21. La oportunidad

Han pasado dos semanas desde la última vez que vi a Baby en aquella estúpida fiesta, aún no puedo dejar de pensar en qué rayos le pasaba por la cabeza cuando decidió ponerse esas prendas tan espantosas...

No voy a negar que se veía más hermoso que nunca, pero no sé, ese no era él. Ese no era el baby del cual estoy prendado.

Mierda...

Sólo de recordar la forma en que lo miraban y lo tocaban, me hierve la sangre, jamás lo había visto beber, y por más que me preguntó por qué diablos actuaba tan diferente esa noche, sigo sin poder entender.

Después de que saqué a rastras al pendejo que se atrevió a tocarlo y lo llevé a la parte trasera de la casa para enfrentarlo, regresé para llevar a Baby a su casa y me llevé la desagradable sorpresa de que ni él ni Gulf se encontraban en la fiesta.

Me maldije como nunca por haberle dado prioridad a otras cosas en lugar de haberlo ayudado a salir de ahí, y para rematar, ni siquiera tenía manera de localizarlo.

No podía verlo en la universidad por culpa de las putas vacaciones, tiene meses que no pone un pie en el CARP, y ni de broma puedo preguntarle al entrenador como ha estado su hijo. Aunque por el serio semblante y lo enérgico que ha estado en las últimas semanas con todos aquí en el CARP, me imagino que las cosas no pintan para nada bien.
Lo mismo pasa con imbécil de Jumpol... Para mí mala suerte, ahora tengo que soportarlo todo el puto día, ya no sale de aquí y entrena duro, sin parar, como quisiera destrozarse los puños durante los entrenamientos.

—¿Qué diablos hacen ahí sentados nenitas? Rápido muevan sus culos —grita el entrenador Atthaphan más enérgico que otras veces.

De inmediato todos asentimos sin decir una sola palabra y seguimos con el calentamiento individual o las rutinas que nos fueron asignadas.

Estoy empezando nuevamente con mi salto en cuerda, cuando de pronto mi corazón deja de latir por un breve segundo cuando veo a mi pequeño baby aparecer en el centro después de muchos meses.

—Regreso enseguida, así que no dejen de hacer sus actividades —dice el entrenador mientras se dirige a su oficina donde ya lo espera Baby.

No puedo evitarlo y dejo de saltar mi quinta serie. Estoy bastante lejos y no puedo escuchar nada, sólo veo a mi baby sentado con la mirada gacha mientras el entrenador le habla y se le ve desesperado.

Me inquieto al ver que baby no habla, no reacciona, sólo mueve la cabeza para afirmar o negar... Es todo.

¿Qué mierda está pasando con él?

Vuelvo la vista y veo que Jumpol está igual que yo, hasta ha dejado de entrenar en la pera, y ahora se le ve tenso y más que atento, mirando hacia la oficina y eso me toca las bolas.

No han pasado ni cinco minutos cuando veo que Baby sale de la oficina más cabizbajo que cuando llegó. Ahora se marcha sin saludar, sin decir una sola palabra, sin regalarnos una de sus hermosas sonrisas a las que nos tenía acostumbrados, y por la jodida mierda hasta puedo jurar que está más delgado que antes.

Volteo de reojo y me doy cuenta de que Jumpol sigue con la mirada a Baby, y no puedo evitar apretar los puños, mientras siento como la rabia se va apoderando de mí, al grado de querer enfrentarlo y preguntar que mierda está pasando por su cabeza.

Pero los escandalosos ruidos proveniente de la oficina principal llaman la atención de todo el mundo y de inmediato corro preocupado hacía donde está el entrenador Atthaphan y justo detrás de mí llegan Jumpol, Lucas y Nicky.

—¿Qué rayos pasó? —se escucha una voz nerviosa a mis espaldas.

El entrenador no dice nada y sólo nos observa, con un duro semblante y la respiración acelerada, se toca la frente y por fin habla.

—¿Qué hacen aquí?, vuelvan a sus actividades. Todos menos tú Thitiwat —escuchar mi nombre me hace tragar en seco.

Todos le obedecen y vuelven a hacer lo que estaban haciendo. Bueno todos menos Jumpol que se ha quedado afuera de la oficina y al parecer eso no le ha importado al entrenador, mientras yo espero de pie.

—Toma asiento Thitiwat. —acato de inmediato.

—Dígame entrenador...

—Seré directo. ¿has notado algo extraño en la universidad? —su pregunta me desconcierta.

—No le entiendo...

—¿Has notado algo extraño en Baby? —su pregunta no sólo me inquieta, sino que también me preocupa.

—¿En qué sentido? ¿Pasa algo malo con él? —veo que se pasa la mano por el cabello.

—No lo sé... Eso es lo que quiero saber —dice preocupado— en las últimas semanas Baby ha estado más aislado que de costumbre, no quiere salir de su habitación, ni siquiera ha querido salir con sus amigos, casi no quiere comer... ¡Maldita sea! ¡Está casi en los huesos! Y para variar ya no habla conmigo. —dice por fin dando un largo suspiro.

Maldita sea Baby...

