasta la puerta de tu casa y ella te preguntó si estabas listo para follarla y tú le respondiste... "Siempre estoy listo, Nena". —Debe ser una puta broma... No sé porque me siento como la peor de las mierdas en este momento, mi Gun había decidido estar conmigo, y yo esa noche estuve a punto de follar a Mild. Soy un puto bastardo de mierda—. Así que mientras yo pensaba seriamente en tener algo contigo, bajo tus condiciones... tú simplemente no perdiste el tiempo porque ya tenías listo el remplazo.
—No es lo que piensas, Nene.
—¡MALDITA SEA! ¡QUE DEJES DE LLAMARME COMO LLAMAS A TODAS TUS PUTAS CONQUISTAS!... —grita furioso y a mí me falta el aire ante su repentino ataque de furia, jamás lo había visto en ese estado, jamás le había escuchado maldecir de la manera en que lo acaba de hacer y yo estoy entrando nuevamente en pánico sin saber que hacer o que decirle.
—Déjame explicarte... —me sorprende el tono de mi voz cayendo más en una súplica.
—No sabes lo estúpido que me sentí cuando te vi y te escuché, no tienes ni una maldita idea de lo patético que me sentí, y definitivamente no tienes ni una estúpida idea de lo que es dejar a un lado aquello que me causa miedo con tal de estar con la persona que te gusta... —tiene toda la puta razón— al final me di cuenta de que mientras yo tenía un gran debate mental porque en verdad deseaba estar contigo, tú ya tenías con quien pasar el rato ¿Patético cierto? Porque ¿Quién en su sano juicio quisiera estar con alguien como yo —de nuevo otra maldita lágrima baja por su rostro y yo me quiero golpear en estos momentos.
—Lo lamento mucho... —intento tocarlo pero de nuevo se rehúsa, no quiere mi contacto y su rechazo me duele.
—Créeme que a mí me duele más.
Sus palabras, su mirada, su triste semblante, y el saber lo que pasó aquella noche, me está afectando más de lo que imaginé, jamás pensé llegar a sentirme de esta manera.
Precisamente por eso siempre había evitado estar con alguien para no sentirme tan vulnerable justo como me siento en éste maldito momento.
Gun de nuevo se levanta de la banca, se va sin dejarme aclarar la situación y dejándome con un puto nudo en mi interior que me sorprende que no haber colapsado.
Pero soy un maldito egoísta que no acepta dejarlo ir, no cuando me ha dicho que quiere estar conmigo y esa puta idea de estar con él hace que mi maldito corazón comience a latir con más fuerza.
—No te vayas... Por favor —Gun mira mi brazo sobre el suyo y hace el intento por zafarse, no quiero lastimarlo, pero hago un poco más de presión para evitar que se aleje así como está.
—déjalo...si... Por favor.
—No puedo... Gun, en serio me gustas mucho.
—Sí, ya vi como lo demostraste —dice liberándose de mi agarre.
De nuevo soy más rápido y lo tomo por su pequeña cintura y por instinto él cierra los ojos ante mi tacto, sentirlo tan frágil me está matando. Pero necesitaba tocarlo, sentirlo, oler el dulce aroma de su piel, y por ese breve instante me empapo con su olor, y sus manos van hacia mis hombros permitiéndome abrazarlo para pegarlo a mi pecho, necesito que sienta como mi podrido corazón late cuando estoy cerca de él.
—Déjame besarte una vez más. —mi voz es casi inaudible y me desconozco en estos momentos.
—No, por favor no lo hagas. —dice sollozando.
Él y sólo él es capaz de hacer que yo actué así, porque en este instante me importa una reverenda mierda que puedan verme abrazado su diminuto cuerpo.
—Vamos, Pequeño... Déjame besarte una vez más... Por favor. —jamás en mi puta vida he suplicado por un beso sólo él y su maldita inocencia logran romper todas mis putas barreras una vez más, para llevarme a un lado que desconozco y tal vez eso es lo que me aterra, no el querer estar con él.
Cuando por fin levanta su mirada y sus hermosos y vacíos ojos me miran con detenimiento, siento una nueva puñalada en el pecho al saber que yo y sólo yo he sido el culpable de que él esté así.
Sé que tengo ganado un espacio en el puto infierno y lo vuelvo a asegurar cuándo no puedo evitar besarlo, y maldita sea... cómo había echado de menos el dulce sabor de sus labios y escuchar ese delicioso sonido que hace al besarme.
Aunque quisiera profundizar el beso, sé que debo ir lento, no quiero que piense que sólo lo quiero para follar, sé que él no es como las personas con las que estaba acostumbrado a salir, él es como mi puto bálsamo o mi tabla de salvación en el mundo de mierda donde he estado viviendo.
Sólo espero que Gun me permita ganarme su confianza y si esta vez debo hacer las cosas a su manera... Que así sea.
𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ
----
Ay pobre Gun...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top