1. Nuevo comienzo
¡Mierda! Debería dejar de tomar de ésta manera. Siempre digo lo mismo pero ayer tenía un buen motivo. He logrado vencer al cabrón altanero de Sing.
La pelea fue algo difícil, pero gané de manera limpia, sólo bastaron un par de jabs cruzados y una potente patada lateral y listo. Logré herir algo más que su ego de mierda al quitarle no solo el título de invicto, a pesar que nadie creía que podía vencerlo... Lo hice y pude reírme en su cara.
Anoche no sólo me llevé una buena suma de dinero a casa, también pude llevarme a la zorrita que él llamaba novia... La sexy y muy follable Jane.
Aún está desnuda a mi lado fingiendo que duerme mientras empina el culo para que la folle de nuevo. Pero con esta resaca de mierda, lo que menos se me antoja es follar coños gastados.
—Vamos Fury... Estoy húmeda para ti —escucho mientras se retuerce en mi cama intentando calentarme.
No puedo evitar resistir la invitación y guio mis rasposos dedos hacia su vagina y confirmó que está lista para mí, cierro los ojos porque en este momento, siento que la cabeza me va a estallar y por primera vez no caigo en tentación.
Escucho cómo mi decisión no es de su agrado... Como si me importara una mierda lo que Jane piense de mí, me dejo caer de nuevo en la cama y mis brazos tapan mi cara.
Cierro los ojos ante los insistentes reclamos de Jane... ¿Qué acaso no se piensa callar? No entiendo como la aguantaba Sing.
De pronto siento como de un solo tirón me baja los calzoncillos y toma mi flácido miembro y empieza a masajearlo tratando de que vuelva a la vida imponiendo un delicioso ritmo, cuando su mano se detiene no puedo evitar lanzar un leve gruñido molesto, pero siento como poco a poco empieza a tragarme hasta la base brindándome una buena mamada, logrando por un momento que me olvide por completo de mi cruda, saca mi polla de su boca e intenta montarme...
¿Pero qué mierda? la detengo en el acto haciéndome encabronar por su atrevimiento bajándome la erección por completo.
—¿Qué mierda crees que haces? —le digo al momento de aventarla hacia un lado de la cama mientras ella emite un sonido de asombro.
—¿Qué diablos te pasa Fury? —está asustada y un poco desorientada, puedo verlo en su mirada.
—Toma tu ropa y lárgate —me mira como si me hubieran salido tres cabezas
—¿Qué?...
—Toma tus cosas y lárgate... Estos juegos no van conmigo —le espetó —sólo para dejar las cosas en claro... Si quisiera follar otra vez contigo ya lo hubiera hecho, en segunda nunca follo sin condón... No quiero que me carguen milagritos ajenos... la pasé bien anoche pero hasta ahí, no me interesa repetir.
—¡Eres un pendejo! —grita como una loca como si no fuera suficiente el dolor de cabeza que tengo.
—Te doy cinco minutos para que te largues de mi casa o yo mismo voy a sacar y créeme que no me importará en que condición estés.
Jane sigue ladrando histérica sin darme un poco de descanso, estoy por levantarme de la cama para sacarla de aquí, mi tolerancia con ella ha llegado a su límite y no pienso seguir aguantando su estúpido numerito.
—¡Eres un pedazo de mierda! —grita fuera de sí... En otro momento me hubiera reído a carcajadas— jamás me habían tratado así
—Eso lo dudo... Si ya terminaste de ladrar... lárgate —puedo ver el odio en sus ojos y me gusta, así se va quitando la idea del que puede esperar algo más de mí.
—Ya pagarás todas las que has hecho Fury... —lo dudo... pienso mientras se cambia rápido— ojalá y llegue alguien que de verdad te importe y nada me haría más feliz que te mandaran a la mierda —me grita furiosa, ahora si no puedo evitar reírme como hace mucho no lo hacía, y sólo logro que salga de mi casa, rabiosa, pero eso sólo me hace reír más.
Yo el bastardo Off "Fury" Jumpol ¿interesado en alguien?... ¡Jamás! El amor no se hizo para mí, ni yo estoy hecho para amar a nadie, lo aprendí desde niño, a no creer en el amor, a no confiar en él y menos en quien decía amarme.
Yo no puedo enamorarme, y nadie debe de enamorarse de mí, porque sólo puedo traer dolor y sufrimiento, por eso es mejor estar así como estoy con sexo informal, sin compromisos, sin esperar nada de nadie y nadie espere nada de mí.
A mis diecinueve años confieso que mi vida es una completa mierda, pero es lo que decidí vivir... Así me mantengo a salvo, nadie puede volver a lastimarme... si yo puedo evitarlo.