—La verdad no lo sé... Nosotros casi no hablamos... —ahora me mira confundido y creo que ha dejado de ser el entrenador, para ser un padre preocupado.

—¿Se puede saber por qué ya no hablan? —hasta su puta pregunta me ofende.

—Porque piensa que me expulsara del centro si me acerco a él.

Su dura e inexpresiva mirada lo dice todo, por Dios... él mismo puso esa estúpida regla en la maldita pared. ¿Y todavía lo pregunta?

Creo que se ha dado cuenta lo que en realidad pienso, y sólo se aclara la garganta, pero no deja de tener ese semblante preocupado.

—Me gustaría que pudieras hablar con Baby, sé que algo le pasa y me preocupa que no quiere hablar con nadie, tal vez... no sé... pueden ir a comer en plan de amigos —dice remarcando la última frase.

¿Acaso es una puta broma?

—Yo... ¿Usted quiere que invite a Baby a comer?

—Sí, eso fue lo que dije... Sé de tus intenciones hacía mi hijo, y estoy seguro de que lo cuidarás y serás paciente con él. La verdad creo que Baby necesita amigos, además sé que le agradas... —no sé si esto es una maldita broma.

Sé que en éste instante mi cara a de ser la de un imbécil asombrado, no puedo dar crédito a lo que estoy escuchando...

¿Tan jodido está todo con Baby, que el entrenador me está pidiendo ayuda?

—Cuente conmigo señor Atthaphan —sé que ahora mi cara es de puta felicidad— gracias por darme la confianza y la oportunidad para acercarme a su hijo e invitarlo a salir.

Un duro golpe en la pared hace que el entrenador y yo guardemos silencio y de inmediato volteamos para ver que rayos ha pasado, y vemos como Jumpol se aleja hecho una furia, mientras yo proceso las palabras del señor Atthaphan.

Ahora que tengo el permiso para acercarme a Baby aunque sea en plan de amigos, haré todo lo posible para ganarme no sólo su amistad y su confianza, sino también me ganaré su precioso corazón.

Ver llegar a Gun al CARP después de dos semanas desde lo que pasó en mi departamento, sin hablar, sin saber nada de él, aceleró mi podrido corazón.

No pude evitar sentirme mal al ver su precioso y pecoso rostro triste, y sus hermosos ojos color miel apagados, y en el fondo saber que yo tuve algo que ver... Me está asfixiando.

Después de que vi cómo se marchaba quise salir corriendo detrás de él, y estuve a punto de hacerlo si no fuera por el ruido en la oficina del entrenador.

Cuándo nos mandó a todos a la mierda a excepción del novato no pude moverme, menos si se trataba de Gun.

Y no me equivoqué.

Cuando su padre empezó a cuestionar al novato, queriendo saber sobre Gun, un puto nudo se instaló en el pecho. Oír que el entrenador le pidió al novato que hablara con su hijo, por la puta mierda pedirle que lo invitará a salir, dolió más que un maldito gancho al hígado.

No pude contenerme y golpeé con fuerza la pared tratando de liberar un poco esa extraña sensación que apareció de pronto y me quemaba la sangre.

La cara que puso el imbécil novato lo decía todo. Él no quiere su puta amistad, no se va a conformar con ser sólo su amigo, el novato no descansará hasta lograr que Gun lo vea como algo más, y ahora que tiene el permiso de su padre, no hay excusa para no salir con él e intentar algo más... todo.

Me siento frustrado...

Me siento asquerosamente molesto...

Me siento jodidamente nervioso...

No puedo quedarme aquí y tener que soportar los estúpidos comentarios del novato, no puedo ver como hace alarde y me restriega en la maldita cara lo que acaba de pasar.

Él podrá tener el permiso para salir con Gun, pero soy yo quien le gusta, yo fui con quien tuvo su primer beso, y fue conmigo con quien tuvo su primer orgasmo.

De nuevo ese maldito sentimiento me ahoga.

No pude evitar sentirme como la puta mierda cuándo lo vi marcharse de mi departamento con su sonrojado rostro haciendo un gran esfuerzo por no llorar.

Esa noche me embriagué hasta más no poder tratando de quitarme ese maldito sentimiento, intenté follar con Mild, pero ni siquiera pude... porque cuando estaba por metérsela, se me vino el recuerdo del dolor de sus ojos color miel, matándome la puta erección.

Ella sólo sonrió y la muy cabrona dijo: "Te advertí que no fueras por ahí fury".

En su momento no entendí a qué mierda se refería, hasta ahora que de nuevo apareció esta puta sensación y este maldito sentimiento con mayor intensidad.

Sentir que me faltaba el aire hizo que fuera a los vestidores para quitarme los putos guantes, ni siquiera me esfuerzo por cambiarme, necesito largarme de aquí a la brevedad, necesito ver a Gun y hablar con él.

Sé que él no puede ser lo que yo busco de momento y yo no puedo ser lo que él necesita, pero por la puta mierda no puedo dejar que el maldito novato se salga con la suya.

Peor aún, no puedo permitir que nadie se atreva ni siquiera a tocarlo, no puedo permitir que nadie lo tenga como lo he tenido yo...

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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