Hoy es el inicio de mi primer año en la universidad, odio empezar de nuevo y más cuando mi padre insiste en querer llevarme hasta la entrada del campus y recogerme también, como si fuera un pequeño crio de seis años.
La vida con mi padre ha sido algo complicada desde que mamá nos abandonó cuando yo apenas tenía cinco años, se dedicó a cuidarme más de la cuenta hasta el grado de caer en lo excesivo.
Por lo general soy un chico tranquilo, no suelo ir mucho a fiestas, tengo muy pocos amigos, nunca me he embriagado, aunque bueno... nunca he tenido la tentación de probar el alcohol o alguna sustancia prohibida...
Y para rematar con broche de oro... jamás he tenido novio... Y sí a mis dieciocho años jamás he dado un beso.
Mi padre es muy protector conmigo, él piensa que nadie me merece, cree que todos me romperán el corazón como le pasó a él, nunca ha aprobado a ninguno de los chicos que me han pretendido...
Aunque debo admitir que no han sido muchos, los pocos que se han atrevido han salido de aquí huyendo después de que mi padre los corriera casi a patadas.
—¡Vamos Baby llegarás tarde! —mi padre empieza a gritarme impaciente.
Una vez más me paro frente al enorme espejo colgado detrás de la puerta y solo puedo suspirar resignado por lo que veo en el reflejo...
Estoy consciente de que no soy un chico muy atractivo que digamos, soy de baja estatura y mi cuerpo es de complexión delgada, a pesar de mi edad mi rostro aún tiene apariencia de bebé... de ahí viene mi apodo y para colmo mi rebelde cabello pelirrojo contrasta con mi pálida piel y algunas pecas que me hacen lucir como una pequeña zanahoria.
—¡Voy papá! —por fin grito dándome por vencido cuando no tengo nada más que hacer por mi apariencia.
—¿Qué tanto haces Baby?... Llegarás tarde a la escuela —mi padre toca la puerta haciéndome suspirar ante su impaciencia, está más emocionado que yo por dar este gran paso.
Cepillo una vez más mi cabello tratando de acomodarlo, reviso mi ropa y por último vuelvo a hacer el intento de cubrir las pequeñas pecas que decoran mi rostro... fracasando.
Me encamino a la puerta y ahí está el hombre más importante de mi vida, con su tierna sonrisa y esa mirada llena de orgullo...
¿Cómo puedo negarme a eso?
—Estoy listo papá... Aunque yo puedo ir solo a la universidad. —me da esa mirada advirtiéndome que no me pase de listo.
El trayecto es rápido en carro no son más de quince minutos, aún es temprano y como era de esperarse no hay mucho tráfico.
Al llegar al campus veo a través de la ventana como hay grupo de jóvenes caminando y haciendo bromas entre ellos, otros llegan apresurados en sus vehículos.
—¿Algún día tendré mi propio auto? —me encojo en el asiento ante aquella pregunta, lo que menos quiero es herir los sentimientos de mi padre
—Ya veremos... —suelta de pronto, creo que también se ha dado cuenta de lo sobreprotector que se ha vuelto y que ya no soy un niño.
—Aquí puedes dejarme papá —aunque no le gusta la idea de dejarme tan retirado puede ver la súplica en mis ojos color miel.
—Vamos Baby...
—Mira papá... Ahí van Gulf y Flukie, puedo irme con ellos... ¿Por favor?
Mis eternos y mejores amigos desde el preescolar, se acercan a toda prisa en cuanto ven el carro de mi padre, a quien ante los gritos eufóricos no le queda otra opción que detener el auto.
—¡Baby! —me gritan ambos con evidente alegría y mi padre sonríe ante la muestra de cariño.
—Señor Atthaphan, ¿Dejará ir a Gun a comer para celebrar nuestro primer día de universidad? —pregunta Flukie y la sonrisa de mi padre desaparece.
—Vamos Señor Atthaphan... Prometo llevar temprano a Baby a casa. —es el turno de Gulf.
—No tendré opción... ¿Verdad? —me pregunta mi padre y no puedo evitar negar con la cabeza.
—En casa a antes de las nueve —dice por fin— Diviértanse chicos con cuidado. —dice por fin antes de marcharse.
—¿Listo para un nuevo comienzo? —me preguntan casi al mismo tiempo y la respuesta es...
—Sí...Creo que sí... —no puedo evitar sonreír nervioso— No sé porque creo que este año será diferente —y sonrió con más ganas, porque algo me dice que este año así será, y por primera vez creo que eso es bueno.
𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ
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